Una táctica introducida hace un año, que inicialmente los residentes de Taipei se negaban a aceptar, es un nuevo sistema mediante el cual tienen que comprar bolsas para la basura especiales, autorizadas por el Ayuntamiento. Esto provocó que la gente piense dos veces antes de deshacerse de la basura, a menos que quiera gastar más para adquirir dichas bolsas, que son más caras que las que se usaban en el pasado.
Antes de que las bolsas especiales fueron introducidas en Taipei, cada residencia tenía que pagar a la ciudad un impuesto sobre la basura, el cual era calculado proporcionalmente de acuerdo a las cuentas de agua de la residencia. En otras palabras, entre más agua usaba una persona, más tenía que pagar para que se recogiera su basura. Esta política, que todavía es aplicada en otras partes de la isla, durante largo tiempo ha sido criticada por ser muy arbitraria. No hay evidencia de que el consumo de agua esté de alguna manera relacionado con la producción de basura.
Así que el Gobierno de la Ciudad de Taipei decidió anular el antiguo sistema y poner en marcha uno nuevo, mediante el cual los ciudadanos compran las bolsas oficiales, que se encuentran disponibles en seis convenientes tamaños y llevan un símbolo distintivo. Los recogedores de basura tienen órdenes de recoger solamente la basura que es depositada en estas bolsas. A la vez, la ciudad pasó una ley que exige que los ciudadanos separen la basura en papel, plásticos, latas y botellas.
Al principio, la gente se quejó acerca de la inconveniencia y los elevados precios de las bolsas. Pero no transcurrió mucho tiempo para que empezaran a someterse a las nuevas reglamentaciones y comenzaron a reducir su producción de basura. Y por lo tanto, reciclando todo lo posible, sus gastos para adquirir bolsas también disminuyeron. Todavía existen problemas con el esquema, como la prevalencia de bolsas falsificadas y la eliminación ilegal de la basura. Pero el Ayuntamiento espera hacerles frente pronto.
Según estadísticas brindadas por la Oficina para la Protección del Medio Ambiente, a partir del año pasado, cada residencia ha gastado mensualmente entre dos y tres dólares estadounidenses en bolsas para la basura. Estadísticas brindadas por la oficina también revelan que, durante ese mismo período, la ciudad, en general, ha disfrutado una reducción del 24% en la cantidad de basura producida.
Shen Shih-hung, director de la oficina, dijo en un reporte que el peso total de la basura producida en la ciudad de Taipei en 1999 fue de 1,35 millones de toneladas. En el año transcurrido desde julio del 2000 --cuando las nuevas medidas fueron puestas en marcha-- a julio de este año, este volumen bajó a 1,03 millones de toneladas. Viéndolo desde otro punto de vista, ésto significa que el peso de la basura producida diariamente por persona ha disminuido de 1,41 kilogramos a 1,07 kilogramos. No está mal, pero todavía puede haber una mejora. En Seúl, el ciudadano medio produce 0.61 kilogramos al día.
De hecho, Seúl sirvió de ejemplo en el plan de Taipei para combatir la basura. Durante varios años, la capital de Corea del Sur ha estado usando exitosamente un sistema de bolsas aprobadas para la basura. Esto es particularmente impresionante considerando los serios problemas que Seúl tenía para recoger y eliminar la basura.
Ahora Taipei está estudiando la política de Seúl para reciclar las sobras de alimentos, que según contribuye en parte a la diferencia en la cantidad de basura producida por las dos ciudades. El plan de la oficina, que será puesto en marcha a partir de este mes, es recoger las sobras en Taipei y dárselas a los animales en las granjas, posiblemente a los cerdos.
Además, la oficina está considerando aplicar las mismas reglamentaciones de reciclaje y bolsas para la basura a las empresas, tal y como se hace en Seúl, siendo ésta otra razón por la cual la ciudad coreana produce mucha menos basura. En Taipei, las empresas que producen grandes cantidades de basura por ley no tienen que reciclar como lo hace la gente. También están exentas de usar bolsas especiales. Si se les aplicaran las leyes, Taipei podría ver una considerable disminución en el volumen de basura.
Para reducir aún más la producción de basura en la ciudad, la oficina proyecta poner en marcha normas para restringir el uso de productos desechables, a menos que las empresas garanticen que reciclarán cuando menos el 90% de dichos productos. Esta medida está dirigida principalmente a los restaurantes de comidas rápidas y para llevar. Se espera que estos establecimientos empiecen a separar su basura y a sustituir los vasos, cubiertos y bolsas de plástico con productos que pueden utilizarse de nuevo.
El alcalde Ma ha manifestado su apoyo a las nuevas medidas de la oficina, diciendo que su verdadero propósito no es sólo reducir la cantidad de basura, sino también recobrar lo que él llamó la tradición del ahorro, que durante mucho tiempo ha sido ignorada. Una vez que la gente sea obligada a reciclar la comida, Ma predice que las amas de casa empezarán a hacer mejores cálculos acerca de cuánto cocinar, evitando que la comida sea desperdiciada.
A corto plazo, la oficina proyecta usar las sobras como forraje para cerdos. Los planes a largo plazo incluyen convertirlas en abono y utilizarlas para generar electricidad. La ciudad de Taichung tiene proyectos similares, y se espera que otras ciudades en Taiwan sigan los mismos pasos después de un tiempo.
La tarea de los gobiernos locales sería distribuir botes a los ciudadanos y recoger las sobras. Los críticos del plan indican que la gente puede objetar a la idea de mantener alimentos pudriéndose en sus casas hasta que puedan ser recogidos. Además, el plan ahora exige que las sobras sean recogidas a diferentes horarios de los de la basura regular, lo cual obligaría a los residentes a llevar tinas de sobras malolientes a horas y sitios específicos en cada vecindario para que sean recogidos por los camiones de la basura.
Muchos esperan que el Gobierno de Taipei establezca estipulaciones para el uso de contenedores de desperdicios orgánicos con el fin de que la gente pueda manejar adecuadamente los desperdicios. Las cadenas de restaurantes de comidas rápidas esperan que los productos plásticos no sean totalmente prohibidos, y que tal vez sean sustituidos por productos de plástico biodegradables.
Las empresas de Taiwan afirman que tienen la capacidad de fabricar bolsas de basura que son 90% biodegradables. Estos productos pueden ser descartados y usados como materias primas para hacer fertilizantes orgánicos. Informes indican que plásticos similares son producidos en ultramar. La Administración para la Protección del Medio Ambiente quiere diseñar una etiqueta --similar a la O.K. Compost y DINCERTCO utilizadas en Bélgica y Alemania, respectivamente-- que sea colocada en productos que estén listos para ser preparados como abono. La administración indicó que también trabajará para establecer estándares similares a aquéllos de los países desarrollados.
Sin embargo, aún está pendiente el problema de aplicar las leyes. Las áreas montañosas alrededor de Taipei son sitios tentadores para que la gente y las compañías tiren la basura con el fin de ahorrar dinero. Estadísticas oficiales revelan que 749 bolsas de basuras son tiradas ilegalmente cada día. La complejidad de este terreno montañoso hace que la limpieza de los diversos sitios en que la basura es vertida sea una tarea difícil. La oficina ha enviado patrullas para prevenir dichas actividades, pero éstas siguen siendo practicadas.
La oficina señaló que empezará a poner en práctica el Acta para la Eliminación de los Desechos Sólidos, y detendrá a los vehículos que sean sorprendidos tirando basura. Las multas serán de entre 59 dólares y 1.470 dólares estadounidenses.