05/05/2024

Taiwan Today

Noticias de Taiwán

Exhibición agrícola resalta el origen de las tradiciones del pueblo chino

16/07/2001

El Museo Postal Chino, ubicado en el centro de Taipei, inauguró recientemente una exhibición de un mes de duración sobre la vida rural en el pasado en Taiwan. Más que una mera muestra de arreos agrícolas tradicionales, la exposición enfocó en la fuerte influencia que tuvieron las comunidades campesinas en la cultura y tradiciones chinas.

La labranza ha jugado tradicionalmente un papel importante en el desarrollo de Taiwan. Hace varias décadas, el sector agrícola era la mayor fuente de trabajo en la isla. Con la rápida industrialización que siguió a la retrocesión de Taiwan del dominio japonés (1895-1945), la agricultura se ha vuelto cada vez menos vital. La mayoría de los jóvenes de hoy desconocen la forma de vida de sus abuelos. Según Pai Jung-tung, director del museo, ésto es precisamente por qué la exhibición es tan importante.

En la exhibición se muestran instrumentos agrícolas tradicionales, objetos comunes en las granjas y maquetas de escenas diarias de una típica aldea campesina de antaño. Todos los objetos usados en la exposición son piezas auténticas prestadas por la Fundación Cultural y Educativa Pashu.

El encargado de la fundación, Chia Yu-tsu, considera que la colección siempre ha sido un gran éxito cuando es exhibida en el extranjero.

Un aspecto sobresaliente de la inauguración de la muestra fue la disertación de Juan Chang-jui acerca de las costumbres de las aldeas campesinas de Taiwan. El explica cómo el pueblo chino, especialmente los agricultores, vivían en armonía con los 24 períodos del ciclo solar, cada uno de ellos asociado con costumbres únicas y con un nombre especial que corresponde a los cambios de estación, tales como "Despertar de los insectos", "Gran calor", "Rocío blanco" y "Descenso de escarcha".

El campesino, dice Juan, tenía una vida más conectada con el cambio de las estaciones que el ciudadano urbano de nuestros días. Cada estación dictaba los deberes del agricultor: sembrar en primavera, escardar en verano y cosechar en otoño.

La exhibición describe cómo el desarrollo de las aldeas taiwanesas estaba estrechamente relacionada con el uso de ciertos instrumentos de labranza. Durante milenios, las herramientas usadas por los agricultores chinos permanecieron básicamente sin cambiar, al igual que la práctica de usar el buey para trabajar en el campo. Con frecuencia, dice Juan, esas primeras familias rurales desarrollaron sentimientos tan fuertes hacia sus bestias de tiro que rehusaban comer carne de res.

En los años cincuenta y sesenta, el Gobierno promovió mejoras en la tecnología agrícola e introdujo maquinarias para reemplazar el esfuerzo humano y las bestias de tiro. Sembradoras mecánicas reemplazaron el arado, la grada y el azadón, y los turistas que llegan a Taiwan hoy difícilmente podrán encontrar un buey trabajando en el campo.

En su ponencia, Juan agradeció a los antepasados por inventar los instrumentos de labranza y fundar las artes agrícolas chinas. El también recordó al público que no hay que olvidar que la vida del campo está interconectada con el ciclo de las estaciones. El ciclo anual, dice, es inseparable del ciclo de la vida.

Los seres humanos se enfrentan a crisis cuando entran a cada nueva fase, de modo que los antepasados crearon prácticas para enfrentar esas crisis. Con el tiempo, tales prácticas se convirtieron en tradiciones.

Según las costumbres chinas que todavía se practican hoy en día, los bebés son bañados en una forma especial en sus primeros tres días y se les protege del peligroso mundo exterior durante todo un mes después de haber salido del vientre de su madre. Ellos sólo pueden ver a sus familiares por primera vez en una ceremonia para celebrar su supervivencia en el primer mes. Juan observa que la costumbre también protege a la madre durante ese mes.

Juan acredita las prácticas estacionales asociadas con la vida del campo al inicio del Año Nuevo chino. El también describe varias costumbres, que todavía se observan en cierta forma hoy en día, cuyos orígenes se encuentran en la vida rural de las aldeas.

En el primer día del Año Nuevo, la gente se levanta bien temprano para adorar a los dioses. En el segundo día, las hijas casadas retornan para visitar la familia. En el tercer día, la gente queda tan cansada que desea dormir temprano. Su excusa era que los ratones de la casa celebraban una ceremonia de matrimonio esa noche. En el cuarto día, la gente recibe a los dioses que retornan del cielo. Las personas eran especialmente corteses durante esos cuatro días. En el quinto día, la gente retorna a su horario regular de trabajo.

El 15° día del nuevo año se celebra con un festival de faroles, que pone de relieve la habilidad manual de los campesinos. Otras costumbres supersticiosas, tales como las jóvenes que recogen secretamente las cebollinas de otros para aumentar las posibilidades de casarse con un marido ideal, o de las mujeres casadas recolectando bambú de la cerca de otros para ayudarlas a quedar embarazadas, tienen sus orígenes en las aldeas rurales.

Incluso la historia del vaquero y la tejedora, una de las leyendas chinas más famosas, era una lección que reflejaba los valores de una sociedad agraria, dice Juan. La joven pareja recién casada, absorbida en el amor entre los dos, fue castigada por no cumplir con sus deberes. Ellos fueron forzados a permanecer eternamente en los lados opuestos de la Vía Láctea, y se les permite reunirse sólo una vez al año.

El segundo día del segundo mes lunar es el cumpleaños del Dios de la Tierra. Los agricultores adoraban al Dios de la Tierra debido a que podía determinar una buena cosecha.

Durante el tercer mes lunar, la gente iba de excursión –especialmente durante el tiempo del Día de los Difuntos, un fuerte ejemplo del culto chino hacia los antepasados. Juan enfatiza que la sabiduría de esta tradición se debe a que el clima en primavera es apto para las actividades al aire libre. Esto era un convite especial para las mujeres de los tiempos de antes, que generalmente no tenían la libertad para salir de casa.

El quinto, sexto y séptimo mes del calendario lunar eran considerados en conjunto como la época venenosa. Debido a que el clima se volvía tan caluroso, la gente se enfermaba fácilmente y aparecían muchos insectos peligrosos. La gente de las aldeas pasaba más tiempo cerca del agua, y así comenzó la tradición de las regatas de los botes dragón. Los aldeaños recolectaban hierbas silvestres que curan las enfermedades de la estación y colocaban plantas especiales alrededor de la casa para ahuyentar los males. Según Juan, la gente en el pasado no tenía nociones de sanidad como para salvaguardarse de las enfermedades. En vez, ellos creían que las mismas eran causadas por espíritus malignos.

Como los antiguos decidieron que el séptimo mes lunar era un buen momento para descansar, ellos comenzaron a creer que las ánimas eran liberadas del infierno para deambular por la Tierra durante este mes. Esto forzó a las personas a dejar de lado el trabajo para dedicarse a la más importante tarea de apaciguar los espíritus de sus antepasados fallecidos, o de lo contrario serían castigadas. Eso es obviamente otra creencia que insta al culto a los antepasados.

En la noche del Festival de Medio Otoño, las familias campesinas se quedaban despiertas hasta muy tarde para charlar, hacer largas caminatas, y disfrutar del clima fresco de la temporada y la hermosa luna. Según las creencias chinas, permanecer despierto hasta muy tarde en esta noche particular podría aumentar la esperanza de vida de los padres de uno.

En el 24° día del duodécimo mes lunar, se envía al Dios de la Cocina de vuelta al cielo, de manera que las familias campesinas le ofrecen dulces para sobornarlo a que presente un buen informe sobre la diligencia de la familia durante este año a Yu Huang Ta-ti, el emperador supremo de los dioses.

En las comunidades campesinas pobres, muchas familias no pueden darse el lujo de pagar enormes sumas de dinero por una suntuosa ceremonia matrimonial, así que realizan nupcias extremadamente sencillas. Como ellas no desean que los dioses vean su fracaso al no organizar una celebración adecuada para tan importante ocasión, dice Juan, ellas programan las bodas de sus hijos y nueras para que coincidan con una época cuando todos los dioses se han regresado de vacaciones al cielo.

Las costumbres asociadas con la vida rural de antes han prevalecido a través del tiempo y se han convertido en respetadas tradiciones que continúan jugando un papel importante en la vida china moderna. Esas tradiciones sirven para inculcar en sus seguidores una sensación de comunidad y respeto hacia otros que, según Juan, sirve como una guía para la vida diaria, y ayuda a mantener la ley y el orden público.

Traducido por Luis M. Chong L. de Taipei Journal

Popular

Más reciente