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Li Kwoh-ting: una vida de contribuciones

16/06/2001
El consejero veterano de la Presidencia, Li Kwoh-ting, mejor conocido internacionalmente como K. T. Li, falleció el mes pasado a la edad de 91 años. Personalidades políticas de la actual Administración y de los partidos de oposición, así como importantes economistas y expertos en tecnología, presentaron sus respetos a Li, enviando mensajes de condolencia a su familia.

“Li es el padre de la tecnología y de la economía. Su gran contribución al desarrollo económico y tecnológico de Taiwan así como sus reformas financieras siempre serán recordadas”, dijo la Oficina Presidencial en una declaración.

Lee Yuan-tseh, presidente de la Academia Sínica, recalcó: “Li era una persona brillante. Posiblemente no encontraremos otra como él”. Altamente respetado por su previsión e integridad, Li fue descrito como el arquitecto que llevó a Taiwan de la pobreza a la riqueza. Su vida como funcionario está estrechamente relacionada al desarrollo de la República de China.

Después de graduarse de la Universidad Nacional Central en Nanking, provincia de Chekiang, China continental, Li recibió una beca para estudiar física nuclear en el Colegio Emanuel de la Universidad de Cambridge, en 1934. Tres años después, Li rechazó una extensión de su beca y retornó a la República de China, uniéndose a sus compatriotas en su lucha contra la invasión japonesa.

Durante fines de los años cuarenta, cuando el Partido Chino Comunista tomó el poder sobre China continental, Li se trasladó a Taiwan y ocupó el puesto de presidente de la Corporación de Construcciones Navieras de Taiwan. En 1953, fue invitado a trabajar para el Gobierno como miembro de la Comisión de Desarrollo Industrial bajo la dirección de la Junta de Estabilización Económica. Desde entonces, Li empezó a dedicarse a formular su visión sobre el desarrollo industrial de Taiwan.

Durante el período inicial de la administración del Kuomintang tras el traslado de su sede a Taiwan, el desarrollo económico de la isla dependía de la asistencia de naciones occidentales. Como secretario general del Consejo para la Asistencia de Estados Unidos (1958 a 1963), Li estaba consciente de la incertidumbre de la ayuda financiera extranjera y, por lo tanto, sugirió que se adoptaran medidas preparatorias.

Aprendiendo de la experiencia de Hong Kong, Li propuso el establecimiento de condiciones necesarias para estimular las inversiones y el desarrollo. Los procedimientos administrativos para los proyectos de inversión fueron reestructurados y se ofreció tratamiento preferencial a las empresas nacionales así como a los inversionistas extranjeros. La aprobación de estas medidas en 1960 dio lugar a la estabilidad industrial cuando Estados Unidos dejó de otorgar asistencia en 1964.

Más tarde, Li asumió el cargo de presidente del Fondo para el Desarrollo de la Cooperación Económica Internacional. Mientras que muchas naciones en vías de desarrollo adoptaron estrategias para promover la industria pesada y reemplazar las importaciones, Li defendió también el desarrollo de la industria ligera orientada a las exportaciones. Como consecuencia, la industria textil, incluyendo la fabricación de fibras sintéticas y de ropa, fue promovida, convirtiéndose en la principal fuente de las exportaciones de Taiwan.

Su previsión no pasó inadvertida, y Li fue nombrado ministro de Economía en 1965 cuando promulgó los Estatutos para el Establecimiento y Regulación de las Zonas para el Procesamiento de las Exportaciones. Un año más tarde, la República de China estableció su primera zona para el procesamiento de las exportaciones en terreno ganado al mar en Chungtao, en la ciudad de Kaohsiung, en el sur de Taiwan.

Para 1969, otras dos zonas —una en Nantze, Kaohsiung, y otra en Taichung, en el centro de la isla— fueron creadas, atrayendo inversiones extranjeras e incrementando las oportunidades de empleo. Durante su mandato como ministro de Economía, el promedio del crecimiento económico fue del 10%; el crecimiento de la producción industrial llegó al 17,7%; y el índice anual del crecimiento de las exportaciones fue del 20%. Esto marcó el inicio del milagro económico de Taiwan.

En 1969, fue transferido del Ministerio de Economía para desempeñar el cargo de ministro de Finanzas. Durante este mandato, fomentó la reforma a gran escala del sistema financiero nacional e hizo que se aprovecharan al máximo los presupuestos del Gobierno.

Sin embargo, dado que diez importantes proyectos de construcción nacional ya se habían emprendido en ese entonces, la decisión del Gabinete para no incrementar los impuestos representó una gran carga para el tesoro nacional. A pesar de las crecientes presiones inflacionarias causadas por la crisis petrolera internacional, Li defendió la introducción de mecanismos de mercado en la ya planificada economía, permitiendo que los índices de los precios al consumidor reflejaran la oferta y la demanda.

Tras de salir del Ministerio de Finanzas, Li se mantuvo activamente involucrado en la planificación económica. Durante el período de 1976 a 1988, antes de ser nombrado consejero veterano de la Presidencia, sirvió como ministro de Estado. En este período estableció una base tecnológica para elevar los sectores industriales de Taiwan.

En 1978, organizó la primera conferencia nacional sobre ciencia y tecnología con el objetivo de estimular la política del país hacia las ciencias y aumentar los estándares tecnológicos de la isla.

Tras la formulación de la resolución, se inauguró el Parque Científico Industrial de Hsinchu con el objetivo de crear un ambiente propicio para el desarrollo del sector de la alta tecnología, especialmente de la informática. Además, el Instituto para la Industria Informática fue creado en 1979 con el fin de avanzar en el diseño del soporte físico y lógico, así como para promover la computarización y la automatización.

Posteriormente, ayudó a reclutar académicos y expertos extranjeros famosos para que sirvieran de asesores gubernamentales en ciencia y tecnología. Además, visitó a taiwaneses —radicados en el exterior— con experiencia en alta tecnología para persuadirlos a retornar a la isla.

Morris Chang, presidente de Taiwan Semiconductor Manufacturing Corp. (TSMC, siglas en inglés), fue uno de los muchos que Li convenció. Chang regresó a Taiwan para trabajar como presidente del Instituto de Investigaciones sobre Tecnología Industrial, organismo semi oficial, y luego estableció la TSMC. Chang, quien inicialmente se desempeñó como presidente de Texas Instruments, con sede en Estados Unidos, recalcó que sin el apoyo pleno de Li para solicitar fondos del Gabinete en 1986, la TSMC no existiera ahora.

Li nunca vaciló en ayudar a las empresas privadas y a empresarios con gran potencial. Aparte de Chang, el presidente de Mitac International Corp., Matthew Miau; el presidente de Acer Group, Stan Shih; y el presidente de United Microelectronics, Robert Tsao; recibieron la asistencia y el estímulo de Li, quien a pesar de su fama y alto rango, llevaba un estilo de vida modesto.

Los logros de Li también fueron reconocidos internacionalmente. El Gobierno de las Filipinas le entregó una mención en 1968, y Jordania también lo invitó a ser consejero económico del Rey Hussein en 1973.

Entre los doce títulos de doctorado honorario que recibió, cinco le fueron otorgados por universidades extranjeras, incluyendo la Universidad Sung Kyun Kwan, de Corea del Sur; Universidad de Maryland; Universidad del Estado de Nueva York, en Stony Brook; Universidad de Boston, Estados Unidos; el Colegio Emanuel de la Universidad Cambridge, Reino Unido; y la Universidad China, en Hong Kong. Además, en la década de los noventa, el Centro de Asuntos Internacionales de la Universidad Harvard estableció la cátedra Li Kwoh-ting, y a uno de los campus de la Universidad Stanford también se le dio su nombre.

Incluso, su entendimiento sobre el desarrollo económico ha sido muy apreciado en China continental. Desde 1993, las universidades de China continental empezaron a coleccionar los artículos y ensayos de Li, publicándolos en 15 volúmenes. Ese mismo año, Zhu Rongji, primer ministro de China continental, invitó, a través del Banco Mundial, a Li a participar en una conferencia internacional para promover la experiencia económica de Taiwan.

Cuando era elogiado por sus numerosos logros, Li siempre contestaba con modestia que simplemente había hecho lo correcto en el momento oportuno. Aún así, sus contribuciones a la economía de Taiwan no se limitaron a la puesta en marcha de ciertas medidas: mejoraron el ambiente de inversión en general. Debido a ésto, Taiwan pudo sobrevivir la crisis mundial del petróleo y el aislamiento diplomático, atrayendo continuamente capital y recursos humanos.

Con la actual recesión económica nacional e internacional, muchas personas en Taiwan sienten nostalgia por el período en que el fallecido asesor presidencial dirigía el desarrollo económico de la isla. Sin embargo, algunos observadores han señalado que muchos de los objetivos de Li fueron alcanzados durante un régimen autoritario. No obstante, en la sociedad democrática de hoy, un mayor desarrollo económico requiere de cooperación entre todas las partes interesadas: la Administración, los legisladores y el pueblo.

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