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Taiwan en lo íntimo del corazón de Mackay

06/06/2001
En 1878, George Leslie Mackay se casó con una mujer local, Chang Tsung-ming, y tuvieron dos hijas y un hijo, quien también se convirtió en misionero. (Fotos cortesía de la Iglesia Presbiteriana de Taiwan)

Durante muchos días en el Pacífico, George Leslie Mackay es llevado en dirección al Oriente, cada vez más lejos de sus costas natales en Canadá. Pero, este oceáno no hizo honor en nada a su nombre, siendo cualquier cosa menos “pacífico”. Durante el largo viaje, el vapor donde iba Mackay es sacudido violentamente.

El primer misionero de la Iglesia Presbisteriana Canadiense en suelo chino es enviado a Swatow, un puerto comercial en la provincia de Kwangtung, China continental. Pero, por razones desconocidas, Mackay desea ver otro lugar.

Al llegar, el diría que cuerdas invisibles lo jalarían a un puerto en una isla entonces conocida como Formosa —la Taiwan del día de hoy, situada a 220 kilómetros de la costa sudoriental de China continental.

Esta visita a fines del siglo XIX sería bastante afortunada para Taiwan y la influencia de Mackay aún se siente en el día de hoy.

El doctor misionero tenía 27 años de edad cuando arribó en 1871, desembarcando en la parte sur de la isla. Era la época de Navidad, pero Taiwan estaba cubierta de verdor y el clima era caliente.

Al año siguiente, el hombre apodado por los locales como el “bárbaro de barbas negras” decidió ubicarse en el puerto de Tamsui, situado en la parte noroccidental de la isla, donde establecería una misión. Cuando el vapor navegaba hacia el norte bordeando la costa, Mackay expresó sentir paz por primera vez desde que comenzó su jornada transoceánica cuando avistó Tamsui. Pero lo monumental de la tarea que le esperaba pronto quedaría en evidencia, ya que no habían otros misioneros en la región.

En los años 1870, los extranjeros no eran una curiosidad en Tamsui —entonces el más próspero puerto comercial de la isla— como lo eran en los pueblos y aldeas montañosas en el interior. Pero para los “demonios extranjeros” en sí, el clima húmedo de la isla era excesivamente difícil de soportar y resultaba duro adaptarse. Las enfermedades y la muerte rodeaban a Mackay, con diferencias culturales y linguísticas agravando las dificultades. De hecho, al inicio no era del todo bienvenido y el ambiente estaba lleno de amenazas.

En un incidente, Mackay asustó a varios niños que pastoreaban sus búfalos de agua. En otro, él fue regañado por académicos chinos. Pero Mackay siguió llevando fuertemente su misión de predicar el Evangelio y ofrecer atención médica. El joven misionero se dedicó de lleno a aprender el dialecto fukienés. El sabía que hablar una lengua local sería crucial para convertir al cristianismo a personas en una tierra donde la gente es predominantemente budista y taoísta.

Con paciencia, cuidado amoroso y apreciación de la cultura local, este particular demonio extranjero finalmente se ganó el respeto de los residentes de la isla, incluyendo a los letrados y la orgullosa élite.

En el undécimo mes de la llegada de Mackay a Tamsui, cinco personas fueron bautizadas. Los nuevos cristianos fueron el primer discípulo de Mackay, Yen Ching-hua, junto con un escritor, un carpintero, un pintor y un campesino. En los años siguientes, más y más personas llegaron a la iglesia.

El éxito de la misión de Mackay se atribuye en gran medida a sus servicios médicos. Muchas personas que originalmente estaban en contra de él finalmente cambiaron sus actitudes o inclusive se convirtieron al cristianismo debido a que el buen doctor había curado sus males o les había salvado sus vidas. Se estima que Mackay extrajo más de 20 mil dientes. Además, ofreció tratamiento gratuito con quinina a los que sufrían de malaria.

En 1879, el diligente misionero fundó la Clínica Mackay en Tamsui, el primer hospital al estilo occidental en Taiwan. En su clínica, Mackay trató a muchos pacientes mientras que al mismo tiempo proclamaba las buenas noticias de Jesucristo. Hoy, el edificio de la clínica sigue bien conservado y se encuentra al lado de la Iglesia Presbiteriana de Tamsui.

En sus 29 años en la isla, Mackay estableció un hospital, cuatro escuelas y más de 60 iglesias, incluyendo muchas para aborígenes en el norte, en las regiones montañosas y en las islas fuera de la costa, donde él bautizó a más de cuatro mil creyentes.

Mackay hacía frecuentes giras fuera de su sede en Tamsui para visitar iglesias y explorar regiones remotas. Durante sus viajes de predicación, siempre se ofrecían servicios médicos.

Por casi tres décadas, Mackay también se dedicó a promover la educación en la isla. Taiwan se encontraba en lo más íntimo de su corazón. El estaba profundamente interesado en el pueblo, historia, geología, flora y fauna de su hogar adoptivo. El se casó con una mujer local, forjando un lazo más estrecho con la sociedad taiwanesa.

Cada vez que viajaba a Canadá, él siempre retornaba a la isla. Mackay murió de cáncer de garganta el 2 de junio de 1901, a la edad de 58 años. Sus restos descansan en Tamsui, donde una calle lleva su nombre como testimonio de su espíritu pionero y su fuerte convicción religiosa.

Respetado hoy como una parte importante de la historia de Taiwan, Mackay viajó al sur de Tamsui hasta los distritos de Hsinchu y Miaoli para predicar el Evangelio entre los aborígenes. Sus esfuerzos fueron bien compensados, ya que muchos aborígenes se convirtieron al cristianismo.

Para conmemorar el centenario de su muerte, la Iglesia Presbiteriana de Taiwan, en cooperación con la Oficina Comercial de Canadá y el Museo Shung Ye de los Aborígenes Formosanos, ha organizado una serie de actividades que se iniciaron en febrero del presente año.

Las actividades incluyen seminarios académicos, servicios religiosos, un concierto conmemorativo, recorrido con antorcha por siete ciudades donde Mackay fundó escuelas o iglesias y una exhibición de artefactos aborígenes de la Colección Mackay que se conserva en el Real Museo de Ontario, Canadá.

La Dirección General de Correos emitirá una estampilla conmemorativa el 1° del próximo mes para recordar la memoria del misionero que dedicó toda su vida a Taiwan y para fortalecer los lazos de amistad entre Canadá y Taiwan.

En el día de hoy, la Universidad Aletheia, el Colegio Básico de Enfermería Mackay, el Colegio Secundario Tamkang y el Colegio Teológico de Taiwan son instituciones que tienen orígenes en las escuelas que fundó Mackay.

Traducido por Luis M. Chong L. de Taipei Journal

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