Tras de viajar 30 horas en avión y manejar más de cinco horas en caminos llenos de hoyos y cubiertos de polvo, un grupo de ayuda de Taiwan llegó a Gouin, una pequeña aldea donde 1.350 niños reciben apoyo financiero regular de parte de sus “padres adoptivos” en Taiwan dentro de un programa patrocinado por Visión Mundial de Taiwan.
En la reciente visita a la aldea situada en un remoto rincón del sur de Haití, el grupo de Taiwan fue recibido por un rótulo en la entrada del pueblo que tenía escrito “Bienvenidos y gracias” en francés y chino, así como una bandera de la República de China ondeando en el asta.
Los aldeanos, con sus mejores vestidos de domingo, aunque muchos de ellos descalzos, bailaban y sonaban los tambores para darle la bienvenida a los visitantes y expresar su agradecimiento por la compasión y el apoyo financiero de personas en la lejana isla de Taiwan.
Los pobladores decidieron denominar su pueblo “Villa de Taiwan” el día en que llegaron los visitantes de la República de China. El grupo visitó el hogar de una madre soltera, Marci, quien está criando 10 niños en una casa de concreto de una habitación que ella construyó con el dinero donado por Visión Mundial el año pasado.
Los integrantes del equipo también visitaron la casa en mal estado de una niña de 13 años que apenas comenzó su primer grado de primaria el año pasado, gracias a la ayuda proporcionada por los donantes de Taiwan. Su madre no puede darse el lujo de comprarle un uniforme escolar y ella recibe a los visitantes con una sonrisa tímida y los pies descalzos.
Shao Ching-ming, presidente de Visión Mundial de Taiwan, quien acompañó al grupo en su gira por Gouin, señala que la gente en esta pobre aldea “no tiene nada consigo excepto una voluntad para sobrevivir”.
Con veintiún dólares estadounidenses donados mensualmente por cada uno de los 1.350 padres adoptivos en Taiwan, la organización lanzó el año pasado su campaña “puedo hacer” para ayudar al pueblo de Gouin a contratar maestros y comprar libros de texto para los niños, perforar pozos en la aldea atacada por sequías, así como adquirir semillas e insumos agrícolas para los campesinos.
Al encontrar dificultades para seguir adelante con su campaña “puedo hacer” debido a sus limitados fondos, Visión Mundial de Taiwan lanzó un nuevo esfuerzo de recolección de donaciones a fines del año pasado.
Hasta ahora, el plan “mil horas de auto-privación para crear diez mil milagros”, destinado a atraer diez mil nuevos donantes durante el período 2000-2001, ha encontrado padres adoptivos u otros donantes para más de cinco mil niños pobres en Haití y República Dominicana, señaló Chao.
“El esfuerzo continuará hasta que encontremos un donante para el niño diez mil en los dos países”, indicó.
En el pasado, Visión Mundial de Taiwan organizó actividades de “30 horas de ayuno” para permitir que la gente en Taiwan sienta en carne propia el hambre y done dinero a la organización caritativa para apoyar sus esfuerzos de ayuda humanitaria dentro y fuera del país.