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Los buses de Taipei se rigen por los números

06/04/2002
Un bus se detiene en una intersección de Taipei. Existen alrededor de 280 rutas de buses municipales en la ciudad, pero las designaciones numéricas de las mismas son mucho más altas. (Fotos de Chen Mei-ling)

El simbolismo es un aspecto importante de la cultura china y los números constituyen uno de los símbolos más poderosos. Lejos de ser algo pintoresco, las anticuadas tradiciones que vienen de un tiempo cuando la influencia de las fuerzas paranormales del mundo parecía más inmediata, los números y sus significados místicos están presentes en la vida diaria de muchos chinos y pueden influenciar fuertemente en las decisiones, tanto pequeñas como grandes.

En una ciudad tan grande como Taipei, que cuenta con un extensivo sistema de autobuses, escoger el bus que uno debe tomar es una pequeña decisión de la vida, pero a la vez una que es muy afectada por los números. La mayoría de las personas conocen acerca de la aversión que sienten los orientales hacia el número cuatro. En mandarín, así como en el dialecto taiwanés, y en las lenguas coreana y japonesa, la pronunciación del número cuatro suena muy similar a aquella de “muerte”, colocando este número en el tope de la lista de aquéllos que deben ser evitados.

Al igual que en Occidente, donde muchos edificios saltan del piso 12 al 14, se arguye que existen menos pisos cuatro que los cinco en Taiwan. Los espacios para oficinas y los apartamentos que se encuentran en el cuarto piso de muchos edificios tienen una renta por alquiler mucho más baja y muchas veces terminan alquilados por extranjeros. Pero la mala suerte asociada con el número cuatro, al igual que con varios otros números, va mucho más allá. De hecho, esta tradición no se ha perdido en la oficina gubernamental que escoge las designaciones numéricas para los buses de Taipei.

“Existen alrededor de unas 280 rutas de buses en la ciudad”, dice Chang Hua-chen, funcionario de la Oficina de Transportes de Taipei. Pero, los observadores cuidadosos notarán que los números de ruta sobrepasan ampliamente esa cifra. Algunos buses tienen numeración por encima del 900.

“La Oficina decide acerca de un número para la ruta solamente después que se ha delineado el curso de la misma”, explica Chang. “No en tan fácil como aparenta ser”.

Como ya se mencionó, el número cuatro en sí es tabú y por lo tanto es evitado cuidadosamente por aquellos negocios que involucren una percepción pública, tales como transporte y seguridad vial. Nadie desea montarse en un bus que esté visiblemente rotulado “muerte”. Sin embargo, peor sería el número 94. En taiwanés, la pronunciación del número suena muy parecido al verbo “ser arrollado”. Si se le agrega otro cuatro, el número sonaría como una frase: “ser arrollado hasta morir”. Obviamente, ésto es algo que mejor no aparezca en un vehículo usado para el transporte masivo. Y la oficina evita usarlo.

Extrañamente, el número 49 no está asociado a ningún estigma y es una ruta muy popular. Lo mismo ocurre con muchas otras rutas que terminan en cuatro, como 284 y 304.

La circunstancia desafortunada de una pronuciación igual en un lenguaje multitonal no es la única raíz de ideas muy populares pero injustificadas con respecto a ciertos números. La política puede ser una poderosa fuerza de superstición en Taiwan. El ocho, por ejemplo, es considerado por algunas poblaciones chinas como un número de buen augurio. Los cantoneses en especial, están particularmente enamorados con el número y la gente rica en Hong Kong con frecuencia gasta enormes sumas de dinero para arreglar que ese número aparezca en las placas de los automóviles, números telefónicos o direcciones.

En mandarín también, el número suena como la palabra “desarrollo” y por lo tanto es intrínsicamente de buen augurio. Desafortunadamente, también era el número designado al Octavo Ejército de Ruta de Mao Tse-tung, que derrotó a las fuerzas nacionalistas en China continental, forzando su retirada a la isla de Taiwan. Desde que el generalísimo Chiang Kai-shek trasladó la sede del Gobierno de la República de China a Taiwan, ha existido una ley no escrita que prescribe que el número ocho no debe ser usado en aplicaciones oficiales o comerciales.

Hace unos años, la oficina de transporte rompió el tabú y asignó el número a un par de rutas de buses que sirven los suburbios. La posición de la oficina es que los tiempos han cambiado y el ambiente político no es el mismo de los años cincuenta. Aún así, las rutas de bus con el número ocho no duran mucho. Por alguna razón, la gente sencillamente no se monta en ellas.

También existen ciertos números que sólo muy recientemente han desarrollado connotaciones negativas. Los números 911 y 921 se han arraigado en la psicología nacional asociados con eventos trágicos. El primero es una abreviatura que comúnmente se usa para referirse a los ataques terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos, mientras que el último se refiere al devastador terremoto que azotó el centro de Taiwan el 21 de septiembre de 1999, ocasionando la muerte de miles de personas. Por esa razón, son evitados como posibles denominaciones para los buses.

Como deferencia para los extranjeros que visitan Taipei y una señal de hasta dónde se han infiltrado las ideas occidentales y han sido interpretadas por la cultura local, el número 13 también se encuentra en la lista negra de la oficina.

Al igual que algunos números denotan ilógicamente la mala suerte, algunos otros conllevan una imagen positiva. En muchas naciones predominantemente cristianas, existe una aversión al número 666 debido a sus implicaciones satánicas en la tradición bíblica. Siendo principalmente budista y taoísta, la cultura taiwanesa es inmune a esta superstición. En vez, el número seis es considerado afortunado y dos seis suenan como “viento en popa” en mandarín. Añada un ocho y sonará como una frase que implora la buena fortuna encaminada hacia usted.

Una compañía de buses de Taipei recibió recientemente el derecho para usar el número 668 para una de sus rutas. Para celebrar y dar publicidad al bus con sonido tan auspicioso, la compañía realizó una promoción donde se entregó pequeños sobres rojos con tarjetas de bus con valor almacenado para los primeros 668 pasajeros que tomaron dicho bus.

Hace unos años, el 520 fue adoptado como un nuevo número de ruta y la compañía de buses la promocionó de una manera muy especial. Debido a que la pronunciación de 520 en mandarín se asemeja vagamente a “yo te amo”, los jóvenes suelen usar el número cuando envían mensajes rápidos a sus novios o novias. Siguiendo esta tendencia, la compañía decoró los buses de la ruta 520 con encajes rojos y rosados para que lucieran románticos para el Día de los Enamorados. La promoción fue un gran éxito.

Naturalmente, se toman en cuenta muchas otras consideraciones al momento de escoger la designación para una ruta de bus. Las otras reglas cubren aspectos tales como la distancia recorrida, dirección, punto de partida y destino final, sólo para mencionar unos pocos. Por ejemplo, los buses de Taipei con números menores al 100 se refieren generalmente a rutas cortas. Aquéllos que comienzan con los números dos o seis van algo más lejos, mientras que las rutas en los 700 son tramos muy largos.

Con certeza, Taipei no se encuentra sola en este aspecto. Cada ciudad que tenga un sistema de transporte municipal indudablemente tiene que enfrentarse a problemas numerológicos. Aún así, parece que existen muchas más complicaciones en Taipei, donde los números están imbuídos con tan profundos significados.

Según la oficina, era raro que las compañías de buses pusieran tanta atención a cosas tales como los números en el pasado. Hoy, ellas tienen que usar todos los recursos a su alcance para no pasar por alto los temores irracionales de los potenciales pasajeros, a la vez que procuran obtener más negocios en momentos en que los viajeros diarios optan por el relativamente nuevo, limpio y barato sistema de tren subterráneo. Este se ha convertido en una fuerte competencia para las compañías de buses.

Antes que fuera construido el sistema de transporte rápido en masa, los residentes de la capital dependían exclusivamente de los buses, carros y las omnipresentes motocicletas para movilizarse. El tráfico de las calles y la calidad del aire --especialmente durante las horas pico-- eran peores que ahora. Hoy, los viajeros diarios se refieren nostálgicamente a esos tiempos como la “edad negra” del tráfico de Taipei. Sin embargo, los ejecutivos de las compañías de buses tienen otro nombre para la era. Para ellos, fue la edad de oro.

Traducido por Luis M. Chong L. de Taipei Journal

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