28/04/2024

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Una gratificante jornada espiritual

26/02/1997

"Con frecuencia rezo por Taiwan", fue la respuesta que el papa Juan Pablo II dio al vicepresidente y primer ministro de la República de China, Lien Chan, cuando le solicitó al Santo Padre que orara por Taiwan.

A pesar que el vicepresidente y primer ministro Lien no es un creyente católico, quedó visiblemente inspirado por las palabras del Sumo Pontífice.

Lien, acompañado por su esposa y una comitiva especial, llegó al Aeropuerto Internacional Leonardo Da Vinci de Roma el 13 de enero pasado, siendo recibido por el subdirector de protocolo de la Santa Sede; el embajador de la República de China ante el Vaticano, Raymond R. M. Tai; y el representante de la República de China en Italia, Hung Chien-chao.

En la mañana del 14 de enero, la delegación del vicepresidente Lien se trasladó desde el hotel donde estaba alojada en Roma al Vaticano. Allí comenzó una importante jornada espiritual.

El vicepresidente Lien fue recibido en una audiencia privada por Su Santidad, el papa Juan Pablo II. La audiencia, que estaba originalmente prevista para 20 minutos, se prolongó a 35 minutos.

Lien Chan es el funcionario de más alto rango de la República de China que ha visitado el Vaticano.

En la audiencia privada, el vicepresidente Lien invitó al papa Juan Pablo II para que realice una visita a la República de China. "El pueblo de la República de China y, especialmente los trescientos mil católicos que hay en mi país que aprecian mucho al Papa, lo invitan calurosamente a la República de China para un viaje pastoral", le dijo Lien. El Santo Padre manifestó que tomaría muy en cuenta visitar Taiwan en su próxima visita pastoral al Asia.

La audiencia se inició a las 11:30 de la mañana; Lien y el Papa conversaron en forma privada. Treinta y cinco minutos más tarde, se volvería a abrir la puerta del salón para llamar al resto de la comitiva que esperaba afuera el recibimiento por el Sumo Pontífice.

El vicepresidente Lien le manifestó al Papa que el Gobierno de la República de China desea apoyar con acciones concretas el llamado del alto ideal de paz y amor del Santo Padre. En el transcurso de la reunión, Lien hizo entrega en nombre de la República de China al Papa de una donación de un millón de dólares estadounidenses para ayudar a las obras humanitarias de la Iglesia.

Al día siguiente, la comitiva vicepresidencial se enteró por los diarios que el Sumo Pontífice ya había entregado a Caritas la donación hecha para que fuese utilizada para socorrer a los refugiados de la guerra en Bosnia y Africa.

Después de la entrevista con el Sumo Pontífice, el vicepresidente y primer ministro Lien Chan se entrevistó con el cardenal secretario de Estado del Vaticano, Angelo Sodano.

Dirigiéndose a reporteros de la prensa internacional en una conferencia de prensa celebrada después de la audiencia con el Santo Padre, Lien manifestó: "Le transmití los saludos del presidente Lee Teng-hui a Su Santidad, y le entregué una carta personal del Presidente".

Refiriéndose a la visita realizada a la Santa Sede, el vicepresidente Lien indicó que fue muy cálida, amistosa y fructífera. "Hablamos acerca de la situación general en Asia y el mundo", dijo Lien, añadiendo: "Debo decir que sobre los asuntos que hemos tratado ha habido consenso". Esto fue confirmado posteriormente por el portavoz de la Santa Sede, Joaquín Navarro Valls, quien manifestó que durante la audiencia "fue evocada la presente situación internacional, con especial referencia a Asia".

Para los esposos Lien, la reunión privada con el Santo Padre fue, más que un acto protocolar, una reconfortante experiencia espiritual. Cuando se abrió la puerta a las doce y cinco minutos del mediodía para dar entrada a la señora de Lien, desapareció todo el nerviosismo y la tensión que ella tenía cuando vió el aura de santidad que refleja el semblante del Papa. "Sus mejillas rosadas parecían las de un recién nacido", comenta Lien Fang Yui, señora del Vicepresidente. "El y yo conversamos sobre temas cotidianos", agrega.

"Cuando el Papa nos recibió con sus dos manos, una sujetando fuertemente mi mano y la otra sujetando fuertemente a mi marido; sentí que tenía el vientre lleno de palabras del alma que deseaba decirle", escribiría emocionada unos días después en Taipei la señora Lien Fang Yui.

La señora del Vicepresidente le informó al Papa que su hija, Hui-hsin, deseaba transmitirle por intermedio de ella su profunda admiración por el Santo Padre. Ella creyó que el mensaje fue recibido por Su Santidad en forma rutinaria y que todo acabaría allí. Seguidamente, Juan Pablo II saludó al resto de la afortunada comitiva que acompañaba al vicepresidente Lien.

Para sorpresa de todos los presentes, cuando el Papa terminó de repartir los regalos para todos los que estaban en el salón de la audiencia sacó con toda serenidad otro regalo más. Se lo entregó a Fang Yui diciéndole: "Este (regalo) es para tu hija. Que Dios la bendiga". Ese delicado detalle del Santo Padre causó una profunda impresión en todos los que se encontraban en el salón.

Todos los miembros del grupo del vicepresidente Lien se turnaron para tomarse fotos con el Santo Padre. Ese venerable anciano que imparte un brillo de benevolencia dejó un recuerdo imperecedero en los visitantes. La fortaleza que mostró ese hombre con setenta y seis años de edad, que fue herido con arma de fuego hace algunos años y ha sido intervenido quirúrgicamente recientemente, cuando recibió al vicepresidente Lien y su delegación hizo que los visitantes salieran del cuarto con una profunda reflexión espiritual. Afuera, esperaba el Vicepresidente de Suiza su turno para la audiencia con el Santo Padre.

El viaje al Vaticano fue realmente una jornada de meditación. La República de China se encuentra en estos momentos promoviendo una campaña de reforma espiritual. El viaje del vicepresidente y primer ministro Lien Chan a la Santa Sede pone de relieve esa necesidad de renovación espiritual.

Acerca del significado de la jornada espiritual, la directora del 6º Departamento del Yuan Ejecutivo, Gloria Wan-ching Chu, nos comenta que hay que tomar en cuenta el objetivo que persigue la Santa Sede. Al respecto nos dice: "El Vaticano es un país que tiene como objetivo nacional la paz mundial". Ella viajó con la comitiva vicepresidencial a la Santa Sede.

Detallando más acerca del significado de la visita, Chu agrega: "Vemos cómo el mundo de hoy está lleno de violencia e intranquilidad; que los dos lados del Estrecho de Taiwan se encuentran en confrontación, y cómo se encuentra la sociedad en Taiwan. Estamos llevando a cabo una reforma espiritual (en la República de China). Por eso, consideramos que esta visita al Vaticano tiene una importancia trascendental".

El ministro de Estado y convocador del Grupo Consultivo de Ciencia y Tecnología del Yuan Ejecutivo, Yang Shih-chien, quien también integró la delegación de Lien, resalta la importancia de esta visita e indica: "El Papa es el líder espiritual de la Iglesia Católica. El catolicismo es la religión más grande del mundo".

El Estado de la Ciudad del Vaticano es el único país europeo que mantiene relaciones diplomáticas con la República de China. Sin embargo, las relaciones entre los dos países rebasan el nivel ordinario de la diplomacia. El embajador Tai resalta esta realidad al comentar: "No mantenemos relaciones comerciales con el Vaticano. No tenemos ningún interés de por medio. Solamente tenemos una comunión de principios. Nuestras relaciones con el Vaticano se basan en el respeto mutuo. Esto es muy importante debido a que nosotros creemos conjuntamente en la libertad, la dignidad, la vida del individuo, la democracia y la paz. Es una comunión de principios comunes".

Sobre el actual estado de las relaciones entre ambos países, el embajador Tai indica: "Las relaciones entre la República de China y el Vaticano son muy estables. Estables por una sencilla razón: nosotros valoramos la libertad, la democracia, el amor universal y los derechos humanos. Estos valores son iguales que las enseñanzas del Evangelio que predica el Papa".

Otro funcionario que formó parte de la comitiva de Lien, el director general de la Oficina de Información del Gobierno, Su Chi, comenta que el Vaticano, a diferencia del resto de los otros países del mundo, tiene una gran influencia en el plano religioso y espiritual. De allí que las relaciones entre los dos países sobrepasan el plano de lo político.

En esta ocasión, el Papa también manifestó su preocupación por los católicos de Hong Kong y China continental. En especial, los fieles de Hong Kong, cuya suerte puede ser incierta después que sea transferida a la soberanía de China continental en julio del presente año.

El mensaje de paz de esta jornada espiritual debe llamar a reflexión en torno a las relaciones entre ambos lados del Estrecho de Taiwan. China continental no quiere comprender la dimensión espiritual de la Iglesia Católica e insiste en mantener un cisma provocado por el gobierno comunista.

Esta histórica jornada no sólo consolidará más los lazos diplomáticos y religiosos entre la Santa Sede y la República de China, sino que reforzará más el esfuerzo ecuménico de la Iglesia Católica y la integración de la comunidad católica de Taiwan.

Luis M. Chong L.

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