08/05/2024

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Mensaje presidencial para el Año Nuevo

16/01/2000
Damas y caballeros, hoy se celebra el inicio del 89º año de la República de China, y la llegada de un nuevo milenio. En esta nueva etapa de civilización, debemos, con una amplia visión, contemplar la importancia histórica de nuestro desarrollo nacional e identificar los objetivos del futuro desarrollo nacional. Al hacer ésto, podemos construir una nueva y hermosa era para nuestro progreso nacional así como para la paz y prosperidad de la humanidad.

En el transcurso de los últimos cincuenta años, y particularmente en la última década, la reforma continua y los denodados esfuerzos de nuestra ciudadanía han acumulado una abundancia de logros y éxitos. Hemos abierto una nueva era de libertad, democracia, y prosperidad en la historia de la República de China, y escrito un glorioso capítulo en el desarrollo de la civilización.

Desde 1990, hemos promovido la reforma política y realizado el ideal nacional de la “soberanía popular” mediante revisiones constitucionales y consenso nacional, mientras que a la vez hemos mantenido la estabilidad social. No sólo hemos dado a todos nuestros ciudadanos una forma de vida libre y democrática, sino que también hemos establecido un modelo de éxito ejemplar para las naciones en vías de desarrollo y hemos dado nueva fuerza al campo democrático del mundo.

Bajo el principio estratégico de “defensa consolidada y disuasión eficaz”, hemos fortalecido nuestra capacidad de combate y aumentado la modernización de la defensa para garantizar eficazmente la seguridad nacional. También hemos brindado una fuerza estabilizadora para la paz y la seguridad en el Estrecho de Taiwan y en la región de Asia y del Pacífico.

Desde que nuestro Gobierno relajó las restricciones sobre las visitas (de ciudadanos de la República de China) a parientes en China continental, hemos promovido la gradual expansión de los intercambios a través del Estrecho; establecido un canal institucionalizado de consultas; y abierto una nueva era para la competencia pacífica entre los dos lados del Estrecho de Taiwan.

Aunque Pekín continúa creando obstáculos mientras que se niega a hacer frente a la realidad de que los dos lados se encuentran bajo regímenes separados –sin ningún lado subordinado al otro–, nuestro objetivo de crear una nueva China fundada en la democracia, la libertad y la prosperidad equitativa nunca cambiará.

En los últimos años, el Gobierno gradualmente ha logrado éxito en sus planes para convertir a Taiwan en un centro regional de operaciones de Asia y del Pacífico; expandir la demanda interna; fortalecer el sistema económico, y establecer una nación basada en la ciencia y la tecnología. A pesar de los dolorosos y difíciles obstáculos acarreados por la crisis financiera de Asia hace dos años, y del terremoto del 21 de septiembre el año pasado, nuestro robusto sistema económico y eficaces contramedidas nos han permitido vencer muchas dificultades y crear un ambiente favorable para el desarrollo.

No hay límites para el desarrollo nacional, y nuestros esfuerzos no deben cesar. En la villa global, en donde la competencia es intensa y cambia rápidamente, debemos permanecer vigilantes todo el tiempo para mantenernos competitivos. En el año que se inicia, debemos trabajar activamente para crear nuevas oportunidades de desarrollo para la nación a partir del 2000.

El año pasado, el terremoto cobró la vida de más de 2 mil compatriotas, y dejó a más de cien mil personas sin hogar –una trágica pérdida para nuestra nación. Mediante los esfuerzos conjuntos del Gobierno y de toda la nación, las víctimas del terremoto se han reubicado y las tareas de reconstrucción se están realizando éxitosamente. Tenemos confianza y determinación para completar las obras de reconstrucción tras el seísmo, para que todos nuestros compatriotas salgan pronto de las sombras de este desastre y reconstruyan nuestra hermosa patria.

Salvaguardar la supervivencia y el desarrollo de la República de China es la misión conjunta de todos los ciudadanos, mientras que luchar para mejorar la vida de los 22 millones de compatriotas es nuestro principal objetivo. Firmemente mantenemos que los dos lados del Estrecho deben conducir diálogos extensivos y constructivos basándose en la igualdad, para mejorar conjuntamente la interacción a través del Estrecho y promover la paz y la estabilidad en la región de Asia y del Pacífico. Además, debemos luchar activamente para participar en organizaciones internacionales; expandir nuestras relaciones exteriores; asegurar nuestra posición legítima en el nuevo orden internacional; e intentar obtener un margen más amplio de desarrollo, todo ésto con el fin de proteger la dignidad nacional y el bienestar de nuestros ciudadanos.

Nuestra robusta estructura económica fue un factor importante en nuestra habilidad para mantenernos firmes a lo largo de la crisis financiera de Asia, y ella será nuestro principal determinante para el continuo éxito económico en el futuro. Con el fin de hacer frente a una cada vez más intensa competencia global, debemos mejorar nuestra industria; fortalecer nuestras bases económicas; mantenernos al día de los acontecimientos internacionales; establecer un sistema financiero robusto; y mantener el crecimiento económico próspero.

Con la puesta en marcha de un gobierno democrático, el público en general tiene mayores expectativas, haciendo que nuestras responsabilidades sean más desafiantes. Mediante la reestructuración del Gobierno, debemos abrir una nueva era en la ética política para que el Gobierno realmente pueda asumir sus responsabilidades; iniciar innovaciones y reformas; así como resolver activamente los problemas del pueblo. Al hacer ésto, podemos establecer firmemente un Gobierno realmente democrático, del pueblo y por el pueblo.

Las operaciones de nuestras instituciones democráticas gradualmente han tomado forma, y nuestros ciudadanos cada vez se tornan más ardientes en su participación en asuntos públicos. Sin embargo, a medida que avanzamos para convertirnos en una sociedad democrática madura, debemos prestar atención a varias tareas. Debemos dedicarnos a cultivar nuestro entendimiento sobre la democracia y el imperio de la ley; emprender reformas judiciales e innovación educativa; promover el bienestar social y el desarrollo cultural; incrementar el desarrollo comunitario; consolidar nuestro sentido de unidad nacional; y establecer una nueva sociedad que sea bondadosa, humanitaria y llena de justicia.

Desde el terremoto de septiembre pasado, todos nuestros ciudadanos se han manifestado mutuamente amor y preocupación admirables. No fueron solamente nuestros compatriotas que se vieron afectados por el terremoto quienes sintieron el calor del afecto humano, sino que toda nuestra sociedad se ha visto infundida con una fuerza motivadora para renacer y reinventar. Nuestras manifestaciones concretas de preocupación y apoyo mutuo sirven como un punto de partida para la revitalización espiritual en toda la nación. Esperamos que mediante una reflexión profunda por parte de todos, se logre un punto de vista positivo y significativo para dar a la sociedad nueva vitalidad.

Este marzo, llevaremos a cabo la segunda elección presidencial directa. Esta elección es extremadamente importante para la consolidación del gobierno constitucional y la profundización de la democracia. Nuestra ciudadanía entera debe usar el poder de soberanía popular con el fin de establecer la base para el desarrollo sostenible que asegura la prosperidad y la estabilidad de la República de China así como el bienestar de las generaciones futuras.

Debido a nuestros esfuerzos a largo plazo, es muy posible que este año ingresemos oficialmente a la Organización Mundial del Comercio, que involucrará muy de cerca nuestro desarrollo económico con la sociedad internacional y nos permitirá contribuir más activamente a la comunidad mundial. Por lo tanto, la sociedad internacional podrá entender más claramente el papel activo que la República de China ha desempeñado como creador de prosperidad para el mundo con su poderío económico y logros democráticos.

Damas y caballeros, aunque Taiwan posee una extensión territorial y recursos naturales limitados, hemos pasado pruebas difíciles y logrado la sorprendente “experiencia de Taiwan” mediante los esfuerzos conjuntos de toda nuestra ciudadanía. En el futuro, la masiva ola de democratización, globalización y revolución informática continuará teniendo un gran impacto en la civilización. Debemos movernos con estos cambios trascendentales y aprovechar las oportunidades para lograr un desarrollo mayor. Confío en que siempre y cuando realicemos nuestros objetivos comunes y luchemos por el éxito, nuestra nación avanzará hacia una era nueva y brillante.

¡Qué la República de China disfrute de larga prosperidad y qué todos disfruten de un feliz Año Nuevo!

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