06/05/2024

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El retorno de las luciérnagas

26/08/1999
El retorno de las luciérnagas

El retorno de las luciérnagas

El retorno de las luciérnagas

El retorno de las luciérnagas

De arriba hacia abajo: (1) La mayoría de las luciérnagas poseen un aparato luminiscente. Este macho de Lychnuris analis está emitiendo señales para atraer una hembra de su misma especie. (2) Como la mayor parte de los insectos holometábolos, las larvas de las luciérnagas tienen una apariencia totalmente diferente de los adultos. (3) En los últimos años, ha surgido un creciente interés por la preservación de las especies silvestres en Taiwan. La reproducción y cría de las luciérnagas ayudan a reestablecer las poblaciones de insectos que han desaparecido. (4) Una pareja de Lychnuris analis en pleno apareamiento. El macho es más pequeño y alado, mientras que la hembra mantiene un aspecto larviforme. (Fotos de Hsu Huan-chih)

La torrencial lluvia de la tarde ha refrescado un poco la calurosa noche de verano. Junto con otro colega entomólogo, me salgo de la carretera principal que pasa por Nankang, en los suburbios de Taipei, y me interno en un angosto camino usado por los campesinos para sacar sus productos a la ciudad.

En uno de los costados del camino se oye el correr precipitado de las aguas de un arroyo que se ha crecido con la lluvia. De repente, aparece una pequeña cascada que resplandece al ser iluminada con los faroles del automóvil.

Detengo el auto y mi amigo me pide que apague los faroles. “Enciende las luces de emergencia”, me dice.

Sigo sus instrucciones y los foquillos amarillos de emergencia del auto comienzan a encederse y apagarse en forma intermitente. Todo alrededor de nosotros queda sumido a la más completa oscuridad, excepto por el breve segundo que dura el destello de las luces de emergencia.

Esperamos pacientemente que pasen algunos minutos. De repente, mi amigo señala con el dedo en dirección a la cascada. “¡Mira, ya están respondiendo!” Apenas me voy acostumbrando a la oscuridad y no logro distinguir nada. Pero al poco rato comienzo a ver unos débiles destellos entre las piedras de la cascada.

Cuidadosamente nos acercamos y capturamos unos animalillos acuáticos que a primera vista parecían unas pequeñas babosas. Con una linterna y una lupa, nos percatamos finalmente que son larvas de luciérnagas.

En las últimas tres décadas, se han llevado a cabo muchos proyectos de urbanización y modernización en Taiwan. Muchos de esos proyectos han destruido el entorno natural donde viven las luciérnagas. Como resultado, estos interesantes insectos han ido desapareciendo gradualmente en la isla.

Los entomólogos atribuyen ésto a varias causas, entre ellas la destrucción de bosques y humedales; la contaminación de los ríos; el uso de insecticidas y herbicidas; y el creciente número de faroles y otras fuentes luminosas que acompañan los proyectos de urbanización.

Las luciérnagas son insectos muy tímidos y sensitivos. Por esa razón, prefieren sitios oscuros y apartados. Las luces ahuyentan a esos insectos y les inhiben de emitir sus destellos, que son vitales para su existencia, ya que ellas se comunican a través de estos destellos.

Las personas en Taiwan que tienen más de treinta años de edad todavía se acuerdan de las agradables noches de verano de hace unas dos décadas. Sólo había que acercarse a cualquier arrozal a un costado de la ciudad para presenciar el fascinante espectáculo de los destellos de luciérnagas volando.

Desde la antigüedad, las luciérnagas han fascinado a los chinos. Estos insectos son tan comunes en China que con frecuencia aparecen en poemas y cuentos. Tu Mu, un famoso poeta de la dinastía Tang (618-907 d.C.), describe en uno de sus versos:

En Taiwan, existe una conocida canción infantil que se solía escuchar en las noches de verano hace unos 30 años, cuando eran comunes las luciérnagas en el campo. Después de un cansado día de trabajo, la gente en las áreas rurales se sentaba en el portal de la casa para descansar y charlar. En algún momento en la noche, alguien comenzaba a cantar:

Mientras los padres conversaban con sus vecinos, los niños correteaban tras las luciérnagas y repetían este sencillo canto. Con sus destellos, las luciérnagas parecían también divertirse jugando con los niños.

En el norte de Taiwan también había una canción de cuna que mencionaba las luciérnagas:

En China, las luciérnagas también podían servir para otros propósitos. Una historia tradicional narra de la vida de un niño llamado Chueh Yuan, que vivió en la dinastía Tsin (265-420 d.C.). El era tan pobre que no tenía dinero para comprar una lámpara para estudiar de noche. Para leer, Chueh recolectó muchas luciérnagas en un frasco y las usó para estudiar. Finalmente, él se convirtió en un famoso letrado de su época.

Los entomólogos han identificado más de dos mil especies de luciérnagas en el mundo, y en Taiwan se han registrado alrededor de unas 50 especies. Las especies más comunes son Luciola ficta Olivier y Lychnuris analis (Fabricius). Ambas especies habitan en tierras bajas y con frecuencia aparecen en las cercanías de los campos de cultivo, especialmente en arrozales.

Las luciérnagas son insectos holometábolos, es decir, tienen una metamorfosis completa durante su ciclo de vida. Estos insectos pasan por cuatro etapas de desarrollo: huevo, larva, pupa y estado adulto.

Ellas pertecenen a la familia de los lampíridos, dentro del orden de los coleópteros. Los machos y muchas hembras poseen un par de elitros que cubren y protegen las alas. Las hembras adultas de algunas especies son totalmente diferentes a los machos y retienen una forma larviforme.

Las luciérnagas se alimentan de invertebrados, especialmente caracoles y babosas. En su estado larval, ellas buscan caracoles de agua dulce o terrestres y penetran en sus conchas para consumir el blando tejido de sus cuerpos. También consumen otros animales de contextura blanda, tales como las lombrices de tierra. En la mayoría de los adultos, el aparato bucal se atrofia y no ingieren alimento. Su única misión es encontrar una pareja, aparearse y reproducir la especie.

En su estado larvario, las luciérnagas pueden ser clasificadas en acuáticas, semiacuáticas y terrestres. Las larvas acuáticas son buenos indicadores sobre el estado de contaminación de ríos, quebradas y lagunas. Ellas requieren de aguas limpias para sobrevivir.

Las larvas semiacuáticas necesitan un sitio que se encuentre permanentemente húmedo. Por lo general, habitan en sitios con algas, musgos y otro tipo de vegetación que crece en ambientes muy húmedos. Suelen ser encontradas en las orillas de cascadas, riachuelos y lagunas.

Las larvas terrestres deambulan cerca de los claros de bosques y otros sitios de baja vegetación. Por lo general no se alejan mucho de alguna fuente de agua.

Las larvas y adultos de la mayoría de las luciérnagas tienen un órgano generador de luz. En realidad, la luminosidad es una reacción química que ocurre dentro del organismo del insecto. Las luciérnagas poseen un tipo de proteína, la luciferina, que al contacto con una enzima, la luciferasa, produce luminosidad. Este fenómeno se llama bioluminiscencia.

Este tipo de reacción ocurre en las luciérnagas cuando desean comunicarse entre ellas, ya sea para buscar una pareja para aparearse o para otros propósitos. También reaccionan en este sentido cuando se encuentran nerviosas o han sido molestadas.

Se han descubierto ciertas especies de luciérnagas con hábitos caníbales. La hembra imita el destello sexual de una especie afín y atrae a los machos interesados en aparearse con ella. El macho incauto que se acerque a ella es rápidamente capturado y consumido vivo por la golosa hembra. Hasta el presente, no se ha registrado este tipo de comportamiento en las especies de Taiwan.

Como todo en la naturaleza, siempre hay excepciones en la regla. Y esto ocurre con las luciérnagas. Según la noción general, las luciérnagas son insectos de hábitos nocturnos y que emiten luz. Pues, hay que cambiar este concepto. En Taiwan, hay luciérnagas de hábitos diurnos y que no tienen un aparato luminiscente.

En vista de la virtual desaparición de las luciérnagas en muchos sitios de Taiwan, los gobiernos y científicos locales iniciaron varios programas de recobro de estos insectos.

En las ciudades de Taipei y Hualien, así como en muchos lugares de la isla, se ha comenzado a criar y reproducir en forma masiva ciertas especies de luciérnagas a fin de reintroducirlas al campo.

También se hacen esfuerzos para preservar las áreas silvestres y evitar la deforestación. Se han reemplazado las paredes de concreto de muchos estanques, canales de desagüe y arroyos con bancos de tierra para facilitar la reproducción de las luciérnagas.

Otras medidas adoptadas para rescatar estos insectos han sido reducir la corriente de los cauces de arroyos y acequias; controlar la contaminación del agua; cultivar plantas que sean útiles para el ciclo de vida de las luciérnagas; y remover faroles en los sitios donde suelen habitar ellas.

A pesar de los satisfactorios resultados y alentadores logros alcanzados en estos proyectos, aún persisten algunos problemas técnicos.

En primer lugar, solamente se ha logrado reproducir en forma masiva unas dos o tres especies comunes. Las luciérnagas más raras, que posiblemente sean las más amenazadas de extinción, no han podido ser bien estudiadas y muchos esfuerzos por reproducirlas han fracasado hasta el momento.

El problema tal vez radica en que algunas de estas especies menos comunes son selectivas con su alimento. Por lo tanto, ellas consumen sólo cierto tipo de caracoles o invertebrados.

Otro problema es que no se han realizado inventarios biológicos completos en todo Taiwan y muchas veces se ignoran las características del hábitat que requiere cada especie. En varias ocasiones, se han liberado luciérnagas de larvas acuáticas en sitios secos y viceversa.

Sin embargo, los conservacionistas sienten optimismo en el esfuerzo que están haciendo para reintroducir las luciérnagas. Si persisten en su programa y el público en general se preocupa más por la existencia de estos diminutos vecinos alados, pronto las noches de verano en Taiwan estarán iluminadas de nuevo por multitudes de destellos de las luciérnagas.

Texto de Luis M. Chong L.

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