02/05/2024

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Embajador de Costa Rica publica una colección de artículos

26/07/1999
Oscar Alvarez, embajador de Costa Rica ante la República de China, recientemente lanzó su nuevo libro Pensamientos de fin de siglo. Alvarez estudió ciencias políticas y relaciones internacionales. Se ha dedicado fundamentalmente a la enseñanza universitaria durante los últimos veinte años. También ha estado escribiendo en periódicos y revistas. Ha publicado otros libros y más recientemente ha participado en la vida pública de su país. Fue asesor político de dos Presidentes de Costa Rica, incluye
Háblenos sobre el contenido de Pensamientos de fin de siglo.

Es una colección de artículos que escribí y publiqué en los últimos dieciocho años, aproximadamente. Se divide en partes que incluyen diferentes subtemas. Una de ellas, por ejemplo, se titula Entre Oriente y Occidente; otra, Crítica de los estatismos. Otra es propiamente Pensamientos de fin de siglo y la última se llama el Camino hacia el humanismo. En la sección Entre Oriente y Occidente se refleja mi gran interés por los asuntos orientales y asiáticos, así como por promover los puentes y las buenas relaciones entre Oriente y Occidente, y más concretamente las buenas relaciones entre la República de China y la República de Costa Rica.

En mi Crítica de los estatismos presento fundamentalmente una crítica de los estatismos que han caracterizado al siglo XX, desde el nacional socialismo y el fascismo, hasta el marxismo-leninismo en sus diferentes matices. En mi crítica hay una definición a favor de la democracia. Desde luego hay críticas a lo que fue el socialismo en la Unión Soviética y a lo que es todavía el socialismo en lo que aquí se llama China continental. Todo está presente en este capítulo. En Camino hacia el humanismo, en vez de hacer crítica intento hacer propuestas y señalar algunas alternativas o caminos para nuestros pueblos. Estoy pensando lógicamente como costarricense. Entonces pienso en caminos para fortalecer la democracia costarricense, en caminos para hacerla más representativa y participativa. También tengo la preocupación de hacer nuestra democracia más equitativa; es decir, fortalecer la igualdad social, y la preocupación de darle un mayor desarrollo económico.

Por cierto, aprendiendo de los buenos ejemplos, como los llamados milagros económicos de los países de Asia, los llamados cuatro tigres o cuatro dragones, entre ellos la República de China, que para nosotros es un gran modelo digno de ser emulado. Siento que en este libro hay un gran contenido de admiración hacia lo que se ha llamado el milagro económico de la República de China. Un milagro económico que se mantiene sólido a pesar del entorno de crisis en esta zona del mundo. Es decir, a pesar de la llamada crisis asiática, el milagro económico taiwanés se mantiene firme. La economía está estable. Yo digo increíblemente estable. Continúa creciendo, aún con algunos problemas, pero sale adelante. El libro también tiene una mezcla de críticas y propocisiones. Hay una crítica a ciertos sistemas que a mi juicio han sido nefastos en el siglo XX. Y hay propuestas de sistemas que a mi juicio deben caracterizar el siglo que viene y el tercer milenio.

Mi vocación es claramente en el campo de las democracias, en el campo de la libertad y del respeto a los derechos humanos, pero también con una preocupación para fortalecer el desarrollo humano, la equidad social y actualmente (desde luego), como Embajador de Costa Rica ante la República de China, fortalecer aún más los lazos de amistad que caracterizan las relaciones entre nuestros pueblos y entre nuestros gobiernos.

En su nuevo libro usted ha incluido algunos temas sobre la República de China ¿qué aspectos ha abarcado?

Hay por lo menos tres artículos. He escrito sobre la experiencia de la República de China. Señalo diversos aspectos; por ejemplo, reconozco el alto grado de pluralismo cultural y de libertad religiosa que noto dentro de la República de China. Otro factor en el que insisto es que aquí las religiones más variadas –tales como el budismo, taoísmo y otras– no han sido un obstáculo para el desarrollo, sino que en cierto modo hasta han favorecido el desarrollo porque han inculcado ciertas actitudes de laboriosidad... la virtud del trabajo. Yo creo que más bien han favorecido el desarrollo económico. También hago mención al hecho de que el siglo XXI va a ser el siglo del Asia-Pacífico. Alguien diría que ésto ya no es tan claro. Pero sigo insistiendo en que la crisis es coyuntural; es pasajera, ya está casi terminando. Ya hay signos de recuperación. Y de nuevo podemos decir que la locomotora del siglo XXI en términos económicos va a ser el Asia-Pacífico. Y dentro del Asia-Pacífico, los llamados tigres o dragones. Y entre ellos, me parece que el que mejor está ubicado es la República de China. Eso lo decía yo escribiendo hace algunos años y creo que lo puedo repetir ahora: que de los cuatro tigres asiáticos, el mejor ubicado en estos momentos es la República de China. Ha resistido la crisis mucho mejor que los otros.

¿Por qué no será el siglo XXI el siglo de América Latina?

Soy optimista. Opino que América Latina tiene un gran futuro. Carlos Alberto Montaner, amigo mío, que escribe frecuentemente en los diarios de América Latina, dice que América Latina perdió en cierto modo el siglo XX y que no debe perder el XXI. En este caso, yo hago mías esas palabras de Montaner. América Latina debe aprovechar el siglo que empieza. Y una de las mejores formas de aprovechar el siglo XXI es aprender de los buenos ejemplos. No aprender de las experiencias negativas. Hay que aprender de las economías exitosas, de las economías que han hecho las cosas bien. En ese sentido me parece que se debe tener una mentalidad abierta, no dogmática, pragmática y aprender de quienes han hecho las cosas bien. En estos momentos, por ejemplo, hay que aprender de la República de China en lo que se refiere al hecho de que están construyendo una isla de alta tecnología. Están convirtiendo esta isla no sólo en una puerta de entrada a Asia, sino en una verdadera experiencia de alta tecnología. Eso es muy importante porque estamos en la era del conocimiento. Hoy en día ya no destacan quienes tienen las mejores economías agrícolas o industriales, sino los que tienen las economías más informatizadas y de más alta tecnología. Y entonces, la República de China se está haciendo fuerte en lo que es la alta tecnología. Y ese es un camino del cual los pueblos y gobiernos latinoamericanos debemos aprender mucho.

¿Podría hablar un poco sobre los esfuerzos de su país para alcanzar el desarrollo?

En el caso de Costa Rica, podemos decir que tiene una economía estable y con una buena tasa de crecimiento. La economía está creciendo. Creció un 6,2% el año pasado. Este año se perfila una tasa de crecimiento de 5,5%, que es buena dentro del contexto mundial actual. Y Costa Rica sigue siendo un país con una tradición democrática sólida. Con alto respeto a los derechos humanos; con una gran vocación de paz. E incluso, estamos haciendo las primeras experiencias en la atracción de inversión de alta tecnología. Intel ya instaló su fábrica en Costa Rica y ha empezado a operar. En estos momentos, la economía de Costa Rica ya superó el esquema viejo de ser una economía sólo de producción de café o de productos agrícolas. Actualmente es una economía fundada en el turismo. Así que en el caso de Costa Rica, hay motivo para estar optimistas en el próximo siglo.

Entrevista por María Francisca González

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