04/05/2024

Taiwan Today

Noticias de Taiwán

La República de China explora nuevas posibilidades con su programa espacial

16/07/1999
En su órbita cercana a la Tierra, el ROCSAT-1 abre nuevas fronteras para el programa espacial de la República de China. (Cortesía de TRW)
El 26 de enero pasado, el primer satélite de propiedad y operado por la República de China fue lanzado desde Cabo Cañaveral, Florida, marcando un hito en el desarrollo de la tecnología espacial de Taiwan.

A más de medio año de haber entrado en órbita, el ROCSAT-1 ha iniciado sus operaciones de rutina tras un mes y medio de pruebas técnicas.

Desde que la Unión Soviética lanzó el Sputnik 1, el 4 de octubre de 1957, la capacidad de mantener una presencia en el espacio se ha convertido en un símbolo visible del poderío nacional. Pero, el alcance de tales esfuerzos, que estuvo en un tiempo limitado a propósitos ideológicos o estratégicos, se ha expandido ahora para incluir las aplicaciones comerciales e investigaciones científicas.

La idea de iniciar un programa espacial fue presentada por primera vez por el presidente Lee Teng-hui en 1988, cuando dio instrucciones al Ministerio de Economía para que estudiara la posibilidad de llevar a cabo un plan de esta naturaleza.

La misión fue finalmente asignada al Consejo Nacional de Ciencias (NSC, siglas en inglés), entidad dependiente del Yuan Ejecutivo, y al año siguiente, el NSC presentó su primer informe al respecto.

El proyecto del satélite comenzó a tomar forma en 1989, durante el mandato del primer ministro Lee Huan. El presidente del NSC en aquel tiempo, Hsia Han-min, propuso un plan de cinco años con un presupuesto aproximado de 312 millones de dólares estadounidenses para diseñar, construir y lanzar un satélite propio de la República de China.

Tan pronto como se presentó el plan, surgió una fuerte oposición del sector académico. Un grupo de más de 300 académicos, científicos y legisladores cuestionaron el proyecto, indicando que se había tomado la decisión en forma precipitada, sin haberse discutido ampliamente.

Otra crítica que surgió fue con respecto al presupuesto que se destinaría a tal proyecto. Muchos temían que el plan succionaría fondos que estaban destinados a otros programas.

“Los círculos académicos siempre se preocupan de una crisis presupuestaria. Pero, incluso la Administración Nacional de Aeronáutica y Espacio de Estados Unidos tiene que enfrentarse a oposición de esta clase. El problema no es exclusivamente de Taiwan”, manifiesta Chen Shao-shing, jefe de personal de la Oficina Nacional del Programa Espacial (NSPO, siglas en inglés) del NSC.

Con el cambio del Gabinete en 1990, el nuevo primer ministro decidió no construir un vehículo de lanzamiento para el satélite, supuestamente para evitar sospechas de que Taiwan exploraba tecnologías con aplicaciones militares en esta área.

Como resultado, el plan fue revisado para desarrollar tres satélites de órbita terrestre baja destinados para llevar a cabo experimentos científicos.

Al año siguiente, el Yuan Ejecutivo aprobó el Plan Nacional para el Desarrollo de la Tecnología Espacial, a ser implementado en 15 años y con un presupuesto de 425 millones de dólares destinado a la construcción de los tres satélites.

Sin embargo, el nuevo presidente del NSC, Kuo Nan-hung, consideró que era necesario hacer hincapié en aplicaciones prácticas. Así, él reemplaza dos de los satélites científicos por un satélite de comunicaciones de órbita sincronizada a gran altura y uno para recolección de recursos.

Cuando Liu Chao-shiuan fue designado presidente del NSC en 1996, el consejo ya había logrado un acuerdo con TRW Space & Electronics Group, con sede en EE UU para diseñar el primer satélite científico de la República de China, que sería lanzado al espacio por la Lockheed Martin Astronautics.

Liu, actualmente viceprimer ministro de la República de China, reevaluó el programa y modificó el plan en 1997, después de consultar con expertos en tecnología espacial locales y extranjeros.

Para utilizar mejor los recursos y experiencias adquiridos con el ROCSAT-1, Liu eliminó la idea de construir un satélite de órbita sincronizada, que es más complejo y costoso.

Bajo instrucciones de Liu, el proyecto fue cambiado para enfocar en un satélite de sensores remotos y una serie de ocho satélites de órbita baja para usos meteorológicos.

La carga del ROCSAT-1 incluye un procesador de imágenes de océanos, instrumentos para estudio del plasma ionosférico y electrodinámica, así como aparatos de comunicación experimentales para recolectar datos científicos.

Según el NSC, el procesador de imágenes de océanos en el ROCSAT-1 es el único del mundo que puede analizar el área de océanos entre los 35º de latitud norte y 35º de latitud sur. El mismo es diferente a otros equipos similares en satélites geosincronizados o de órbita polar.

La información obtenida por el procesador puede señalar ricos bancos de peces para ayudar a los pescadores de Taiwan a obtener mejores capturas. Al mismo tiempo, permitirá a los científicos aprender más sobre el efecto de invernadero, los cambios meteorológicos y la contaminación ecológica.

El 10 de marzo, el NSC dió a conocer el primer lote de datos obtenidos mediante esos instrumentos. La información fue trascendental en el campo de la observación termosférica de baja latitud. Se demostró que los iones positivos en la atmósfera encima de la línea ecuatorial están compuestos por 47% de hidrógeno, 37% de oxígeno y 16% de helio.

Lee Lou-chuang, jefe del equipo de científicos de la NSPO, dice que los datos difieren de los registrados por satélites extranjeros sobre condiciones atmosféricas sobre áreas de alta latitud, que siempre exhiben un mayor porcentaje de oxígeno que hidrógeno.

Los instrumentos a bordo del ROCSAT-1 también detectaron exitosamente la erupción solar del 18 de febrero del presente año. Lee indica que los registros de las tasas de oxígeno cargado con relación al helio son similares a los registrados en altitudes más altas cuando ocurren tales erupciones.

En el pasado, los científicos no creían que las erupciones solares causaran alteraciones atmosféricas en bajas latitudes tan severas como en las latitudes más altas.

El ROCSAT-1 mantiene una órbita a una altitud de 600 kilómetros de la Tierra, con una inclinación de 35º. Gira 14,9 veces sobre la Tierra cada día y establece contacto con el sistema terrestre de rastreo en Taiwan seis o siete veces por día.

Después del lanzamiento del ROCSAT-1, la NSPO señaló inmediatamente que el Gobierno necesita tener un plan abarcador para continuar con este trabajo después que se completen los proyectos del ROCSAT-1 y el ROCSAT-2.

Respondiendo a esta petición, el viceprimer ministro Liu propuso que la NSPO sea convertida en una organización privada que le permita mayor flexibilidad para llevar a cabo sus programas de investigación.

A medida que madura la tecnología de satélites en Taiwan y las compañías locales elevan su competitividad, el Gobierno debe reducir gradualmente su papel en la industria espacial, indica Liu.

Un funcionario de la NSPO señala que una mayor participación del sector privado en el desarrollo de satélites creará oportunidades para que la agencia genere sus propios ingresos y finalmente sea auto-suficiente. Tal proceso también serviría para afilar la competitividad de las industrias aeroespaciales de Taiwan en los mercados mundiales.

Taiwan adquirió experiencias útiles del proyecto ROCSAT-1. Más aún, el exitoso lanzamiento del primer satélite demuestra que Taiwan tiene la capacidad para llevar a cabo la integración de satélites.

El plan de la NSPO incluye todo el proceso de diseño, manufactura e integración del ROCSAT-3, que estará integrado por ocho satélites de órbita baja. Todo el proyecto se llevará a cabo en los laboratorios de la NSPO en Taiwan. Sin embargo, el ROCSAT-2 seguirá básicamente el método usado por el ROCSAT-1, o sea, la construcción de la nave espacial será adjudicada a empresas extranjeras.

Con su primer satélite en órbita, el NSC firmó un contrato con la empresa alemana Dornie Satelitensysteme (DSS) para el proyecto de su segundo satélite.

Según la NSPO, los datos obtenidos por el ROCSAT-2 podrán ser aplicados para usos en agrimensura, agricultura, silvicultura, evaluación de desastres naturales, observación del medio ambiente y muchos otros campos de la investigación científica. El estudio de la física terrestre-solar ha sido también incluido en el programa del segundo satélite.

Otro equipo que tendrá el ROCSAT-2 es un procesador de imágenes de trasgos en los relámpagos en la capa superior de la atmósfera.

El fenómeno natural, conocido también como trasgos rojos, fue descubierto en 1994. Se le denomina así por el destello de luz roja que ocurre encima de las nubes cuando el relámpago viaja hacia arriba.

Funcionarios de la NSPO indican que esperan que el ROCSAT-2 tome las primeras fotografías de los trasgos rojos cuando inicie sus operaciones en el espacio. Investigaciones en este sentido están siendo llevadas a cabo conjuntamente por las universidades nacionales Cheng Kung y Central de la República de China, así como la Universidad de California en Berkeley y la Universidad de Alaska, de EE UU.

Aparte de desarrollar la nave espacial, la DSS ofrecerá tecnología clave para los subsistemas y el sensor remoto del satélite.

La empresa alemana ha firmado contratos con compañías taiwanesas para la adquisición, manufactura y prueba de los componentes del satélite. En conjunto, ellas han decidido que los componentes serán hechos en Taiwan de acuerdo con las especificaciones de la NSPO.

Este proceso es notablemente diferente al proceso de manufactura del ROCSAT-1, donde el NSC decidía cuál componente sería producido localmente, mientras que el TRW Space & Electronics Group de EE UU ofrecía la tecnología.

Vale la pena mencionar que TRW ordenó un duplicado de cinco componentes hechos por compañías de Taiwan como medida de precaución en caso que los mismos no pudieran satisfacer los estándares de calidad para programas espaciales.

Pero el lanzamiento del ROCSAT-1 despejó las dudas en EE UU y mostró que la República de China es completamente capaz de fabricar componentes espaciales.

En la etapa inicial del ROCSAT-2, un grupo de ingenieros de Taiwan fue enviado a los laboratorios de DSS en Alemania para preparar un detallado horario de trabajo.

Posteriormente, unos 20 ingenieros de la NSPO serán estacionados durante dos años en Alemania para trabajar en los aspectos tecnológicos del programa.

Cuando se hayan completado la nave espacial y los componentes, ellos serán ensamblados, integrados y probados en una instalación en Hsinchu, al norte de Taiwan. La instalación fue construida para simular condiciones espaciales para el ROCSAT-1, y servirá para futuros proyectos espaciales.

Según el NSC, el ROCSAT-2 será lanzado en la segunda mitad del 2002. Sin embargo, el consejo no ha decidido todavía cuál será el vehículo de lanzamiento.

En la actualidad, ya se encuentra bien avanzada la planificación para el proyecto del ROCSAT-3, la fase final del programa de satélites de la República de China.

Además del programa y su enfoque en los experimentos científicos, la República de China también ha tomado sus primeros pasos en la tecnología de los satélites comerciales.

En septiembre del año pasado, Taiwan puso en órbita su primer satélite comercial, el ST-1. El proyecto es una inversión conjunta de la Chunghwa Telecom Co., Ltd., de Taiwan; y la Singapore Telecom.

Los observadores indican que a medida que los controles sobre las exportaciones de alta tecnología de los países más avanzados se vuelvan más estrictos, Taiwan debe acelerar sus investigaciones de alta tecnología para sobrepasar tales barreras en el futuro.

A medida que la República de China intenta a ser miembro del club espacial internacional, el Gobierno tendrá que buscar soluciones a las crecientes dificultades que surgen de las realidades de la política mundial.

Traducido por Luis M. Chong L. de The Free China Journal

Popular

Más reciente