Taiwan Today

La pericia con que las autoridades del Gobierno manejaron el asunto del secuestro del avión de la Southern Airlines de China continental que volaba desde Shenzhen a Pekín, y que fue desviado hacia Taiwan, ha demostrado fehaciente­mente su habilidad para actuar en casos de emergencia. El Boeing 757 fue detectado por primera vez aproximándose a Taiwan a las 9:18 de la mañana del día 6 de abril. La Fuerza Aérea de la República de China envió seis aviones caza de combate F-5E para recibir a la máquina comercial y guiarla hasta el Aeropuerto Internacional Chiang Kai-shek (CKS) en Taoyuan. La nave aterrizó a salvo, 40 minutos más tarde. A su llegada los dos piratas aéreos se rindieron y fueron puestos a disposición de la justicia local. Actualmente se encuentra en curso la investigación conducente a la determinación de su culpabilidad y el castigo correspondiente. El primer ministro, Lien Chan, se mantuvo informado desde que se produjo el rastreo de la nave e impartió las instrucciones necesarias a los organismos respectivos. Así, se pudo dar un adecuado manejo a la situación de acuerdo con las leyes locales y las prácticas internacionales. Como resultado de esta acción, la Administración de Aeronáutica Civil, organismo dependiente del Ministerio de Transporte y Comunicaciones de la República de China, permitió al avión realizar su vuelo de regreso a la parte continental. El piloto de la nave firmó una declaración pública en la que se comprometió a realizar el viaje de vuelta vía Hong Kong, a causa de la prohibición existente de realizar vuelos directos de Taiwan hacia el otro lado del Estrecho. Con todos sus pasajeros a bordo, a las 15:47 y después de que la policía efectuó todos los trámites pertinentes, la nave levantó el vuelo. Sólo quedaron en la isla los dos detenidos. Tanto el presidente de la República, Lee Teng-hui, como el primer ministro, Lien Chan, congratularon a los diferentes departamentos del Gobierno por su magnífico desempeño ante esta situación. La rápida devolución de la aeronave desviada es digna de felicitación, pues contribuyó a reducir los inconvenientes sufridos por los pasajeros y los miembros de la tripulación y, además, evitó cualquier daño que pudieran haber sufrido las aún frágiles relaciones de Taiwan con China continental. El ministro de Justicia, Ma Ying-jeou, aclaró que los piratas aéreos no solicitaron asilo político a las autoridades. Además, explicó que esta garantía se otorga sólo a aque­llos que son perseguidos por delitos de ese tipo, pero que ninguno de los dos inculpados puede ser considerado como tal. Según las leyes internacionales, los detenidos por acusaciones tales como el secuestro de aviones, caen bajo la jurisdicción del gobierno a cuyo territorio es conducido el aparato. Por ello, las autoridades consideran que la so­licitud de Pekín, de que se le devuelva a los delincuentes, no procede. Huang Shugang y Liu Baocai, ambos de la provincia de Hopei, de 29 y 23 años respectivamente, di­jeron a los medios de comunicación que secuestraron el avión con el fin de huir desde China continental hacia Taiwan buscando la libertad. Su deserción del comunismo les ha ganado las sim­patías de muchos, pero el medio violento utilizado, que pudo haber provocado sufrimientos a cientos de personas, no puede ser perdonado. Así, los dos hechores deben ser procesados de acuerdo con la ley.