Taiwan Today

En su discurso a los delegados del Kuomintang ante la Asamblea Nacional, el presidente Lee Teng-hui aclaró su posición respecto al método de elección presidencial y aconsejó a sus correligionarios a no equivocar el orden de los asuntos. Las palabras de Lee apuntaron especialmente a los dirigente del KMT que se oponen al sistema de votación popular, propuesto por un sector del partido durante el plenario del Comité Central, a mediados de marzo. Los opositores a esta idea han manifestado que si la población de Taiwan elige a las máximas autori­dades de la República en forma directa, quienes ocu­pen el cargo serán sólo representantes de la isla, no de toda la nación. Lee Teng-hui, el primer presidente chino nacido en Taiwan, señaló que aprobar el sistema de elección popular directa no significa de ningún modo que el Gobierno de la República de China rompa sus vínculos con el área continental y los compatriotas de ultramar. El Presidente expresó que, al privilegiar el sim­bolismo de la representación nacional a expensas de los esfuerzos por democratizar el país, el partido equivo­cará el orden de las cosas. Los miembros del KMT que se oponen al método di­recto favorecen una revisión del voto indirecto. Es de­cir, modificar el actual sistema de colegio electoral para que los nuevos miembros de la Asamblea Nacional se comprometan con los electores a votar por el candidato de su preferencia. Según las encuestas, destacó Lee, la mayoría de la población respalda el procedimiento de votación popu­lar. Y agregó que los miembros del KMT no deben temer que se interprete la expresión de la voluntad de los residentes de Taiwan como una manifestación de apoyo a la independencia de la isla. Ya el año pasado, con el fracaso del Partido Democrático Progresista (DPP, siglas en inglés) en las elecciones para la Asamblea Nacional, quedó probado que la población rechaza la propuesta separatista, dijo. Al interior del KMT se ha decidido analizar con calma el tema, dado que la elección del nuevo Mandatario está programada para dentro de tre años más. Continuar el debate implica un desgaste innecesario de energías, las cuales bien pueden dedicarse a reforzar la comunicación interna y a conseguir el consenso sobre cuál de los dos métodos adoptar. Da la impresión de que dejar pasar un poco de tiempo es la decisión más acertada. El calor de las discusiones y la incesante presión del DPP -con manifestacione callejeras e interrup­ción del curso de las sesiones de la Asamblea Nacional a través de las más diversas artimañas- no favorecen una resolución en este momento. Hacerlo sería apresurado y, lo que es más importante, la de­cisión que se tome no sería el resultado de un acuerdo, sino la victoria de algunos. Tal como ha señalado el presidente Lee, los dirigentes políticos no deben perder la perspectiva de cuáles son las prioridades· de este país. La democracia es una de ellas y, para conseguirla en forma plena, es necesario aplicar una dosis de paciencia.