03/05/2024

Taiwan Today

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Riesgos y beneficios

06/04/1991

El comercio entre Taiwan y China continental ha estado creciendo a un ritmo tan rápido que el tema ha despertado la preocupación de altos miembros del Kuomintang, partido en el Gobierno de la República de China.


El comercio indirecto hacia el territorio continental chino en 1988 y 1989 llegó a los 6.200 millones de dólares estadounidenses, cifra que sobrepasó al volumen de las transacciones ilegales realizadas durante los ocho aftos previos. El total del año pasado fue de 4.000 millones de dólares, un 20% más que en 1988. En los primeros dos meses de este año, dicho comercio llegó a los 1.900 millones de dólares, un 50% más que en el mismo período en 1990. Además, por primera vez, varias empresas estatales de la República de China han empezado a hacer transacciones indirectas con el otro lado del Estrecho.


Importantes miembros del Kuomintang reconocen que el comercio con el continente es beneficioso tanto para la República de China como para el régimen de Pekín.


Taiwan vende productos terminados y compra a China continental materias primas, además de productos agrícolas y otros cuya fabricación requiere mano de obra intensiva. La cooperación puede ir un poco más allá de la compra y venta. También existe la posibilidad de que, eventualmente, se autorice el ingreso a Taiwan de trabajadores continentales para solucionar la escasez de mano de obra que hay en la isla.


Los dirigentes políticos están conscientes de que una dependencia muy grande del territorio continental bajo control comunista significa un riesgo para la economía de Taiwan. Las preocupaciones tienen su fundamento, si se considera que las "autoridades" de Pekín a menudo usan el comercio como una carta de negociación. Por eso se está pensando seguir el ejemplo de Japón, que limita el volumen de su comercio con China continental a no más del 10% de sus transacciones totales.


Puede que sea difícil imponer tal límite. El comercio directo con el territorio continental está prohibido por el Gobierno de la República de China y sólo hay datos aproximados de las transacciones indirectas.


Pero también hay otras formas de ver las cosas. Si se da por sentado que el comercio entre las dos partes puede traer beneficios mutuos, la República de China también tendría un arma en el caso de que el régimen de Pekín intentase ganar concesiones a través de la intimidación política o el chantaje. Ese es el lado negativo. El punto de vista positivo, y el más importante, está en determinar cómo el comercio y otras formas de interacción podrán, eventualmente, ayudar a alcanzar la unificación de China de una forma pacífica y democrática, como es el deseo de las autoridades de la República de China.


Estimular el comercio, la interacción y la unificación parecen ser las tres cosas en que por ambos lados hay completo acuerdo en este momento. La gran brecha está en que el objetivo último de tal cooperación no es igual para las dos partes.


Hasta ahora, el régimen de Pekín no ha renunciado a su propósito de unir a China bajo el sistema comunista, con el que, después de controlar el territorio continental durante los últimos 42 años, lo tiene en la pobreza.


La meta de la República de China ha sido ya bien establecida para que todo el mundo juzgue sus intenciones y cada una de sus acciones para alcanzarla. El propósito del comercio, la interacción y la unificación es sentar las bases de una nación unida, libre y democrática, en la que todo el pueblo chino pueda prosperar.

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