Taiwan Today

Se busca proteger las fuentes de trabajo de los obreros locales ante el gran número de operarios ilegales. El Gobierno de la República de China ha promulgado una ley para regular el ingreso de trabajadores extranjeros. El cuerpo legal se hizo necesario a causa de la enorme cantidad de personas que ha llegado a la isla en los últimos años en forma ilegal. La presencia de trabajadores foráneos en Taiwan se debe principalmente a dos razones: la primera es la necesidad urgente de la isla de contar con mano de obra suficiente; la segunda son las perspectivas de obtener un salario mucho más alto del que podrían ganar en su país de origen. En su mayoría provienen de Malaisia, Tailandia, Filipinas y Estados Unidos. Se desempeñan como operarios, empleadas domésticas, artistas y profesores de inglés. Muchos de ellos entran con visa de turismo y, al empezar a trabajar, quedan en la categoría de ilegales. El director del Consejo de Asuntos Laborales, Chao Shou-po, expresó que el número de trabajadores ilegales en Taiwan no excede las 60.000 personas, incluyendo a obreros, a empleadas domésticas y a personas dedicadas a enseñar inglés. Estos últimos, en su mayoría estudiantes norteamericanos e ingleses, vienen a Taiwan durante las vacaciones o por períodos cortos y se dedican a hacer clases de inglés en institutos y en forma privada, sin poseer certificados de enseñanza. Debido a una serie de incidentes en que se vieron involucrados trabajadores extranjeros ilegales, en Taiwan se ha formado la opinión de que la seguridad ciudadana puede verse afectada por su presencia. Muchos de ellos tienen bajo nivel de educación y han presentado problemas de adaptación. El Gobierno, buscando dar una solución a este problema, concedió una amnistía en 1991, durante la cual, los extranjeros pudieron salir del país sin ser sancionados por su estadía no autorizada. La ley indica que los empleadores que desean tener operarios extranjeros, primero deben probar, mediante la presentación de los avisos que publicaron en la prensa, que realmente no hay trabajadores locales interesados en esas vacantes. Luego deben solicitar autorización oficial para traer obreros extranjeros a través de agencias autorizadas. Y por último, deben dejar una "garantía en dinero" por si es necesario devolverles a su país. La nueva ley castiga a los empleadores que contraten obreros extranjeros ilegales con un máximo de hasta tres afíos de cárcel y con multas de hasta 12 mil dólares norteamericanos. Una segunda amnistía se cumplió en julio de este año para tratar de acabar con el problema. Una semana y media después del día de la salida masiva de trabajadores ilegales, el primer ministro Hau Pei-tsun dejó muy en claro que si es necesario "importar mano de obra", su contratación deberá responder exclusivamente a las necesidades de elevar los niveles de la industria para que la productividad sea más efectiva. Se refirió en términos de dos tipos de trabajadores extranjeros. El primero, de "cuello azul" para denominar a los obreros, debe regirse bajo las normativas ya claramente estipuladas en la ley; y el segundo tipo, de los ejecutivos y especialistas, es llamado "de cuello blanco". A estos se les aplicarán reglas según un esquema flexible de mutuo beneficio. Según han expresado funcionarios de Gobierno, el interés nacional está en modernizar la productividad industrial y dejar atrás las instalaciones de empresas tradicionales, cuya labor requiere una gran cantidad de mano de obra. Se pretende entrar en una etapa de tecnologización de más alto nivel, de mayor especialización y automatización. Tres categorías están bajo la supervisión del Consejo de Asuntos Laborales: las empleadas domésticas y quienes trabajan en el sector de la construcción o en proyectos de infraestructura. Varias regulaciones específicas fueron publicadas a principios de agosto. Chao expresó que los salarios serían definidos por la oferta y la demanda. El Consejo declaró además, que esta ley no contempla a los compatriotas del continente, Hong Kong y Macao. El Estatuto para las Relaciones a través del Estrecho de Taiwan será el que sirva de guía para la contratación de trabajadores del continente.