Taiwan Today

Una larga historia de amistad y cooperación entre los gobiernos de la República de China y Corea del Sur ha cerrado un capítulo, con la ruptura de relaciones diplomáticas entre ambos países. Taipei abía de antemano de los preparativos que estaba haciendo Seúl para establecer lazo con Pekín. Era algo que se veía venir. Y, para ello, el Gobierno en Taiwan estaba tomando sus medidas. Pero hasta último momento, altos funcionarios sudcoreanos nos aseguraron que aún no había nada oficial. El 19 de agosto, sin embargo, la opinión pública de la isla supo que Corea del Sur y China continental firmarían el establecimiento de relaciones unos pocos días después. En ese momento, Taipei entendió que la ruptura con Seúl era inevitable, ya que se había faltado a uno de los principios básicos de la diplomacia -la cortesía de informar- a pesar de todas las promesas hechas por el Gobierno de Roh Tae-wu. En realidad, Corea del Sur no ha sido el único país que, tras ser un aliado durante varia décadas, ha cambiado el reconocimiento diplomático de Taipei a Pekín. Al igual que los sudcoreanos, antes tuvimos similar experiencia con Francia, Japón, Estados Unidos y el Reino de Arabia Saudita. Pero, en cada uno de estos casos, esas naciones se despidieron como amigas y nos dieron tiempo para ajustar los vínculos. Roh, en cambio, no supo actuar con gentileza diplomática. Apremiado en lo domestico por ciertos problemas económicos y necesitado de cumplir con sus promesas de mejorar las relaciones con Corea del arte antes de que termine su mandato, prefirió mentir a Taipei hasta el último minuto. Después de iniciar conversaciones con su rival norteño y normalizar lazos con la ex Unión Soviética, a Seúl sólo le quedaba complacer a Pekín con el intercambio de embajadas. En Taiwan existe claridad de que la ruptura no ha sido una decisión unánime de los sudcoreanos. De hecho, dirigentes de la oposición de ese país han tenido la cortesía de venir personalmente a Taipei para hacernos saber su opinión. La amistad entre los pueblos debe perdurar. El Gobierno de la República de China, bajo el ex presidente Chiang Kai-shek, ayudó a los coreanos a recuperar la independencia cuando estuvieron bajo dominio japonés. También colaboramos con ellos durante la Guerra Coreana, en la cual cientos de miles de personas fueron muerta por un ejército expedicionario de China continental que luchó contra fuerzas de las aciones Unidas. Los sudcoreanos saben lo que hemos hecho por ellos. Sin embargo, aparte de lo lamentable de la abrupta de pedida que reduce a 29 el número de países con los cuales Taipei mantiene relacione diplomáticas, no hay con ecuencias serias. En realidad, las relaciones entre la República de China y Corea del Sur tenían má valor político y simbólico que sustancial. Eran consideradas importantes porque Corea del Sur era el único país asiático que seguía reconociendo a Taipei como el único gobierno legítimo de China. Pero, en cuanto a beneficios concretos, el balance resulta poco significativo. La República de China seguirá promoviendo su estrategia de vínculos substantivos con la mayor cantidad de países, además de continuar con su programa de acercamiento gradual a China continental. Algunos altos funcionarios han sugerido hacer ajustes en este último aspecto; pero existe la sensación de que no debería perderse lo ganado hasta ahora.