Taiwan Today

Finalmente, el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio (GATT, siglas en inglés) inició el análisis de la solicitud de integración de la República de China en su reunión del 29 de septiembre, tras haber sido presentada hace casi tres años. Obviamente, es difícil para los miembros del GATT seguir desconociendo a la economía número catorce en el comercio mundial. Por eso es que, esta vez, los comunistas chinos han tenido que quedarse callados para dar a los integrantes una oportunidad de revisar el caso de Taiwan. El Gobierno en Taipei está optimista, porque todas las cartas parecen estar a nuestro favor. Sólo es de esperar que los países que participan en este organismo de comercio internacional no se sientan intimidados por Pekín, que persiste en presionar para que el nombre de nuestra solicitud ("Territorio Aduanero de Taiwan, Penghu, Kinmen y Matsu") sea cambiado por "Chinese-Taipei". Después de todo, la República de China colaboró en la fundación del GATT tras la Segunda Guerra Mundial. Luego, aunque Taipei se retiró de la organización para concentrarse en la tarea de hacer de esta isla un próspero bastión de la libre empresa, el Gobierno ha hecho todo lo que ha estado a su alcance para manejar su comercio exterior según las normas del GATT. En forma consistente a través de los años, la República de China ha rebajado sus aranceles para cooperar lo más posible en el intercambio con otros países. En 1993, la tasa general de aranceles será reducida a un promedio del 3,5%. Además, en un reciente acuerdo sobre derechos de propiedad intelectual con Estados Unidos han quedado demostrados el interés y el compromiso que tiene Taiwan con la idea de comerciar en forma justa. Es cierto que Taiwan ha sido un poco lenta en la reducción de subsidios a la agricultura y algo severa en sus impuestos a los productos agrícolas y algunos artículos industriales importados. No obstante, la República de China sabe que es necesario imponer un ritmo más rápido a las medidas de liberalización. Y está dispuesta a hacerlo, no sólo por el bien del comercio libre sino también por el mejoramiento de la industria local. Actualmente, Taipei está diseñando un programa concreto para abrir aún más la economía local, sin dañar a las industria nacionales. Por otro lado, las reformas políticas de la República de China, en contraste con el aplastamiento comunista del movimiento chino por la democracia, ilustran el alto respeto por los derechos humanos de nuestro Gobierno, un concepto altamente valorado por los miembros del GATT. Taipei sabe que aún es necesario esperar para su ingreso definitivo al GATT y que la sesión del 29 de septiembre es sólo el comienzo de unos dos años más de lucha por su integración plena. Pero no nos incomoda volver a echar mano a nuestra paciencia. Sabemos que, finalmente, nuestra fuerza económica y nuestro serio compromiso por comerciar en forma libre y justa con cualquier país del mundo nos llevarán a reingresar al GATT.