Noticias de Taiwán
Sangrienta represión comunista en el Tibet
16/03/1989
El "Gobierno Tibetano en el Exilio" acusó a la policía china comunista de asesinar a "centenares" de tibetanos durante las recientes manifestaciones independentistas, registradas en Lhasa entre el 5 y el 8 del corriente mes, y previno que "los tibetanos podrían recurrir a la violencia para terminar con la usurpación comunista en su patria".
La citada declaración está contenida en una Carta redactada por la Asamblea de Diputados del Pueblo Tibetano, que fue distribuida por refugiados tibetanos, en Nueva Delhi, a las embajadas de países extranjeros y a los manifestantes que el martes 14, por segundo día consecutivo, efectuaron "sit-ins" ante ellas en demanda de una intervención de las Naciones Unidas en el problema del Tibet.
La mencionada carta estaba dirigida a los embajadores de países miembros de las Naciones Unidas y la misma manifestaba que "la brutal represión de un movimiento libertario tibetano no-violento ejercida por las autoridades chinas comunistas está en contra de todas las normas del Derecho Internacional".
"La violenta respuesta de China comunista a las manifestaciones en favor de la independencia, incluida la imposición, el pasado martes, de la Ley Marcial en el Tibet, nos han movido a acercamos a Su Excelencia para que intervenga en favor del pueblo tibetano y condene el terrorismo del estado chino contra el pueblo tibetano", decía la carta.
Por su parte, Pekin declaró que las fuerzas policiales "se vieron forzadas a tomar medidas extremas para sofocar las violentas protestas que durante tres días sacudieron a la ciudad de "Lhasa, a partir del 5 de marzo último", en las que, según ciudadanos extranjeros que presenciaron los desórdenes, se registraron entre 50 y 70 muertos entre los manifestantes.
Sin embargo, la carta de la Asamblea decía que "la brutal represión china desatada contra pacíficos manifestantes tibetanos, causó la muerte de centenares de esos luchadores por la libertad y dejó a millares seriemente heridos, en tanto que varios millares más fueron arrestados".
El documento proseguía afirmando que "los tibetanos están decididos a atenerse a medios no violentos para lograr independizarse de Pekín" , pero continuaba: "Si, pese a ello, esos medios no bastan para conseguir reconocimiento y apoyo de parte del resto del mundo, el pueblo tibetano puede llegar a verse compelido a procurar un curso de acción alternativo".
Interrogado por medios noticiosos norteamericanos, uno de los asambleístas, Tsering Dhundop, declaró que "muchos jóvenes militantes tibetanos" estaban preparados para concluir su compromiso con los llamamientos en favor de las manifestaciones pacíficas efectuados por el Dalai Lama, el líder budista espiritual y temporal que marchó al exilio en la India con decenas de miles de partidarios, después del fracasado alzamiento contra China roja de 1959. "Muchos de esos jóvenes tibetanos", agregó Dhundop, "contemplan ya la opción de la violencia".
Al preguntársele si el gobierno en el exilio apoyaría un movimiento violento en el Tibet en pro de la independencia, Dhundop manifestó: "Si la mayoría de los tibetanos decide iniciar una acción drástica, la Asamblea de Diputados del Pueblo Tibetano estará con ellos".
Miembros de la resistencia tibetana con base en Nepal fueron entrenados y abastecidos por fuentes de inteligencia occidentales, y llevaron una especie de guerra de guerrillas en tono menor contra los comunistas chinos, en las décadas de 1950 y 1960.
Pero, finalmente, Washington optó por poner fin a ese programa de ayuda a los guerrilleros cuando se decidió procurar la normalización de las relaciones con China comunista, durante la segunda presidencia de Richard Nixon.
El Dalai Lama, por su parte, siempre se opuso a la violencia y en reiteradas oportunidades hizo llamados para que se realizaran negociaciones con Pekín.
El autodenominado "Gobierno Tibetano en el Exilio" tiene su sede en la ciudad de Dharasamala, en el Noreste de la India, donde reside asimismo el Dalai Lama.