La Corte del Distrito de Taipei dictó sentencia el 11 de los corrientes condenando al expresidente Chen Shui-bian a cadena perpetua y una multa de 6,25 millones de dólares estadounidenses, así como pérdida permanente de sus derechos civiles. Chen fue encontrado culpable en seis casos de corrupción y lavado de dinero que involucran enormes sumas de dinero apropiado en forma indebida. La ex primera dama, Wu Shu-jen, también fue declarada culpable y sentenciada a cadena perpetua, multa de 9,37 millones de dólares y privación de sus derechos civiles de por vida. Otros diez implicados en los casos también fueron sentenciados a condenas de 20 años a tres meses. El veredicto con unas 1.200 páginas también señala que en caso que no se paguen las multas, se procederá a la confiscación de bienes.