Taiwan Today

Desafiando la ira del lider Teng Hsiao-ping, decenas de miles de estudiantes se manifes­taron el jueves 27, paralizando Pekín, con el objeto de obtener mayores concesiones del "Go­bierno comunista chino" en re­ferencia a las reformas democráticas. Funcionarios comunistas chinos han recalcado que las autoridades han sufrido una gran humillación y que se tomarían medidas inminentes en contra de estos hechos. La agencia de noticias fran­cesa (AFP) informó que 500.000 manifestantes, ha­ciendo caso omiso de la presen­cia de cientos de policías y sol­dados, se trasladaron a la Plaza Tienanmen de Pekín en la mayor concentración popular realizada en China continental desde la "revolución cultural". La muchedumbre penetró en la plaza central de la ciudad ignorando la presencia de las fuerzas del orden y de los sol­dados que ocupaban sus puestos en los camiones militares allí estacionados. Una vez dentro de la plaza, la gran masa fue desplazandose hacia un área cercana a la Ciudad Prohibida y a la Casa del Pueblo, mientras que otro grupo también nume­roso rodeaba el Monumento a los Héroes situado en el centro de la plaza mayor del mundo. Cientos de policías, de los cuales un grupo en pie de tres en fondo agarrados por los brazos y otro detrás en posición de sentados habían intentado bloquear a los manifestantes a lo largo de la avenida, pero fueron practicamente arrollados ante las aclamaciones de la gente que observaba tal acontecimiento. "Dentro de 10 años, el 27 de abril será recordado como un día histórico", decía Chia Chuang-hsin, de 18 años, estudiante de la Universidad de Pekin, que estaba en la cabeza de la demostración colectiva. "Hoy estamos creando histo­ria. La Historia no nos olvidará. El pueblo tampoco nos olvi­dará", gritaba otro estudiante mediante un megáfono, diri­giéndose a la multitud que le rodeaba. Una fila de camiones con sol­dados intentaron formar una barricada alrededor de la multitud, pero ésta dirigiendose hacia ellos les gritaba: "Bienvenido el 38 Ejército", arrojandoles panfletos en los que explicaban sus demandas. Los camiones fueron inmovilizados convir­tiéndose la plaza en un mar de pancartas blancas y rojas, ondeando. Los estudiantes no trataron de ocupar la plaza sino que con­tinuaron su marcha a través del Boulevard Changan (principal paseo público de Pekín), disol­viendose pacificamente y retor­nando a sus recintos universita­rios trás doce horas desde que los abandonaron el jueves por la mañana. Informadores estimaron que tomaron parte en la manifestación más de 50.000 estudiantes, pero según fuentes de los orga­nizadores se alcanzó una cifra de 100.000. Las acciones de simpatía y apoyo a los estudiantes de China continental no se han hecho esperar en el mundo libre. Así, en un debate en tele­visión organizado por la compa­ñía de radiodifusión japonesa, "Nihon Hoso Kyokai" (NHK), el distinguido profesor de la Universidad de Tokio, Mineo Nakajima, dijo que las actuales manifestaciones estudiantiles en China continental podrían provocar la disolución del Par­tido Comunista Chino. Comparando con la demo­crácia que goza Taiwan, los estudiantes en China continental pueden darse cuenta de la de­sastrosa política que ha reali­zado durante todos estos años el Partido Comunista Chino, puntualizó Nakajima. Por otra parte, el New York Times en un informe de su corresponsal en Pekín, Nicholas D. Kristof, dice que la manifes­tación de los estudiantes ha sido una gran humillación para el régimen de Pekín, y especial­mente para su lider Teng Hsiao­-ping que personalmente ordenó la represión del movimiento estudiantil. "Muchos chinos del conti­nente ven estas demostraciones como un punto de partida. Es la primera vez que los estudiantes y trabajadores conjuntan sus fuerzas para expresar su insatis­facción con el régimen. Tam­bién es la primera vez en la historia de China continental que el pueblo desafía a la policía y al ejército", decía el Times en su sección "Resumen de la semana". Pekín acepta el diálogo En la primera respuesta ofi­cial a la marcha estudiantil, un portavoz del "Consejo de Estado" en un programa de noticias nocturno de una emisora del Estado, dijo que estaban dispuestos a dialogar con los estu­diantes "a cualquier hora" pero este diálogo habría de tener lugar en "una atmósfera de tranquilidad y moderación". El "Diálogo" ha sido la prin­cipal demanda por parte de los estudiantes, que tambíen habían abogado por una prensa libre, libertad de publicaciones y de reunión, auditorías pú­blicas de los bienes particulares de los líderes y sus familares así como, medidas anticorruptivas en contra de los dirigentes.