04/05/2024

Taiwan Today

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¡Brutal represión contra estudiantes en China comunista!

06/06/1989
La ciudad de Pekín fue estremecida en las tempranas horas de la mañana del domingo 4 de junio, cuando tropas mecanizadas del así denominado "Ejército de Liberación Popular" avanzaron abriendo fuego indiscriminadamente contra la población en un salvaje operativo para ocupar la Plaza Tienanmen y desalojar por la fuerza a decenas de miles de estudiantes que habían estado protestando por semanas en dicho lugar por democracia en China comunista. La brutal represión para limpiar la ciudad de estudiantes pro-democráticos dejó un saldo preliminar de unos 1.400 muertos y más de 10.000 heridos, según fuentes provenientes de los hospitales de Pekín. Los médicos manifestaron a periodistas que los corredores de todos los hospitales de la ciudad estaban repletos de heridos ensangrentados que esperaban su turno para ser atendidos en las insuficientes salas de urgencia. La gran mayoría de los muertos y heridos sufrieron de los impactos de las municiones disparadas por los soldados, quienes desataron una verdadera carnicería humana. Muchas personas también perecieron aplastados por las orugas de los vehículos blindados y tanques con la orden de avanzar sobre todo obstáculo que se les interpusiera. En una demostración de fuerza sin precedentes en la historia china, los tanques y vehículos blindados patrullaron las calles de Pekín con soldados montados en sus torretas apuntando con ametralladoras y disparando hacia cualquier persona que hiciera gesto de resistencia. Los estudiantes reunidos en la Plaza Tienamen fueron sorprendidos al amanecer cuando docenas de tanques y vehículos blindados para transporte de personal seguidos por un enorme número de tropas fuertemente armadas tomaron por asalto la Plaza, disparando indiscriminadamente sobre la masa que huía en desbandada. Los estudiantes prodemocráticos, que habían mantenido hasta ahora la cordura y actuado pacíficamente, se sintieron indignados ante la violenta respuesta del régimen comunista a sus justas aspiraciones. Cuando soldados comunistas fueron capturados por los estudiantes el sábado por la tarde en un íntento de infiltrarse entre el estudiantado, éstos fueron desarmados y puestos en libertad y sus armas fueron devueltas a la Comisaría de la Policía Armada. Sin embargo, con la matanza despiadada de sus propios compañeros y conciudadanos, los estudiantes reaccionaron fuertemente, procediendo a la captura y quema de varios vehículos blindados y camiones del ejército. La salvaje acción represiva del régimen chíno-comunista ocasionó disgusto e indignación a nivel mundial. Al conocerse la noticia, los estudiantes chinos en todo el mundo respondieron condenando el hecho con manifestaciones en Taipei, París, Londres, San Francisco, Nueva York, Los Angeles, Oslo y Vancouver. El gobierno francés condenó el incidente calificándolo como una sangrienta represión en contra de un populacho desarmado, instando a la vez al régimen de Pekín a abandonar la violencia. El canciller francés, Roland Dumas, manifestó ante la prensa que "condenaba el uso de la violencia por las autoridades chino-comunistas" y que "esta acción va claramente en contra de la causa de la historia". El director general de la Oficina de Información del Gobierno de la República de China, Dr. Shaw Yu-ming declaró en una conferencia de prensa en Taipei que el "4 de junio de 1989 es el día más oscuro que han tenido nuestros compatriotas en el territorio continental desde que el régimen chino-comunista tomó control hace cuatro décadas". Shaw indicó que la brutal masacre desatada por los comunistas chinos les hace incapaces de gobernar China continental y ha provocado fuertes protestás dentro y fuera del país. El Dr. Shaw también manifestó que el Gobierno de la República de China continuará manteniendo su actual política aperturista hacia China continental para diseminar más ampliamente la "experiencia de Taiwan" entre los habitantes allí, de modo que sirva como catalizador para la democratización. A la vez dijo que se procedería a enviar donaciones y materiales a través de la Cruz Roja para apoyar a los compatriotas que luchan por la libertad y la democracia. El Gobierno de la República de China exhorta a los gobiernos y pueblos del mundo a condenar las atrocidades del régimen comunista chino y a cancelar toda forma de asistencia económica y militar, así como transferencia tecnológica al régimen de Pekín. El Presidente norteamericano George Bush, que había sido representante de su país en China comunista, dijo en un declaración que: "Lamento profundamente la decisión de usar la fuerza en contra de manifestantes pacíficos y la consecuente pérdida de vidas humanas... Exhortó al retorno a los medios no violentos para copar con la actual situación". La Cancillería británica hizo un llamado para que las autoridades comunistas actuasen con moderación y frenasen sus pasos. El canciller austriaco Alois Mock también pidió moderación y condenó la represión como un "supresión despiadada y sangrienta de toda posibilidad de mejoramiento de los derechos humanos y la democracia". Incluso la socialista Yugoeslavia manifestó por intermedio de su agencia noticiosa nacional Tanjug que la Plaza Tienanmen se convirtiría en "un símbolo de ilusiones destruidas y también un símbolo de sacrificio por los ideales que han sido masacrados por disparos de ametralladoras y aplastados bajo las orugas de los vehículos pesados". El "embajador" chino-comunista en Noruega fue citado a la Cancillería del país nórdico el domingo, y el Ministro de Relaciones Exteriores noruego Thorvald Stoltenberg le entregó una nota de protesta. Indudablemente que los más indignados fueron los propios compatriotas en el territorio continental. El pueblo continental quedó horrorizado, aturdido y furioso al ver cómo el "Ejército de Liberación Popular" que según declaraciones de Li Peng es un "ejército que ama al pueblo", conducía el genocidio en contra de los compatriotas chinos. "Esto es peor que el rapto de Nankín" aducía un hombre de mediana edad refiriéndose a las atrocidades cometidas por los japoneses durante la Segunda Guerra Mundial en dicha ciudad en el centro de China. Otro ciudadano vociferapa indignado: "En el pasado, eran tropas extranjeras. ¡Ahora, es nuestro ejército popular matando al pueblo chino!" El pueblo no se ha resignado a la violenta y brutal ocupación por las tropas comunistas y ha vuelto a la calle para eregir nuevas barricadas. Las tropas comunistas conquistaron Tienanmen, pero han perdido la confianza y buena voluntad del pueblo chino. ¡La historia no perdonará al régimen!

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