05/05/2024

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INTRODUCCION AL PENSAMIENTO CHINO (final)

06/12/1987
Por: Ricardo Blázquez Martínez

Es sabido que en China existen tres corrientes espirituales: el budismo, el taoísmo y el confucianismo. Las dos primeras disponen de templos y de sus respectivos ministros: bonzos y tao-shi, respectivamente, mientras que la última sólo tiene templos sin sacerdotes. La mitología china se ha formado con elementos procedentes de estas tres corrientes, atravesando profundos cambios, principalmente a través de la literatura.


La mayoría de divinidades chinas tienen un origen taoísta y muchas de ellas se hicieron populares gracias a dos novelas de la dinastía Ming (I 368-1644 d. C.): El viaje al Oeste y El romance de la investidura de los dioses.


La nota más sorprendente dentro de la organización jerárquica de los dioses chinos, es su imitación de las instituciones de la tierra. Esta organización se asemeja a una amplia administración gubernamental: una serie de ministerios encabezados por un ministro y varios secretarios generales. Cada Dios es un burócrata positivo, con una serie de funciones y poderes bien definidos, que vigila los archivos y envía informes a sus superiores. Una organización que sería la envidia de cualquier empedernido burócrata terrestre. Cada mes, las divinidades rinden cuenta ante sus superiores y cada año, informan de su administración al dios supremo: el Emperador del Jade. Este, en base a los informes, puede censurar o promocionar a las divinidades. Una de las características más originales de la mitología china es que los dioses no son inmutables: la función persiste, cambia el funcionario.


Los dioses chinos no tienen origen divino, sino humano. Son personajes deificados tras su muerte. El cielo es la morada de las divinidades siderales, pero no viven juntas.


El Emperador del Jade (Yu-ti), conocido también como el Padre del Cielo (Lao Tien Yeh), se encuentra a la cabeza de la cúpula del poder celestial, siendo uno de los primeros dioses que existieron y fueron creados por los seres humanos. El Emperador del Jade vive en un palacio que es una réplica exactamente igual al del emperador terrenal de los mortales. Tiene sus ministros y guardia personal, que le protege de los espíritus rebeldes. Asimismo tiene su propia familia: esposa, hijos, hermanos, sobrinos, etc. Al Emperador del Jade se le representa vistiendo el traje ceremonial de emperador chino y tiene las manos cruzadas, tal como lo exigían los rígidos libros imperiales de etiqueta.


Kuan Ti, Dios de la guerra y de las artes marciales, se considera que existió realmente, llamándosele Guan Yu y que vivió hacia la segunda mitad del siglo II de nuestra era. Se supone que siempre protegió a los habitantes de los estragos de la guerra, ocupando en el corazón de los chinos un lugar especial. Paradójicamente, es el dios que cuenta con mayor número de devotos, tanto entre las filas de la policía, como entre los delincuentes.


Tin Hau, la Diosa del Mar tiene muchos devotos entre los pescadores y se cree que fue una joven dotada de gran capacidad para predecir los cambios del clima, avisando del peligro de tormentas y tifones. Tras su muerte fue deificada y es otra divinidad más de las muchas que antes que dioses, fueron humanas.


Kuan Yin, Diosa de la Merced, es la chinificación de una deidad procedente del budismo tibetano Mahayana. En esta diosa tuvo lugar uno de los misterios más entrañables de la mitología china: anteriormente era un dios, pero en China adoptó un nuevo sexo, quizá porque los chinos asocian la gracia a una virtud femenina.


Tu Ti, Dios de la Tierra. Se le representa con una gran barba blanca y ojos entornados que esconden una mirada benevolente y llena de pracidez y tranquilidad. Sus principales devotos se encuentran entre los agricultores, que construyen pequeños santuarios al borde de los caminos y cerca de sus cosechas.


San Tai Tzy, conocido como el príncipe tercero. Fue el tercer hijo del general No-cha li (siglo XlI a. C.). Se suicidó para salvar a su familia del infortunio. Está considerado como ayudante de Guan Yin y primer ministro dél cielo. En Singapur cuenta con muchos devotos.


El Mono, (denominado erróneamente en Occidente como el Dios Mono), es el héroe de la novela Viaje al Oeste de Wu Chenen y traducida a veces corno El Mono, que relata la llegada a China de las escrituras budistas de la India. Está basado en una serie de cuentos y anécdotas sobre los dioses, héroes y fantasmas de la época cuando se escribió (siglo XVI d. C.).


Los ocho inmortales, dignatarios taoístas que aparecen en numerosos templos, pinturas y obras literarias. Los ocho inmortales son: Chao Kuo-chin, patrón de cómicos y actores. Lan Chai-ho, patrono de floristas y jardineros. Lu Tung-pin, patrón de los enfermos. Chan Kuo-lao, patrón de los artistas y calígrafos. Han Shang-chu, patróp de los músicos. Ho Hsien-ku, patrona de los hogares. Chung Li-chuan, patrón de los descubridores del elixir de la vida y Tien Kuai, patrón de los magos y astrólogos. Estos cuentan con muchos devotos, según el gremio de las actividades laborales de cada creyente.


Lo Pan, Dios de los carpinteros. En China la madera ha sido al el más frecuente material de construcción, más aún que la piedra, por lo que los carpinteros fueron siempre considerados más importantes que los albañiles.

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