07/05/2024

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Semana de las Naciones Cautivas

26/07/1986
En el año 1959 el congreso de los Estados Unidos designó la tercera semana del mes de julio de cada año, como la Semana de las Naciones Cautivas, en un intento por detener la expansión y agresión del comunismo internacional que ha amenazado la libertad y la seguridad tanto de los norteamericanos, como de todos los habitantes del mundo. Como dicho movimiento está de acuerdo con la firme y decidida posición anticomunista de la República de China y su lucha por conseguir la libertad y liberar a todas las personas cautivas, nuestro país fue una de las primeras naciones del Asia en unirse a dicho movimiento en 1961. Y en los últimos 25 años la ha venido observando con una serie de actividades, como concentraciones masivas, conferencias y seminarios para renovar la promesa de China Libre de contrarrestar al comunismo. Las conmemoraciones de este año, del 13 al 19 de julio, bajo los auspicios de la Liga Mundial Anticomunista y la Liga Anticomunista del Pacífico del Asia, tuvo significación especial. En los últimos 27 años el comunismo internacional ha continuado desarrollando sus poderes en el Asia, Africa y Latinoamérica; varios países y decenas de millones de personas han caído en manos de los comunistas. China continental, con más de mil millones de habitantes tras la Cortina de Bambú, constituye sin lugar a dudas uno de los poderes comunistas más tiranos del mundo. Recientemente ha estado tratando de poner un velo ante los ojos del mundo, para ocultar su crisis de desintegración, creando una falsa imagen "liberal, moderada y racional". Para reforzar su ofensiva del frente unido, Teng Hsiao-pin anunció también las reformas económicas y ha adoptado las así llamadas tácticas de "un país, dos sistemas". Las experiencias pasadas nos han enseñado que los regímenes comunistas nunca ha orientado ninguna de sus reformas o cambios para implantar un sistema libre y democrático o buscar el bienestar del pueblo, sino que sumergirlos sencillamente dentro de una crisis de pobreza, retraso y destrucción. China debe ser unificada, pero esto sólo será posible bajo un sistema político libre y democrático. El marcado contraste entre la implantación de los Tres Principios del Pueblo en la República de China y las doctrinas del Marxismo-Leninismo-Maoísmo en el Continente, permiten afirmar que los Tres Principios habrán de ser la esperanza para todos los chinos.

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