Asunción, 15 de noviembre de 1982.
Ilustre y buen amigo: Fue para mí muy grato dialogar con Usted en oportunidad de su visita a mi país, donde participó de los diversos actos que tuvieron lugar y en especial modo en Itaipú, donde con el Presidente Figueiredo del Brasil, procedimos a la apertura de las compuertas del vertedero del grandioso emprendimiento hidroeléctrico paraguayo-brasileño, orgullo de la capacidad y el talento de los profesionales de nuestros dos países.
Los importantes intercambios de opiniones que mantuve con Ud. han servido para ratificar los amistosos vínculos que mantienen el Paraguay y la República de China, unidos en el leal y solidario esfuerzo para enfrentar los peligros que significa la amenaza de la hegemonía comunista en el mundo.
Me resulta propicia la circunstancia para agradecerle muy cordialmente el hermoso presente que me entregó con motivo de mi cumpleaños. Será este recuerdo, uno de los que figurará a los más caros a mi sentimiento.
Confío en que no pasará mucho tiempo antes de que vuelva a encontrarlo, y entre tanto ello acontezca, quiera aceptar el testimonio de mi alta consideración y personal estima.
(Firmado)