03/05/2024

Taiwan Today

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El espíritu de trabajo del pueblo chino - por Eduardo Patricio Reyna

26/09/1983
Generalmente, el desarrollo material de un país suele ir acompañado del amor de sus habitantes por el trabajo, la actividad, el afán y la ambición de superación. Un ejemplo claro y evidente de esto lo constituye Taiwan, sede provisional de la República de China, cuyos habitantes, por vivir en un sistema de gobierno democrático y libre, tienen la ventaja de poder trabajar por un incentivo, lo que no suele ocurrir en otros países en donde no existe la propiedad privada, como en China Continental, por ejemplo. De ahí que este amor por el trabajo del pueblo chino se manifiesta en todas las actividades de la vida diaria, en donde la labor femenina juega también un papel muy importante -fenómeno que no se observa en los países occidentales-. En la República de China, la mujer trabaja a la par del hombre y casi no existe ningún tipo de trabajo por duro o pesado que sea, que ella no realice, por lo que puede afirmarse que la mujer en China constituye una valiosa fuerza de trabajo. De tal manera que así como suelen manejar bicicleta, moto o automóvil, también manejan una brocha, un martillo, una pala, un azadón o una piocha, dedicándose a las labores y tareas más pesadas y que se han considerado tradicionalmente como propias del "sexo fuerte", con lo cual nos demuestran fehacientemente que en China por lo menos, ellas no constituyen "el sexo débil". Otro detalle muy curioso y que llama mucho la atención, es ver cómo en las familias, todos los miembros, desde el más grande hasta el más pequeño, se dedican a realizar todo tipo de labores para contribuir a la economía del hogar; esto se suele apreciar principalmente en las cafeterías o comedores pequeños, en donde la venta de comida representa la principal fuente de ingresos del hogar. Constantemente puede verse que se abren nuevos negocios de uno u otro tipo, pues en el campo del comercio es donde mejor puede notarse el afán chino por el trabajo: desde tempranas horas de la mañana se abren las tiendas y almacenes, para no cerrarse sino hasta altas horas de la noche, permaneciendo abiertas también al mediodía, así como de lunes a domingo, en forma ininterrumpida, por lo que nadie puede quejarse de no disponer de tiempo para salir de compras; con los negocios de venta de comida pasa lo mismo, que permanecen abiertos hasta medianoche, para darle oportunidad a las personas que suelen despertarse y salir por allí a buscar "algo para comer". El servicio de transporte urbano se inicia a las 5:50 de la mañana, finalizando a las 11:30 de la noche, mientras que el servicio de taxis está disponible las 24 horas. Realmente,el pueblo es infatigable y posee una gran vitalidad puesta de manifiesto en forma positiva. En lugar de dedicar -según la tradicional división del día- ocho horas a la vigilia, ocho al descanso y recreación y las restantes ocho horas al trabajo, los chinos casi podría decirse que apenas dedican la tercera parte del día al descanso y vigilia, pues el tiempo restante lo dedican al trabajo o al estudio, puesto que también el deseo de superación constituye otra de sus características. Asimismo invierten su tiempo en actividades útiles, como el deporte, o ejercicios de danza, que es también motivo de singular predilección en el Oriente. No debe, entonces, resultar sorpresivo el desarrollo alcanzado por la República de China -la primera de Asia- en los cortos 34 años que tiene de existir como tal, luego de su traslado del Continente en 1949 a la isla de Taiwan. Uno de los principales -si no el principal- factor que ha contribuido al desarrollo del país, lo constituye el amor del pueblo chino por el trabajo.

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