05/05/2024

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Moderno Marco Polo: La vuelta al mundo en... motocicleta.

06/05/1979
Por Teresa Tu

Vestido con una camiseta en que se lee "Vespa", con 50 años a cuestas, Marco Antonio Navas llegó a Taipei el 24 de abril último, después de un viaje alrededor del mundo... en moto!

Para realizar su sueño infantil de "Supermán" y vivir lo que leyó hace tiempo en "La Odisea", este hombre -colombiano, de profesión trotamundos y tornero mecánico -ha viajado durante 10 años por 40 países de Europa, América, Asia, Africa y Oceanía.

Marco Antonio salió de Bogotá en agosto de 1969 y ahora, 10 años más tarde, logró llegar a Taiwan, República de China, un poco más maduro -claro está- y con la cabeza más blanqueada.

Y, claro, tiene mucho que contar. Mientras viajaba hacía contacto con diversas gentes de todas las razas, conociendo a latinoamericanos simpáticos, europeos elegantes y esquivos negros africanos. No solamente ha experimentado las diferentes costumbres de cada sitio que visita, sino que también ha aprendido "por el camino", como él dice, cuatro idiomas: inglés, francés, portugués e italiano. Aparte de esto, se dio cuenta de algo que es el lema que más le ha servido: "si se trata a los demás con cariño y sinceridad, le pagarán a uno en la misma moneda; no importa la raza, religión o sexo que sea".

Una sopa de serpiente

De todos los países que ha recorrido, los que más le han impresionado han sido Italia donde la historia se encierra en grandes escenarios -, Moroco y Malasia, donde el budismo es demasiado importante. Pero, qué espera ver este viajero en la República de China? Su respuesta es sencilla:

"No podía dejar de ver los invaluables tesoros del Museo Nacional de Palacio, el progreso latente en el astillero de Kaohsiung, la acería, sus gentes y... la sopa de serpiente. Eso hay que probarlo!". Marco Antonio ya había conocido la comida china en Tailandia, pero esta vez quiere aprovechar para hacer algo que no pudo llevar a cabo en ninguna otra parte: tomar sopa de serpiente...

Récord mundial

A comienzos de su viaje, este trotamundos iba acompañado de su hijo de 16 años de edad y el recorrido lo hacían entonces en bicicleta. Pero, a medida que conocían y se trasladaban de región a región, el equipaje se hacía más pesado. Fue entonces cuando decidió adquirir una "Vespa" y dejar la cicla. Un poco tímido, nuestro personaje agrega que el viaje ahora no es duro para él porque la experiencia en bicicleta fue más tenaz. Además, Marco Antonio tiene en su haber un verdadero récord mundial: mantenerse 114 horas y 20 minutos sobre una bicicleta, sin descansar, sin comer ni dormir, con lluvia o sol.

El viajante colombiano se gana la vida dando conferencias sobre sus recorridos en clubes, realizando anuncios publicitarios para grandes compañías y obteniendo premios en competencias deportivas, donde esté presente la bicicleta o la moto.

Un golpe para poder dormir

Sobra decir que no le faltan anécdotas. Por ejemplo, cuando se le pregunta dónde pasa las noches, sonríe y contesta: "En hospitales, templos, estaciones de policía y hasta en la cárcel". Recuerda, entonces: "En 1970 viajaba con mi hijo entre Costa Rica y Panamá. Pedimos a un guardián que nos permitiera dormir en la cárcel, puesto que no existía otro sitio disponible. Pero el guardián, muy celoso de la ley, no permitía que nadie fuera encarcelado sin haber cometido un delito. Mi hijo, entonces, le preguntó qué pasaría si le golpeáramos la nariz. El guardia se enojó, vino el golpe y tuvimos una cómoda cama esa noche en una cárcel panameña" .

Y remata: "La verdad es que al haber recibido ayuda de tantas gentes, por donde he ido, no puedo decir qué nación me gusta más".

Marco Antonio intenta regresar a Colombia para la Navidad de 1982, "porque el único momento en que siento nostalgia es en Navidad. Y las celebraciones que tenemos allá son fantásticas".

Hasta el final

Todos los detalles y experiencias de este viaje los ha venido anotando este hombre en un libro que, asegura, "va a ser tan impresionante como 'Los Viajes de Marco Polo' o quizá más".

Se siente orgulloso de mostrar y hojear los recortes de reportajes que diarios y revistas de 40 países le han hecho y señla que "a pesar de esta nostalgia todavía intento visitar otros 25 países en los próximos tres años, antes de parar definitivamente".

Al acabar su recorrido por la isla de Taiwan, su itinerario se orientará hacia Japón, Tanzania, Libia Balí etc. y, al final, Suramérica de nuevo, sin dejar de conocer territorio alguno.

Cuando se le pregunta sobre política, no habla. Pero esta vez se limitó a decir que "lo más triste es saber que hay guerras y que no faltan los sistemas que quieran apoderarse por la fuerza de otros". Ahora deja de conversar, extiende la mano, se despide y afirma con seguridad. "Voy a seguir adelante hasta el final!".

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