Shih hizo tal declaración al hacer uso de la palabra durante una ceremonia para marcar el inicio formal de un proyecto de cinco años con un costo de 273,8 millones de dólares estadounidenses con el objetivo de convertir a las Islas Pescadores en una zona de baja emisión de carbono. “El Gobierno Central asignará 8.090 millones de dólares taiwaneses en el período comprendido entre los años 2011 y 2015 para desarrollar a Penghu en una comunidad modelo de bajo carbono”, manifestó Shih en dicha ocasión.
Haciendo hincapié en que Taiwan ha trabajado activamente para convertirse en una isla de bajo carbono, como parte de los esfuerzos que se llevan a cabo para reducir las emisiones del dióxido de carbono, Shih dijo que el Ministerio de Economía ha formado un grupo ad hoc, encabezado por el viceministro Huang Jung-chiou, para promover el mencionado programa en las Pescadores.
El ministro Shih y otros funcionarios de la cartera que preside acompañaron al alcalde del distrito de Penghu, Wang Chien-fa, para dar inicio al proyecto de “Isla de bajo carbono” en Magong, capital del mencionado distrito. “El proyecto representa un hito importante en el desarrollo de Taiwan y Penghu”, dijo Shih en dicha ocasión.
Según el mismo programa, en los próximos cinco años, se instalarán generadores de energía eólica de 96 megavatios en Penghu, y a los residentes del archipiélago se les permitirá aportar capital, puntualizó Shih; añadiendo que todas las ganancias provenientes de la venta de la energía eólica serán compartidas entre los accionistas residentes en las Islas Pescadores.
La iniciativa tiene como objetivo reducir las emisiones de dióxido de carbono en Penghu para 2015 en un 50 por ciento con respecto al nivel de 2005, bajando el volumen anual per cápita de emisiones de 5,4 toneladas a 2,1 toneladas; mientras que el suministro de energías renovables ocupará el 56 por ciento del total de la demanda energética. En caso de energía excedente proveniente de las turbinas de viento, la misma será trasmitida y vendida a Taiwan a través de un cable submarino.
Se espera que los residentes de las islas adquieran el 55 por ciento de las acciones de la empresa que operará la granja de energía eólica, siendo el resto de las acciones abierta para inversionistas foráneos.