Tres estudiantes han abandonado sus estudios en una prestigiosa universidad de Taiwan para enfocar sus esfuerzos en la materialización de su sueño de crear una impresora tridimensional que sea accesible para todos. Sin embargo, ellos no se arrepienten de haber tomado tal decisión.
“Deseo controlar mi propio destino”, destacó Ko Hsuan-en, hasta hace poco estudiante de la Universidad Nacional de Taiwan, al lado del FLUX, una impresora 3D con todas las funciones incorporadas y que pronto será presentada al público.
Ko explica que la visión de crear la impresora ha logrado su meta de accesibilidad al público y se encuenta lista para ser producida en forma masiva; en colaboración con su compañero de cuarto, Yu Chun-jen, estudiante de Ingeniería Mecánica.
La idea rudimentaria de Yu y Ko conllevó a la formación de un equipo de cinco estudiantes con ideas similares, de los cuales tres han abandonado sus estudios en búsqueda de sus sueños de la impresión tridimensional.
“No nos arrepentimos de abandonar (los estudios)”, dice Ko, anadiendo: “después de todo, es algo muy común en la actualidad”.
“Mi meta ahora es ver que FLUX se coloque en una oferta pública inicial”, explica.
A diferencia de otras impresoras 3D disponibles actualmente en el mercado, FLUX será ofrecida como una alternativa accesible que sea fácil de operar.
Lo más sobresaliente es que la unidad tiene una capacidad ilimitada para expandirse a través de módulos y está equipada con un escáner tridimensional integrado.
Con el escáner, los usuarios podrán “clonar” objetos tridimensionales sin necesidad de aprender complicados soportes lógicos de modelaje. También puede ser conectado a cualquier módulo, sin recurrir a otras herramientas, gracias a su innovador mecanismo de cierre magnético.
El equipo logró recaudar un fondo de 1,6 millones de dólares estadounidenses en apenas 39 días a través de una plataforma de fondos con 2.707 adherentes. La impresora ya ha atraído pedidos previos por 2.200 unidades.