El Museo Nacional de Biología Marina y Acuario anunció a fines de abril el éxito de su programa para la propagación de corales, señalando que los corales cultivados han desovado conjuntamente con corales silvestres en las costas del poblado de Kenting, en el sureño distrito de Pingtung.
El desove prueba que los corales han sobrevivido a varios frentes fríos que azotaron Taiwan a inicios del presente año. Los expertos temieron que estas corrientes frías pudieran interrumpir el ciclo reproductivo de los corales, pero al no ocurrir ésto, se comprueba que la metodología utilizada para el programa ha sido la correcta.
Durante muchos años, los expertos de la sección de investigaciones sobre arrecifes coralinos han criado y observado el desove de los corales. Al inicio, se tuvo que usar buceadores para observar el desove de los corales; pero en la actualidad, se han instalado sensores que permiten observar y realizar investigaciones en forma remota.
Los corales desovan anualmente en la noche de varias fechas precisamente cronometradas, como el 29 abril de este año, que correspondió a la vigésima tercera noche del tercer mes del calendario lunar.
El tiempo del desove de los corales cautivos estuvo en perfecta sincronización con los corales silvestres en el mar afuera de Kenting, y según las lecturas de los instrumentos, la densidad de los huevos de coral en el agua era “virtualmente idéntica” a aquélla de los corales silvestres.
Los arrecifes coralinos son uno de los entornos biológicamente más diversos en la Tierra, y los corales son altamente sensibles a la calidad y temperatura del agua, situaciones de las que depende la subsistencia de estos animales marinos.
El tamaño promedio de los huevos desovados recientemente es alrededor de unos 400 micrómetros en diámetro. Muestras de los mismos han sido recogidas y preservadas por congelación para posteriores estudios sobre el material genético de los corales, señalaron investigadores del museo.