06/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Más fuerza para las raíces

01/10/2007

En enero de este año, los Sakizaya, que radican en Hualien al este de Taiwan, con una población aproximada entre 5.000 y 10.000, fue reconocida oficialmente como la 13 tribu aborigen de Taiwan. Durante más de un siglo, los Sakizaya se consideraron un subgrupo de la tribu Amis, el mayor grupo de aborígenes de Taiwan, con alrededor de 168.000, entre los que se ocultaron para evitar el genocidio de las fuerzas de la Dinastía Qing de China, a medida que extendía su autoridad por Taiwan entre 1683 y 1895. En 2002, la tribu Kavalan, clasificada previamente como otro subgrupo de los Amis, restauró su posición como una tribu separada. A diferencia de otras 12 tribus que viven en gran parte en las regiones montañosas, los Kavalan pertenecen a los pingpu o habitantes aborígenes de los llanos. Originalmente, estos habitaron el moderno Yilan de hoy, al noreste de la isla, y debido a la mayor inmigración han , se trasladaron hacia el sur hasta Hualien en el siglo XIX.

Para los habitantes aborígenes tanto en los llanos como en las montañas, el modelo tradicional de nueve tribus usado durante la mayor parte del último siglo, se considera ahora una taxonomía poco adecuada de la riqueza de la variedad de culturas y población aborígenes de Taiwan. En enero de 2004, los Truku, que viven en su mayoría en Hualien, se clasificaron también como una tribu independiente, considerado anteriormente un subgrupo de los Atayal, el segundo grupo aborigen más grande en Taiwan. “Este es un proceso de totalidad aborigen previa que da lugar al estado más natural de existencias étnicas separadas”, dice Obay a Awi, un activista que busca autonomía para su tribu Saisiyat, ubicada en los distritos de Hsinchu y Miaoli.

Obay dice que él hace el papel de intermediario entre los aborígenes frustrados en la sociedad principal y aquellos que sacan provecho de su identidad aborigen en la vida urbana. “Tratamos de hallar en algún lugar entre las tradiciones tribales y la sociedad externa”, dice Obay, profesor de inglés y educación aborigen en el Instituto de Tecnología Chang Gung, del Centro para Educación General. Los esfuerzos de Obay representan, entre otras cosas, la aparición de las propias comunidades tribales en las décadas de luchas por derechos aborígenes en Taiwan. “Las actividades anteriores, compuestas principalmente de la inteligencia urbana, podría tener poca conexión con sus tribus”, dice Obay.

El logro de un enfoque

En las primeras etapas, el movimiento aborigen fue en gran medida los llamados más extensos por justicia social y liberalización, que llevaran al levantamiento de la ley marcial en 1987. “Las tribus aborígenes eran grupos con desventajas, al igual que los obreros, mujeres, y aquellos que sufrían por el deterioro del ambiente debido al desarrollo económico”, dice Icyang Parod, un Amis y ministro del Consejo para los Asuntos Aborígenes (CIP, siglas en inglés), de nivel de Gabinete. Desde 1987 hasta 1991, él encabezó la Asociación para el Desarrollo de los Derechos de los Aborígenes de Taiwan, uno de los principales grupos que organizaron el movimiento aborigen. “Aunque son un grupo minoritario”, dice el Ministro, “los aborígenes forman generalmente una proporción substancial de las víctimas en caso de discriminación laboral o accidentes en el trabajo, tales como en la pesca en aguas profundas y la mina de carbón”.

Después de una concentración inicial en los problemas sociales individuales y las dificultades personales, los activistas aborígenes comenzaron a prestar atención a asuntos sobre los aborígenes como un todo. “Por naturaleza, el trabajo hasta realizado tiene un atractivo diferente al de los movimientos sociales o políticos”, dice Icyang. “El origen étnico es nuestro valor central”. En términos de derechos humanos concernientes a la igualdad de los ciudadanos, los derechos de los aborígenes en una categoría étnica colectiva deben tratarse primero. La mayor conciencia de diferenciación étnica entre los primeros habitantes de Taiwan, se refleja en la evolución de la expresión estándar en mandarín para describirlos, desde shan bao (compatriota de las montañas) hasta yuan jhu min (habitantes originales) y nuevamente yuan jhu min zu (tribus originales) como resultado de enmiendas constitucionales.

En los últimos años, se ha visto que los esfuerzos para consolidar la confianza de la identidad aborigen han dado frutos. La promulgación de la Ley de Estatus para las Tribus Aborígenes en 2001 les permitió reconstruir su linaje a aquellos que perdieron su identidad racial legítima mediante el matrimonio o adopción. Desde el año pasado, en las nuevas cédulas de identidad nacional emitidas por el Ministerio del Interior (MOI, siglas en inglés), los aborígenes pueden colocar la versión romanizada de su nombre verdadero, en lugar del que se les imponía llevar por el sistema de registro familiar en la época del régimen japonés (1895-1945) y el siguiente gobierno de la República de China.

Más fuerza para las raíces

Icyang Parod, ministro del Consejo para los Asuntos Aborígenes.

Los nombres falsos eran uno de los tantos estigmas que tenían los aborígenes y había que resolverse. Otro símbolo de prejuicio racial ha sido la propagación del mito de Wu Fong en los libros de historia. La leyenda, inventada durante la era japonesa, presentaba a Wu como un respetado funcionario imperial chino, que no podía disuadir a los aborígenes a no cazar cabezas. Al final, él decidió sacrificar su propia vida para lograr su fin, diciéndoles a sus súbditos que esperaran por un hombre que llevaba traje rojo y lo mataran, quien resultó ser él mismo. El desenlace de la historia es que, apenados por su error, los aborígenes dejaron la práctica de cazar cabezas. El motivo del sacrificio del funcionario por el bien de “mejorar” las costumbres aborígenes, convirtió al mito en un tema popular y se colocaron estatuas, y se dio el nombre del funcionario a diversos lugares. En 1989, después de protestas continuas de la tribu local Tsou, un pueblo en el Distrito Chiayi llamado Wu Fong, para conmemorar a este funcionario, cambió su nombre a Pueblo Alishan (Montañas Ali). Ahora las estatuas de Wu Fong han sido eliminadas de sitios públicos, tales como parques y escuelas, y su historia ya no está en los libros de primaria. “Cuanto más se aprende en el sistema educativo regular”, recuerda Icyang de su experiencia escolar, “más olvidamos nuestras tradiciones tribales”.

Libertad para ser uno mismo

Para Icyang, la rectificación de la imagen equivocada de Wu, como un “gran hombre” fue una parte de los esfuerzos aborígenes de liberarse del proceso de asimilación por la sociedad han y desarrollar una manera apropiada y no tergiversada de ver y tratar los asuntos de los aborígenes. En 1996, el Gobierno de la Ciudad de Taipei fue el primero en establecer un buró para los asuntos aborígenes, que ahora se ha creado en muchos otros gobiernos locales, para tratar las necesidades específicas de las tribus locales. Poco después el mismo año, el Gabinete formó el CIP. Mientras que el CIP trabaja principalmente como el coordinador de los asuntos aborígenes entre los diferentes ministerios, su ámbito está aumentando. En abril de este año, entre otras cosas, el Consejo comenzó a encargarse de la gestión de alrededor de 250.000 hectáreas de terreno reservado para la habitación y cultivo de las tribus aborígenes. El terreno estaba anteriormente bajo los auspicios del MOI.

Las reservaciones aborígenes actuales son en gran medida una continuación del sistema japonés, que fue diseñado principalmente para la gestión conveniente de zonas salvajes, además de proteger los recursos del suelo de la explotación agresiva por los posibles pobladores. Ahora este sistema no sólo se usa en las reservaciones en zonas fragmentadas, sino en las tierras ancestrales de los aborígenes con el propósito de resumir su integridad. El CIP trabaja en una encuesta completa de territorios tribales tradicionales, de los que se encargará un comité que está siendo planificado actualmente. Este trabajo de reclamar las tierras de las tribus podría conducir a una forma de autonomía para las tribus aborígenes. El presidente Chen Shui-bian quiere ver un nuevo tipo de asociación definido claramente en las futuras revisiones constitucionales, con un capítulo completo dedicado a las tribus aborígenes, un avance significativo desde la enmienda constitucional de 1997 que requiere que el Estado proteja el estatus de los aborígenes según su propio deseo.

Icyang indica que la autonomía final, un derecho natural consagrado en la Ley Básica de las Tribus Aborígenes, promulgada en 2005, puede lograrse con la demarcación presente de las regiones administrativas nacionales, en las que 30 pueblos en las áreas montañosas y otros 25 pueblos en los llanos son habitados en su mayoría por aborígenes. El futuro cuerpo autónomo será el equivalente a un gobierno de distrito, y será establecido en áreas donde el jefe electo y no menos de la mitad, o incluso un porcentaje mayor de representantes populares sean aborígenes. Sin embargo, hay quienes se preocupan de que esto creará algo más que un autogobierno local desigual y no un sistema unitario.

Institucionalización

Hasta el momento, la formación de una asamblea tribal es el principal método adoptado por los activistas, tales como Obay y Voyu, un Tsou y ex director de la Asociación de Políticas de los Aborígenes de Taiwan, para más interacción efectiva con los actuales sistemas administrativos local y nacional. Obay está ayudando a su tribu Saisiyat a organizar una asamblea mayor compuesta por ancianos y una menor que funcionará principalmente como una plataforma para los intercambios entre las asociaciones de desarrollo local existentes. Uno de los resultados de la creación de este sistema de representación tribal fue el acuerdo de asociación de 2006, firmado entre los Saisiyat y la administración del Parque Nacional Shei-pa, establecido en 1992 en el norte-centro de Taiwan.

Voyu, quien presenta programas sobre políticas aborígenes en el departamento de noticias de la Televisión Aborigen de Taiwan, indica que el valor principal de este tipo de acuerdo es la administración conjunta del territorio aborigen tradicional por la burocracia existente y las tribus locales. Se necesita ciertamente una demarcación más clara de los derechos y responsabilidades, a fin de evitar la repetición de asuntos, tales como un caso legal reciente en Hsinchu, presentado por el Buró de Asuntos Forestales del Gobierno, contra varios Atayales, que usaban la madera de árboles que se cayeron naturalmente en el área tradicional de la tribu, que el buró, como tenedor de las tierras, reclamó como propiedad nacional.

“Los derechos fundamentales de autonomía o un sistema legal apropiado están apenas esbozados en la Ley Básica de Aborígenes, y se necesita mayor aclaración en otras leyes secundarias que aún no se han implementado. Sin embargo, las agencias gubernamentales, en vista de la intención central de la ley, han tomado seria consideración al tratar los asuntos relevantes”, dice Voyu, en cuanto al caso.

Más fuerza para las raíces

Un grupo de protestantes de varias tribus pide que, la nueva asociación anunciada por el Gobierno y que será establecida con aborígenes, sea realmente puesta en marcha.

El veredicto final fue que la remoción de la madera del sitio donde caían los árboles era robo, un juicio que ha provocado fuertes protestas de las comunidades aborígenes que consideraron esta acción como una práctica habitual en el territorio tradicional. “Las organizaciones gubernamentales deben abandonar su autoridad autoproclamada”, dice Obay.

Voyu dice que, además de su llamado por leyes y un sistema de valoración más tolerante, los aborígenes deben mostrar su determinación por mantener su integridad étnica, mientras contribuyen a una sociedad pluralista. Esta determinación es aún más importante para las tribus de moradores de los llanos, que se cree ampliamente que perdieron sus rasgos étnicos a causa de los contactos anteriores y la mayor asimilación con los inmigrantes han de la isla. “Sin embargo, aún cuando la mayoría de nuestros idiomas se han vuelto obsoletos, podemos reconstruir nuestra originalidad cultural si mostramos la intención de hacerlo”, dice Chen Kim-man, secretario general de la Asociación de Aborígenes Pingpu de Taiwan, cuyos ancestros se remontan a la tribu Katagalan en el área Beitou de la moderna ciudad de Taipei. Mientras el Gobierno considera el llamado de su grupo por una división de los pingpu , Icyang dice que se destinará un presupuesto independiente para la revitalización de la cultura aborigen pingpu . Con suerte, estos esfuerzos llevarán al renacimiento de las culturas locales. “De esta manera podemos darle forma a una identidad taiwanesa más clara incluso en términos de legitimidad política”, dice Chen.

Voyu indica que lo que están haciendo no es exigir algo como un beneficio social o tratamiento especial, sino tratar de darle a Taiwan un mejor futuro a través del resurgimiento de la sabiduría tradicional de las tribus aborígenes, que puede contribuir en gran medida a la promoción de muchas empresas muy prometedoras, tales como el ecoturismo y la cultura del entretenimiento. A algunos les preocupa que el movimiento aborigen pierda su competitividad una vez que su energía sea absorbida en el campo político y se institucionalice. Voyu piensa de otra manera. “La meta final es hacer que los aborígenes y Taiwan como un todo, sean más competitivos”, dice él. “El movimiento no disminuirá, aunque su forma cambie en el futuro”.


Hitos del Movimiento de los Derechos de los Aborígenes

1984: 29 de diciembre
Se establece la Asociación para el Desarrollo de los Derechos de los Aborígenes de Taiwan. Esta anuncia que los habitantes aborígenes de Taiwan no son descendientes de los antepasados chinos antiguos, sino que comparten un origen común austronesio.

1988: 11 de julio
Se establece una alianza aborigen para reclamar las tierras ancestrales de los aborígenes.

1991: 1 de mayo
Se promulgan los Artículos Adicionales de la Constitución para incluir la primera provisión constitucional sobre shan bao (compatriotas de las montañas), para los que se reservan escaños representativos en el Yuan Legislativo, y la actualmente abolida Asamblea Nacional.

1994: 1 de agosto
Se promulga una versión enmendada de los Artículos Adicionales de la Constitución. El término shan bao es sustituido por yuan jhu min (habitantes originales).

1996: 10 de diciembre
Se establece el Consejo para los Asuntos Aborígenes (CIP, siglas en inglés), de nivel de Gabinete.

1997: 21 de julio
Se promulga otra versión enmendada de los Artículos Adicionales de la Constitución para solicitar al estado la protección de la posición y la participación política de los aborígenes según su propia voluntad.

1998: 17 de junio
Se promulga la Ley sobre Educación para los Aborígenes. Esta obliga al Gobierno a ofrecer oportunidades de estudio a los aborígenes para que aprendan sus propias lenguas, historia y cultura nativas en las escuelas de todos los niveles.

2000: 25 de abril
Se promulga otra versión enmendada de los Artículos Adicionales de la Constitución. El término yuan jhu min es reemplazado por yuan jhu min zu (tribus originales).

2001: 17 de enero
Se promulga la Ley sobre Posición de Aborígenes a fin de reconocer y reconstruir la identidad de los aborígenes.

2001: 8 de agosto
Se reconoce oficialmente a los Thao como el 10 grupo aborigen de Taiwan, dejando a un lado el modelo de 9 tribus establecido por mucho tiempo.

2002: 19 de octubre
El presidente Chen Shui-bian firma un acuerdo sobre una nueva asociación con los aborígenes para reconocer sus derechos naturales a la propiedad de la tierra, autonomía y representación étnica en el Yuan Legislativo, entre otras cosas.

2005: 5 de febrero
Se promulga la Ley Básica para los Aborígenes a fin de proteger sus derechos sobre el desarrollo autónomo.

2005: 1 de julio
Comienza la transmisión del canal de Televisión Aborigen de Taiwan.

2007: 25 de abril
El CIP comienza a encargarse de la administración de tierras reservadas para el uso de los aborígenes.

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