29/04/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Protector de la naturaleza

01/06/2007
Hsu se siente como en casa en medio de la naturaleza, como aquí en este lugar en Nicaragua.

Para nuestros antepasados prehistóricos, el mundo natural era el único mundo que existía. Ocuparse de las bendiciones, caprichos y peligros de la naturaleza, a través de la selección natural, definió las criaturas que somos hoy; el conocimiento adquirido en la selva prehistórica está codificado en nuestros genes. A pesar de eso, la gente en un ambiente moderno puede estar radicalmente sin ningún contacto con el mundo natural; los instintos que eran cruciales para la supervivencia de los seres humanos durante decenas de miles de años, se osificaron con las luces brillantes de la gran ciudad. Mucha gente, escondida en las comodidades de un lugar hechas por el hombre, no siente su pérdida. Pero otros creen que es importante, tanto para los seres humanos y el mundo natural, que ambos se reconcilien, y algunos se han convertido como en misioneros, haciendo proselitismo sobre un mundo nuevo donde esto puede lograrse. Aunque el método para alcanzarlo es divertido y favorable para el ambiente, tiene una meta muy seria —la conservación ecológica. Uno de los pilares de este movimiento es Hsu Jen-hsiu.

Hsu es el fundador de la Asociación para la Protección de la Vida Silvestre (SOW, siglas en inglés), que es la organización ambiental más grande en Taiwan. El ha dedicado su vida a introducir a la gente a los secretos y maravillas de la naturaleza, y ha tenido una influencia duradera en las actitudes de los taiwaneses hacia la ecología. En la raíz de sus enseñanzas está la promoción de la observación natural, como una manera para que la gente aprecie la naturaleza. Según Hsu, cualquiera puede ser un buen observador de la naturaleza, y entrenarse a sí mismo mediante la observación de la hierba, un árbol o algún arroyo, para ver cómo cambia con el tiempo. Este tipo de observación desarrolla una conciencia ecológica.

Hsu nació en una aldea agrícola en 1946, en una época y un lugar donde los niños veían todavía peces migratorios en el río, bagres euroasiáticos y caracoles en los campos, y luciérnagas que centelleaban en las noches de verano. Su niñez está llena de esos recuerdos, que lo marcaron con las alegrías del ambiente natural. Pero a medida que la búsqueda precipitada de crecimiento económico convirtió a Taiwan en uno de los países con el medio ambiente más degradado en Asia, Hsu sufrió emocionalmente cuando vio desaparecer muchas especies.

Un día Hsu vio El desierto viviente, una película de Disney hecha en 1953, y así se formó su deseo de registrar el mundo natural con la cámara. En 1972, él publicó un artículo sobre especies de orquídeas salvajes en peligro de extinción en el diario Central Daily News, que fue el primero de su tipo en Taiwan en instar la conservación ambiental. Entre 1974 y 1976, él acompañó a un equipo agrícola del Gobierno a las selvas tropicales de Nicaragua. Los intentos anteriores de cultivar hortalizas allí por parte de los especialistas franceses y estadounidenses habían fracasado. Su éxito dejó atónitos a los locales quienes pensaban que era un milagro comparable a ordeñar a un toro. Después que finalizó la misión, Hsu se dedicó a ser—y aún lo es— escritor y fotógrafo independiente.

Incidentes espeluznantes

En los últimos 30 años, él ha estado en casi todos los lugares de Taiwan para registrar su belleza natural. Pero su curiosidad y personalidad aventurera lo han llevado a lugares salvajes, tales como las selvas de Filipinas, el Triángulo Dorado en Myanmar, las selvas tropicales de Borneo y el Amazonas, y el Desierto de Gobi en China. Algunos de los episodios descritos en sus libros son espeluznantes. Por ejemplo, en un área montañosa en Nicaragua casi se convierte en la cena de una astuta pantera escondida en un árbol, que después de observarlo a él durante bastante rato, saltó para atacarlo y erró por una distancia mínima. Los encuentros sobrecogedores son numerosos, como cuando fue atacado por un pitón tan grueso como el tronco de un árbol, o le cayeron sanguijuelas como gotas de agua mientras tomaba fotos, y otros peligros en selvas llenas de serpientes y caimanes.

“Mucha gente me ha preguntado si sentía temor cuando estaba en la selva. Para mí, la selva urbana es mucho más aterradora. Estoy familiarizado con los hábitos de los animales salvajes y sé cómo llevarme con ellos”, dice Hsu.

En los escritos de Hsu, la naturaleza se torna activa y gráfica. “Los estudiantes en Taiwan conocen la naturaleza a través de libros de texto y exámenes. Ellos no tienen la oportunidad de relacionarse con el ambiente y nunca se emocionan con sus misterios. Aprenden sobre ecología simplemente para aprobar los exámenes. Las hermosas criaturas vivientes son sólo especímenes. Ellos no aman la vida, ni ésta los conmueve”, dice Hsu.

En los años ochenta, los efectos del desarrollo perjudicial para el ambiente y la situación política menos represiva condujeron a la aparición de varios grupos de protesta, pero su activismo no pudo detener la destrucción. Hsu se dio cuenta que la única solución verdadera para la situación de Taiwan era la educación, que llevaría a un cambio fundamental en la manera cómo la gente veía el ambiente. Para que esto ocurriera, él reunió gente con pensamientos similares para establecer SOW en 1995. La asociación trabaja para popularizar la educación ambiental, que Hsu piensa debe comenzar con los niños. El siguió con la formación de voluntarios para ser observadores de la naturaleza. “Los observadores de la naturaleza son buenos guías para la ecología natural”, dice Hsu. SOW ha establecido muchas sucursales en Taiwan. Los voluntarios son agrupados en varios equipos de observación de la naturaleza. Ellos realizan investigaciones ecológicas y educación ambiental de forma regular, cada uno en un lugar específico.

La experiencia es importante

Desde que fue fundada SOW, Hsu ha entrenado personalmente a más de 1.000 guías en toda la isla. El anima a los guías a equiparse con conocimientos básicos sobre la ecología local y desarrollar una perspectiva completa sobre todo el ecosistema en cierto lugar. El enfatiza que ellos tengan experiencia personal en el campo. “Había un chico que siempre tenía buenas notas en biología. Una vez, les pidieron a él y otros chicos buscar alvéolas-brancas en el campo, y cada niño encontró una, menos él. El sabía mucho, pero todo su conocimiento derivaba de videos, que le hacían creer que la alvéola-branca era del tamaño de un dinosaurio, por eso naturalmente, no pudo encontrar una en el mundo real”, recuerda Hsu.

“Un guía tiene que llevar a la gente a la naturaleza y también llevar la naturaleza a sus vidas. La naturaleza puede estar en contacto con los cinco sentidos de la gente, así como su intelecto”, dice Hsu. Un ejemplo es la observación de aves. Observar un ave o escuchar su llamado es bueno, pero se puede hacer aún mucho más. Por ejemplo, la gente puede enriquecer su experiencia al observar la interacción del ave con su ambiente, sus relaciones con insectos o plantas, el tipo de bosque donde vive ...y muchos otros aspectos relacionados pueden ser explorados.

“Recuerdo que un mes de mayo acompañé a un grupo de directores de jardín de infancia a Sihyuan en el Distrito de Taichung. Vi un águila cernerse sobre una montaña. Les dije que era un águila culebrera Chiita. La líder apenas podía creerlo, pero dijo que no le quedaba de otra que creerme. Entonces, le dije que si podía hacer que el águila se acercara, ella tenía que agarrarla. Yo sabía que era época de reproducción para las águilas y silbé a través del altavoz de una manera muy provocativa. Al escuchar mi silbido, tres águilas se lanzaron hacia nosotros, lo que asustó mucho a la mujer”, recuerda Hsu. A él le gusta hacer que las aves traten de “conversar” con él. El puede saber qué significan algunos sonidos en ciertas estaciones.

Según Hsu, los guías buenos son aquellos que pueden llevar a la gente al sitio correcto en el momento correcto y puedan conmoverse con la naturaleza. Su forma de explicar puede conectar a la gente con la naturaleza. Pero también es muy importante que la gente aprenda a hacer amistad con la naturaleza, lo que necesita de una familiaridad aún mucho mayor. “Cuántas más experiencias se tengan en la naturaleza con los sonidos y colores, mayor es la capacidad para recibir los mensajes que envía la naturaleza, y mucho más autoritaria y contagiosa la interpretación de uno”, dice Hsu.

Hsu cree que su estrategia de conservación ecológica debería comenzar a fortalecer la apreciación que tiene la gente para que así esté dispuesta, y también sepa cómo hacer una contribución a la naturaleza. Los guías pueden desempeñar un papel clave en este tipo de trabajo. Los voluntarios de SOW han sido una fuerza muy útil en varios casos de desarrollo: ellos han podido mostrar a los legisladores y creadores de políticas las implicaciones ecológicas de decisiones poco imprudentes, y han logrado la revocación de esas decisiones.

Una persona que cambia la vida

Para atraer a la gente hacia esta causa, el mismo Hsu es el principal atractivo. El es famoso, ya sea por sus libros, SOW o los cientos de discursos que ha dado. Ha publicado más de 30 libros, muchos de los cuales han ganado premios. A menudo, la gente se acerca a él y dice: “Usted no me conoce, pero quería dejarle saber que usted ha cambiado mi vida”. Gracias a Hsu, algunos han seguido estudios sobre el medio ambiente en el exterior, mientras que otros que planeaban originalmente emigrar, se han quedado y trabajado junto a Hsu en la conservación. “Muchos de mis estudiantes se han convertido ahora en especialistas en ciertas especies”, dice Hsu, “me siento bien al saber que he influenciado a otros a unirse en mi causa para hacer algo significativo”.

Recientemente, una vez más a través de esfuerzos conjuntos de Hsu y voluntarios, SOW ha alcanzado el extranjero. A Hsu le preocupaba el daño ecológico que resulta de las prácticas culturales chinas y ha establecido varias sucursales de SOW en Malasia, Indonesia, Australia y Nicaragua, países con comunidades chinas étnicas importantes. “Los chinos étnicos han causado mucho daño a la ecología mundial. La deforestación es una de las causas. El uso de animales como alimento para reforzar la salud es otra. Por ejemplo, sólo los chinos comen tortugas y los nidos de las golondrinas de mar”. El piensa que es muy difícil que los extranjeros exijan un cambio de estas prácticas; sus exhortaciones se consideran insensibles y desinformadas culturalmente. Por lo tanto, el cambio debe nacer de la misma cultura. “La idea puede cambiarse solamente si la cultura a la que pertenece se cambia. Porque entendemos esta cultura, debemos encargarnos de esta tarea”, dice Hsu.

En 2002, se estableció la sucursal de SOW de Nicaragua. “En el pasado nos veían solamente como explotadores de mano de obra. Por eso quise ayudarlos a buscar la conservación ecológica y la promoción del ecoturismo”, dice Hsu. Gracias a conexiones que estableció como técnico agrícola en Nicaragua en los años setenta, él ejerció cierta influencia en ese país. Al decidir que el turismo necesitaba una introducción en profundidad a la rica biodiversidad de ese país, él fue muy adentro de la selva tropical para una sesión fotográfica, los resultados de ésta se convirtieron en el gran espectáculo ilustrado La Naturaleza de Nicaragua, publicado en inglés, chino y español en 2005. “En realidad aún nos falta dinero para pagar los costos de imprenta”, dice Hsu. Las donaciones de empresas y el público son las principales formas de subsistencia de SOW.

La sucursal de Malasia de SOW fue establecida en abril de 2007, antes de esto una oficina preparatoria había funcionado durante varios años. La oficina de SOW de Taiwan ha trabajado conjuntamente con la sucursal de Malasia en la promoción del ecoturismo. “Queremos ayudar a los chinos en el Sureste Asiático a que establezcan su hogar en ese país, no sólo emigrar a países tales como Australia después de ganar una fortuna”, dice Hsu.

Gran parte de los esfuerzos de SOW se dirige a encontrar un modus vivendi donde los mundos natural y humano pueden interactuar sin conflicto. Por ejemplo, la sucursal de la sociedad en Sarawak ha estado promoviendo activamente un proyecto de conservación de pitón, que ofrece un centro de rehabilitación para pitones capturados o lastimados para recuperar su salud, y finalmente, ser liberados en un refugio adecuado. Este compensa igualmente a los agricultores cuyos patos sean devorados por los pitones.

La labor más grande

En China, no es posible establecer una sucursal de SOW debido al estricto control gubernamental. Por lo tanto, Hsu tiene que trabajar con grupos protectores del medio ambiente locales. Desde 2000, él ha sido invitado a brindar entrenamiento para profesores. “El ambiente de China se ha degradado a un punto alarmante. Su idea de conservación ecológica apenas sobrepasa el concepto de procesamiento de basura o agua”, dice Hsu. Para ayudarlos, Hsu comenzó a partir de la observación de la naturaleza.

Por ejemplo, él llevó a los participantes al Desierto Taklamakan en el oeste de china, y les mostró cómo todo tipo de mecanismos de vida funciona allí. Primero, los participantes no podían ver nada. Poco a poco, pudieron ver conejos o venados, y luego se interesaron en la historia natural. “Ellos comenzaron a entender las técnicas de los observadores de naturaleza, y adquirieron los conocimientos, lo que puede ser muy divertido y gratificante. La gente puede especializarse en campos diferentes, como por ejemplo, aves o peces. De esta manera, ellos pueden compartir sus conocimientos y preocupación por el medio ambiente, y al mismo tiempo, alcanzar un sentido de logro”, dice Hsu.

Hsu piensa que observar la naturaleza es la manera más eficiente de reunir gente. Tras un largo período de observación, cuando la gente puede descubrir los ciclos naturales de cambio del medio ambiente, inmediatamente se da cuenta de cualquier cosa que esté mal, cualquier tipo de contaminación o destrucción, y puede reaccionar de inmediato. “Es crucial para mí poder ejercer influencia en China”, dice Hsu. Este año, él ha sido invitado a realizar varias sesiones de entrenamiento en Changbaishan en la provincia noreste de Jilin y en Sicuani en el suroeste. Estas conferencias no son lucrativas: “Llevó dos conferencistas conmigo. Tenemos que cubrir nuestros propios gastos de boletos de avión”, dice Hsu. Aún así, él piensa que se siente recompensado con la riqueza de las maravillas naturales que tiene el privilegio de observar.

Hsu cree que la conciencia ecológica nos enseña no sólo sobre la naturaleza, sino sobre nosotros mismos en el sentido más profundo. “La preocupación por la naturaleza es en verdad profundamente humanitaria, porque es la humanidad la que se beneficia de la protección del medio ambiente natural”.

“Si uno permanece en un ambiente natural durante un largo tiempo, esa persona encontrará el misterio de la vida humana y del universo que existe allí”, dice. Su opinión sobre cómo vivir la vida se verá iluminada por la vida de una flor. “La vida de un hombre debería ser como una flor —Una hermosa floración que da lo máximo de sí. La tarea más importante en nuestra vida es hacer que la vida sea espectacular”, dice Hsu. El espera que su plenitud haya ayudado a la gente a ver que la naturaleza ya no es algo extraño y difícil de apreciar, sino algo que por nuestro propio bien debe ser conservado.

Popular

Más reciente