06/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

El matiz más brillante del varón

01/06/2007

Hace dos años, la vice-presidenta Annette Lu, un ícono del movimiento de liberación femenina en Taiwan, cambió su consideración sobre el género menos gentil. Al notar que los trajes de estilo occidental —creados originalmente para climas ingleses mucho más fríos?que son el rigor entre los empresarios de Taiwan no eran adecuados para el tórrido clima de la isla, ella ofreció algunas alternativas para vestir, hechas de materiales adecuados para el clima con una estimación más realista de lo que era elegante e igualmente cómodo.

Aunque las innovaciones de Lu no se han vuelto populares, y hablar de los taiwaneses “metrosexuales” podría ser prematuro, la imagen que los hombres tienen de sí mismos y la manera cómo satisfacen esto está evolucionando con sutileza de la idea espartana de tiempos antiguos y, de hecho está creando un potencialmente enorme y nuevo mercado de ropa, cosméticos, revistas de moda y otros artículos de lo que se pensaba anteriormente era sólo del interés femenino.

Por ejemplo, cuando a finales del año pasado, Sogo inauguró su departamento de hombres en una nueva tienda, la tienda por departamento logró obtener 20 veces más ganancias de las esperadas, NT$2 millones en 10 días con sólo la venta de artículos para el cuidado de la piel para hombres. La mayor parte de los productos para la piel fue comprada por hombres entre los 28 y 35 años de edad, y el resto por los de más de 35 y cuarenta y tanto. Un anuncio promocional en el piso de hombres que decía: “Trabaja duro. Viste inteligentemente. Ten una meta alta. Diviértete —para el hombre en su mejor momento”, difundía la nueva verdad indiscutible, al menos para Taiwan, de que un hombre puede ser más que un adicto al trabajo. De pronto, los hombres tienen que prestar atención a su apariencia.

Y hay gran cantidad de información disponible para ayudarlos. Hace diez años, la prácticamente única revista que prestaba atención al estilo masculino era la versión localizada de GQ. Un vistazo a los estantes de revistas en las librerías de hoy revelará por lo menos 13 publicaciones de ese tipo, tales como Men’s Joker, Men’s Uno, FHM, Cool, Men’s Styles.

Cuidando el físico

Este nuevo interés de los hombres en la apariencia no está sólo confinado a las prendas de vestir y el cuidado personal. No es sorpresa que más hombres se están inscribiendo en gimnasios con la idea de ponerse en mejor forma física. La cirugía cosmética, que hasta el momento se creía era una especialidad exclusiva para las féminas, está despertando rápidamente el interés de muchos hombres, debido a que algunos artistas la han utilizado. Actualmente, alrededor del 20 por ciento de los pacientes de cirugías cosméticas son hombres, según un informe reciente, y los tratamientos más populares son botox, ácido hialurónico y tratamientos de láser. El diario China Times informó recientemente los resultados de una encuesta que muestra que el 54 por ciento de los hombres encuestados piensa que la cirugía cosmética es una buena manera de mejorar su apariencia. La encuesta mostró que las dos razones principales por las que los hombres consideran una cirugía son mejorar su posibilidad de encontrar un empleo y hallar pareja para contraer matrimonio. La encuesta encontró que el 85 por ciento de los hombres encuestados piensa que la apariencia es importante en el trabajo, y alrededor del 54 por ciento desea verse atractivo para las mujeres.

Entre tanto, más compañías de cosméticos están comenzando a introducir líneas de productos para el cuidado de la piel masculina —hay por lo menos 20 marcas disponibles en la actualidad. Las principales tiendas para vender productos para el cuidado personal de los hombres, tales como tiendas convenientes y supermercados, han notado el poder adquisitivo de los hombres en esta área y han comenzado a establecer áreas separadas para estos productos de cuidado personal masculino. Los analistas de mercado calculan alrededor de NT$1.000 millones de ingresos por estos productos este año, el doble del de 2006.

Para comprender el cambio tan grande, es importante entender que hasta hace poco la apariencia masculina era algo que preocupaba mucho a las mujeres. A cualquier edad, los hombres dependían de sus madres, novias o esposas para comprar ropas, y decirles qué vestir. En cuanto a los cosméticos para hombres, el sólo concepto se consideraba un sinónimo virtual de un desorden genético. Pero este tipo de pensamiento se está convirtiendo en un recuerdo histórico. Ahora a los hombres les interesa tanto el estilo y su apariencia como a las mujeres.

Si está ocurriendo una revolución en la conciencia masculina en cuanto a la imagen, la oficina de Men’s Uno, una revista masculina que circula actualmente en Taiwan, Hong Kong y China, es su Instituto Smolny. En contraste con los estilos occidentales y japoneses promocionados en Esquire y Men’s Non-no, la única revista dedicada a la moda masculina antes del debut de Men’s Uno en 1997, ésta no sólo intenta introducir a los hombres taiwaneses las ideas sobre la moda del extranjero, sino que promueve un sentido estilo específicamente local. Ismael Liao, editor administrativo de Men’s Uno, piensa que los hombres taiwaneses han cambiado radicalmente sus conceptos en cuanto a gestión de apariencia en los últimos 10 años. “En el pasado, la moda para hombres era sólo sobre qué zápatos o bolsas usar. Ahora, los hombres están mucho más al tanto de todo el paquete entero de la moda”.

Liao dice que los hombres taiwaneses pasaron de ignorar las tendencias internacionales, a una fase de creer fetiche las marcas, a la aparición de la metrosexualidad, una imagen de masculinidad que combina un fuerte sentido de la estética y la disposición de gastar una gran cantidad de tiempo y dinero en la apariencia y el estilo de vida. El grado en el que los hombres cuidan de su imagen varía con la edad, dice Liao. Los hombres mayores de 40 parecen no estar muy al tanto de la presentación de la imagen, mientras que aquellos treintones están más conscientes y dispuestos a gastar tiempo y dinero en hacer algo sobre el asunto, incluyendo el uso de cosméticos y cirugía plástica para mejorar su apariencia. Los hombres veinteañeros, inundados con la promoción exagerada de la moda, suelen darle prioridad a su estilo entre otros asuntos.

Si la actitud de los hombres en cuanto a su apariencia personal muestra un cambio significativo, aún queda la duda si se trata del resultado de una inteligente estrategia de mercadeo y cultura consumista, o si se trata de la reestructuración más profunda de ideas sobre lo que constituye la masculinidad.

Con certeza, la presión del consumidor es inmensa. De hecho, en cualquier lugar donde haya anuncios publicitarios, la televisión, los periódicos, autobuses y los trenes del sistema de tránsito en masa, los hombres se encuentran sujetos a un asalto de información constante, cuya esencia es que el éxito de la carrera o la vida romántica depende de la mejora del estilo y el cuidado personal. Y juzgando por la manera cómo los hombres están gastando dinero en los productos de los anuncios, este tipo de estrategia de mercado funciona.

Los medios de comunicación desempeñan un papel crucial, no sólo como medio de publicidad, sino como uno de proselitismo y estilo, al despertar el interés en la idea de la moda, cuidado personal y accesorios masculinos, y ofrecer grandes cantidades de información sobre las tendencias, “estilos”, lo que está de moda y lo que no.

“Las ideas de los hombres taiwaneses sobre moda vienen de dos direcciones diferentes. Hay estilos europeos/americanos o estilos japoneses”, dice Liao. “Los que prefieren el estilo americano o europeo suelen ser bastante leales a marcas famosas, y ven los desfiles de moda para inspirarse. A los que prefieren los estilos japoneses se les facilita elegir de una gran gama de artículos de consumo masivo porque las características físicas de los japoneses y taiwaneses se asemejan mucho”, dice Liao. Las campañas de los medios de comunicación han generado muchos de estos estilos.

En contacto con el lado femenino

Hung Wen-lung, coautor del libro Los hombres GQ son intensos, compara su generación, los que nacieron en 1971, con sus predecesores. “Cuando estaba en la escuela secundaria superior, prestaba mucha atención a mi cabello. Mis compañeros de clase también mostraban mucho interés en su apariencia —siempre tenían a mano espejitos y peines”, recuerda Hung. “Mi cuñado, quien es 10 años mayor que yo, me decía que ganar dinero y tener una carrera eran las cosas más importantes”. No solamente a un mayor número de varones alrededor de Hung les importa la apariencia, sino que también hay notablemente un elemento más femenino en su masculinidad. El mismo Hung piensa que esta tendencia podría afectar la apropiación principal del estilo gay, por ejemplo, y que los medios de comunicación han desempeñado un papel en el reconocimiento social de este cambio, pero que el cambio es más aparente en los dramas de televisión que en el mundo real.

A medida que más hombres van a los salones de belleza, algo que era exclusivamente para las mujeres, para un corte de cabello o una manicura, las mujeres están al tanto de los cambios y pueden ellas mismas hacer proselitismo del nuevo estilo masculino. Aún así, muchas mujeres siguen cuidando de la apariencia de los hombres de su familia.

“Los cambios visibles en vestido y apariencia son tan llamativos que la gente suele pensar que muchos hombres están cambiando en este aspecto”, dice Wang Chung-kwei, profesor de sociología en la Universidad Soochow. “En realidad, la mayoría de los hombres permanecen sin hacer ningún cambio”, dice Wang. En otras palabras, no creen en las exageraciones; el deseo entre los hombres de diferenciarse conscientemente mediante el estilo personal y su apariencia sigue siendo un fenómeno periférico.

Orígenes “sombríos”

Wang piensa que los cambios económicos han dado lugar a la búsqueda de un mayor grado de individualismo. En la sociedad agrícola, la posición social de un hombre depende de su tierra y su familia, y es bien conocido en la pequeña comunidad a la que pertenece. Pero el rápido cambio económico ha convertido al Taiwan moderno en una sociedad urbana en la que los vecinos son generalmente extraños. La gente siente la necesidad de diferenciarse del resto. La mayor apertura les hace darse cuenta del método —moda— y la mayor riqueza les da la manera de hacerlo. A medida que los trabajos de oficina, donde el género no es importante en el desempeño laboral, se hacen más comunes, y la creatividad y originalidad se valoran más, la demarcación entre los sexos se vuelve menos rígida, y los hombres tienen un incentivo para tratar de recalcar sus propias habilidades creativas a través de la moda y el estilo.

Conforme a una estructura socio-económica más liberalizada, los adultos jóvenes tienen más libertad de construir su propio sentido de estilo, hacia el que hay una actitud más respetuosa y mayor tolerancia de la sociedad en general. Se observa ampliamente que ya no se evita tanto la feminidad en la apariencia de los hombres. Pero Wang también señala que el grado de fluctuación de las actitudes varía entre las áreas rurales y urbanas, y entre las diferentes ocupaciones.

“En realidad, hay una multitud de modelos para la masculinidad entre los hombres taiwaneses, aunque los rasgos comunes son visibles”, dice Yang Ming-lei, profesor asociado de psicología y asesoría educativa, en la Universidad Ming Chuan. “El éxito es lo que más anhelan los hombres”, dice Yang. “Desde diferentes generaciones, lo que constituye éxito puede variar, los símbolos de éxito pueden diferir”, dice Yang. “Pero intrínsicamente, los hombres no han cambiado. La búsqueda del éxito de los hombres no ha cambiado. Hace cierto tiempo, un carro veloz pudo haber sido el símbolo del éxito. Ahora los artículos de vestir con estilo y caros pueden calificar como un símbolo de posición social”, dice Yang.

Una sociedad se vuelve más variada, más gente quiere vivir la vida que desea, especialmente la burguesía urbana. Yang indica que los cambios en el estilo de vida abarcan muchos factores, pero hay una competencia enorme y constante en el mercado del matrimonio. Como la mayoría de los taiwaneses piensa que la carrera debe estar bien establecida antes del matrimonio, suele esperar para buscar pareja, y luego, se le dificulta más buscar una. Yang cree que si los hombres desean mantener su competitividad, tienen que cambiar las maneras de tratar al sexo opuesto. Una nueva manera es vestir con estilo y cuidar su apariencia, aunque no son las únicas maneras de hacerlo.

No captan la idea

Los tratamientos de botox podrían hacer que un hombre se vea más joven y la ropa de marca lo harán lucir más poderoso, por lo menos es la idea que proporcionan los medios de comunicación. Pero un importante problema es que esta cultura consumista impulsada por los medios, preocupada por las superficialidades del estilo, no logra resolver las ansiedades de los hombres que no pueden aliviarse con los cambios de apariencia. Yang tiene muchos años de experiencia como consejero matrimonial, durante lo que ha observado muchas veces que la frustración verdadera de los hombres en los matrimonios deriva de su falta de habilidad en la intimidad. “Los hombres taiwaneses saben cómo cortejar, pero no saben hacer que el amor perdure. Mantener intimidad con la gente requiere una actitud de diálogo directo, pero nuestra cultura enfatiza la importancia de la armonía y evitar conflictos”, dice Yang. “Hay muy pocos canales disponibles para que los hombres aprendan la naturaleza de la intimidad”. Luego, el problema del aumento de la conciencia de la imagen masculina es que enfatiza valores superficiales, que podrían ser útiles a la hora de seleccionar la vestimenta para el ritual del cortejo, pero no ofrece nada para la meta a largo plazo de crear un hogar.

Obviamente un hombre libre de ansiedad es más capaz de elegir el estilo de vida que realmente le conviene. “El éxito tiene muchas caras”, dice Yang. Uno puede ver cierto tipo de éxito en la vidriera de Armani, pero también se puede ver otro en la de Hang Ten. Algunos definen el éxito como el tamaño de sus cuentas bancarias, mientras que otros piensan que la felicidad es algo interior.

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