29/04/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

El negocio de la basura

01/02/2007
Más de 1.500 compañías taiwanesas se dedican a la administración de desperdicios.

Muchos taiwaneses de edad mediana comparten el mismo recuerdo de la niñez de los triciclos grandes con enormes bandejas que daban vueltas por sus vecindades recogiendo vidrio, papel, latas y desechos de metal. Los ancianos que los manejaban, intercambiaban el detrito doméstico por dulces o algunos centavos. Todavía se pueden observar ocasionalmente estos vehículos a primeras horas de la mañana, repletos precariamente con cajas aplastadas, pero hoy día los métodos para disponer los desechos va más allá de aquellos triciclos del pasado.

Los asuntos ambientales y la necesidad económica forzaron con cierta urgencia los esfuerzos gubernamentales para que resolviera el asunto de los desperdicios. En 1988, la Administración para la Protección Ambiental (EPA, siglas en inglés) enmendó la Ley para la Eliminación de Desperdicios de 1974 para cambiar el centro de la responsabilidad hacia la administración de desechos. “La revisión fue el comienzo del método fabricante-responsabilidad”, dice Lin Chien-hui, secretario ejecutivo del Comité para la Administración de Fondos de Reciclaje, de EPA. Los grupos de desechos industriales trabajaron con el regulador para desarrollar estrategias y metas de reciclaje, las implementaron e informaron sus logros a EPA.

Dando la vuelta

Como EPA no tenía maneras de supervisar los índices de reciclaje informados, el sistema fracasó. En 1997, otras revisiones a la Ley para la Eliminación de Desperdicios exigieron que los fabricantes e importadores de desechos se registraran con EPA y pagaran “cuotas de reciclaje” a los fondos de administración de reciclaje de la organización. Este fondo, explica Lin, se utiliza para subsidiar la colección y tratamiento de desechos, programas educativos de investigación y desarrollo relacionados. Actualmente, el fondo totaliza NT$6.000 millones (US$188 millones) y es administrado por un comité formado por funcionarios gubernamentales, académicos y representantes de la industria.

El negocio de la basura

La tasa de reciclaje de automóviles viejos era del 37 por ciento en 2005.

EPA comenzó a realizar campañas de concientización pública en vista de la necesidad de reducir y reciclar los desechos domésticos; la primera de éstas, el proyecto de “bebés alien”, se llevó a cabo en 1990. Los contenedores en cuatro colores, con la forma y llamados bebés alien, fueron colocados alrededor de la ciudad para “comer” papel, vidrio, metal y plástico. Sin embargo, muchos residentes en lugar de tirar en ellos los desechos reciclables, los utilizan para botar toda la basura, y muy pronto, los bebés alien se volvieron reciclables.

Un importante asunto ambiental en ese momento era la contaminación causada por los desechos y botellas de politereftalato de etileno o PET (siglas en inglés). El reciclaje de estos contenedores se remonta a 1992, cuando EPA anunció que por cada botella vacía que se regresara a los detallistas, el fabricante ofrecería un reembolso de NT$2 (US$0,05). Los índices de devolución de botellas de PET se elevaron a más del 100 por ciento. Shen Chih-hsiu, un investigador en el Laboratorio para Análisis Ambiental del EPA, explica que la razón para el altísimo índice de devolución era que los fabricantes reportaban menos cantidad de producción para así contribuir menos al fondo de reciclaje. Como el fondo se vino en picada, el reembolso disponible para los consumidores se redujo primero a NT$1, y después a NT$0,5, y finalmente a nada en 2002. “La administración de los fondos fue cuestionada, pero la campaña fue un éxito”, dice Shen. “Nuestra encuesta muestra que el 80 por ciento de los consumidores todavía recicla sus botellas de PET aún sin el reembolso, lo que indica que la campaña tuvo éxito en crear el hábito de reciclar”.

Sin embargo, el dinero no ha formado estos hábitos admirables con otros artículos reciclables. Por cada automóvil y motocicleta que se lleve a los sitios designados, el propietario obtiene un reembolso de NT$3.000 (US$90) y $1.000 ($30), respectivamente. Aunque aumenta a una tasa anual del 20 por ciento, el índice de reciclaje en 2005 para automóviles fue del 37 por ciento y el 30 por ciento para motocicletas. “La compensación es demasiado poca para ser atractiva”, dice Lin Chien-hui. EPA está considerando un recargo reembolsable de NT$20.000 (US$600) en los precios de los autos para promover el reciclaje. “Es aparentemente un motivo más fuerte, especialmente cuando uno ya lo ha pagado”, dice.

El negocio de la basura

La clasificación de la basura se volvió obligatoria en 2006. Los barriles en la parte trasera del camión son para los desperdicios de cocina.

Aparte de los artículos reciclables a cambio de reembolso, dicha agencia para la protección ambiental descubrió que el público no está tan entusiasmado con otros materiales. Una típica bolsa de basura de una vivienda podría contener diferentes cosas, desde palillos de bambú y envases de poliestireno hasta artículos de vidrio y plástico. Por eso, desde 1997 EPA ha promovido el reciclaje de recursos “cuatro en uno”, haciendo un llamado al público para que haga un esfuerzo junto a los gobiernos locales, las empresas de reciclaje y el Comité de Administración de Fondos de Reciclaje. La clasificación de la basura fue introducida paulatinamente durante un período de tiempo, y recibió mucho apoyo de los gobiernos locales y grupos privados, tales como la Unión y Fundación de Amas de Casa, y se volvió obligatoria en todo el país en 2006.

Qué pasa alrededor

La variedad de artículos que se pueden volver a usar ha aumentado en gran medida. Por ejemplo, a partir de 1998, las computadoras se han estimado reciclables, y solamente ese año, se reciclaron 238 toneladas métricas, cifra que llegó a 9.198 en 2005. Los muebles usados están también teniendo una segunda oportunidad. Gracias al servicio de recolecta disponible, de los gobiernos locales, los muebles se reparan y limpian completamente antes de ir a parar en los espacios para venta al detal del distrito o en sus páginas web. En 2006 se incluyeron los discos compactos y los teléfonos celulares.

El uso de la responsabilidad del productor y la clasificación obligatoria como estrategia de administración de desperdicios parece que ha sido un éxito para EPA, y asimismo, las estadísticas sugieren que el proyecto “cuatro en uno” ha funcionado bien. El peso del total de artículos reciclables domésticos aumentó de 129.155 toneladas métricas en 1998 a más de 1,75 millón en 2005, o una subida del 5,87 al 22,91 por ciento de desechos que se han vuelto a usar. Según EPA, más del 40 por ciento de la basura doméstica en Taiwan puede reciclarse, lo que significa que sólo se ha hecho la mitad del trabajo.

El negocio de la basura

Taiwan utiliza 400 millones de baterías al año, pero solamente recicla 12 por ciento de éstas.

En comparación con el reciclaje de basura doméstica, el sector industrial ha sido mucho más agresivo. De 1998 a 2005, los desechos industriales reciclados aumentaron de 4,8 millones a 7,8 millones de toneladas métricas, o una tasa del 70 por ciento de todos los desechos industriales. “Que las mismas industrias resuelvan el problema de sus desechos, dio lugar a desarrollos significativos en la reducción del daño al medio ambiente”, dice Lin Chih-sen, presidente de la Fundación para la Productividad Verde de Taiwan. “Todo pasó en sólo 15 años”.

Con la asistencia técnica de las organizaciones locales para la investigación, tales como el Instituto de Investigación sobre Tecnología Industrial (ITRI, siglas en inglés), las empresas administradas por el Gobierno fueron las primeras en formar parte del grupo para la limpieza. Por ejemplo, China Hi-Ment Corporation, fue establecida en 1991. Con la inversión conjunta de las industrias del acero y cemento, la compañía procesa escoria de alto horno producida por la industria del acero, y la convierte en cemento o polvo de escoria. Taiwan Power Co. también ha procesado las cenizas volantes de sus plantas para que puedan usarse en el concreto de las obras públicas. “Estas son como glóbulos blancos para la sangre de las industrias”, dice Lin. “Ellas limpian silenciosamente la suciedad, haciéndola útil y asegurando que las industrias sobrevivan”.

Dame un respiro

Marcada una industria emergente que goza de incentivos gubernamentales tales como reducción fiscal y de impuestos de importación, la administración de desperdicios ha comenzado a atraer a inversionistas extranjeros y locales. “La industria de reciclaje ha crecido en un 10 por ciento cada año”, dice Lin. “Aunque muchas compañías se han trasladado o planean trasladarse al exterior, esta industria es una que todavía tiene mucho potencial”.

Super Dragon Technology Co., Ltd. fue establecida en 1996, y ha sido una de las compañías más exitosas del sector. Con la asistencia técnica de ITRI y máquinas de Alemania y Japón, Super Dragon extrae metales preciosos de circuitos integrados y tableros de circuito impreso, y sus clientes incluyen a los principales fabricantes de Taiwan en la industria de la información. El fundador de la compañía Wu Yao-hsun explica que puede extraerse 1 kilogramo de oro de aproximadamente seis toneladas métricas de “materia prima”, y su compañía puede producir mensualmente 180 kilogramos de oro puro, así como cantidades más pequeñas de otros metales, tales como plata y cobre. Wu está muy orgulloso de que su compañía sea una de las 13 compañías del mundo que puede hacer esto. “Ellos están haciendo esas partículas más y más pequeñas, y la habilidad técnica para extraerlas es cada vez más y más alta”, dice. “Taiwan es un principal fabricante de computadoras, entonces claro, como miembro de la aldea mundial, debería tener la habilidad de reciclarlas”.

El negocio de la basura

El reciclaje de botellas de PET es ahora un hábito popular.

Grandes empresas han mostrado interés en el comercio. La Corporación Formosa para Tecnología del Medio Ambiente, una inversión del Grupo Plásticos Formosa, está tratando de reciclar los desperdicios de cocina. Las instalaciones en Yangmei de la compañía en el Distrito de Taoyuan, procesan desechos de cocina y los convierten en abono orgánico que se utiliza para cultivar hortalizas orgánicas en la propia granja de la compañía. Formosa comenzó a vender sus primeras hortalizas orgánicas en agosto del año pasado, y aunque su producción es pequeña, la compañía cree que hay un mercado anual de NT$50.000 millones (US$1.500 millones) para el abono, y tiene planeado establecer siete otras instalaciones de procesamiento en otras partes de la isla.

A finales de 2005, había más de 1.500 compañías de administración de desperdicios y reciclaje. En conjunto, éstas generaron un valor de producción de NT$36.000 millones (US$1.100 millones) en 2005. Sin embargo, no todas pueden esperar mayor crecimiento; los pequeños operadores han encarado serios retos. “Los requisitos tecnológicos son cada vez mayores”, dice Lin Chih-sen. “Las compañías pequeñas que no pueden darse el lujo de investigación y desarrollo o promoverse, terminarán perdiendo su competitividad”.

“La escala de administración de desperdicios ya va más allá del vehículo de tres ruedas, y sus recompensas, mucho más allá de los dulces y algunos centavos, pero la esencia del negocio sigue siendo la misma —ganarse la vida con los desechos de ayer.

Popular

Más reciente