03/05/2024

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Taiwán Hoy

Los ancianos de Taiwan

01/12/2006
Ahora es común ver a los ancianos taiwaneses acompañados de cuidadoras extranjeras.

Lai Chia-hsiung, de setenta años, vive solo en el sur de Taiwan. Su esposa murió hace cinco años y sus cuatro hijas todas trabajan y viven lejos en Taipei. El pasatiempo favorito de Lai es ir al parque cercano. “Voy allá dos veces al día a hacer ejercicios y ver a viejos amigos. Cuando uno llega a mi edad, se da cuenta lo importante que son los viejos amigos, porque son los que pueden venir rápidamente a ayudar si uno necesita algo”, dice. “Me gustaría vivir con mis hijas, porque de verdad, uno se siente muy solitario viviendo solo. Pero lo que pasa es, que no estoy acostumbrado a la vida en la ciudad. Y la gente joven tiene su propia vida. Tengo suerte porque ellas me dan dinero y cubren mis gastos”.

La situación cotidiana de Lai es típica de muchos ancianos en Taiwan. Un estudio reciente realizado por la Federación para el Bienestar de los Ancianos (FWE, siglas en inglés) muestra que las tres primeras preocupaciones de los ancianos son la salud, la seguridad económica y el cuidado diario. Según una encuesta del Ministerio del Interior (MOI, siglas en inglés), 60,19 por ciento de los encuestados mayores de 65 años piensan que la manera ideal de vivir es con sus hijos.

Entre tanto, las cuentas del MOI muestran que la proporción de aquellos de 65 años o más dentro de la población total ha ido aumentando, y ahora está en 9,86 por ciento, en comparación con 6,22 por ciento en 1990, mientras que la tasa de dependencia del número de ancianos de 65 años o más en comparación a aquellos de edad económicamente productiva —15 a 64—ha aumentado a 13,75 por ciento de 9,32 por ciento durante el mismo período.

“Gracias a la implementación del programa de Seguro Nacional de Salud (NHI, siglas en inglés), los ancianos taiwaneses pueden disfrutar cuidados médicos buenos y accesibles. La parte más apremiante en cuanto al bienestar de los ancianos es, por lo tanto, brindar cuidado a largo plazo y una pensión mensual. Porque las familias hoy día se están volviendo cada vez más pequeñas, la carga del cuidado de los ancianos está incrementando y es necesaria la intervención del estado”, dice Wu Yu-chin, secretaria general de FWE.

Wu indica que alrededor del 9 por ciento de la población mayor de 65 años consume actualmente aproximadamente 33 por ciento de los recursos generales de cuidados médicos, lo que ocasiona un serio deterioro de las finanzas de NHI. Por ello, ella cree que el Gobierno necesita colocar igual énfasis en las formas para que los ancianos se mantengan saludables, tales como estimularlos a estudiar, trabajar o participar en eventos sociales. Al ampliar las oportunidades para este tipo de actividades, que servirán para mejorar la salud de los ancianos, se reducirá su necesidad de cuidados médicos.

Wu critica la redacción de una Ley Nacional de Pensión propuesta por el Gabinete, que proyecta extender las pensiones para ancianos a aquellos sectores de la sociedad no cubiertos bajo ningún programa de seguro. Wu piensa que el esquema de pensión debería cubrir a todos, para corresponder con el espíritu de compartir riesgos y redistribución de ingresos del sistema de seguro social. Ella está contenta con la dirección política que se ha seguido en los consensos alcanzados en la Conferencia para el Desarrollo Económico Sostenido de Taiwan en julio de 2006. La legislación que consagra esto será terminada el próximo año.

Envejecida y senil

Conforme a una definición de las Naciones Unidas, una sociedad en la que más del 7 por ciento del total de la población tiene 65 o más años de edad se considera una sociedad envejecida. Cuando la correspondiente proporción sobrepasa el 14 por ciento, o cuando el número de personas mayores de 65 años o más excede a los de 14 años o más jóvenes, entonces es una sociedad senil.

De esta manera, Taiwan ha sido una sociedad envejecida desde finales de 1993, y según las proyecciones del Consejo de Planificación y Desarrollo Económicos (CEPD, siglas en inglés), el país se convertirá en una sociedad senil en 2017. Para el 2026, el número de personas mayores de 65 años seguramente alcanzará el 20,6 por ciento de la población total.

Jeremy Chen, director del Departamento de Planificación de Recursos Humanos del CEPD, dice que el envejecimiento es un fenómeno común para todos los países avanzados industrialmente. Pero lo que preocupa es que el ritmo de envejecimiento de Taiwan es el doble de rápido del de los países de Europa occidental, en cuanto al promedio de 50 años durante la transición de envejecida a senil. En el caso de Francia, la transformación duró 113 años.

Uno de los principales factores que contribuye al rápido proceso de envejecimiento, dice Chen, es que el índice de natalidad ha declinado más rápido que en muchos otros países. El índice de fertilidad total de la isla —el número promedio de bebes nacidos de mujeres durante sus años reproductivos— era de 5 durante los años sesenta, y bajó a 2 en los años ochenta y disminuyó aún más a 1,12 en 2005. Entretanto, la edad media de contraer matrimonio ha continuado aumentando. El porcentaje de mujeres entre 25 y 29 años que se casan ha disminuido, por ejemplo, al 41,5 por ciento en 2003, del 65,1 por ciento en 1990. Estas cifras indican que las tendencias de “casarse tarde y pocos hijos” han tenido gran impacto en la estructura de la población de Taiwan.

La nueva política de población del Gobierno debe entonces prestar mayor atención a resolver el problema del bajo índice de natalidad, además de promover el bienestar de los ciudadanos de la tercera edad, dice Chen. Una directiva importante busca fortalecer los sistemas de apoyo, tales como guarderías con precios más razonables y mejor administrados, que faciliten a las mujeres su trabajo y la crianza de los niños.

Detener el declive de la tasa de natalidad

James Hsueh, comisionado del Departamento de Bienestar Social, del Gobierno de la Ciudad de Taipei, piensa que aumentar la tasa de natalidad, y por lo tanto, mejorar el índice de dependencia, es casi una misión imposible. Lo mejor que podemos hacer es evitar que siga disminuyendo. Entre las medidas que podrían implementarse son permisos de maternidad y cuidado del bebé con pago, exenciones fiscales, y subsidios para vivienda y crianza de los niños. El insta al Gobierno Central a diseñar rápidamente políticas específicas para que los gobiernos locales puedan crear medidas complementarias para tratar conjuntamente este problema.

En términos del asunto del envejecimiento, Hsueh advierte que el reto verdadero vendrá en 2011 y los años siguientes, cuando la primera ola de la generación de baby boomer (1946-1964) cumpla 65 años. Por otra parte, él continúa, los ciudadanos de la tercera edad de hoy se han beneficiado de un poco común índice bajo de dependencia—lo que significa que un gran número de personas contribuyen con su apoyo — y un muy alto índice de propiedad de viviendas, ventajas sin precedentes y que posiblemente no vuelvan a verse.

“Cuando se formulan políticas para los ancianos, necesitamos considerar las condiciones presentes características de los ancianos de Taiwan, y no adoptar ciegamente prácticas occidentales”, dice. “Lo más importante, necesitamos ser cuidadosos de no exhaustar nuestros recursos, parte de lo cual debería apartarse para usos futuros, porque estamos viendo cada vez más ancianos que viven sin sus hijos y no cuentan con otros recursos”.

En su opinión, deben construirse más hogares para ancianos, pero la cantidad, la escala operacional, los cobros por el servicio y la funcionalidad, todos deben valorarse primero para maximizar el uso eficiente. Al mismo tiempo, él exige la promoción renovada del mecanismo familiar, y la red de apoyo de la comunidad, que solía ser la parte principal de la sociedad oriental.

En la actualidad, excepto por aquellos con alto ingreso o aquellos cubiertos por otras pensiones, los ciudadanos de la isla de 65 años o más reciben una pensión mensual de NT$3.000 a 6.000 (US$94-188), dependiendo de qué gobierno local está realizando el subsidio. Hsueh piensa que este esquema no contribuyente, que se ha utilizado durante más de 10 años, es un gran estorbo para el desarrollo de los servicios de bienestar social de Taiwan; en particular, a la implementación designada del plan nacional de pensión al estilo de seguro.

El problema de los subsidios

“Aunque definido como una ‘medida transitoria’ antes de la puesta en marcha formal del plan nacional de pensión, el programa existente de subsidios para los ancianos es a menudo empleado por los políticos como una manera de solicitar los votos de los ciudadanos de la tercera edad durante las elecciones. Esto confunde al público y distorsiona su pensamiento, haciendo que asocien el bienestar social con la repartición de dinero efectivo”, dice. “El gobierno debe revisar detalladamente su programa de bienestar con dinero en efectivo y ver si es más práctico gastar este dinero en instalaciones y servicios de cuidados diarios”.

De manera parecida, Peishan Yang, profesora asociada en el Departamento de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Taiwan, dice que cuanto más tiempo tenga el programa de estipendio en marcha, más fuerte la resistencia del público hacia la implementación de un sistema de seguro social contribuidor. “Cuando la gente se acostumbra a recibir un estipendio de la nación, es difícil quitárselo”, dice. “Sin embargo, el programa de subsidio de ancianos emplea casi todo el presupuesto de bienestar completo, afectando otros programas?tales como los de mujeres, niños, minusválidos y desempleados”.

Hasta ahora, el Gobierno utiliza ingresos de los impuestos y las ganancias de la lotería pública para apoyar sus diversos programas benéficos. Sin embargo, dado los bajos índices tributarios que hay en Taiwan, y la disminución de la fiebre por la lotería, el gasto en bienestar seguramente será una carga mayor en las finanzas ya complicadas del Gobierno. Como resultado, Yang desea que el Gobierno realice una revisión general de su actual sistema tributario y políticas de bienestar, desde las perspectivas de equidad, justicia y capacidad de ser sostenible, en vez de simplemente preocuparse por el flujo de efectivo a corto plazo como lo hace.

“Hasta ahora, no tenemos una política de bienestar coherente..., por ejemplo, la sociedad desea animar a las mujeres a salir a trabajar o quedarse en casa para cuidar a los niños. Necesitamos que el Gobierno nos diga cuál es el objetivo general, para que podamos coordinar nuestros esfuerzos”, dice “Además, los asuntos pertinentes al bienestar de los ancianos son tratados actualmente por diferentes agencias gubernamentales, y esto realmente exige la consolidación en un intento de evitar discrepancias en cuanto a las políticas y ofrecer servicios convenientes”.

Al mismo tiempo, Yang enfatiza que el asunto de la vejez no es sólo la responsabilidad del Gobierno, sino de toda la sociedad. “Cada individuo, o familia necesita pensar racionalmente, discutir y planificar para la vejez con anticipación. Es necesario pensar sobre cómo sus gastos diarios serán después de la jubilación, cuántos años más podría vivir, y quién le cuidará cuando esté demasiado viejo para hacer sus tareas. Si desea ser feliz cuando sea viejo, debe empezar a preparar mientras es joven y prestar atención a la salud y situación económica, mejorando la dieta, ejercitándose y ahorrando dinero”, dice.

En la actualidad, el cuidado de los ancianos puede ser ofrecido a través de la comunidad, instituciones y familias. Y se han establecido un mayor número de asilos de ancianos y centros de cuidados. Yang se alegra al ver la formación gradual de redes de cuidado social de distrito y nacionales, y más y más gente deseosa de pagar por estos servicios.

Ahora, el problema principal, dice Yang, es la escasez de gente que ofrezca estos cuidados. “Hoy día, los jóvenes se niegan a trabajar como cuidadores de ancianos. Por eso es común ver ancianos aquí acompañados por cuidadoras extranjeras. Aún así, necesitamos pensar en si la calidad de ese cuidado es suficientemente buena”, dice. “Para tratar este problema, debemos ver nuestro propio sistema educativo, y trabajar para preparar más gente, particularmente en el nivel de las escuelas vocacionales y primer ciclo universitario”.

Empleo de trabajadores de edad avanzada

Debido a las mejoras continuas en la calidad de vida y cuidado médico, los ancianos están viviendo más. Por lo tanto, es necesario contemplar cómo pueden continuar trabajando para contribuir con la sociedad. “Aunque el Consejo de Asuntos Laborales ha prohibido la discriminación hacia los trabajadores mayores, la mayoría de los empleadores domésticos aún prefiere contratar jóvenes”, dice Yang. “Aparte de tratar de cambiar esta mentalidad a través de campañas educativas, el Gobierno necesita mejorar las reglamentaciones existentes y formular nuevas para facilitar el empleo de trabajadores mayores”.

En la Conferencia sobre Desarrollo Económico Sostenible de Taiwan de este año, el problema de la población senescente provocó una intensa discusión y se mencionaron varios remedios. Entre ellos se encontraron revisiones de leyes que regulan la extensión de la edad obligatoria para la jubilación, y el ofrecimiento de incentivos para el empleo de gente de edad mediana o avanzada, así como la formación vocacional relevante.

Además, se decidió que antes de emprender el plan nacional de pensión, los gobiernos central y locales no pueden elevar los montos de los diversos estipendios dados actualmente a los ancianos, o iniciar nuevos esquemas de pensión. También, estos programas de subsidios serán gradualmente integrados, y se incorporarán cláusulas de vejez. Igualmente, el Gobierno establecerá un centro de investigación y desarrollo para tratar los asuntos de la edad avanzada.

“El envejecimiento de nuestra sociedad es una tendencia irreversible y está destinada a acelerar en el futuro cercano”, reitera Wu Yu-chin, de FWE. “No obstante, es estupendo que el Gobierno esté colocando mayor énfasis en este asunto. Y en la conferencia sobre economía nacional fue propuesta y acordada una clara estructura sobre el establecimiento de un sistema de bienestar sostenible para los mayores. Si todas estas propuestas se ejecutan paso a paso, creo que la sociedad de Taiwan como un todo puede superar los futuros retos y sobrellevar el proceso de envejecimiento bastante bien”.

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