03/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Pensión bajo tensión

01/12/2006
Un hogar para ancianos en el Distrito de Taipei. La gente deja sus propiedades a sus hijos, en lugar de venderlas para tener dinero para su jubilación.

Ssutu Shu-ping está empacando para otro viaje a Shanghai. Desde su jubilación hace cuatro años, ella pasa varias semanas allí de vez en cuando en el apartamento que compró. “Mi única queja es que no tengo compañeros para jugar mahjong allá”, dice. “Supongo que no importa, porque juego mucho aquí”.

Gozar de buena salud física es esencial para los viajeros frecuentes, pero estar financieramente bien es también de igual importancia. Antes de jubilarse, Ssutu trabajaba como funcionaria pública para Chunghwa Telecom. Co., Ltd. (antes bajo la Dirección General de Telecomunicaciones, Ministerio de Transporte y Comunicaciones, actualmente el mayor suministrador de servicios de telecomunicaciones “privatizado” de la nación). Como resultado, Ssutu recibe una generosa pensión mensual. Aunque no revela cuánto recibe, ella admite que es más o menos lo que ganaba antes de jubilarse. “Como dice la gente, el salario de un funcionario público es uno que no lo llenará plenamente pero tampoco lo hará pasar hambre”, dice ella. “Pero si se agrega a la pensión de jubilación, el empleo gubernamental parece ofrecer mayor seguridad económica que el sector privado”.

Según la Dirección General de Presupuesto, Contabilidad y Estadísticas, el índice de ingreso de reemplazo —post-jubilación en comparacióan con el ingreso antes de la jubilación— de los empleados gubernamentales de Taiwan era entre 103 y 115 por ciento el año pasado. Algo que contribuyó al aumento del ingreso post-jubilación fue un interés preferencial de ahorro del 18 por ciento disponible para el personal militar, funcionarios públicos y maestros jubilados. Este alto interés fue diseñado a finales de los años cincuenta para garantizar una seguridad económica razonable para los jubilados gubernamentales quienes ganaban comparativamente menos que la gente en otras profesiones. El Gobierno compensó la diferencia entre los intereses bancarios reales y el 18 por ciento. Ahora, la política ha sido limitada a los años de servicio antes de 1995 solamente, pero los jubilados aún en la próxima década tendrán todavía muchos años de servicio antes de 1995. Y dado que los actuales intereses bancarios son apenas entre el 1 y 2 por ciento, el Gobierno está enfrentando una seria carga financiera al cubrir la diferencia de interés.

Oposición al cambio

Las políticas de jubilación preferencial para los funcionarios públicos son comunes en muchos países, pero generalmente ofrecen una tasa de reemplazo entre el 60 y 75 por ciento, según el Yuan de Exámenes. El año pasado, el Yuan de Exámenes aprobó una proposición para modificar la tasa de reemplazo a un porcentaje máximo más razonable del 90 por ciento. Esta afectará un promedio de 80.000 funcionarios públicos, maestros y personal militar, tanto jubilados como por jubilarse, y provocó mucha crítica. “Le guste o no, es un contrato entre el Gobierno y sus empleados”, dice Ssutu. “Está bien querer uno nuevo, pero debe ser negociado entre ambas partes. No se puede entablar un contrato unilateralmente”.

Pero hasta la tasa de 90 por ciento de reemplazo propuesta por el Yuan de Exámenes sigue siendo un sueño para los jubilados del sector privado. La ley de Estándares Laborales consagra que dependiendo de la antigüedad, un jubilado puede obtener una cantidad fija de hasta 45 veces su salario promedio en los seis meses anteriores a la jubilación. El problema ha sido que muchos simplemente no pueden obtener el dinero. Según Lee Lai-hsi, director del Departamento de Planificación, del Consejo para los Asuntos Laborales, las empresas pequeñas y medianas de Taiwan tienen un promedio de vida de 13 años, pero un trabajador necesita trabajar en la misma compañía durante 15 años antes, y tener más de 55 años, o 25 años si es menor de 55 años, para ser candidato al pago. Para resolver este problema, el Legislativo aprobó la Ley de Pensión de Jubilación para Trabajadores. Implementada en julio de 2005, el nuevo programa permite a los trabajadores una cuenta individual portátil que pueden llevarse cuando cambien de trabajo o cuando los empleadores deciden cerrar sus compañías. Dependiendo de su antigüedad, los jubilados pueden recolectar la suma total de una vez o elegir una pensión mensual. Para la gente que se retira después de 30 años de trabajo, la pensión mensual es de aproximadamente la mitad del salario que ganaban.

Sin embargo, los propietarios de negocios no están tan entusiasmados con el nuevo sistema. Aunque los depósitos en los fondos de jubilación de los empleados son solamente el 6 por ciento de los salarios de los empleados en comparación con el 2 a 15 por ciento del sistema antiguo, es mucho más difícil para los empleadores eludir el pago. “Esto ha sido una importante reforma y habido mucho debate tanto antes como después de la aprobación de la ley”, dice Lee. “Creo que la gente apreciará finalmente cuando tenga la pensión en la mano el día de su jubilación”.

Escasos suministros

Actualmente, no muchos jubilados en Taiwan pueden depender de su pensión; los empleados del sector privado reciben solamente alrededor de un quinto a un cuarto de lo que originalmente ganaban. Una encuesta del Ministerio del Interior (MOI, siglas en inglés) muestra que en 2005, solamente el 14 por ciento de la gente de 65 o más años vivía con los fondos de jubilación. Alrededor de un tercio de la gente en ese grupo de edad consideraba que las subvenciones del Gobierno eran su ingreso más importante. Estas incluyen subvenciones para agricultores de edad avanzada, aborígenes, ancianos de hogares con bajos y medianos ingresos y aquellos que no están cubiertos por otras pensiones.

Dependiendo del tipo de subvención, una persona recibe entre NT$3.000 y NT$6.000 (US$91-US$182) al mes. Fu Tsung-hsi, profesor asistente en el Departamento de Bienestar Social, de la Universidad Nacional Chung Cheng, explica que el Gobierno comenzó a brindar estas ayudas a mediados de los años noventa a fin de cuidar estos grupos individuales, pero no es una solución a largo plazo para la seguridad económica de los ancianos. “Estas subvenciones son más un método de bienestar social donde los fondos son del Gobierno, y no de un sistema de pensión fundado donde un trabajador comparte la responsabilidad con el Gobierno y el empleador”, dice. “Con una sociedad que envejece, más y más gente es candidata para estas subvenciones y la carga financiera se va a convertir en un agujero negro”.

Cualesquiera que sean sus principales ingresos, los ancianos no parecen preocuparse demasiado por el dinero. En la encuesta del MOI, casi cuatro quintos de la población mayor de 65 años considera que su ingreso mensual promedio de NT$11.715 (US$366), es suficiente para cubrir sus gastos diarios. “Los gastos médicos que van en aumento solían ser algo que preocupaba muchísimo a los ancianos, pero esto ha sido resuelto con el programa de Seguro Nacional de Salud”, dice Nadine Wang, agente de seguro de 44 años de edad. “Otros gastos —alimento, transporte, entretenimiento y otros— pueden ser muy flexibles tras la jubilación”.

No dependa de los hijos

Más de la mitad de los habitantes de más de 65 años, como muestra la encuesta del MOI, aún cuenta con el concepto tradicional de que los padres crían hijos con el propósito de que estos los cuiden al llegar a viejos. “Estas son las generaciones que no tenían tiempo para preocuparse de su jubilación o habilidad para planificarla”, dice Wang. “En lugar de decir que quieren que sus hijos los mantengan, así como ellos lo hicieron con sus propios padres, dirían que en realidad no tuvieron otra opción”.

Aquellos que fueron padres en los años cincuenta, cuando la familia promedio tenía cinco hijos, tuvieron la suerte de que probablemente por el mayor número de hijos la carga financiera era compartida. Pero los índices de natalidad que han disminuido durante las últimas cuatro décadas, demuestran que la carga financiera de cuidar a padres viejos está cayendo en menos hijos y a su vez se vuelve mayor.

Según las estadísticas del MOI, había 16 jóvenes para respaldar a un anciano en 1990. El número ha disminuido a siete ahora, y se espera que siga bajando a entre tres o cuatro durante las próximas dos décadas. La buena noticia es que la gente ha estado ajustando su mentalidad y ya no espera depender de los hijos cuando sea vieja.

“El concepto tradicional ya no es práctico”, dice Shirley Lai, de 47 años de edad, quien tiene dos hijas de 18 y 15 años. “Ellas tendrán suficiente con sus propias preocupaciones, y no queremos agregarles más”. Tanto Lai y su esposo trabajan para empresas privadas y no anticipan pensiones generosas, por lo que ella ha preparado para su jubilación comprando pólizas de seguro tipo pensión. Dependiendo de la política, el asegurado puede obtener una pensión mensual de unos cuantos miles a NT$100.000 (US$3.125). “Los individuos tienen ideas diferentes sobre qué tipo de jubilación ellos desean y cuánto necesitarán para vivir”, dice. “En comparación con nuestros padres, tenemos suerte de que hay muchos productos ahora, y nosotros sabemos que necesitamos comprarlos”.

También hay las pólizas tipo ahorro e inversión que, como lo sugieren sus nombres, combinan seguro de vida con inversión o ahorro. Nadine Wang dice que más gente está preguntando por estas pólizas, lo que indica que por lo menos están haciendo planes de jubilación. Sin embargo, muchos de lo que están interesados deciden posponer la compra cuando se enteran que estas pólizas son mucho más costosas. “Cualquier agente o asesor de administración financiera le recomendará planificar la jubilación tan pronto como sea posible”, dice. “El problema es que muchos de los llamados generación “sándwich” están tan apretados entre el mantenimiento de los padres y la crianza de los hijos, que no les queda mucho para invertir en su propia jubilación”.

Hay planes alternativos. “El mejor negocio es el que le permite gastar su último centavo antes de su último suspiro”, dice Matt Chuang, de 43 años de edad, quien ha sido asesor de inversiones durante 15 años. “Si trabajo 20 años por un apartamento, por qué no venderlo para 20 años de fácil jubilación y dejar que los hijos trabajen por su propio futuro”. Suena como un buen plan si se considera el 85 por ciento de propiedad de vivienda de Taiwan , pero Chuang admite que la gente lo considera generalmente demasiado radical. Muchos padres, aunque no esperan depender de sus hijos, piensan que por lo menos deberían dejarles algo.

Decide el Gobierno

Si las pensiones comerciales son inasequibles y vender propiedad es inaceptable, sólo queda ver qué puede obtener la gente del Gobierno o los empleadores. Fu Tsung-hsi indica que un problema importante con el sistema actual, aparte de si garantiza verdaderamente la seguridad financiera tras la jubilación, es que cubre solamente aquellos que están trabajando. “Los que no están en la fuerza laboral, como por ejemplo las amas de casa, no pueden obtener nada cuando lleguen a ancianas”, dice. “La única solución es un programa nacional de pensiones que cubra a todos los ancianos, así como a los futuros ancianos”.

La necesidad de una pensión nacional ha sido discutida por lo menos durante una década; el Gobierno ha estado trabajando en un plan desde 1993. El Yuan Ejecutivo ha propuesto un programa nacional de pensiones para la aprobación del Legislativo. Este proyecto propone una pensión probada mensual de NT$7.500 (US$234) para los habitantes mayores de 65 años. Los partidos de la oposición y grupos de bienestar social también han estado proponiendo sus propias versiones. “El programa ha sido discutido y debatido durante varios años, pero no hay un consenso sobre qué sistema le conviene más a Taiwan”, dice Fu.

Mientras el programa nacional de pensiones sigue bajo discusión, el 63 por ciento de los trabajadores de entre 50 y 64 años, quienes están a punto de entrar en la tercera edad, tienen que comenzar a hacer sus planes de jubilación. Muchos de ellos están entre la generación “sándwich” y simplemente no pueden darse el lujo de hacer planes. Pero algunos de ellos, probablemente no necesitan de un plan. Alrededor de un sexto de la gente mayor de 65 años de edad aún trabaja. La mayoría de ellos trabaja de forma independiente en el sector agrícola. Se levantan al amanecer y trabajarán hasta su último día, sin preocuparse por su jubilación.

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