04/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Las murallas alrededor del bienestar

01/12/2006
Los jubilados del sector público son una gran parte de los residentes de Ruen Fu.

El espacioso recibidor de techo alto de un edificio de 17 pisos, que da hacia Danshuei en las colinas al norte de Taipei, parece a primera vista como una entrada de un hotel de lujo, pero la gente que se encuentra alrededor y el nombre alegre sugieren algo más. Los huéspedes tienen todos el pelo canoso y se hospedan aquí por un largo tiempo, y el edificio en forma de T se llama Ruen Fu Vida Nueva. El alojamiento ostentoso es en realidad un hogar para ancianos.

“Ya estoy muy vieja para cocinar”, dice Yin Ching-lin, de 85 años. “Un ladrón entró en mi antigua casa, por eso me siento más segura viviendo aquí”. Ella se mudó al establecimiento hace cuatro años con su esposo de 92 años, un general jubilado. A la hora de las comidas, el par de ancianos simplemente toma el ascensor desde su apartamento hasta el comedor en el sótano. Si Yin necesita ayuda, ella sólo llama al equipo de servicio de la comunidad que está en el primer piso, y gente de la edad de sus nietos llega de inmediato.

Elegir el estilo de vida

Por supuesto, todas estas comodidades y conveniencias tienen un precio. Según la lista de precios de Ruen Fu, el ocupante de un apartamento completamente equipado de 533 pies cuadrados de Ruen Fu, el más pequeño de tres tamaños en la comunidad de 290 apartamentos, debe pagar por adelantado NT$6 millones (US$187.500) y NT$19.000 (US$593) al mes por los servicios que ofrece la comunidad, incluyendo tres comidas diarias, agua y electricidad.


Las murallas alrededor del bienestar

El hogar para ancianos Ruen Fu Nueva Vida es un pionero en Taiwan, cuyo objetivo es ofrecer comodidad y conveniencia a los jubilados.

“Ofrecemos un estilo de vida para la gente que tiene el dinero y quiere cierta calidad de vida tras su jubilación”, dice Liao Yao-song, director general de Ruen Fu. “Está claro que este tipo de hogar para ancianos es bien recibido”. De hecho, el nivel de ocupación es actualmente más del 90 por ciento, un logro envidiable por los mejores hoteles.

Aunque esto pueda parecer común en los países occidentales, Ruen Fu es una especie de pionero en Taiwan. Un afiliado del Grupo Ruentex, el hogar para ancianos tuvo dificultades cuando trató de vender el concepto tras su inauguración en 1993. En ese momento, Ruen Fu vendía unidades individuales de propiedad vitalicia, junto con sus servicios. “Cuando la gente venía a ver los apartamentos, muchos dudaron de la calidad de nuestros servicios”, dice Liao. “Después de todo, la idea total no tenía precedentes aquí”. Sólo se vendieron seis unidades, por lo que en 1996 Ruen Fu decidió cambiar su modelo comercial a un paquete de arrendamiento completo. Esta estrategia resultó un éxito, y Ruen Fu se convirtió en el primer complejo para ancianos con servicio de calidad y el calor del propio hogar.

El éxito de Ruen Fu marcó una nueva era en el alojamiento para personas de la tercera edad en la isla. Los hogares para ancianos de Taiwan habían operado previamente como instituciones que cuidaban a los residentes como un cuerpo colectivo, ofreciéndoles cuidados y servicios de manera regular según las reglas. Esta variedad no institucional trata a los residentes como individuos, y los servicios se ofrecen a solicitud. “Dicho simplemente, los residentes reciben ahora menos cuidados intensivos, pero tienen un mayor grado de privacidad”, dice Kuo Kuo-lung, ejecutivo en el Departamento de Asuntos Sociales, del Ministerio del Interior (MOI, siglas en inglés).

Recientemente, a medida que la población de Taiwan envejece rápidamente y busca una mejor calidad de vida, el sector privado está construyendo hogares para ancianos no institucionales de alta calidad, principalmente para gente saludable. Un inversionista ávido y reciente en este sector es el Grupo Plásticos Formosa, que ya se encuentra presente en los servicios médicos con sus seis hospitales Chang Gung. Aprovechando la fama de su hospital, el grupo abrió la primera etapa de la Villa de Salud y Cultura Chang Gung en enero de 2005. Tai Hsing-yeh, director del complejo, dice que cuando el proyecto de 34 hectáreas sea terminado, será la comunidad de ancianos más grande de la isla, con 3.800 unidades de vivienda.


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Otro pasatiempo común que agrada a los ancianos taiwaneses es el juego de mahjong.

“Es fácil ver a un médico cuando uno se enferma”, dice Joseph Cheng, de 71 años, cuando se refiere al recorrido de 10 minutos en autobús al más cercano hospital Chang Gung. Cheng decidió volver a Taiwan después de jubilarse en Los Angeles el año pasado. “Mi pensión rinde más en Taiwan que en Estados Unidos”, dice. “Aquí gasto menos y el servicio es el mismo”. El paga NT$22.000 (US$687) al mes por tres comidas y alojamiento en un apartamento tipo estudio de 498 pies cuadrados. En contraste, él dice que la mera renta de un apartamento similar cuesta US$1.200 en Estados Unidos.

Así como Ruen Fu, la villa Chang Gung sólo acepta residentes con alto nivel de independencia física. Sin embargo, como una comunidad de “cuidado continuo” se jacta de un hogar de cuidados que ofrece atención a los residentes que se enferman seriamente después de entrar en la villa.

También han abierto recientemente otros hogares para ancianos que funcionan de diferentes maneras. El Grupo Global terminó el año pasado el Resort Cultivo de Vida Lago Oeste en el Distrito de Miaoli, que posee 132 unidades de vivienda independientes para jubilados mayores de 50 años. El pago de NT$2,2 millones (US$68.750) posibilita al posible ocupante la calidad de miembro de por vida y el derecho a vivir en una de las unidades completamente equipadas, y NT$12.000 (US$375) mensual para pagar la renta. El Grupo Global también está planeando otros “resorts” exclusivamente para ancianos en Taiwan y China, a fin de que los miembros viajen de un lado al otro como aves migratorias.

Hasta los pobres pueden escoger

Entre tanto, como los taiwaneses son cada vez más serios en cuanto a su calidad de vida, hasta los ancianos pobres tienen una amplia selección de opciones de instituciones para el bienestar. Si la gente de más de 65 años prueba que está sola e indigente, puede solicitar alojamiento gratuito en los asilos para ancianos del Gobierno, que por lo menos satisfacen las necesidades básicas de vivienda y comida. “El cuidado de los ancianos en desventaja es el deber de las instituciones públicas”, dice Su Tien-ho, director del Asilo para Ciudadanos de la Tercera Edad de la Región Norteña, del MOI, que actualmente aloja a 264 residentes en Sindian, Distrito de Taipei. En total, el MOI está a cargo de cuatro de estas instituciones alrededor de Taiwan y una en la isla adyacente de Penghu.

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Yin Ching-lin (atrás) ya no se preocupa por cocinar o su seguridad.

Los veteranos de la guerra civil china tienen derecho a vivir gratuitamente en uno de los 14 asilos operados por la Comisión para los Asuntos de los Veteranos, de nivel de Gabinete. Debido al índice de desgaste natural, hay solamente alrededor de 9.000 ex soldados que viven en estas instituciones.

Para aquellos que no están cualificados para recibir alojamiento gratuito, una persona saludable puede pagar NT$9.300 (US$290) al mes por habitación y comida en Ye Yan, un asilo de ancianos propiedad del MOI administrado por el Hospital Cardenal Tien, y que está ubicado al lado del Asilo para Ciudadanos de la Tercera Edad de la Región Norteña. Asimismo, pueden ir al más nuevo y mejor equipado Hogar de Ancianos Zhi Shan en los suburbios de Taipei que es propiedad del Gobierno de la Ciudad de Taipei y administrado por el mismo hospital. Esta institución cobra NT$23.600 (US$737) por una habitación individual con baño y tres comidas diarias.

Sin embargo, las estadísticas del MOI indican que la vivienda para los ancianos no es tan popular como se esperaba. Actualmente, hay aproximadamente 38.400 camas en las instituciones para los seriamente desventajados (excluyendo a los hogares para veteranos), y 8.000 para personas saludables, pero solamente el 73,6 y 64,8 por ciento de ellas, respectivamente, están ocupadas.

La Villa de Salud y Cultura Chang Gung tiene ahora disponible 706 unidades para ancianos saludables, solamente 160 están ocupadas. “La sociedad taiwanesa todavía tiene una actitud negativa hacia los hogares para ancianos”, dice Tai Hsing-yeh. “La percepción de que son lugares para pobres y gente solitaria aún persiste, y mucha gente piensa que es filialmente irrespetuoso poner a los padres en estos hogares”.

La experiencia personal de Doris Tsao indica cómo las actitudes tradicionales pueden dar lugar a la realidad presente del alojamiento para los ancianos. Los padres de Tsao vivían originalmente en un apartamento sin ascensor, y consideraron mudarse a la Villa Chang Gung donde no había escaleras u otros obstáculos a medida que envejecieran más. “Primero a mi padre no le gustaba la idea porque no quería ser visto como un padre abandonado”, dice Tsao. “Pero después de vivir allí por algunos meses, cambió de opinión”.

La presión de la pensión

Sin embargo, a diferencia de Joseph Cheng, no todos los ancianos taiwaneses tienen una pensión mensual de NT$65.000 (US$2.030) ni pueden darse el lujo de vivir en un nuevo hogar de ancianos. Los cargos en el servicio civil, los educadores y militares, eran privilegiados por sus pensiones garantizadas y generosas; en cambio, aquellos fuera de esta antigua élite tenían que depender de sus propias finanzas hasta la puesta en marcha de la Ley para la Pensión de Jubilación del Trabajo en 2005. La ley consagró las pensiones portátiles por primera vez y obliga a los empleadores y empleados a contribuir a las cuentas de jubilación individuales. Por lo tanto, los jubilados del sector público conforman la mayor parte de la población en los complejos Ruen Fu y Chang Gung.

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Ubicado cerca de las colinas frondosas de Sindian, Distrito de Taipei, este asilo del Ministerio del Interior aloja ancianos, que son personas con desventajas.

El Resort Cultivo de Vida Lago Oeste sobrestimó obviamente la riqueza de los ancianos de Taiwan. Ha tenido que alterar su modelo comercial original y, ahora opera los resorts como hoteles abiertos al público general. Alrededor de 3.000 clientes están pagando la tarifa por ser miembro en planes a plazo, según la compañía.

Aún cuando los taiwaneses tengan el dinero, no están dispuestos a gastarlo o a dejar sus casas donde vivieron gran parte de sus vidas. “Ellos prefieren ahorrar dinero para sus hijos y quedarse con lo que tienen ahora”, dice Liao Li-chin, jefa de la sección de bienestar de ciudadanos de la tercera edad en el Departamento de Asuntos Sociales del Gobierno del Distrito de Taoyuan. “Yo mismo quisiera mudarme a la villa Chang Gung cuando me jubile, pero no sé si podré darme ese lujo”.

Además, a la gente de las organizaciones de bienestar social no les gusta la exclusividad de las comunidades para ancianos; ellos prefieren que los ancianos saludables vivan en sus hogares originales y mantengan el contacto con el mundo alrededor de ellos. Si Taiwan necesita realmente hogares para ancianos, los encargados de la Federación para el Bienestar de los Ancianos piensan que por lo menos deberían ser lugares pequeños —no más de 100 unidades—y estar cerca del público. Para la federación, la villa Chang Gung es demasiado grande y aislada, lo que sugiere por qué debería ser más fácil atraer clientes para Ruen Fu, que es mucho más pequeño y está más cerca de comunidades comunes.

Kuo Kuo-lung ve el asunto de forma diferente. “En Taiwan, la distancia entre las comunidades está siendo acortada por los sistemas de transporte rápidos y convenientes”, dice. “Se podría decir que la villa Chang Gung es parte de la comunidad considerando el norte de Taiwan como un todo”.

Como Taiwan está apenas comenzando a necesitar realmente alojamientos para los ancianos, la controversia sobre los hogares para ancianos es inevitable a medida que la tendencia de construirlos sea irreversible. “Mucha gente en las industrias de los seguros y la construcción han mostrado interés en seguir nuestros pasos. Me preguntan si vale la pena invertir en este sector ahora”, dice Tai Hsing.-yeh. Su respuesta es siempre positiva porque la población de Taiwan está definitivamente envejeciendo, aunque él sabe que se necesitará de tiempo para romper los prejuicios hacia los hogares para ancianos. “Siempre vale la pena invertir en el bienestar de la gente”, dice.
 
 
 
 

Grados de dependencia

En Taiwan se toma una actitud cautelosa sobre el cuidado de los ancianos dependientes. Los hogares para ancianos en la isla que ofrecen cuidado médico, lo que se define como una institución con por lo menos 50 camas, pueden ser administrados a gran escala por el sector privado sólo cuando el Gobierno ha concedido permiso u operen como organizaciones sin fines de lucro.

Hoy, hay más de 800 hogares para ancianos en Taiwan, la mayoría de los cuales son administrados en pequeña escala (no más de 49 camas) por personas individuales.

La Federación para el Bienestar de los Ancianos señala que el bienestar de los ancianos corre riesgo si se permite a las empresas administrar hogares para ancianos de gran escala. Aunque un mercado más libre estimula teóricamente la competencia saludable y mejores servicios, estos establecimientos privados grandes podrían algún día monopolizar el mercado o hundirse como resultado de la guerra de precios.

Por otra parte, la federación cree que es comparativamente apropiado para las empresas administrar alojamientos para ancianos que sean independientes. Aparte de los cuerpos corporativos sin fines de lucro, tales como la Villa de Salud y Cultura Chang Gung, los hogares para ancianos administrados por empresas podrían sacrificar la calidad del servicio a cambio de las ganancias. Sin embargo, a diferencia de los totalmente dependientes en los asilos de ancianos, los residentes pueden reaccionar rápidamente a la calidad del servicio y proteger sus derechos.
 
 
 
 

Definición oficial de hogar para ancianos

A medida que el sector de los servicios se expande en Taiwan, en 2002 el Consejo para la Planificación y el Desarrollo Económicos concibió el Programa de Desarrollo para la Industria de Cuidados. Al año siguiente el Ministerio del Interior amplió el cometido de la Ley para la Promoción de la Participación Privada en Proyectos de Infraestructura para brindar alojamiento a los ancianos.

La ley estipula que aquellos que participan en la construcción y operación de hogares para ancianos tienen derecho a asistencia gubernamental en la forma de exenciones tributarias y préstamos con bajo interés. También consagra reglas estrictas en cuanto al diseño interno y externo para estas unidades a fin de garantizar la seguridad: deben instalarse pasamanos en las superficies inclinadas; aparatos para llamadas de emergencia en los baños; y los pisos deben ser antiresbalantes.

Entre tanto, las Reglamentaciones sobre la Administración General de los Hogares para Ancianos fueron anunciadas por el MOI en 2003, según las cuales el alojamiento para ancianos debe ser sólo bajo el sistema de arrendamiento, y la persona debe ser saludable y mayor de 60 años para poder ser incluido en esas comunidades.

En la actualidad, a pesar de la oleada de interés del sector privado en el alojamiento para ancianos, la Villa de Salud y Cultura Chang Gung es el único establecimiento privado que está registrado oficialmente en la categoría de alojamiento para ciudadanos de la tercera edad. Otros proveedores de alojamiento para ancianos se encuentran en otras categorías. Por ejemplo, Ruen Fu Vida Nueva, que es anterior a la ley, está clasificado en la categoría de arrendamiento de bienes raíces.

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