28/04/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

El toque de trompeta de Buda

01/11/1997
En marzo de 1997, el Dalai Lama hizo su primera visita a Taiwan, donde pasó seis días dando conferencias y entrevistas sobre tópicos budistas.

El 22 de marzo de 1997, el Dalai Lama realizó su primera visita aTaiwan, donde estuvo seis días dando conferencias y entrevistas sobre tópicos budistas, con frecuencia ante grandes multitudes. Debido a que era la primera vez que el dios viviente tibetano llegaba a suelo chino en casi cuarenta años, su visita atrajo la atención mundial.El 27 de marzo, el Presidente de la República de China, Lee Teng-hui, se reunió con el Dalai Lama en Taipei para compartir puntos de vista sobre la preservación cultural y la actual campaña gubernamental para estimular la renovación espiritual. Aunque originalmente se intentó que fuera una reunión de bajo perfil, hubo una gran cobertura de prensa, reflejando en parte las preocupaciones por la condena de la visita por parte de Pekín. La estadía del Dalai Lama despertó un interés local sin precedentes en esta forma de budismo. A continuación presentamos un vistazo sobre el estado actual del budismo tibetano en Taiwan.

Las lluvias de primavera en Taiwan comienzan en abril, pero Lin Kuo-hsiung parece no preocuparse de la persistente llovizna cuando sale de casa y se dirige a un templo budista tibetano en el este de Taipei para la sesión de rezos de las nueve de la mañana. Llegando justo a tiempo, él se sienta en el piso con los pies cruzados, abre un libro de escrituras y comienza a leer la traducción al chino de las oraciones para la ceremonia de protección del Dharma del día de hoy, un rito tradicional que se celebra el tercer día de cada mes del calendario tibetano. El Maestro Ngawang Nyendak, lama del Tíbet, dirige a sus discípulos y un grupo de seguidores devotos en el rezo de oraciones para pedir las bendiciones de los dioses.

«Aunque no entiendo el lenguaje tibetano y no puedo entender lo que están cantando, mi mente se siente tan tranquila en esa solemne atmósfera», dice Lin, que trabaja en una estación de tren cercana al templo. «Vengo aquí todos los días, algunas veces para escuchar las instrucciones del maestro, otras solamente para ayudar a barrer el piso. He ido a reuniones de otras sectas budistas, pero me gusta más acá, debido a que me parece que el budismo tibetano es un sistema más completo de enseñanzas y prácticas».

Lin es uno de los típicos taiwaneses que en número cada vez mayor se han convertido al budismo tibetano, mejor conocido localmente como tántrico. El entusiasmo por esta secta esotérica, que ha logrado actualmente su mayor popularidad en la isla, es parte de un creciente interés en la religión en las últimas dos décadas, cuando el pueblo se ha vuelto más rico y más consciente del mundo exterior. Los comentaristas sociales han señalado que el paso acelerado de los cambios sociales y políticos en Taiwan ha ayudado a romper las viejas normas y crear persistentes sentimientos de desorden. Esto significa que muchas personas han descubierto que necesitan de algo espiritual a que aferrarse, y entre las diversas religiones que se practican en Taiwan, el budismo crece con más rapidez en términos de número de fieles.

«Debido a que sus ideas filosóficas y prácticas mundanas son similares a aquéllas de la versión local del taoísmo, el budismo tibetano es fácilmente aceptado aquí», dice Hsiao Ching-sung, profesor del Departamento de Etnología de la Universidad Nacional Chengchi. Cada vez más conversos han pasado por la ceremonia conocida como kuei-yi, donde se convierten en discípulos tántricos formales bajo la guía de un lama tibetano específico. Tal decisión requiere de un compromiso riguroso a largo plazo con las enseñanzas religiosas.

Cheng Chen-huang, Secretario General de la Asociación Budista Antorcha de la Sabiduría de la República de China, un grupo budista que aglutina a muchos sectores, dice que el énfasis que hace el tantrismo en el análisis intelectual y al pensamiento lógico estricto es bastante diferente de las otras sectas del budismo chino. Los chinos generalmente enfatizan la armonía y la concordia, explica, de modo que la mayoría de las personas no desean discutir ni debatir sobre los absolutos: «Siempre hay un área gris para la negociación entre lo correcto y lo errado».

Esta característica se refleja en la práctica de otras sectas budistas populares locales, que generalmente evitan las divisiones doctrinarias. Por ejemplo, los budistas Chan (llamado Zen en japonés) creen que las enseñanzas budistas solamente pueden entenderse intuitivamente, y por lo tanto se oponen a rigurosas disputas religiosas. La secta de la Tierra Pura, la más prevaleciente en Taiwan, sostiene que sus fieles pueden lograr la liberación espiritual sencillamente mediante una frecuente repetición de la plegaria «namu Amitabha», que significa «Rindo homenaje a Amitabha (Buda)».

Sin embargo, el budismo tibetano está profundamente influenciado por el hinduismo, y al igual que muchos sistemas filosóficos hindúes tradicionales, hace hincapié en una lógica sofisticada e intenso estímulo intelectual entre maestros y discípulos. Antes que un monje tibetano pueda convertirse en un maestro calificado, él tiene que participar en un entrenamiento tradicional en el templo y aprobar numerosas pruebas estrictas. Las mismas incluyen estudiar las enseñanzas budistas por dieciocho años, y seguir los detallados preceptos que rigen sobre las rutinas diarias de los monjes por otros seis años. «Cada maestro lama es un ilustrado académico budista», dice Cheng. «Cuando ellos presentan sus sermones en Taiwan, la gente queda impresionada por su erudición, y ésto atrae grandes multitudes».

El budismo tibetano ofrece a sus fieles un enfoque completo de la vida. «Tiene una estructura teórica precisa y prácticas bien ordenadas», dice Cheng. «Enseña cómo purificar tu mente paso por paso. Cada paso tiene un juego particular de prácticas tántricas y tienes que completarlo antes de entrar en un nivel más alto de práctica». El tantrismo atrae a muchas personas debido a la creencia de que las disciplinas de las oraciones pueden traerles beneficio individual. Los fieles creen que pueden hacer realidad sus deseos al ejecutar ciertos rituales o prácticas. Los rezos populares incluyen los que sirven para generar riqueza y las oraciones para el matrimonio o tener un niño.

«La religión ofrece soluciones para sus problemas, y esa es la razón del porqué el tantrismo se está volviendo popular en Taiwan», dice Cheng. «Pero esta razón también ilustra la parte fea de la base de los deseos humanos. Los budistas tibetanos ilustrados no rezan por esa clase de fines. Incluso cuando rezan por riqueza o salud, la motivación es liberar a todos los seres humanos del sufrimiento».

Sin embargo, otra razón del atractivo local del tantrismo es que usa una rica variedad de instrumentos ceremoniales e imágenes en sus complejos rituales, que le imparten un mayor misterio a la religión. «La gente es fácilmente atraída por el misticismo y la magia del tantrismo», revela Cheng. «Ellos tratan de explorar esos aspectos y entender sus significados ocultos».

Hasta hace una década, el budismo tibetano era considerado una religión menor aquí, comparado con las otras sectas del budismo. Keng Chen-hua, profesor del Departamento de Educación Social de la Universidad Nacional Normal de Taiwan, llevó a cabo una encuesta en 1996 sobre el desarrollo y la función social del budismo tibetano en Taiwan. El atribuye el lento crecimiento inicial del tantrismo a los problemas del idioma y la política. Muchos de los maestros tibetanos que promueven la religión en ultramar son académicos altamente respetados, pero pocos de ellos pueden hablar chino o inglés, y pocas personas dominan el tibetano. Así, explica Keng, la secta no podrá crecer hasta que hayan más traductores capaces de traducir las enseñanzas budistas tibetanas al chino y sirvan de intérpretes en los rituales que llevan a cabo los lamas visitantes.

Más aún, las décadas de relaciones frías entre el Gobierno de la República de China y la comunidad tibetana en el exilio, en parte debido a diferencias en la interpretación de la soberanía tibetana, hizo que fuera difícil para los tibetanos obtener permisos de entrada a Taiwan. El Gobierno exiliado del Dalai Lama también desalentaba las visitas de los lamas a Taiwan. Incluso si los lamas llegaban, según una fuente de la Comisión para Asuntos Mongoles y Tibetanos de la República de China, estaban limitados a una estadía de dos meses en Taiwan. Y si tenían permisos de residencia, los mismos podían ser extendidos solamente dos veces. Hsiao Ching-sung, budista tántrico, piensa que esas restricciones cambiarán ahora debido a que el Dalai Lama ha visitado Taiwan. «Esperamos que más lamas vengan aquí en el futuro», indica.

El etnólogo Hsiao Ching-sung dice que la introducción del budismo tántrico en Taiwan pasó por una ruta larga y tortuosa. El budismo tradicional se expandió al Tíbet alrededor del Siglo VI, poco después de que llegara a China desde India. Durante la Dinastía Tang (618-907), un período en que el budismo era popular en China, una princesa china fue casada con un rey tibetano por razones políticas, y ella ayudó a introducir el budismo al Tíbet. Como devota budista, la princesa se llevó las escrituras religiosas al Tíbet, siendo posteriormente traducidas al tibetano, ayudando a desarrollar los estudios budistas allí. En aquel tiempo, el budismo en Tíbet también fue influenciado por los elementos folklóricos tibetanos y el hinduismo.

En el Siglo IX, la escuela Vajrayana del budismo, también llamada Secta Diamante de Un Vehículo o budismo tántrico, comenzó a desarrollarse en India. Como esta forma incorpora milagros y elementos místicos, en directo contraste con la filosofía confuciana, no fue fácilmente aceptada por los chinos. Entonces, esta forma se expandió hacia Nepal y Tíbet, donde tomó los elementos del budismo tibetano antes de expandirse a Mongolia y el Este de Rusia. «La historia de transmisión explica las diferentes líneas de desarrollo entre el posterior budismo chino y el budismo tibetano», explica Hsiao. «El tantrismo fue preservado en Tíbet y se volvió cada vez más popular allí, pero realmente no tuvo impacto alguno sobre el budismo chino». Los chinos generalmente denominan a su forma de budismo como «budismo de los sutras», debido a que hace énfasis en el estudio de las escrituras, para distinguirlo del tantrismo, que hace hincapié en las prácticas tántricas.

El budismo tibetano fue traído a Taiwan después que el Gobierno de la República de China se trasladó a la isla en 1949. Desde entonces hasta los años ochenta, sus promotores locales eran en su mayoría chinos Han que habían estudiado la religión o se habían ordenado como monjes en el territorio continental. «Pocos lamas tibetanos llegaron a Taiwan por razones políticas», añade Hsiao.

Sin embargo, en los años ochenta el exiliado Dalai Lama, considerado por los tibetanos un dios viviente, comenzó sus viajes de alto perfil alrededor del mundo para promover sus ideas y ganar simpatía internacional para los asuntos tibetanos. Desde entonces, a pesar de la continua oposición de Pekín, más y más lamas tibetanos salieron de sus monasterios para atraer nuevos adeptos alrededor del mundo, incluyendo a Taiwan.

En 1986, el Maestro Hsin Yun de Fokuangshan, una de las principales organizaciones budistas en Taiwan, celebró una convención internacional para el intercambio religioso entre las diferentes sectas budistas. La convención, que juntó a los líderes de las líneas sútricas y tántricas, ayudó a desarrollar la popularidad del budismo tibetano localmente. Desde entonces, escuelas, lamaserías y asociaciones comenzaron a surgir alrededor de la isla. Los lamas tibetanos también fueron invitados a la isla y muchos de ellos han establecido un taochang, o lugar de culto, y han comenzado a enseñar tibetano y traducir las escrituras al chino.

En la actualidad, hay alrededor de unos 500.000 budistas tibetanos en Taiwan, así como más de ochenta lamaserías y asociaciones relacionadas que han sido registradas. Cada año, más de mil lamas tibetanos vienen a la isla para promover la religión. En los últimos dos años, los monjes tibetanos, con la recomendación y apoyo de las organizaciones budistas locales, han podido quedarse hasta un año para promover la religión.

Aunque las prácticas tántricas constituyen una parte importante del budismo tibetano, la religión da igual importancia al estudio de las enseñanzas budistas. «Sin la base de la filosofía budista, la religión se puede convertir fácilmente en una superstición», dice Cheng Chen-huang, quien actuó como intérprete durante la visita del Dalai Lama a Taiwan.

Pero Cheng critica a los taiwaneses que ponen más atención a las prácticas tántricas tales como la meditación, la contemplación y los recitales de mantras, que al aprendizaje de las enseñanzas budistas. Los ritos de consagración son especialmente populares. «Los fieles van con frecuencia en grupos a esas ceremonias con la esperanza de ser tocados en la cabeza por el maestro», dice. «En los ritos tradicionales de consagración, el maestro confiere los preceptos, que son ciertas enseñanzas místicas, al oyente. Esto debe ser realizado en forma personal dentro de circunstancias estrictamente controladas, debido a que significa que se le permite a un creyente a proseguir un posterior aprendizaje tántrico. Pero en Taiwan, la mayoría de la gente cree que después de aceptar la consagración, pueden obtener el poder mágico del maestro para un rápido éxito personal o beneficio instantáneo».

Esos malentendidos han hecho surgir un número de charlatanes religiosos en los años recientes. Algunos cultos falsos, dirigidos por chinos locales, se han aprovechado de las supersticiones de la gente para recolectar enormes sumas de dinero y propiedades a través de varios fraudes. En un reciente caso en Taipei, un autoproclamado adepto religioso alteró fotos para mostrarse cubierto en un halo y un aura de trabajador milagroso. El clamaba tener poderes mágicos y cobraba miles de dólares estadounidenses por una foto suya, así como cientos de miles por una reunión personal con él. Actualmente, se encuentra bajo fianza en espera de un juicio por haber defraudado unos US$7 millones de los fieles.

Existen incluso sombras más oscuras en este cuadro religioso. Algunos monjes tibetanos irresponsables y no calificados compiten entre sí para celebrar ceremonias de consagración que no son otra cosa que operaciones para obtener dinero.

Para evitar esos problemas, Cheng dice que los creyentes del budismo tibetano necesitan estudiar los textos religiosos y entender el significado de los rituales y las prácticas tántricas. El deber más importante es cultivar la sabiduría y la compasión por todos los seres. «Entonces uno puede seleccionar cuidadosamente un lama maestro para estudiar con él», dice. «Tienes que observar si son autodisciplinados y si realmente dominan la filosofía budista. Solamente estos lamas pueden dar instrucciones religiosas y enriquecer su entendimiento de las prácticas tántricas. En Tíbet, dicho proceso de selección normalmente toma tres años para completarse, y una vez que un creyente decide convertirse en un discípulo formal, rendirá respeto absoluto a su maestro y seguirá sus enseñanzas con una devoción inalterable».

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