04/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Los trabajadores extranjeros en Taiwan

01/01/1999
Además de trabajar en importantes proyectos de construcción a nivel nacional, los TEC han sido la fuerza esencial en la reducción de la migración industrial hacia países extranjeros.

Un domingo por la tarde, Jenny Feliciano, de 40 años de edad, escucha atentamente las sugerencias de sus amigas en una esquina de la Estación de Tren de Taipei. Hace seis meses, Jenny vino a Taiwan desde Filipinas para trabajar como empleada doméstica. Antes de venir aquí, pidió prestadas grandes sumas de dinero en su país para pagar sus gastos, el principal de ellos, los honorarios de la agencia de colocación que le encontró trabajo en Taiwan. Recientemente, ha tenido serios problemas con su patrono y teme ser enviada de vuelta a Filipinas. Si eso ocurre, ella probablemente quedará endeudada para el resto de su vida. El sol de verano brilla a sus espaldas, pero su rostro está ensombrecido. A unos pocos metros, grupos de filipinos se ríen y conversan amenamente, disfrutando de su preciado día libre; en cambio, Jenny está callada. Pensando en su incierto futuro, ella simplemente no puede sentirse alegre.

Durante años, se ha estado trayendo a una gran cantidad de trabajadores como Jenny, desde Filipinas, Tailandia e Indonesia para trabajar aquí con contratos laborales de hasta tres años. Este año, hay 250.000 trabajadores extranjeros contratados (TEC) en Taiwan. Ellos han hecho significativas contribuciones al desarrollo económico de Taiwan; sin embargo, desde su llegada se oyen con frecuencia quejas tanto de los mismos TEC como de la gente de aquí.

¿Cuáles son las quejas? Una de las más frecuentes expresadas por los TEC se refiere a los honorarios cada vez más altos que cobra la agencia de colocación. “Los honorarios de la agencia de colocación incrementan con mucha rapidez”, dice Flora Chang, directora administrativa de Summit Trading & General Services, una agencia de colocación. “Hace algunos meses, según nuestros propios datos, algunas agencias cobraban NT$100.000 (US$2.899). Recientemente, he escuchado que ya se ha llegado a los NT$160.000 (US$4.638). Eso significa que, antes de venir a Taiwan, un trabajador debe primero abonar una enorme suma a las agencias en Taiwan y en su país de origen”. Esa es una carga demasiado pesada para muchos de ellos. Algunos tienen que pedir préstamos para pagar los honorarios de la agencia de colocación y ganar dinero aquí para saldar sus deudas tras volver a su país.

“La mayoría de los trabajadores extranjeros, el ingreso del primer año lo destinan casi en su totalidad a liberarse de sus deudas. Eso significa que durante un año no obtendrán ganancias. Sólo pueden comenzar a ganar dinero en el segundo año. ¿Qué les sucederá a sus familias, que necesitan de su ayuda económica?”, pregunta Mario R. Antonio, funcionario encargado de asistencia social, del Centro Laboral de la Oficina Económica y Cultural de Manila (MECO, siglas en inglés) en Taipei.

Los trabajadores extranjeros también se quejan de las desavenencias con sus patronos. Jenny y algunos de sus amigos se quejan de que éstos violan los términos del contrato. Con frecuencia, les exigen hacer trabajos adicionales que no figuran estipulados allí. Son las empleadas domésticas y las cuidadoras en quienes más a menudo recaen estas cargas.

Actualmente, hay escasez de empleadas domésticas y cuidadoras locales, ocupaciones tenidas por monótonas y tediosas. Además, no existen muchas instituciones geriátricas o médicas para los enfermos crónicos o postrados en cama. Conforme a las reglamentaciones de Taiwan, las familias que son incapaces de encontrar instituciones geriátricas apropiadas o cuidadores locales, y que necesitan ayuda para cuidar a familiares comatosos, paralíticos e inválidos de gravedad, pueden solicitar traer a un empleado extranjero. Asimismo, si un matrimonio cuyos dos miembros trabajan y tiene un dependiente menor de seis o mayor de setenta años, puede solicitar contratar a una empleada doméstica extranjera. Esta reglamentación indica claramente que la situación de las empleadas domésticas y la de las cuidadoras es bastante diferente; sin embargo, muchos patronos exigen a las cuidadoras realizar tareas domésticas adicionales.

“Ya no hay diferencia entre empleadas domésticas y cuidadoras. Aunque no conocemos el número exacto, sí sabemos que algunas incluso se ven obligadas a trabajar en las fábricas de sus patronos”, dice Mario R. Antonio.

Por otra parte, los trabajadores locales, en especial los aborígenes de Taiwan, acusan a los TEC de privarles de sus empleos en sectores de altos ingresos como la construcción y la industria manufacturera. Así, por ejemplo, se contrata a trabajadores extranjeros para importantes proyectos de construcción con salarios bajos, provocando la reducción de los sueldos de los obreros locales. Según las estadísticas del Consejo de Asuntos Aborígenes del Yuan Ejecutivo, en 1997 el índice de desempleo entre los aborígenes era del 4,7 por ciento, casi el doble que entre el resto de los residentes locales. Multitudes de aborígenes desempleados han llevado a cabo sentadas, protestando que los TEC ponen en peligro sus oportunidades de empleo.

“Aunque no hay prueba de que el alto índice de desempleo entre los aborígenes tenga relación directa con los TEC, creo que la introducción de éstos es una de las razones”, dice Ma Kai, investigadora en el Instituto de Investigación Económica Chunghua (CIER, siglas en inglés). “La mayoría de los aborígenes aquí se dedican al trabajo físico, y los trabajadores extranjeros, que reciben salarios mucho más bajos por los mismos trabajos, comprometen seguramente sus oportunidades de empleo”.

Además de las protestas de los aborígenes, están las quejas de los patronos taiwaneses. Algunos denuncian abusos, por parte de sus empleados, hacia sus hijos o padres enfermos y ancianos. El 16 de agosto, una mujer escribió al periódico local en idioma inglés, China News, quejándose de que la cuidadora que había contratado para atender a su suegra de ochenta años, pateaba y arrojaba objetos a la anciana cuando ésta se negaba a obedecer sus instrucciones.

Otra alegación es la de que los trabajadores extranjeros no cumplen sus funciones eficientemente. Según James C. Hu, director administrativo de Central Human Resource & Management Company, la eficiencia en la producción de algunos trabajadores extranjeros es sólo un tercio de la de los trabajadores locales.

A medida que aumenta la gravedad de los conflictos entre los trabajadores extranjeros y los taiwaneses, los sectores público y privado han advertido la necesidad de resolver estos problemas. Se han celebrado muchas reuniones y seminarios para discutir estos asuntos. Encabezando la lista están los altos honorarios que cobra la agencia de colocación.

“Nuestros trabajadores ya han sufrido demasiado, y se han quejado bastante. Es hora de que los ayudemos”, dice Antonio de MECO. Para ayudar a sus trabajadores, el gobierno filipino insta continuamente a Taiwan a resolver este problema. Se han ofrecido muchas sugerencias; sin embargo, es un asunto espinoso debido a que los altos honorarios de las agencias de colocación son el resultado de muchos factores. Las tres razones principales del alto costo de los honorarios son: primero, el desequilibrio entre la demanda y la oferta; en segundo lugar, que algunas agencias comparten una parte del pago con los patronos o sus representantes para obtener los contratos para el suministro de TEC; y por último, las agencias de colocación necesitan ganar suficiente dinero para cubrir los gastos, las ganancias proyectadas y los riesgos que involucran los cambios en el cupo de empleo por parte del Gobierno.

Los altos salarios y la estabilidad laboral han convertido a Taiwan en uno de los lugares para trabajar más atractivos para la gente de algunos países del sureste asiático. Las reglamentaciones establecen NT$15.840 (US$455) como salario mínimo mensual para los trabajadores extranjeros, uno de los más altos de Asia. “Nuestros familiares y amigos nos envidian porque, trabajando aquí, ganamos casi cuatro veces el salario que obtendríamos en nuestro país”, dice Chanyui Loonsungyang, un obrero de la construcción procedente de Tailandia. No obstante, debido a la política respecto a mano de obra extranjera en Taiwan, el cupo asignado de trabajadores extranjeros es limitado.

“Nuestra política hacia los trabajadores extranjeros es de complemento, y no de substitución”, dice Lin Tsong-ming, director general de la Administración para el Empleo y Entrenamiento Vocacional (EVTA, siglas en inglés), del Consejo de Asuntos Laborales. “La introducción de trabajadores extranjeros contratados en el mercado laboral está orientada a satisfacer las necesidades inmediatas de las industrias manufacturera y de la construcción. En realidad, el mercado laboral no está abierto de par en par a los trabajadores extranjeros, y la mayoría de las plazas de trabajo se reserva para los residentes locales. Esta política se basa en cuatro principios: proteger las oportunidades de trabajo de la gente local, impedir que los trabajadores extranjeros se conviertan en ciudadanos legales de Taiwan, impedir que alteren el orden público y evitar que obstaculicen la modernización de la industria local”. De manera que, debido a las limitaciones en el empleo de TEC, la competencia por las plazas de trabajo es muy fuerte.

“Por cada plaza vacante, hay entre 500 y 1.000 personas de diversos países del sureste asiático compitiendo por ésta”, dice Lin. Con una competencia tan feroz, ¿quién será el afortunado en obtener el empleo? A falta de alguna destreza especial, es posible que el dinero sea el criterio más importante.

Como el cupo es limitado, los patronos que han sido autorizados para contratar a trabajadores extranjeros han adquirido más poder. Antes, muchas agencias de colocación obsequiaban con boletos de avión o regalos costosos a los patronos para conseguir el negocio. Recientemente, han comenzado a ofrecerles comisiones.

“Más del noventa por ciento de los patronos esperan recibir una comisión. Y algunos pueden obtener entre NT$50.000 [US$1.449] y NT$60.000 [US$1.739] en ese concepto por cada trabajador. Además, debido a que el cupo está sujeto a cambios, nuestros costos se elevan. Por ejemplo, el Consejo de Asuntos Laborales tenía previsto originalmente fijar un cupo de 38.000 trabajadores extranjeros en mayo de 1997; sin embargo, después de que Chan Hou-sheng asumió el cargo de nuevo director general del CLA, esta limitación desapareció. Y como sin cupo no hay negocio, esa es también una de las razones del alto precio que cobra la agencia de colocación”, dice Flora Chang, agente de colocación.

A fin de resolver este problema, el gobierno de Taiwan no sólo ha organizado numerosos seminarios con que informar y edu car a los agentes de colocación, sino que también ha tratado de adoptar un plan para contratar directamente a los trabajadores extranjeros. Este modelo es llamado “Empleo Directo de Trabajadores Extranjeros a través de las Naciones”, y prevé la contratación de gobierno a gobierno de trabajadores para evitar la intervención de las agencias de colocación. Sin embargo, esta fórmula ha sido tachada de impracticable.

“¿Cómo puede el Gobierno contratar a trabajadores extranjeros por sí mismo? El Gobierno necesitaría más mano de obra para ocuparse de eso; sin embargo, dado que la tendencia actual es de reducción del número de funcionarios y empleados gubernamentales, me pregunto si el Gobierno podrá emplear a más gente que se encargue de estos asuntos. Además, la eficiencia gubernamental lleva mucho tiempo en tela de juicio. ¿Serán estos empleados del Gobierno lo suficientemente capaces para satisfacer la demanda? Si el Gobierno se convierte en un ‘super agente de colocación’, entre 2.000 y 3.000 agentes de colocación perderán sus trabajos. ¿Qué va a ser de ellos?”, dice Ma Kai, de CIER. Es posible que, a pesar de estos problemas, y aún paralizado en su etapa inicial durante varios años, acabe adoptándose este modelo.

El Gobierno parece más optimista en cuanto a sus esfuerzos por resolver los problemas de desempleo entre los aborígenes. “Para estimular al sector privado a emplear a los aborígenes, ofrecemos un subsidio mensual de NT$5.000 (US$145) a las compañías privadas por cada aborigen que empleen, y hemos iniciado muchos cursos de entrenamiento para este grupo minoritario. En el año fiscal de 1998 entrenamos a 1.199 aborígenes y, para animarlos a participar en estas clases, también ofrecimos a cada uno un subsidio mensual de NT$10.000 (US$290). Recientemente, hemos preparado el borrador de un documento, ‘Medidas para mejorar el empleo de los aborígenes de Taiwan’, cuyo objetivo es resolver sus problemas de desempleo. Según este plan, no sólo ofreceremos subsidios para ellos y sus patronos, sino que también subsidiaremos durante tres meses consecutivos a las agencias de colocación que logren encontrar plazas de trabajo en fábricas para los trabajadores aborígenes”, dice Lin de EVTA. “Haremos lo posible para ayudar. Con estas medidas, creo que un mayor número de aborígenes contarán con oportunidades de empleo”.

Algunos logros notables en la mejora de las relaciones entre patronos y trabajadores se han alcanzado a través de los esfuerzos conjuntos de los sectores público y privado. Como algunas disputas entre los patronos y los empleados surgen debido a diferencias culturales y al desconocimiento de las leyes, la Policía Provincial de Taiwan produjo un video que presenta el estilo de vida, las costumbres y las leyes de Taiwan para ayudar a los trabajadores extranjeros a adaptarse a la vida en la isla. Además, el Gobierno ha ofrecido muchas conferencias orientadas a instruir a los patronos en cuanto a las leyes concernientes a los trabajadores extranjeros. Si los patronos violan las reglamentaciones, estarán sujetos a sanciones y se les revocarán sus permisos para contratar a trabajadores extranjeros.

Pero el método más exitoso a la hora de mejorar unas malas relaciones es el establecimiento de centros para trabajadores extranjeros. Estos centros están diseñados y creados por compañías profesionales, en base a las necesidades de los trabajadores extranjeros. Por ejemplo, Central Human Resources & Management lleva bastante tiempo ayudando a muchos patronos a diseñar y a crear estos centros. Uno de éstos, cerca del Parque Da An, tiene instalaciones y equipos diseñados a imitación de aquellos propios de los países nativos de los trabajadores. Se contrata a cocineros tailandeses, y se ofrece como entretenimiento TV por cable con programas tailandeses. Aquí, los TEC parecen disfrutar con el ambiente.

“Nuestro patrono nos tiene en consideración y nos trata bien. Nos ofrece un buen ambiente de trabajo y recreo. Cuando enfermamos, tenemos quien nos cuide. Cuando nos vemos en problemas, tenemos quien nos ayude”, dice Wuttichai Yana, un obrero de la construcción, de 35 años de edad, originario de Tailandia. “La comprensión, el cuidado y la ayuda son esenciales al ocuparse de estos trabajadores. Combinando técnicas modernas de administración de personal y métodos científicos de productividad laboral, los propietarios de las compañías pueden elevar la eficiencia de los trabajadores extranjeros. Aplicando métodos adecuados de administración, todos los desacuerdos entre los patronos y los empleados pueden resolverse con prontitud”, dice James C. Hu, de Central Human Resources & Management.

La introducción de los trabajadores extranjeros ha generado algunos problemas y, para resolverlos, la sociedad debe invertir tiempo y esfuerzo, lo cual incrementa el costo de la contratación de trabajadores extranjeros. Sin embargo, el empleo de TEC es considerado una política necesaria para el desarrollo económico de Taiwan. ¿Por qué necesita Taiwan contratar a trabajadores extranjeros?

Desde la década de los ochenta, el aumento de los ingresos y del nivel educativo ha estimulado a más y más ciudadanos taiwaneses a trabajar en la industria de servicios, en vez de en las industrias manufactureras o de la construcción --esta última es considerada una labor no sólo agotadora, sino también sucia y peligrosa. En consecuencia, hubo escasez de mano de obra y muchos proyectos de obras públicas no pudieron terminarse según el calendario previsto. En 1989, el Yuan Ejecutivo autorizó la contratación de trabajadores extranjeros para ayudar en la realización de algunos proyectos públicos.

La carencia de mano de obra no se limitaba solamente a la construcción, sino que también alcanzó a la industria manufacturera. Muchas compañías trasladaron sus fábricas a países extranjeros donde podían encontrar mano de obra más barata. Para detener la fuga de capital de la industria manufacturera, el Yuan Ejecutivo autorizó en septiembre de 1991, el empleo de trabajadores extranjeros a ciertas industrias manufactureras y de la construcción, siempre y cuando no encontraran suficientes trabajadores nacionales. Técnicamente, antes de que el sistema de contratación de trabajadores extranjeros tuviera una base legal en la Ley de Servicios de Empleo de 1992, éstos trabajaban “ilegalmente”.

Durante los últimos años, estos trabajadores extranjeros han ayudado a resolver el problema de carencia de mano de obra. “Los trabajadores extranjeros han ayudado a realizar muchos proyectos de obras públicas. También han contribuido a aliviar la seria falta de recursos humanos en las industrias manufacturera y de la construcción de Taiwan”, dice Lin Tsong-ming, de EVTA. La opinión de Lin viene confirmada por las estadísticas y la investigación de la Dirección General de Presupuesto, Contabilidad y Estadísticas, así como del Consejo para la Planificación y el Desarrollo Económicos (CEPD, siglas en inglés).

Según las estadísticas, el índice de escasez de mano de obra era de un 10,33 por ciento en la industria manufacturera, y un 9,5 por ciento en la construcción en 1989. Estas cifras se redujeron al 4,05 y 3,13 por ciento, respectivamente, en mayo de 1998. Un informe preparado por el CEPD indica que la escasez de recursos humanos influyó en la demora de los proyectos de construcción pública en 1994; sin embargo, no lo fue en 1998. “Sin estos trabajadores extranjeros, sería difícil terminar muchos proyectos de obras públicas”, dice Lin.

Algunas personas también afirman que si Taiwan se niega a emplear a trabajadores extranjeros, su competitividad se verá negativamente afectada. “Como sabemos, los recursos humanos son uno de los factores más importantes en la producción. Si otros países utilizan mano de obra más barata, y nosotros insistimos en usar los recursos humanos locales, más costosos, nuestras industrias perderán su competitividad en el mercado internacional”, dice Ma Kai, de CIER. De modo que, aunque acepta las críticas de que los trabajadores extranjeros han ocasionado ciertos problemas a Taiwan, Ma señala que aun así se debería emplear a un número incluso mayor de trabajadores extranjeros.

“El asunto de los trabajadores extranjeros es muy parecido al del petróleo. Por ejemplo, si en el mundo se encuentra un campo petrolero nuevo y grande, el precio del petróleo caerá y más gente podrá usar petróleo. Cuando el consumo de petróleo aumente, se tomará más en serio el asunto de la contaminación ambiental. Quizás la gente que vende carbón pierda su trabajo, y el equipo que utiliza carbón como combustible pase a ser un trasto. Sin embargo, ¿es sensato rechazar el petróleo más barato simplemente para proteger a la industria del carbón?”, se pregunta Ma. “El mundo es como un campo de batalla. Todos tienen que luchar por sobrevivir. Los trabajadores no deben sobreprotegerse, si no éstos no podrán adaptarse a la situación internacional. Creo que lo que debe hacerse es ayudar a incrementar el número de patronos con el propósito de reducir la competencia con los trabajadores extranjeros. Recibiendo el entrenamiento necesario, esas personas que se ven amenazadas por los trabajadores extranjeros podrían, así, terminar beneficiándose”.

Los trabajadores extranjeros han sido llamados el “tercer grupo étnico de Taiwan” (después de los aborígenes y el resto de los residentes locales), porque su cantidad se ha elevado mucho en los últimos años. Los domingos, miles de trabajadores extranjeros se reúnen en las estaciones de tren, parques, almacenes e iglesias de Taiwan, para pasar el tiempo con sus amigos. En la última década, los TEC han contribuido de forma notable al desarrollo económico de Taiwan. Al mismo tiempo, han ganado dinero en Taiwan con que mejorar las condiciones de vida de sus familias en sus respectivos países. Esta interdependencia no cambiará en un futuro inmediato. Si todos los interesados buscan las maneras de cooperar y comunicarse, quizás se encuentren las mejores alternativas para todos.

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