08/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Los recursos humanos se internacionalizan

01/01/1999
Con frecuencia, los especialistas extranjeros son más objetivos al discutir las operaciones, y estimulan a los profesionales locales a juzgar cada caso según los hechos.

A medida que Taiwan se integra en la economía mundial, un mayor número de profesionales extranjeros están radicándose en Taiwan y, en el proceso, contribuyen al éxito de la isla, aportando conocimientos técnicos de categoría internacional. “Rick” (no es su nombre real) es un buen ejemplo. En principio, él vino hace cuatro años para trabajar como técnico especialista en la sucursal de una importante compañía norteamericana de computación en Taiwan. “La compañía estadounidense de computación es la casa matriz de la empresa que me contrató. Nuestra compañía fabrica periféricos de computadoras para la compañía estadounidense en base al sistema de Fabricación de Sistemas Originales (OEM, siglas en inglés). Me enviaron aquí no sólo porque era la persona que poseía los conocimientos técnicos necesarios, sino también porque era el único dispuesto a venir”. Después de su llegada, Rick se casó, se adaptó al ambiente taiwanés, y ahora mantiene a una familia.

Antes de la retirada de las tropas estadounidenses estacionadas en Taiwan en 1979, la gente local percibía a los extranjeros en general como soldados procedentes de un país lejano. Esa imagen cambió con el fin de la Guerra Fría, el auge del comercio internacional y el intercambio cultural. Muchos profesionales extranjeros se han trasladado a Taiwan para trabajar en los campos comercial, técnico y académico.

Para afrontar los retos del futuro y elevar la competitividad de la República de China en la economía mundial, el Legislativo revisó la Ley de Servicios de Empleo en mayo de 1997, ateniéndose a los principios de restringir la contratación de obreros y, al mismo tiempo, dar la bienvenida a un mayor número de profesionales a la isla. Mientras que las restricciones tienen el objetivo de proteger las oportunidades de trabajo para los trabajadores locales, en cambio la contratación de especialistas extranjeros pretende mantener a Taiwan en sintonía con las tendencias comerciales en el ámbito internacional.

Según se establece en la Ley, los profesionales extranjeros se dividen en seis grupos: especialistas de alta tecnología, administradores de empresas, profesores de escuelas superiores y universitarios, maestros de idiomas extranjeros para buhsibans (academias para estudios suplementarios), entrenadores y atletas, y aquéllos que se dedican a las áreas de la religión, las artes y el entretenimiento. Entre estas seis categorías, muchas empresas comerciales y agencias gubernamentales consideran de especial importancia la incorporación de especialistas en alta tecnología y en administración de empresa para el futuro desarrollo y crecimiento de la economía de Taiwan.

En el pasado, era raro que una organización incorporara a profesionales extranjeros porque no existía esa necesidad; pero la situación cambió después de que los miembros de la comunidad internacional comenzaron a interrelacionarse con más frecuencia. “Anteriormente, se limitaba el número de trabajadores extranjeros que podían venir anualmente a Taiwan. Pero en la actualidad, no existe un cupo fijo para la contratación de profesionales extranjeros”, dice Chiang Pin-kung, presidente del Consejo para la Planificación y el Desarrollo Económicos (CEPD, siglas en inglés), el organismo encargado de formular las políticas económicas de la República de China. Cualquier restricción numérica que pueda existir obedece sólo a consideraciones prácticas de la propia compañía u organización empleadora, y no por reglamentación alguna.

“Como el gobierno de la República de China está llevando a cabo proyectos de liberalización e internacionalización comercial, y desea que Taiwan se convierta en un centro regional de operaciones, tenemos que ajustar la estructura económica general y permitir el libre movimiento de mercancías, servicios, personal, capital e información”, añade Chiang. Una manera de alcanzar estas metas es incorporando a más personas competentes a nivel internacional. Los profesionales extranjeros que deseen venir a Taiwan a trabajar, sólo deben cumplir dos simples requisitos: tener un título universitario y por lo menos, dos años de experiencia laboral.

“Creo que el gobierno de la República de China ha hecho un buen trabajo al tratar de facilitar la entrada de profesionales extranjeros. Es mucho más fácil ahora que hace once años, cuando yo llegué a Taiwan. En ese entonces, teníamos que salir del país cada seis meses, ir a Hong Kong o a cualquier otro país para obtener un visado, y luego regresar”, dice Bernard S. Wathen, director de la sucursal de Ward Howell International en Taiwan, una compañía que se dedica a la búsqueda de ejecutivos.

Otros cambios incluyen la simplificación de los procedimientos para la solicitud de permisos de trabajo, la extensión de la estadía de los profesionales extranjeros, y la flexibilización de los requisitos para su entrada. La Administración Nacional de la Policía tiene la autoridad de otorgar certificados de residencia a los profesionales extranjeros con permisos de trabajo. Dependiendo de la solicitud del empleador local, el período de residencia puede ser de uno, dos o tres años, y su renovación debe hacerse a través de solicitud individual.

Sin embargo, no todos los profesionales extranjeros disfrutan de estas nuevas ventajas. En realidad, algunas leyes recién promulgadas han complicado el asunto para el gran número de profesores universitarios extranjeros que están aquí. Se han establecido dos reglamentaciones que regulan el tiempo que un profesor puede quedarse en Taiwan: la Ley de Servicios de Empleo, formulada por el Consejo para Asuntos Laborales (CLA, siglas en inglés), y el Estatuto para la Contratación de Instructores Extranjeros, promulgada por el Ministerio de Educación (ME). Según Yang Yu-hui, del Departamento de Educación Superior del ME, el Estatuto para la Contratación de Instructores Extranjeros exige que las instituciones ofrezcan sólo contratos anuales a sus nuevos profesores extranjeros. En cambio, la Ley de Servicios de Empleo permite a los profesores extranjeros permanecer en Taiwan más de un año, pero exige que la renovación del contrato se realice de forma anual. Según Yang Yu-hui, el estatuto del ME establece que las universidades pueden, a juicio de su propia administración, conceder contratos de más de un año a los profesores extranjeros que han enseñado durante cinco años o más en dichas instituciones; sin embargo, las indicaciones preliminares señalan que los contratos por varios años son realmente muy raros. Antes de febrero de 1998, los profesores universitarios extranjeros tenían derecho a ser contratados por más de un año cada vez, incluso antes de que cumplieran los cinco años.

Oficialmente, determinar el tiempo que un profesor extranjero puede permanecer en Taiwan depende de la administración de cada institución. De modo extraoficial, sin embargo, los profesores dan por supuesto que sus contratos serán renovados anualmente y que gozan de seguridad laboral, aunque en Taiwan no exista el sistema de profesores numerarios que tiene EE UU. Pero, dejando a un lado la seguridad laboral, la limitación de los contratos a un solo año significa también que la gran mayoría de los profesores extranjeros de Taiwan debe realizar los pesados trámites de solicitar permisos de reentrada al país y renovar sus certificados de residencia cada año por lo menos el doble de veces que antes, cuando trabajaban con contratos de más de un año.

En el proceso de liberalización y globalización, los profesionales extranjeros son como instructores que ayudan a los que no tienen mucha experiencia a adaptarse más rápidamente a la nueva situación internacional. “Es posible que Taiwan necesite a profesionales extranjeros que orienten a la gente local a desenvolverse en el ámbito internacional. Después de todo, Taiwan estuvo demasiado aislada del resto del mundo durante cuarenta años”, dice Robin J. Winkler, consultor de la Asesoría Jurídica de Derecho Internacional Qi Lin, y que también es presidente del Comité de Licencias y Derechos de Propiedad Intelectual de la Cámara Americana de Comercio en Taipei. “Como el Gobierno se encargaba de casi todo, el sector privado no tenía la oportunidad de actuar; pero ha aprendido muy rápido”, añade.

“A pesar de que Taiwan ha realizado un esfuerzo impresionante en los aspectos económico, político y legal, haciendo mejoras que le han permitido ponerse a la altura internacional, aún no está preparado en otras áreas”, comenta Winkler. Por lo tanto, “para convertir a Taiwan en un centro regional de operaciones, la isla necesita tener personal con capacidad para desenvolverse a nivel regional e internacional”. Y añade a continuación: “Creo que permitir mayor libertad en el intercambio de personal no sólo contribuirá a acostumbrarse a tratar con los extranjeros, sino también a que Taiwan se adapte más rápido a los cambios venideros y se desenvuelva mejor en el ámbito internacional”.

Otro beneficio son los conocimientos técnicos que aportan los profesionales extranjeros. “Básicamente, las técnicas traídas desde afuera permiten adquirir unos conocimientos y una experiencia que no existen aquí”, dice Wathen, que vino hace once años a Taiwan y se ha quedado. “La esencia de la ley que regula la contratación de profesionales es que éstos deben probar que tienen habilidades no disponibles en el país”, indica él.

Esta opinión es compartida por Agge Chang, gerente de personal de Acer Semiconductor Manufacturing, que durante ocho años, hasta junio de 1998, ha sido socio inversor de la empresa estadounidense Texas Instruments (TI, siglas en inglés). “La industria de semiconductores era una novedad en Taiwan hace diez años y había pocos expertos en este campo en el país. Por ello, TI-Acer tuvo que contratar a muchos técnicos extranjeros para brindar apoyo”. Esta es la razón por la que la mayoría de los profesionales locales no tienen la impresión de que sus trabajos hayan sido ocupados por un grupo de élite del exterior.

Chiang, presidente del CEPD, está de acuerdo. “La tecnología avanza tan rápidamente que Taiwan no puede mantener ese ritmo”. Taiwan carece de expertos en el área de la investigación y el desarrollo. “Muchas compañías de alta tecnología en el Parque Industrial Científico de Hsinchu se quejan de la dificultad de encontrar al personal adecuado”, señala Chiang como un ejemplo.

Chang respalda la opinión de Chiang añadiendo otro par de razones para la cooperación con Texas Instruments. “Nosotros podemos realizar la investigación y el desarrollo, pero entonces corremos riesgos de tiempo y resultados”. Generalmente, se necesita mucho tiempo para estudiar y desarrollar un nuevo artículo de alta tecnología, y es difícil predecir si se tendrá éxito. Incluso si se logra tener éxito, queda la duda de si la investigación está conforme a las tendencias de la tecnología en el resto del mundo.

Por consiguiente, “encontrar el personal apto y colocarlo en los trabajos adecuados es cada vez más importante”, dice Wathen. Antes, cuando los costos de mano de obra eran bajos, Taiwan podía competir usando el sistema de “negocio familiar”, que es flexible en cuanto que cada miembro de la familia ocupa cualquier tipo de trabajo con el fin de mantener el funcionamiento de la compañía. “Sin embargo, para competir en el mercado mundial de hoy, las corporaciones deben ser eficientes y efectivas. Deben poseer una administración adecuada, y debe existir un ambiente apropiado para el aprendizaje”, dice Wathen.

¿Qué pueden aprender los profesionales de Taiwan de sus colegas extranjeros? Lo primero que señala Chiang es la experiencia. “Hay escasez de expertos locales en aspectos financieros como el de los futuros”. Para llenar el vacío, él menciona tres opciones: primero, invitar a expertos extranjeros a entrenar a los profesionales locales en esa área; segundo, enviar a trabajadores locales al exterior para que adquieran experiencia directamente; y tercero, establecer departamentos en las instituciones educativas que ofrezcan instrucción en áreas específicas del saber y la tecnología. “Todo esto debe llevarse a cabo al mismo tiempo”, recalca Chiang.

Durante los últimos años, Acer Semiconductor ha puesto en marcha tres medidas de este tipo para entrenar a sus ingenieros y técnicos. “Enviamos a ingenieros con experiencia a participar en talleres en el exterior, invitamos a expertos extranjeros a Taiwan para que compartan con nosotros sus experiencias, y trabajamos junto a los colegas extranjeros para aprender de la práctica”, dice Chang.

Desde un principio, Stan Shih, presidente del gigante de la informática, el Grupo Acer, pensó que Taiwan debería reforzar su industria de la electrónica. Por ello, mientras otras compañías se esforzaban en desarrollar sus propios programas, Acer comenzó a cooperar con Texas Instruments para afianzar la industria de la alta tecnología en Taiwan. “Aunque Taiwan tiene sus propios profesionales de la alta tecnología, EE UU está todavía tecnológicamente más avanzado. Necesitamos aprender de los mejores”, explica Chang.

Por otro lado, los profesionales locales pueden aprender el método occidental de comunicación. “Los extranjeros razonan y hablan de manera más directa. Nosotros, los chinos, lo hacemos con más rodeo”, dice Chang. “Mientras que ellos van directamente al grano, nosotros charlamos antes de entrar a tratar el tema principal”. Además, “los especialistas extranjeros tienden a ser más objetivos al discutir los asuntos”, añade el administrador de personal. “Esta es otra razón por la que vienen a prestarnos ayuda. Como aquí no tienen la posibilidad de ser promocionados, prestan poca atención a las relaciones interpersonales. Creo que esto tiene un impacto positivo, porque su actitud estimula a los profesionales locales a juzgar con más objetividad”.

Chiang menciona otro aspecto positivo. “En comparación, la gente local es más flexible al hacer las cosas. Los extranjeros, especialmente los alemanes y japoneses, son más metódicos y siguen un patrón preestablecido. Este es un buen modelo de actitud ante el trabajo para los ciudadanos de la República de China”. El personal de Acer Semiconductor está de acuerdo: “Los extranjeros prefieren seguir los procedimientos establecidos, mientras que los chinos prefieren decidir entre varias alternativas”.

Los profesionales locales deben ponerse al día en sus campos. “Pienso que los extranjeros tienen un nivel más alto de preparación profesional”, opina Winkler. “Mi opinión es que los profesionales en Taiwan tienen mucho talento, pero en cuanto logran fama y fortuna, tienden a olvidarse de sus profesiones. En otras palabras, dedican más tiempo a socializar y tratar de lograr ascensos que a mantenerse al tanto de los últimos avances en sus áreas. Se concentran más en sus relaciones con los funcionarios y los clientes”.

Otro asunto importante es la diferente perspectiva. “Como hemos colocado a algunos ejecutivos extranjeros y locales en el mercado de China continental, ellos aportan una perspectiva diferente a su regreso por haberse centrado más en una región”, dice Wathen. Wathen atribuye la diferencia entre los profesionales locales y los extranjeros a la disimilitud de los sistemas educativos. “Los altos cargos directivos taiwaneses son muy eficaces en lo que denomino ‘utilización de la parte izquierda del cerebro’, porque sus ciencias y matemáticas son excelentes. Han recibido un entrenamiento excelente en estas disciplinas, y son buenos en las áreas de contabilidad y administración. Pero, en lo que se refiere a situaciones que requieren activar la parte derecha del cerebro”, afirma, “la gente local tiene dificultades. En el sistema educativo occidental, se pregunta siempre ‘por qué’. En Occidente se desarrollan más la planificación y la creatividad, mientras que los aspectos relativos a la administración y a la contabilidad son más débiles”.

“Creo que un híbrido, una mezcla de ambos sistemas, sería lo mejor. Aquéllos que logren este equilibrio serán los que tengan más éxito. Esas son personas con la sensibilidad cultural suficiente para advertir que no es una cuestión de estar o no en lo cierto. Existen un sinfín de diferencias culturales. Si se puede llegar a un punto medio, se crearía una fuente de ventajas, y no de desventajas”, explica Wathen.

“Taiwan carece en este momento de un sistema de entrenamiento suficiente en planificación y análisis financiero”, dice Wathen. En el Occidente existen ambas. “Anteriormente, el mercado era propulsor, orientado principalmente hacia las ventas. Ahora se ha convertido en un mercado de atracción, donde la promoción de marcas es lo importante. Es más importante pensar en las consecuencias que reaccionar inmediatamente. No funciona juzgar a posteriori. Se debe poder prever el futuro, y los costos deben controlarse mejor”.

Pero el aprendizaje nunca es unidireccional. “Siempre podemos aprender unos de los otros. Debemos continuar mejorando la creatividad. Del mismo modo, ¿qué podemos aprender los profesionales extranjeros en Taiwan? Creo que a tener más armonía en el ambiente laboral y no ser siempre tan radicales. Algunas veces, llegar a un acuerdo intermedio es positivo”.

Un beneficio de contratar a profesionales extranjeros y enviar a especialistas locales al exterior es que se eleva el nivel tecnológico de la República de China trayendo ideas y técnicas más avanzadas. Pero aún cabe hablar de otro efecto saludable menos evidente: tanto los extranjeros como los expertos entrenados por extranjeros algunas veces pueden pasar a otras compañías. “Aunque es una pérdida para la que los contrató y entrenó en un principio, esta movilidad tendrá un impacto positivo en la industria en general”, dice Chang. El intercambio de recursos humanos dentro de la industria local de alta tecnología ayudará a elevar el nivel tecnológico general, ya que cada compañía tiene puntos fuertes que pueden compartirse con otras firmas de la competencia”, explica ella.

Muchas empresas multinacionales con sede en Taiwan, tales como Acer, siguen la tendencia mundial de establecer sucursales en el exterior. “Aunque el objetivo es avanzar tecnológicamente, la internacionalización es un beneficio que deriva de ese proceso”, dice Chang. “Antes, los extranjeros traían sus técnicas. Ahora, las venden a otros países”, observa Wathen. “Este es un verdadero cambio”.

En la actualidad, los obreros extranjeros están bajo la jurisdicción de la CLA, pero no hay una única agencia gubernamental responsable de la aprobación de la entrada de profesionales extranjeros. Para obtenerla, éstos deben hacer la solicitud a la agencia gubernamental competente dependiendo de la profesión a la que se dediquen. Por ejemplo, los abogados extranjeros que vienen a trabajar a Taiwan son evaluados por el Ministerio de Justicia; los contadores, por el Ministerio de Finanzas; los profesores, por el ME; y los cocineros, por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones. En vista de que el Ministerio de Economía (MOEA, siglas en inglés) se encarga del personal extranjero en las industrias de servicios, comercio y manufacturas, cuando hay dudas acerca de qué agencia debe procesar las solicitudes, generalmente se presentan al MOEA para que éste decida.

Para mejorar la eficiencia administrativa y colocar tanto a los obreros como a los profesionales bajo la jurisdicción de una sola agencia, el CLA ha decidido establecer una ventanilla ad hoc que permita reducir el papeleo que implica la contratación de extranjeros. Actualmente, se necesita ir a por lo menos tres agencias para obtener las autorizaciones necesarias para contratar a un trabajador extranjero en Taiwan. Primero, el empleador debe hacer su solicitud a la agencia gubernamental competente. A continuación, el profesional extranjero debe obtener un visado de la República de China en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Y por último, después de que el profesional viene a Taiwan, la compañía necesita informar a la administración policial.

“La centralización del sistema de solicitud de permisos sería muy positiva. Espero que la agencia central publique todos los detalles en inglés en su página web. Eso será muy útil y beneficioso para la internacionalización de Taiwan”, dice Winkler. Asimismo insta al Gobierno a continuar publicando las leyes y reglamentaciones en inglés, y a llevar a cabo consultas antes de establecer o revisar cualquier ley pertinente.

¿Mejorará la eficiencia después de la entrada de Taiwan en la Organización Mundial del Comercio (OMC)? “La entrada en la OMC no provocará ningún cambio en cuanto a la liberalización de los requisitos para obtener permisos de trabajo o de inmigración. Lo único que cambiaría es que Taiwan verá la necesidad de abrirse”, dice Winkler. “Cuando Taiwan sea miembro de la OMC, se intensificarán sus relaciones con los países extranjeros, y se elevará el número de profesionales extranjeros en Taiwan. Como consecuencia, aumentará la calidad de los intercambios entre los profesionales de Taiwan y sus colegas extranjeros”.

Wathen opina de forma un tanto diferente. “No es un acontecimiento aislado, sino parte de un proceso. Y el proceso no se detiene con la entrada a la OMC; sino que continúa. La participación en la OMC es sólo como una etiqueta. Si bien la entrada en la OMC marca un hito en el camino, después de eso significa que queremos ayudar a crear un campo de juego justo para todos los jugadores”.

Chiang está de acuerdo, y explica que la apertura de la industria de los servicios después de entrar en la OMC traerá seguramente frecuentes intercambios de recursos humanos. “Como creemos en el mecanismo del mercado, cada compañía puede tomar sus propias decisiones en cuanto a la contratación de personal”. ¿Tendrá esa medida algún impacto en el mercado laboral local? “En general, la mayoría de las compañías, tanto locales como multinacionales, todavía prefieren a los empleados locales por dos razones: idioma y salario. Cuando los clientes son chinos, se necesitan personas capaces de comunicarse en su lengua nativa. Además, contratar a extranjeros es muy costoso”.

Incluso cuando contrata a personal del extranjero, Acer Semiconductor prefiere a los de origen chino. Según Chang, “nos gustaría invitar a los intelectuales chinos que viven en el exterior a regresar para que aporten sus conocimientos y técnicas. Si es imposible encontrar a este tipo de gente, entonces buscaremos a extrajeros”. Winkler comparte la misma opinión desde el punto de vista comercial: “Los que pueden hablar el idioma requerido tienen la ventaja. No tiene nada que ver con favorecer a alguien, sino que es un asunto de facilidad de comunicación”.

Las estadísticas del CEPD muestran que aproximadamente 7.000 profesionales extranjeros solicitan anualmente permiso para trabajar en la República de China. “Más del ochenta por ciento de las solicitudes son gestionadas por el MOEA, la agencia que procesa el mayor número. Luego están el Ministerio de Finanzas, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, y la Oficina de Información del Gobierno”.

“Aunque las reglamentaciones de la República de China en cuanto a la contratación de profesionales extranjeros son modernas y convenientes”, dice Winkler, “un problema que tenemos es que nos gustaría contratar a estudiantes de derecho. Sin embargo, las reglamentaciones no lo permiten”. El aduce dos razones en favor de su modificación. Primero, el salario de los estudiantes de derecho es mucho más bajo que el de los abogados. “Aquí, es difícil encontrar a personas con buen dominio del inglés y además éstas exigen altos salarios. Por eso los estudiantes son una buena fuente de mano de obra barata”. Y segundo, “los estudiantes suelen llevarse gratas experiencias de Taiwan y podrían actuar como embajadores una vez de vuelta a los EE UU, pues los abogados en ese país ejercen influencia en la política. Por eso me parece una medida inteligente por parte de Taiwan”, dice Winkler.

Una desventaja señalada por Winkler es la restricción que pesa sobre los ciudadanos de la República Popular de China (PRC, siglas en inglés) para recibir entrenamiento en Taiwan. Los chinos continentales no son considerados extranjeros, pero tampoco ciudadanos de la República de China. Los asuntos relativos a China continental son competencia del Consejo de Asuntos Continentales, que procesa las solicitudes de entrada caso por caso. En la actualidad, los chinos continentales pueden venir a Taiwan sólo como visitantes.

Winkler señala que “algunas veces, las compañías multinacionales necesitan desplazar su personal de un lado para el otro a fin de exponerlo a otros ambientes laborales tanto a nivel regional como internacional”. Wathen está de acuerdo. “Desde el punto de vista comercial, uno de los problemas clave es la posibilidad de traer a chinos continentales. El mejor lugar para preparar a ejecutivos en esta región es Taiwan. Mientras que los gerentes en China continental son generalmente ciudadanos de la PRC, en el presente ninguno puede venir a Taiwan”. Chang de Acer Semiconductor señala: “Algunas veces tenemos que reemplazar a gente talentosa por extranjeros, cuando nuestra primera elección hubieran sido los chinos continentales”.

Otro problema que debe resolverse es la necesidad de apoyo de carácter urgente y provisional por parte de las compañías de alta tecnología. “Cuando tenemos problemas con los equipos o necesitamos resolver alguna dificultad tecnológica, debemos contar con la ayuda de expertos de afuera. Como no van a venir en un viaje de negocios, debemos solicitar permisos de trabajo a corto plazo para ellos”, dice Chang. El período más corto que se requiere para procesar esta solicitud es una semana, siempre que se disponga de certificados de estudios y profesionales; sin embargo, la fecha tope para dejar resuelto el problema puede ser menos de siete días. El consiguiente retraso puede provocar pérdidas enormes a cualquier empresa.

Chang, admitiendo la necesidad de crear cierto tipo de administración que regule la venida de los extranjeros a la isla, dice: “Considero que si Acer Semiconductor es la única compañía que enfrenta estos problemas, no es necesario que el Gobierno revise sus políticas; pero, si la industria en general comparte nuestros reparos, quizá sean necesarias ciertas modificaciones”.

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