05/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Atrás, hombre

01/07/1999
En otros tiempos, a Taiwan no le hacía falta un lugar como el Estanque de Plantas Acuáticas en el Jardín Botánico de Fushan, especialmente destinado a proteger de la destrucción humana las numerosas plantas raras subacuáticas de la isla.

l sol no brilla aquí muy a menudo; de hecho, la lluvia es un visitante más asiduo. Los datos meteorológicos registran una precipitación media anual de 126 pulgadas, con una humedad relativa del ochenta y ocho por ciento. Algo que, sin embargo, no parece afectar mucho a las plantas del bosque experimental de Fushan, en el nordeste de Taiwan: dando pruebas de una gran vitalidad, deben considerarse afortunadas por poder desenvolverse en un medio tan bien protegido como éste. Creada en 1990, la Estación de Fushan reparte sus 4,24 millas cuadradas de bosque natural entre tres áreas a las que corresponden entornos naturales, recursos especiales y objetivos fundacionales distintos en cada caso: el jardín botánico (1.012 acres), la Reserva Natural Hah-Pen (822 acres) y la del manantial (878 acres).

Lin Kuo-chuan, director y científico de la Estación de Fushan del Instituto de Investigación Forestal de Taiwan, explica cómo ésta centra primordialmente su interés en la investigación ecológica, la educación medioambiental y la conservación genética de la flora. Si bien es la conservación a lo que se concede mayor prioridad, Lin se apresura a declarar que “conservación” significa mucho más que simplemente prohibir a la gente la entrada en algunos bosques naturales; si se pretende potenciar su eficacia requiere, más bien, la adopción de medidas de carácter eminentemente constructivo, tales como el cultivo dinámico de árboles y el desarrollo y mantenimiento de la calidad del suelo.

Desde que fuera creada, la Estación se ha ocupado de forma sistemática de la conservación, recogida y cultivo de especies (algunas en peligro de extinción) de árbol de hoja ancha de altitudes baja y media. Los invernaderos y criaderos facilitan el rápido crecimiento de diversas plantas, y está en proyecto una zona permanente de reserva destinada a alojar un banco genético para especies endémicas (variedades de lauráceas y fagáceas, principalmente) de toda la isla y que, además, servirá para seguir los cambios que tengan lugar dentro de la comunidad de plantas.

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Lin explica a continuación qué medidas ha adoptado la Estación a fin de evitar un impacto negativo de los seres humanos sobre el crecimiento de las plantas y los hábitos de vida de los animales salvajes. Para empezar, aunque el jardín botánico ocupa una extensión de casi 1.000 acres, sólo se ha desarrollado una décima parte de éstos y con las mínimas instalaciones indispensables. “Nuestra preocupación fundamental es mantener las características originales de este bosque natural de modo que puedan llevarse a cabo actuaciones en él de forma sostenida”, subraya Lin. Por otra parte, la Estación ha creado y abierto al público una zona de exposición de plantas destinada a promover un programa educativo sobre la naturaleza.

El lugar se halla dividido en secciones de pteridófitas, gimnospermas, gamopétalas, bambúes, rododendros y plantas herbáceas, conforme al sistema de clasificación de Engler. Además, ciertas plantas se agrupan de acuerdo con su función y características particulares, como medicina, fibra o sustancia aromática. Hasta el momento se han recogido y son objeto de exposición un total de más de 500 especies; la inclusión de un estanque tiene como fin recuperar plantas acuáticas raras tales como la Ludwigia ovalis, la Callitriche verna o la Sparganium fallax.

su llegada, se dirige a los visitantes al Centro de Educación y Propagación Forestal, donde pueden contemplar presentaciones en video y diapositivas del jardín botánico y del desarrollo forestal de Taiwan en su conjunto. En determinados puntos del recorrido, los guías ofrecen explicaciones más detalladas acerca de las plantas --recordando, al mismo tiempo, a los visitantes que deben evitar elevar el tono de voz y abstenerse de ensuciar o dar de comer a peces y demás animales. “La mayoría de ellos se han mostrado muy dispuestos a cooperar con nuestras regulaciones, lo que demuestra que es posible educar al público”, asegura Lin. “Confiamos en que encuentren aquí algún alivio a su ajetreo cotidiano, pero también que tras su visita se lleven el concepto de conservación consigo y terminen influyendo en las personas de a su alrededor”.

Mientras tanto, intentando mitigar el impacto negativo de la presencia humana y la destrucción del medio natural, la Estación comenzó en 1994 a fijar límites de entrada al jardín. El número diario de visitantes se ha restringido a 300, más una cuota adicional de 100 reservada a estudiantes de primaria. Los interesados en ver el jardín deben presentar una solicitud entre 15 y 60 días antes de la fecha prevista de visita.

Con el propósito de velar por la limpieza del entorno y atenuar el peligro de contaminación, el jardín carece de contenedores de basura y los visitantes deben hacerse cargo de la suya cuando dejan el lugar. “Todas estas medidas se han pensado y llevado a cabo teniendo en mente el concepto de conservación”, explica Lin. “Y nos alegra y enorgullece ver que el sistema ecológico del bosque natural de hoja ancha en Fushan se ha conservado bastante bien, manteniendo aún sus características primitivas”.

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Los invernaderos facilitan el rápido crecimiento de las plantas, contrarrestando así el impacto negativo de otras formas de vida en el entorno.

A fin de comprender mejor cómo funciona el sistema ecológico en su totalidad, la Estación ha emprendido una investigación a largo plazo formando equipo con profesores universitarios, instituciones académicas nacionales y extranjeras, más un buen número de expertos. El centro de atención lo constituyen la función, composición y estructura de las plantas, así como los hábitos de vida de los animales. Por el momento se han podido completar estudios preliminares de plantas, aves, peces e insectos, registrándose en toda la región hasta 515 especies diferentes de plantas encuadradas en 320 géneros y 124 familias.

En la actualidad, la Estación colabora con el Consejo Nacional de las Ciencias y el Consejo de Agricultura en diversos proyectos de investigación, ocupando un lugar prioritario la fenológica en relación con la flora nativa, a partir de la observación de cerca de sus condiciones de crecimiento. Se registran en detalle toda una serie de datos, desde la dinámica del ciclo de vida de la planta (brote, florecimiento, fruto y caída de las hojas) y cómo se ven afectadas por el clima y el entorno, hasta los relativos a su altura y anchura. Según explica Lin, tales estudios aportan una información muy valiosa para llegar a entender cuándo debe procederse a recoger y propagar las semillas.

Dado lo breve de su andadura, la Estación de Fushan tiene aún muchos retos por delante. Con vistas a lograr una mayor proyección fuera de las fronteras, se propone insistir más en los aspectos de recogida de herbario y en el intercambio internacional de semillas. Asimismo, en el futuro se piensa concentrar esfuerzos en la recogida y cultivo a gran escala de importantes plantas nativas procedentes de distintas partes de la isla y del resto del mundo. La diversidad de especies permitirá a los visitantes conocer más clases de plantas y, a los investigadores, efectuar comparaciones sobre las condiciones de crecimiento de las plantas en lugares diferentes. “Con esperanza y aunando nuestros esfuerzos, el Jardín Botánico de Fushan puede convertirse en un destacado museo de plantas donde se lleven adelante conjuntamente actividades tan variopintas como la preservación genética, la promoción de la educación medioambiental y la investigación”, concluye Lin.

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