07/05/2024

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Más allá de la estética

01/09/1999
Más allá de la estética

Pacientes diabéticos y sus familias asisten al acto de inauguración de la exhibición de pintura de su médico y aprovechan para practicar sus destrezas en este arte.

n crítico local señaló en cierta ocasión que Taiwan padecía de “transtorno de personalidades múltiples” por haber sido dirigida por cinco gobiernos diferentes en menos de 500 años --España, Holanda, China Imperial, Japón y el Partido Nacionalista (KMT), que ha gobernado desde 1945. Exageración o no, ese diagnóstico revela el sentimiento popular de que Taiwan necesita un sentido compartido y profundo de cultura local y espiritualidad. “La discontinuidad histórica y cultural ha producido dificultades para desarrollar el dominio explícito y efectivo del discurso público en Taiwan”, dice Rainn Wang, subdirectora de la Sección de Conservación de la Fundación Artística Dimensión (DEOA, siglas en inglés). “La mayoría de nuestros sentimientos quedan sin poder expresarse de forma apropiada. El lenguaje que empleamos no cumple plenamente su función de comunicación”. En cuanto a la percepción estética, la población de Taiwan carece de formación y estudio adecuados. La educación artística en las escuelas tiende a centrarse en aspectos técnicos y conceptos aislados, sin prestar mucha atención al desarrollo de una idea histórica y general o mostrar la conexión entre el arte y la vida. Esta situación plantea grandes retos para el público así como para las organizaciones privadas.

En un territorio tan densamente poblado (21,8 millones de habitantes viven en 14.000 millas cuadradas con grandes áreas montañosas) y un entorno que deja mucho que desear en términos de reconocimiento perceptible del arte entre el público general, ser activista de la educación artística es como aventurarse en un desierto lleno de apatía e ignorancia --y, a pesar de todo, aún hay esperanza. Viendo el lado positivo, la carencia de ideas y creencias establecidas en la escena cultural de Taiwan se traduce en una mente abierta (si no ingenua), dispuesta a aceptar todo tipo de ideas y posibilidades. Como promotor de la educación artística, Wang observa atentamente ese potencial, señalando que en arte hay algo que sentir directa e inmediatamente más allá de los límites temporales y espaciales. Por ejemplo, los comentarios sobre una obra de arte por observadores carentes de conocimientos artísticos, pueden describir la personalidad de un artista con sorprendente exactitud. Una explicación legítima de esto es que la respuesta inmediata y directa de una persona sin ninguna formación artística y libre de prejuicios o ideologías puede ser muy sutil y sensible. Sin embargo, eso no es suficiente. “Esperamos que la gente aprenda a apreciar conscientemente lo que le agrada, abra una dimensión estética de vida y cree un estilo de vida propio”, dice Wang. “Durante ese proceso de descubrimiento, no sólo encontrarán otras cosas que les agraden sino que también comprenderán que cada persona ve lo mismo de forma diferente. Esta es en sí misma una experiencia de arte y belleza. Cómo amar es mucho más importante que lo que se ama”.

Más allá de la estética

El Dr. Hung Chien-te incita a la gente mediante la pintura a “buscar dentro de su corazón el hogar verdadero”. Otoño fresco en la Montaña Sombrero de Gasa (1997) es su perspectiva de parte de la Cordillera Yangming.

Creada en 1989 y financiada por una famosa empresa, la DEOA (su nombre en mandarín es, literalmente, “Fundación de Educación Artística Ti-Men”), con sede en Taipei, fue una de las primeras fundaciones en Taiwan dedicadas a la educación artística. A corto plazo, la fundación tiene el objetivo de crear un centro de información y materiales, publicar libros y revistas sobre arte, mantenerse al día con las tendencias del arte moderno tanto de Taiwan como del extranjero, subvencionar la creación y la investigación artísticas, y celebrar exhibiciones de arte a nivel nacional e internacional. Respecto a esto último, la DEOA ha exhibido obras de artistas tan diferentes como Monet y Warhol, y ha patrocinado muestras de obras del Louvre en Taiwan. Para diseminar mejor la conciencia artística también ofrece campamentos, cursos de apreciación, conferencias y discusiones sobre arte moderno. En cuanto a los programas a largo plazo, la organización se propone recurrir a voluntarios, desarrollar recursos humanos para la educación artística, crear un ambiente propicio a la formación de críticos y administradores de arte y fundar un centro de investigaciones de arte moderno. Sus objetivos incluyen coleccionar obras de arte moderno, preservar el patrimonio cultural y artístico, orientar a la gente hacia el mundo artístico internacional, y crear un museo de arte moderno de perspectiva global.

En 1994, la DEOA se trasladó a una nueva sede con espacio para exposiciones, lo que ha favorecido considerablemente su intercambio con el público y estrechado más los lazos entre la fundación y su entorno. “Este lugar pretende ser un punto clave, y centro de recursos, del arte contemporáneo”, explica Wang. “Las expresiones artísticas de los creadores más sutiles y avanzados podrán alcanzar al público general a través de nuestros diversos programas, como los de apreciación guiada y cursos de larga duración para residentes de comunidades y estudiantes”. La DEOA ha invitado a artistas jóvenes a exponer en sus salas de exhibición sus obras de arte, de tipo bidimensional, tridimensional y con formas dramáticas. Aunque el arte puede trascender las diferencias individuales entre los miembros del público y llegar directamente al corazón de las personas, con frecuencia se manifiesta en formas que dificultan su rápida comprensión. Un guía de arte puede ayudar al público a apreciar el arte, --pero ¿hasta dónde tiene que llegar la interpretación?

En cuanto al rol que desempeñan los guías, Wang cree que estos deben tener cierta idea de las experiencias y antecedentes de los miembros del público, para así encontrar enfoques de la obra de arte adecuados a ellos. En una habitación con un piano, cápsulas de gelatina sobre el suelo y mariposas reales (todo parte de una reciente exhibición de la DEOA celebrada en Taipei), los guías no tienen que imponer a los espectadores su propia interpretación ni la del artista; más bien, deben orientarlos a observar, escuchar, sentir y expresar lo que piensan sobre la combinación de los diversos elementos. Luego, tomando en cuenta las experiencias vitales de los presentes, el guía puede entablar un diálogo en profundidad con ellos. “Creo que este principio interactivo de educación artística es el que deben emplear todos los guías de arte”, dice Wang.

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El programa de artistas residentes de esta escuela primaria ofrece inspiración a los estudiantes y a los docentes a través del contacto directo con las personalidades únicas de los artistas profesionales.

l programa de artistas residentes llevado a cabo en las escuelas primarias y secundarias es uno de los proyectos más exitosos de la DEOA. “Estamos entre los pioneros en lo que se refiere a conectar las instituciones educativas con el medio artístico. Estos han sido dos sistemas completamente separados, cada uno con sus propias inquietudes y forma de operar”, explica Wang. Es una práctica común en muchos institutos universitarios y universidades invitar a profesores visitantes u organizar programas de escritores residentes, pero algo muy raro a nivel de primaria y de secundaria. En estas últimas, las actividades artísticas son generalmente discontinuas y arcaicas, por lo que la creatividad y la sensibilidad social de un artista puede ser un complemento muy inspirador. Aunque muchos profesores optan por los antiguos patrones de enseñanza y permanecen indiferentes a este proyecto, algunos de mentalidad abierta han entablado un animado diálogo con los artistas participantes en estos programas. Los docentes se han beneficiado mucho de este intercambio, contribuyendo a forjar una relación más “artística” o creativa entre el instructor y el alumno. “Los artistas tienen una personalidad única”, dice Wang. “El contacto directo con la persona de carne y hueso es en sí muy aleccionador tanto para los estudiantes como para los profesores”.

La educación primaria y secundaria también es motivo de preocupación para Yu Sheng-tsun, ceramista y miembro del comité permanente de la Asociación de Arte y Cultura de Hsichih (HCAA, siglas en inglés). “El problema que existe en las escuelas no es la falta de hardware sino de software; en otras palabras, existe una carencia de profesores técnicos cualificados”, observa Yu. Como resultado, tomando la cerámica como ejemplo, casi todas las escuelas tienen el equipo necesario pero que no funciona porque no hay nadie capacitado para mantenerlo en buenas condiciones, aun cuando se ha invitado a profesores de fuera a dictar los cursos pertinentes. En la mañana del día de esta entrevista, Yu y otros miembros de la HCAA, incluyendo a Ho Chi-cheng y Lin Mao, visitaron una escuela primaria que posee una sala de exhibición pero que carece de los recursos para mantenerla de forma continuada y sólo se emplea para exhibiciones esporádicas. “La escuela desea sacarle provecho al lugar, y haremos lo posible por ayudar”, explica Lin. “Una parte de nuestros esfuerzos se dedica a trascender hasta el mundo artístico y cultural local”.

La HCAA fue creada en 1997, tiene su sede en el Distrito de Taipei y sus objetivos son fortalecer los lazos entre los artistas en Hsichih, aumentar sus oportunidades de observar y aprender mutuamente de sus obras, estimular la creatividad artística, promover la educación artística para adultos y ayudar a las escuelas primarias y secundarias en la enseñanza de la educación artística. “Hay muchos artistas en Hsichih que tienen sus talleres bien equipados”, dice Ho. “Lo que hicimos fue simplemente organizarnos bajo el nombre de una asociación para tratar de obtener recursos artísticos para Hsichih. Operando de manera planificada en vez de luchar como guerrilleros podemos hacernos acreedores de una mayor confianza”. La HCAA ha realizado importantes cambios en su comité, y su administración pasará de un sistema jerárquico a uno democrático, fortaleciéndose de esta forma las relaciones entre sus miembros. Además, la asociación se dividirá en grupos de acuerdo con el tipo de destreza artística --fotografía, caligrafía, cerámica, pintura, escultura, y arte tradicional. A largo plazo, cada grupo podría convertirse en una asociación autónoma.

En persecución de su objetivo de transformar el arte en una forma de vida y la vida en una forma de arte, la HCAA se ha dedicado tanto a la formación de destrezas profesionales como al mejoramiento del clima artístico entre el público general. “Queremos realizar una educación social amplia para elevar la conciencia de la gente en temas culturales y artísticos”, dice Lin; “el resultado será presionar un tanto al Gobierno, que ha venido marginando esos aspectos de la vida civil al menos en términos presupuestarios”. Lin hace notar que, aunque el presupuesto anual de Hsichih sobrepasa los NT$1.000 millones (US$30 millones), sólo NT$500.000 (US$15.000) se asignan a las actividades culturales y artísticas. Otra distribución desproporcionada de los recursos gubernamentales se da entre el Distrito de Taipei y la ciudad de Taipei, y entre la zona este y la oeste del mismo distrito. “Hay muchos museos y organizaciones educativas sociales en la ciudad de Taipei, pero no se puede encontrar ninguna sala de exhibición en buenas condiciones en Hsichih”, se queja Lin. “Nos sentimos como ciudadanos de segunda en comparación con los que viven en la ciudad de Taipei”. Respecto al Distrito de Taipei, el Gobierno ha construido centros culturales en Panchiao y Hsinchuang, ambos ubicados en la parte oeste del distrito. Lo que se sugiere, a este respecto, es que el Gobierno establezca fundaciones culturales en proporción a la población: por ejemplo, un centro cultural por cada 500.000 habitantes.

no de los proyectos que será puesto en marcha por la HCAA es la formación de guías turísticos locales. Mucha gente que vive en Hsichih se trasladó aquí desde otros lugares atraída por los bajos precios de la tierra y la facilidad de comunicación con la ciudad de Taipei. “El gran flujo de madrugadores ha provocado que las ventas de desayuno se hayan vuelto el negocio más próspero en Hsichih”, observa Lin. “Sin embargo, muchos residentes que han vivido en Hsichih durante años aún no tienen idea de cómo es el pueblo”. Ho Chi-cheng, responsable del proyecto de guías turísticos, señala que el conocimiento de la cultura e historia locales forma la base del sentimiento de orgullo e identificación de los habitantes. “En un callejón retirado puede haber algún tesoro escondido”, observa Ho. “¿Qué es arte? El arte está formado por las cosas más básicas y comunes de la vida”. La HCAA observa que debe crearse un círculo integral de vida para que los habitantes de Hsichih formen una conciencia local y encuentren un verdadero hábitat para sus vidas.

Ese sentido de vida integral también explica la meta del tratamiento médico recetado por Hung Chien-te, jefe del Departamento de Metabolismo y del Centro de Diabetes en el Hospital Municipal Yang-Ming de Taipei. En marzo de 1999, Hung inició una clase de pintura para pacientes diabéticos. El mismo es un pintor autodidacto que celebró una exhibición de sus obras el año pasado y ofrece a sus pacientes cursos gratuitos de dos horas cada miércoles por la tarde. “Trato de ofrecer un tratamiento personal completo”, dice Hung. “Lo que sufre el paciente no siempre es generado por la enfermedad misma, sino que también deriva de factores psicológicos, emocionales y sociales”.

Trabajando en un hospital municipal, Hung ha recibido a muchos pacientes con desventajas sociales y de edad avanzada que no pueden leer y nunca aprendieron a pintar, pero que responden entusiásticamente a su llamamiento: “¡Vamos a pintar!”. Muchos de ellos expresan sus sentimientos ocultos y resuelven así sus problemas emocionales. Ya no siguen obsesionados con su enfermedad física porque se les abre un inmenso terreno espiritual que explorar.

“Sólo cuando uno tiene salud mental, social y física puede estar realmente sano, y el arte puede ser la clave para la salud verdadera”, dice Hung. El psicoanálisis de Sigmund Freud parte de la observación y el tratamiento de pacientes que sufren mentalmente y de ahí pasa a la elaboración de un sistema universalmente relevante que muestra el funcionamiento de la mente humana. De la misma manera, si la enfermedad es una metáfora de la vida, entonces la terapia artística se convierte en un modelo de actividad artística que ayuda a darle forma a la manera de vivir.

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