04/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Nunca es demasiado tarde para aprender

01/03/2000
¿La meta a largo plazo? Ofrecer oportunidades educacionales a quienquiera que las necesite, con flexibilidad en cuanto al horario, asignaturas y lugar de estudio.

asper Shih, consejero en el Centro de Productividad de China, una organización especializada en elevar el nivel de las compañías, observa la difícil situación mundial en términos sencillos. Hoy día, el problema fundamental es que el ambiente ha cambiado, pero nosotros no. La gente continúa usando antiguos métodos de pensar y obrar, al tiempo que espera lograr resultados diferentes. Esto, según el libro escrito por Shih, Un siglo de cambio, es la definición de estupidez.

En un ambiente cambiante debido a la exposición ­algunos dirían exposición exagerada­ a la información tecnológica avanzada y al progreso económico, es muy difícil que una persona pueda mantenerse en la posición a la que ha llegado, y mucho más lo es avanzar. “Si no me hubiera esforzado por seguir aprendiendo, no hubiese podido sobrevivir en este negocio”, dice Hung Shang-tien, gerente del departamento de ingeniería de sistemas de Cinchy Corporation, una distribuidora de equipos de radiodifusión profesional fabricados por Sony. “Hoy día los clientes no sólo quieren mejores precios y productos de más alta calidad, sino también un buen servicio después de la compra. Cuando el cliente llama, hay que ayudarlo a resolver su problema lo más pronto posible, y eso significa que hay que estar siempre al día”.

Afortunadamente, a Hung, al menos por ahora, no le faltan oportunidades de aprender. Cursa estudios de idioma, computación y administración, organizados por su empleador junto a una universidad local. Las clases son generalmente los sábados por la tarde o por la mañana temprano antes del inicio de la jornada laboral. Este horario le viene bien a Hung y a sus colegas, porque cuanto más temprano salgan por la mañana, mucho mejor la situación del tráfico matutino, gastando menos tiempo para llegar a la oficina.

La asociación entre las empresas e instituciones académicas, fomentada por el Ministerio de Educación (MOE, siglas en inglés) como parte de su plan para transformar Taiwan en una “sociedad de aprendizaje”, ha traído como resultado que miles de empleados como Hung se estén convirtiendo en estudiantes. Esto no sólo beneficia a los empleados. “En los últimos años, el MOE ha estado animando a las escuelas a poner sus aulas, currículo y personal docente, a la disposición del público”, dice Yang Yu-hui, quien trabaja en el departamento de educación social del ministerio. “Estamos convencidos de que las universidades con recursos sustanciales a su disposición tienen la obligación moral de servir a sus comunidades, satisfaciendo la creciente demanda del público de fomentar la educación”.

El anteproyecto del plan para mejorar el nivel educativo de la sociedad está plasmado en un libro blanco de 1998 publicado por el MOE. El documento titulado “Marchando hacia una sociedad de aprendizaje”, enumera una serie de medidas para lograr el ideal de la educación para adultos, tales como la promoción de organizaciones educativas en las empresas, institutos correccionales, agencias gubernamentales y comunidades; la creación de un sistema educativo continuo; la integración total de los materiales de estudio; el desarrollo del concepto de aprendizaje continuo; y la diversificación de los canales de ingreso escolar. Otras medidas propuestas aluden al establecimiento de centros educativos para adultos y la revisión de la certificación de los logros académicos.

El proyecto aún está en su primera etapa; sin embargo, no hay duda de que el MOE está comprometido con este objetivo. Entre este año y 2003, asumiendo que el Legislativo apruebe su presupuesto, el MOE pretende gastar NT$3.390 millones (US$105,9 millones) en el proyecto. A pesar de que queda por ver si esta cifra sobrevive los ajustes presupuestarios precisados a causa del terremoto del 21 de septiembre, ya el ministerio está cooperando con el sector privado y diversas fundaciones educativas y culturales en el desarrollo de actividades de aprendizaje. Si todo sale como fue planeado, otras agencias del Gobierno Central, y todas las de los gobiernos locales, idearán programas de formación continua relacionados con sus respectivas funciones.

Nunca es demasiado tarde para aprender

Entre este año y 2003, el Ministerio de Educación proyecta gastar US$105,9 millones en su plan de educación para adultos.

Son tantas las aspiraciones futuras, pero ¿qué ha logrado hasta ahora el Gobierno? Se terminó de redactar el estatuto que reglamenta la creación de centros educativos para adultos. También se aumentó el presupuesto para la promoción del concepto de educación para adultos en las instituciones educativas nacionales. Y se diseñaron incentivos, incluyendo la asistencia financiera para la compra de implementos necesarios y un proyecto de premiación, este último tendrá el objetivo de estimular la creación de instituciones escolares privadas. Además, se ha tratado de transmitir este mensaje a través de actividades promocionales, tales como anuncios de televisión y páginas web en Internet. En total, el MOE gastó NT$200 millones (US$6,25 millones) en proyectos durante el año fiscal 1998-99.

Una importante restricción de la que los autores del libro blanco están al tanto, es que no se puede aplicar los métodos de educación convencional a este nuevo y floreciente sector. Se deben realizar ciertos ajustes. Para conseguir ese fin, el MOE ha anulado reglamentaciones pertinentes al número de clases que pueden abrirse, y al número de matriculados en cada clase. Asimismo, ha flexibilizado algunas de las reglas relacionadas con la matrícula y los requisitos para enseñar. Por ejemplo, muchos profesores universitarios ganan actualmente cerca de NT$7-800 (US$21,90-25) por hora durante las horas laborales normales, pero las instituciones académicas tienen ahora la libertad de pagar sumas más altas por las clases para adultos, que normalmente se realizan fuera del horario regular, y entre los profesores es común negociar la hora de clase por NT$1.000 (US$31,25).

Lo mismo ocurre con los requisitos de aptitud profesional: sólo a un tercio de los instructores que participan en programas de educación para adultos se les exige tener certificado de profesor de jornada completa. El resto puede ser de jornada parcial, o incluso personas con ciertas habilidades especiales. “Darles mayor libertad a las escuelas es una forma de estimularlas a brindar a la sociedad, como un todo, más oportunidades educativas fuera del campus”, señala Yang.

l ministro de educación, Kirby Yung, es un entusiasta defensor de la educación para adultos. El indica que el ejército solía ser el mejor indicador del poderío de un país, pero hoy día el nivel de educación, junto al desarrollo económico, son los mejores indicadores. “Si en un país, cada ciudadano posee una perspectiva mundial, además de capacidad para producir, seguramente que ese país también tendrá un alto nivel de competitividad”, dice él. “Por ese motivo, la promoción de la educación para adultos es necesaria para acelerar el desarrollo personal, y creo que esto va a convertirse en una tendencia a nivel mundial”.

Yung ha viajado por toda la isla, realizando una serie de estudios, que lo han convencido de que el público general tiene gran deseo y disposición para aprender. Por desgracia, mucha gente, a causa del trabajo y otros compromisos, carece de tiempo para estudiar. Otra dificultad que señala Yung se refiere al Examen Conjunto para Ingresar a la Universidad, una prueba eliminatoria que abre las puertas a la educación superior. Muchos estudiantes piensan que si no pasan este examen, pierden todas las esperanzas, causándole mucha preocupación a la mayoría de los estudiantes de secundaria superior. “Si hubieran suficientes alternativas, los estudiantes podrían relajarse un poco, porque aunque no puedan obtener un cupo universitario, aún tienen otras opciones para proseguir sus estudios en el futuro”, dice Yung.

Nunca es demasiado tarde para aprender

Sólo a un tercio de los profesores de cursos para adultos se les exige tener certificado de profesor de jornada completa. El resto puede ser de jornada parcial, o incluso personas con ciertas destrezas especiales.

El principal objetivo de la educación para adultos, según la opinión del Ministro, es ofrecer la oportunidad de estudiar a quienquiera que la necesite, con la máxima flexibilidad en cuanto al horario de estudios, selección de asignaturas, y lugar de estudios. Yung desea eliminar el temor de regresar a la escuela: ir a un aula de clases a horas fijas para aprender materias regulares. Las investigaciones muestran que, una vez apaciguados estos temores, la gente comienza a interesarse en una asombrosa y extensa gama de temas. Aparte de los cursos que podrían considerarse como regulares, tales como inglés, computación, administración, y finanzas personales, es ahora posible, en Taiwan, hallar cursos de español, francés, ingeniería civil, asuntos de China continental, bienes raíces, planificación y diseño de redes, relaciones públicas, impuestos y contabilidad, y muchísimos más.

Claro que una moneda tiene dos caras. Una cosa es convencer a la gente de los aspectos positivos del mejoramiento personal, y la otra, es incorporar a esta misión a los docentes que son los encargados de educar. Por ello, el MOE está tratando de implantar esta iniciativa en las escuelas y universidades ya establecidas. En general, la idea es facilitar la creación de un sistema educativo “secundario” que funcione paralelamente con el sistema formal, y la estrategia del Gobierno se divide en dos: brindar cursos especializados de formación-trabajo para la gente que trabaja, y programas avanzados para el personal docente.

¿Hasta qué punto, pues, está el sector educativo dispuesto a ayudar al Gobierno a llevar a cabo sus promesas? Hu Meng-ching, director del Centro de Educación Continua y para Adultos de la Universidad Nacional Chung Cheng, en la ciudad sureña de Chiayi, es un académico totalmente convencido de que la promoción de la educación para adultos por parte del MOE va por el camino correcto. Hu le da el visto bueno a la idea de que las universidades deberían admitir a los adultos que años antes dejaron las aulas, para que puedan adquirir las destrezas necesarias que les permitirían avanzar en sus carreras. “Durante muchísimos años, las universidades fueron solamente instituciones de enseñanza e investigación, pero ahora tienen que ser mucho más que eso”, dice él, haciendo eco de la opinión de Yang Yu-hui: “Las universidades necesitan diversificar sus funciones”.

Incluso antes de la publicación del reciente libro blanco, el MOE tenía un plan para el desarrollo y el mejoramiento de la educación para adultos, y fue en respuesta a este plan que, en 1991, la universidad donde Hu trabaja estableció el Centro de Educación Continua y para Adultos. Dos años más tarde, la institución creó el Instituto de Posgrado de Educación Continua y para Adultos. El centro prepara a los futuros docentes, y su objetivo fundamental es “educar a los educadores”. El programa de doctorado se inició en 1998, y el de licenciatura ha sido planeado para el próximo año. “El objetivo del instituto es contribuir con la educación para adultos en Taiwan, mediante la formación de profesionales en áreas tales como aplicación, administración e investigación de la teoría y práctica de la educación para adultos”, explica Hu. “Además, otra función del instituto es ofrecer asesoramiento sobre el futuro de la educación para adultos en las comunidades”.

Por otra parte, el centro ya ha abierto cincuenta y dos clases, con crédito y sin crédito, y está atrayendo a estudiantes a razón de 1.000 por año. La mayoría de ellos tiene entre treinta y cuarenta y tantos años, y sus experiencias son diferentes: comerciantes, funcionarios, amas de casa y ancianos. Las instalaciones de formación a distancia y banco de datos en red son los aspectos clave de los diversos programas. “Antes de decidir el currículo definitivo, llevamos a cabo encuestas detalladas para averiguar lo que la gente realmente necesitaba”, dice Hu. La institución ya tiene planes para promover sus cursos en nuevas áreas, tales como bases militares y empresas. En la actualidad casi la mitad de todo el personal docente de esta institución, aproximadamente cuatrocientos, dicta clases para adultos, aparte de sus cursos regulares.

in duda, ellos están haciendo lo correcto. Chen Hui-cheng, jefe de sección en el Buró de Educación del Gobierno de la Ciudad de Kaohsiung, está actualmente cursando estudios de maestría en el Instituto de Posgrado de Educación Continua y para Adultos de la Universidad Nacional Chung Cheng. Cada semana se toma libre dos días de su trabajo, y conduce dos horas para ir a su clase, lo que significa que después deberá trabajar muchas horas extras. ¿Vale la pena? Definitivamente que sí. “Con dos hijos pequeños y un trabajo exigente, no se me hace fácil hallar tiempo para estudiar”, confiesa. “Pero lo he hecho durante tres años, y no me arrepiento. He aprendido mucho de los profesores y del intercambio de experiencias con otros compañeros del curso. Me ha ayudado a resolver muchos problemas de trabajo, y ahora soy mucho más competente”.

Lin Sa-chin, alumna del mismo curso, es igual de positiva. Trabaja como orientadora estudiantil en una escuela primaria en Chiayi, y tiene hijos. “Hay que preguntarse a sí misma qué es lo que uno quiere de la vida”, dice ella. “Para mí, el aprendizaje no sólo contribuye a mi desarrollo personal, sino que es un verdadero placer. Puedo usar lo que aprendo aquí en mi trabajo, cuando educo a mis hijos, e incluso me ha ayudado a llevarme mejor con mi esposo. ¿Educación para adultos? Estoy completamente a favor”.

Pero no solamente se benefician los estudiantes. Otra ventaja, según Hu, es que muchos de los conceptos y métodos innovadores sobre educación para adultos, que están llegando a Taiwan, tendrán seguramente un impacto significativo en el sistema educativo regular de la isla. Cita algunos ejemplos: En el futuro, los currículos serán diseñados de una manera más flexible a fin de satisfacer las demandas de tiempo y trabajo de los estudiantes. Los canales de admisión se volverán más diversificados para dar entrada a estudiantes adultos sin necesidad de participar en exámenes. La estructura del alumnado de la isla experimentará seguramente un cambio radical, con menos jóvenes recién graduados de secundaria superior y, en cambio, más adultos, en particular aquéllos que integran la fuerza laboral de la isla y que se reintegran al sistema educativo ­un cambio que colocaría a Taiwan al mismo nivel de países como Estados Unidos, donde la mayoría de las oportunidades de educación continua son aprovechadas más por los adultos que por los jóvenes.

Si el alumnado cambia, los métodos de enseñanza también cambiarán por completo. El avance continuo provocará que la tecnología a base de información, tales como aprendizaje a distancia, redes, programas de realidad virtual y teleconferencia, ocupen un lugar importante en el sistema de educación “secundario”. Asimismo, los profesores tendrán que ajustar sus actitudes, métodos, y materiales, especialmente al tener por alumnos a trabajadores adultos y ancianos.

A Hu Meng-ching le complace la manera como el MOE ha trazado medidas concretas para transformar Taiwan en una sociedad de aprendizaje, mediante el contacto con familias, empresas, e incluso instituciones como estaciones de policía, hospitales y prisiones. Se cuestiona, sin embargo, si estos nobles ideales podrán hacerse realidad ­y cuándo. “El problema principal del Gobierno es que las buenas políticas llegan a su fin apenas cambia el personal”, dice él. “Este año tenemos la luz verde para un proyecto particular, pero el próximo, el presupuesto es reducido y todo debe suspenderse”.

Se ha llegado al punto en que casi todos los principales institutos universitarios y universidades de Taiwan ofrecen cursos para adultos, con crédito o sin crédito, y el número de estudiantes que se matricula va en alza. Una de las historias más famosas es la de la Universidad Tamkang. Desde que la universidad, en 1969, estableció su Centro de Servicio Público, donde se ofrecen cursos sin créditos, esta casa de estudios ha realizado muchos esfuerzos por mantenerse al día con los cambios en la sociedad, ofreciendo servicios de orientación a departamentos de otras universidades, organizaciones empresariales y particulares. Un importante adelanto ocurrió en 1987, cuando Tamkang creó su Centro de Educación para Adultos que ofrece cursos con créditos. “La principal función de la educación para adultos es fomentar la interacción entre las instituciones escolares y la comunidad empresarial”, dice Duke Lee, director del Centro de Servicio Público. “Sirve de enlace, y crea una situación provechosa para ambas partes”.

Lee explica su opinión haciendo referencia a casos en que profesores han sido contratados por compañías para resolver problemas tecnológicos y han vuelto a la universidad dotados con información práctica que pueden discutir con sus estudiantes. Todo el mundo se beneficia: la compañía haya soluciones para sus problemas particulares mientras que los estudiantes adquieren más conocimientos sobre las operaciones prácticas y la administración comercial. “Hace veinte años, las empresas de Taiwan no sabían ni se interesaban mucho por las teorías administrativas o el control de calidad”, dice Lee. “Sin embargo, hoy día casi todos los administradores están al tanto de su importancia, y eso es, en gran medida, gracias a la educación para adultos”.

Tamkang ejecuta una agresiva política de promoción, enfatizando la importancia de llevarle a la gente el mensaje, tanto a sus trabajos como a sus casas. Actualmente, esta escuela ofrece cursos en Taoyuan, Hsinchu, Taichung, Kaohsiung, y en Taipei. Se dictan clases en lugares muy diversos, tales como parques industriales, oficinas gubernamentales y estaciones de bomberos.

El Centro de Servicio Público evaluó recientemente sus operaciones y decidió organizar giras de estudio al extranjero, al mismo tiempo que puso más énfasis en actividades prácticas de todo tipo. Esta ha resultado ser una estrategia muy popular. En 1998, el centro dictó 294 clases, que atrajeron a más de 5.000 estudiantes; en cambio, en 1996, se ofrecieron sólo 194 clases, y se matricularon menos de 3.000 estudiantes.

l igual que muchas otras instituciones, Tamkang tiene un serio problema de espacio. En la actualidad, todas las treinta aulas del edificio de cinco pisos que comparten ambos centros, el de servicio público y el de educación para adultos, están reservadas. “El problema actual no es cómo atraer a más estudiantes, sino cómo dar cabida a los que desean inscribirse en los cursos”, dice Lu Ching-tang, asesor en el Centro de Educación para Adultos. “Es un claro indicador de que mucha más gente está tomando conciencia de la importancia de la educación para adultos”.

Lu sabe que si se quiere alcanzar el éxito de los centros educativos de otros países, como por ejemplo EE UU, donde se ofrecen cientos de cursos para adultos ­desde actividades de campamento hasta idiomas­ para grupos de diferentes edades, las autoridades tendrán que idear alguna manera para superar los obstáculos. “Debería parecerse a un restaurante”, dice Lu. “Los estudiantes nos dicen qué comida quieren, y nosotros preparamos cada plato según el pedido. Podemos añadir un poco de sazón, por ejemplo, ofreciendo cursos obligatorios de computación e inglés. De esta manera, nuestras clases enseñarán nuevos conocimientos a los estudiantes, y al mismo tiempo, los capacitarán mejor para administrar sus propios negocios”.

El Centro de Educación para Adultos ofrece cursos con créditos en publicidad, corretaje de bienes raíces, administración comercial, idiomas, administración financiera, relaciones públicas y topografía. El número de estudiantes inscritos está alrededor de los 2.000, en comparación con los 900 que había en 1995. Los ingresos van también en aumento de NT$30 millones (US$937.500) en 1995 a NT$120 millones (US$3,75 millones) en la actualidad.

Stuart Hill tiene experiencia en educación para adultos tanto en Taiwan como en Australia, actualmente estudia mandarín en el Centro de Servicio Público. “Los materiales de enseñanza son bastante interesantes, y los métodos, muy animados”, dice él. “Como las clases son pequeñas, me brindan la oportunidad para dominar mejor el uso profesional del idioma”. Antes de venir a Taiwan, Hill asistía a la universidad en su país. “Muchos de mis condiscípulos tenían entre cincuenta y sesenta años”, recuerda. “¿Por qué estaban allí? Porque creían en la educación para adultos, y deseaban reforzar sus conocimientos de alguna manera. Además, ellos también tenían otros motivos: ampliar sus perspectivas de empleo, interés personal o prepararse para viajar al extranjero. Nunca se es demasiado viejo para aprender”.

Wilson Kuo, director de Cinchy Corporation estaría de acuerdo con eso. Kuo enfatiza la importancia de formar continuamente al personal, sobre todo ahora que el ambiente de negocios es cada vez más desafiante. “El aprendizaje continuo es un requisito necesario para mantener la competitividad personal y desarrollar destrezas”, dice él. “La promoción de la educación para adultos es una estrategia gubernamental adecuada”. Estas no son frases sin sentido: la compañía de Kuo apoya totalmente a los empleados que optan por proseguir sus estudios, ofreciéndoles aumentos de sueldo y promociones a quienes eleven su nivel de conocimientos tecnológicos.

“Hemos también notado los beneficios de la cooperación recíproca”, dice Kuo. “Los instructores de jornada parcial llegan a un acuerdo sobre qué tipo de conocimiento se necesita en nuestra empresa, y usan estos datos para decidir los currículos de las instituciones donde trabajan a tiempo completo. El resultado es que estas instituciones están comenzando a formar los recursos humanos que realmente necesita el sector comercial. El éxito de la educación regular se mide en base a la calidad de los graduados que produce. Si las empresas los contratan rápidamente, significa que su educación ha sido un éxito”. Asimismo, Kuo agrega que el número de graduados universitarios ha ido aumentado continuamente, pero no así su calidad. Esta tendencia debe cambiarse.

La necesidad de progresar no tiene límite. Kirby Yung, ministro de educación, asevera que él no está satisfecho con las oportunidades educacionales disponibles hoy día para el público. Además, diversos asuntos adicionales no han sido aún solucionados, un ejemplo es la certificación de créditos, que permitiría que los créditos obtenidos en los cursos para adultos sean reconocidos por las instituciones académicas si la persona desea reincorporarse al sistema de educación formal. “Falta mucho camino por recorrer antes de que alcancemos la meta de convertir Taiwan en una sociedad de aprendizaje ­un lugar donde cada persona pueda aprender lo que quiera, cuandoquiera y dondequiera”, dice. “Lo que puedo afirmar es que existe esta tendencia y cada vez es más fuerte”.

Así como Casper Shih, el ministro de educación de la República de China, Kirby Yung, describe los futuros desarrollos en términos relativamente sencillos: Mientras el Gobierno y el sector privado mantengan su respaldo, más y más personas entusiastas seguirán la ruta de la educación para adultos, lo que supone resultados positivos para el desarrollo profesional de cada ciudadano y para la competitividad nacional en general. Dicho así, todo parece muy simple, pero sólo el tiempo dirá lo que ocurrirá en el futuro.

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