04/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Las chicas del desfile

01/06/2005
La Banda de Marcha de la Primera Escuela de Bachillerato de Chicas de Taipei celebró su 100º aniversario en 2003.

Multitudes de personas se aglomeraban a los lados del Bulevar Colorado, aplaudiendo las carrozas, las bandas y las unidades ecuestres que marchaban a lo largo de la vía. Los vítores de los taiwaneses de ultramar se convirtieron en fragor cuando el equipo femenino de Taiwan formado por una banda de marcha, guardia de honor y guardia de banderas hicieron su aparición en el Desfile Rose Bowl en Pasadena, Los Angeles, que se celebra anualmente el primer día del año.

Las chicas, quienes por lo general siempre llaman la atención, eran todas de la Primera Escuela de Bachillerato para Chicas de Taipei, que celebró su 100º aniversario en 2003. Chiang Bang-zu, el instructor de la escuela responsable actualmente de la administración de la banda de marcha, está feliz con el resultado. “La habilidad de las chicas para hacer todo el recorrido del desfile, impresionó realmente al público porque es muy largo, alrededor de 8,8 kilómetros”, dice.

Este año, la banda de la escuela y una aerolínea taiwanesa fueron los únicos grupos de Asia que participaron en el evento, que se remonta al año 1890. Además de las multitudes de personas que participaron en el desfile, muchos más vieron el evento de dos horas por televisión en 28 países.

En realidad, la banda de marcha ya había actuado tres veces antes del Día de Año Nuevo, incluyendo una vez en Disneyland. “La primera aparición en el Colegio de Pasadena City provocó aplausos desde el comienzo hasta el final”, dice Chiang. El público quedó extasiado con la guardia de honor, cuando sus miembros lanzaban hábilmente sus rifles al aire y los cogían con aplomo”.

Chuang Jung, la líder de la guardia de honor, está orgullosa del regreso de la banda de marcha al evento de Los Angeles, donde hizo su debut en 1996. “Las alumnas de nuestra escuela vinieron a vernos. Ellas dijeron que sobresalimos entre los otros equipos gracias a nuestra precisión y ejecución”, dice ella, “y resaltamos debido a nuestra juventud, estilo vibrante y nuestras sonrisas encantadoras”.

El clima frío —alrededor de los 8 grados centígrados— dice Chuang era una gran preocupación para ella y sus compañeras, ya que tuvieron que usar minifaldas durante todo el desfile.

Pero las chicas estaban preparadas para el evento sin importar qué tipo de clima hubiese. Según Chiang, las chicas comenzaron a dedicar tiempo extra a las prácticas para el desfile desde el pasado octubre. Al final de la sesión de entrenamiento, tuvieron que marchar y actuar sin descanso durante dos horas y media con todas las insignias. “A algunas les salieron ampollas en los talones”, dice Chiang. “Gracias al entrenamiento, lograron culminar la ruta del Desfile Rose Bowl más pronto de lo esperado”.

El reconocimiento que se les brindó a estas chicas en Los Angeles se debió en gran parte a su entrenamiento regular también —durante la semana escolar, ellas practican los sábados por la mañana, y los martes por la tarde; durante las vacaciones de verano e invierno, tienen que ir a la escuela en los días de semana para prácticas de cuatro horas diarias. “Entrenamos manteniéndonos de pie en el mismo sitio durante dos horas, mientras practicamos destrezas de rifle”, dice Chuang. Algunas veces las chicas se golpean con sus propios rifles o el de sus compañeras. Como miembros de la banda, ellas tienen que correr en la pista alrededor del campus —algunas veces más de dos kilómetros seguidos— porque como músicos deben mejorar su capacidad pulmonar. La guardia de banderas se centra en coordinar sus destrezas con la bandera.

Yang Hsien-to, el instructor de la guardia de honor, cree que la disciplina estricta es lo que mantiene al equipo en buenas condiciones físicas y le da su competitividad. “La falta de disciplina significa la muerte de un equipo”, dice un ex instructor de la Guardia de Honor de las Fuerzas Armadas. Después de preparar tantas estudiantes desde que se creó la guardia de honor, Yang está satisfecho con las chicas que ha entrenado. “Las integrantes de más antigüedad son bastante estrictas con las recién llegadas. Ellas son suficientemente duras, por eso yo no lo soy tanto. De lo contrario, las recién llegadas la pasarían verdaderamente mal”, dice el ex instructor de 71 años de edad.

De hecho, el trabajo arduo produce buenas ganancias. Este equipo, de una de las principales escuelas de bachillerato de Taiwan, es muy conocido. Establecidas en 1959 y en 1963, respectivamente, la banda y la guardia de honor han participado en muchos desfiles del Día Nacional de Taiwan, y han sido invitadas a actuar en actividades tanto en el país como el extranjero. “Pero no aceptamos actuaciones remuneradas. Las chicas ya están demasiado ocupadas con sus tareas escolares”, dice Yang. La guardia de banderas fue agregada a estos dos grupos en 1998, mejorando aún más el equipo.

Asimismo, ser parte de la banda de marcha va mucho más allá que ser parte de un equipo. “Decidí incorporarme a la banda cuando vi que mis compañeras de años superiores llamaban tanto la atención. Eso hace que el duro entrenamiento valga la pena”, dice Cheng Yu-tien, la conductora de la banda. Para Chuang, participar en la guardia de honor es una buena elección porque es un reto para ella. “El entrenamiento es fatigoso, pero aún así tengo que cumplir con mis tareas escolares al mismo tiempo. Entonces, estoy aprendiendo a manejar la presión y organizar mi tiempo con más eficiencia, lo que me será muy útil después de terminar la escuela y tenga que enfrentar retos más difíciles”.

Hoy, la banda de marcha, que no sólo ha elevado el prestigio de una escuela ya famosa, sino que también ha mejorado la imagen de Taiwan en el extranjero, es la más famosa y grande de su tipo. Según Chiang, siempre hay dos equipos. El equipo junior consiste de miembros del primer año de bachillerato, y el equipo mayor está formado por estudiantes del segundo año. A excepción de las chicas voluntarias, la escuela selecciona posibles miembros de la banda y guardia de honor dependiendo de su actuación académica; sin embargo, la guardia de honor exige un requisito adicional de que sus miembros deben tener una altura mínima de 155 centímetros. Las candidatas pasan cierto tiempo entrenando antes de avanzar al segundo año.

Entretanto, las estudiantes pueden libremente participar en la guardia de banderas, sin tener que satisfacer los estándares exigidos por la banda o la guardia de honor. En la actualidad, hay 177 miembros en el equipo mayor de la banda de marcha, con 82 en la banda, 80 en la guardia de honor y 15 en la guardia de banderas. Mientras que el equipo junior está en la etapa de entrenamiento, el equipo mayor actúa en público.

Pero a Chiang le preocupa que cada vez menos estudiantes están interesadas en participar en el equipo, y la escuela tomó como medida reducir los estándares para la selección de las integrantes del equipo. “En el pasado, la altura promedio de las chicas era mayor, y solamente las mejores estudiantes podían participar en la banda y en la guardia de honor”, dice.

Según Yang, la mayoría de las bandas de marcha estudiantiles de Taiwan se han reducido en tamaño o bajado su calidad. Algunas escuelas han dejado de organizar una guardia de honor, aunque mantienen sus bandas.

Chuang Jung piensa que la falta de interés se debe en gran parte a una vida de campus más colorida. “La banda de marcha era más atractiva para los estudiantes porque había pocas actividades extracurriculares disponibles. Pero ahora, tienen una amplia selección, y en comparación con otros clubes estudiantiles, se necesita un mayor compromiso para permanecer en el equipo”, dice. “Muchas abandonan la banda antes de darse cuenta que puede ser una experiencia valiosa”.

Chiang dice que en 2003, la guardia de honor junior tenía alrededor de 180 miembros, pero el año pasado menos de la mitad decidió participar en el equipo mayor. Antes la guardia de honor mayor contaba con 122 miembros.

No es sorpresa que las estudiantes y sus padres están preocupados de que la devoción a la banda pueda distraer a las estudiantes de sus tareas académicas. “Mi madre se preocupa por mi desempeño escolar. Ella no quiere que gaste tanto tiempo en actividades extracurriculares”, dice Wu Ting-hua, líder de la guardia de banderas. “Pero ya he comenzado, y voy a seguir”. Sin embargo, la mayoría de las otras adolescentes no tienen la misma determinación cuando se dan cuenta que tienen que sacrificar sus días feriados para entrenar, y que las prácticas pueden tomar parte del tiempo que podría dedicarse a preparar los rigurosos exámenes para entrar a la universidad.

Pero la banda de marcha de la escuela todavía tiene razón para creer en su futuro. Para Yang, quien enfatiza que la calidad importa más que la cantidad, “la guardia de honor puede mantener su buen nombre incluso si el número de integrantes disminuye a 60”.

No parece que la banda de marcha vaya a desaparecer, principalmente porque ha desarrollado un patrimonio que es compartido por todos los que van a esta escuela. Algunas ex integrantes, según Yang, sienten nostalgia de la época en la que pertenecían a la banda de marcha, y algunas veces vuelven a su alma máter para verlo a él y a las chicas de la nueva generación. Hace un par de años, 12 ex miembros de la guardia de honor ya cincuentonas desempolvaron sus rifles, y pasaron más de un mes practicando las destrezas que aprendieron en su juventud. “Ellas son como niñas jugando”, dice Yang de estas mujeres que volvieron a sus tiempos de jovencitas para actuar en público en dos ocasiones, incluyendo la reunión de su promoción.

Es el patrimonio de la banda de marcha —la cual inculca la disciplina y el orgullo en los logros personales— lo que atrae a las alumnas y nuevas integrantes. Aunque las chicas entrenaron duro para el Desfile Rose Bowl, es su actuación y compromiso los que atraerán a la próxima generación.

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