05/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Apoyo para la salud

01/04/2005
En una videoconferencia celebrada a principios de marzo de este año con los miembros del Parlamento Europeo, el presidente Chen Shui-bian expuso el asunto de la propuesta de Taiwan para asegurar la calidad de observador en la Asamblea Mundial de la Salud (AMS), la reunión anual de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En su discurso de inauguración, Chen indicó el costo que pagaron los taiwaneses durante la epidemia del Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SRAG) -más de 70 fallecidos- por estar excluidos de la red de asistencia sanitaria internacional. “Espero que nuestros amigos en la Unión Europea (EU, siglas en inglés) den la cara por Taiwan en la AMS de este año”, dijo Chen, “y pongan a un lado cualquier interferencia política”.

Taiwan está buscando la calidad de observador en la AMS, después de desistir de la calidad de miembro de la OMS como consecuencia de su retiro en 1971 de las Naciones Unidas. La AMS ha permitido en el pasado que varios observadores participen en las actividades del órgano directivo de mayor rango de la OMS, incluyendo la Orden de Malta, el Vaticano y la Organización de Liberación Palestina. Esta meta se haría realidad mediante la invitación del secretario general de la OMS o del voto general de sus estados miembros. Sin embargo, ambos métodos han fracasado desde su instigación en 1997 debido a la oposición de Pekín. Entretanto, los aliados de Taiwan han continuado presentando propuestas a la AMS para que se reconozca internacionalmente el país como una parte natural e integral del sistema de salud global.

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Wu Nan-her: “China nos sigue negando la oportunidad de participar en la red mundial de la salud”.

Cada mayo, cuando se celebra la AMS en Ginebra, los grupos médicos, intelectuales y políticos de Taiwan viajan a Suiza para promover la participación como observador de Taiwan. Wu Nan-her, ginecólogo y gerontólogo, ha participado en estos esfuerzos en ocasiones anteriores. Este año, como Presidente de la Asociación de Médicos de Taiwan, Wu organizará una campaña aún más intensa durante el evento. Wu dice que un mayor número de médicos sabe que Taiwan ya no puede darse el lujo de permanecer aislado de la comunidad médica internacional. “Ellos están reconociendo esto, no sólo por alcanzar la noble causa del país y su pueblo, sino también por sus propias convicciones”, dice él. “Sólo hay que ver la epidemia del SRAG, una enfermedad que causó la pérdida de vidas de doctores y enfermeras”.

El primer caso de SRAG en Taiwan fue reportado a principios de marzo de 2003. Los funcionarios solicitaron inmediatamente la asistencia de la OMS, pero la organización no envió ningún representante hasta dos meses después que comenzara la primera transmisión de SRAG dentro de un hospital en Taipei. El representante de China dijo en la AMS del 2003, que ha ayudado a Taiwan a obtener toda la información relevante y asistencia de la OMS. “Esta gran mentira salió a la luz por el simple hecho de que ellos siguen negándonos la oportunidad de participar en la red internacional de cuidados médicos”.

A pesar de las rondas usuales de aplausos que siguieron los discursos de los aliados de Taiwan en la AMS en apoyo de la inclusión del país en la OMS, el representante de Pekín, al hablar contra la calidad de Taiwan, logra una respuesta más decisiva. “Es una lucha entre la política verdadera y la política moral”, dice Maysing Yang, presidenta del Comité de Planificación e Investigación del Ministerio de Relaciones Exteriores (MOFA, siglas en inglés). “La diplomacia surge de las necesidades del pueblo, y las necesidades de la salud de los ciudadanos taiwaneses han creado un motivo moral para nuestra propuesta de participar en la OMS”.

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Cada mayo, activistas de los sectores público y privado viajan a Ginebra para promover la propuesta de participación de Taiwan en la OMS.

Por ejemplo, en la comunidad médica internacional, el apoyo es casi absoluto. Entre los principales grupos médicos internacionales, tales como la Asociación Mundial de Medicina, el Consejo Internacional de Enfermeras y la Federación Internacional de Farmacia, hay poco debate sobre la participación de Taiwan en la OMS. Los representantes de esos grupos han enviado cartas a la OMS o emitido notas de prensa en apoyo de la participación de Taiwan en calidad de observador en la AMS. “El sector médico ha utilizado casi todo los medios disponibles para contribuir a esta causa”, dice Deng Jou-fang, presidente de la Alianza Médica Internacional de Taiwan establecida en 2001. “Ahora es el momento de trabajar activamente en los campos diplomático y político”.

Debido parcialmente a su arrollador tono moral, aún la situación política real ha sido significativamente positiva en los últimos años. El año pasado, el Senado y la Casa de Representantes Estadounidenses aprobaron leyes, luego firmadas por el presidente estadounidense George W. Bush, que solicitaban la participación de Taiwan en la OMS. El Secretario de Estado debe presentar un informe anual al Congreso sobre los esfuerzos del poder ejecutivo para apoyar la participación de Taiwan en las organizaciones internacionales, en particular la OMS. Además, el Jefe del Departamento de Sanidad y Servicios Humanos de Estados Unidos y el Ministro de Sanidad japonés han expresado de manera oficial su apoyo a la nación.

“Ahora nuestra prioridad es garantizar el apoyo claramente pronunciado de la Unión Europea”, dice Deng. El especialista de control de tóxicos fue uno de los primeros activistas en hacer campaña por la participación de Taiwan en la AMS. Ahora, él está ocupado tratando de dar a conocer la causa en los países miembros de la AMS, un trabajo que él cree es más fundamental que ir a Ginebra todos los años en mayo. “Todas las decisiones importantes se realizan en las discusiones y negociaciones antes de la reunión”, dice Deng. Durante la mayoría de sus visitas europeas, él se centra en los políticos, los funcionarios encargados de los asuntos exteriores y sobre salud, los parlamentarios, e igualmente, los grupos médicos. “Es un proceso lento y acumulativo en el que tratamos de conversar con cada representante individual de los estados miembros de la Unión Europea”, dice él.

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Los servicios médicos y farmacéuticos están ya disponibles para casi todos en Taiwan.

Esos esfuerzos parecen que están dando buenos resultados. En febrero de este año, con el apoyo de varios países de la Unión Europea, Estados Unidos y Japón, el Grupo de Trabajo Intergubernamental de la OMS revisó las Reglamentaciones Internacionales sobre la Salud, la estructura legal fundamental de la OMS, para el control de enfermedades infecciosas en el mundo. A pesar de la severa oposición de la delegación china, las reglamentaciones fueron enmendadas a fin de ser implementadas con todo el respeto para “todas las personas” bajo el principio de “aplicación universal”. Aunque la revisión no mencionó ningún país, sentó claramente la base legal para que Taiwan tenga un lugar en el sistema mundial de salud. “Quizás, éste sea el mayor avance de nuestros esfuerzos hasta ahora”, dice Jieh Wen-chieh, subdirector del Departamento de Organizaciones Internacionales del MOFA. “Tal progreso es un punto decisivo”.

El mayor apoyo de la comunidad internacional es un paso natural porque la buena salud es un derecho humano básico, dice Hou Sheng-mou, ministro del Departamento de Salud (DOH, siglas en inglés). Sin el acceso directo a la información y los recursos en la red de asistencia sanitaria mundial, Taiwan ha tenido que luchar epidemias por su propia cuenta. Además de la tragedia del SRAG, en 1998, el enterovirus 71 comenzó a aparecer alrededor de la isla y la epidemia terminó sólo después que 70 niños habían perdido la vida, y más de 1.000 se infectaron. La asistencia extranjera fue ofrecida, pero muy tardía e indirecta a través de canales privados. “La OMS consagra en su carta el objetivo de lograr el mayor nivel posible de salud para toda la gente”, dice Hou, miembro del comité formado en 2001 con el fin de promover la causa de Taiwan. “Entonces, la OMS no tiene razón de ignorar la salud de los 23 millones de ciudadanos de Taiwan, una población aún mayor que la de los tres cuartos de los estados miembro de la OMS”.

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Maysing Yang: “Es una lucha entre la política real y la política moral”.

Además, la exclusión de Taiwan de la organización mundial no permite al mundo beneficiarse de los avances médicos del país. Además de tener una de las esperanzas de vida más altas en Asia, Taiwan ha erradicado con éxito enfermedades tales como la plaga bubónica, cólera, viruela y el polio. Su programa para controlar el contagio de hepatitis B desde mediados de los años ochenta es también considerado un paso importante. En 1984, Taiwan se convirtió en la primera nación en el mundo en implementar un programa de inmunización contra la hepatitis B, que ofrece vacunación gratuita para los niños. En consecuencia, el índice de cáncer de hígado ha disminuido en gran medida.

El país está especialmente orgulloso de su programa de Seguro Nacional de Salud, que se inició en 1995. Su alta cobertura (más del 95 por ciento del total de la población) y sus bajos costos han contado con el apoyo del público desde sus comienzos. Cada año, docenas de países envían delegados a Taiwan para evaluar el sistema del Seguro Nacional de Salud. La OMS podría ser el vehículo perfecto para que Taiwan comparta su conocimiento sobre este programa fundamental. El país también desea compartir su experiencia de construir un sistema de salud electrónico a través de su altamente aclamada tecnología de la información. “Trataremos de superar los problemas financieros existentes y asegurar que el programa continúe satisfaciendo los estándares internacionales”, dice Hou.

Hou también toca algunos de los asuntos pertinentes a la campaña de Taiwan para participar en la OMS. “Nuestra ausencia de la OMS no sólo es injusta para nosotros, sino también para el mundo”, dice él. “La gente viaja mucho en el mundo moderno y cualquier eslabón perdido en la red de salud mundial socava la salud y la seguridad”. El dice que el mundo debería maximizar su potencial de prevenir enfermedades mediante la recaudación de datos y el intercambio de información entre los profesionales médicos alrededor del mundo. El año pasado, el DOH estableció un Buró de Cooperación Internacional. “Nuestra meta es ser un participante activo en la comunidad médica internacional”, dice Peter Chang, el director general del buró.

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Deng Jou-fang: “Es un proceso lento y acumulativo”.

El desastre del tsunami en el sur de Asia a finales del año pasado, le dio la oportunidad a Taiwan de ofrecer una mano a la gente necesitada. Los gobiernos central y locales de la nación enviaron varios equipos y especialistas al área del desastre en el Océano Indico para ofrecer asistencia sanitaria, médica y de control de enfermedades. Muchas organizaciones no gubernamentales, tales como Rescate Taiwan, la Fundación de Compasión y Ayuda Budista Tzu Chi y el Cuerpo Médico de Paz Raíces de Taiwan también respondieron rápidamente tanto en el país como en el extranjero para garantizar que los recursos fueran distribuidos apropiadamente. El Equipo de Asistencia Médica para Desastres de Taiwan también envió un equipo a Indonesia. Este equipo trabajó hombro a hombro con el DOH e incluyó expertos médicos de varios hospitales, y su sede está en el Hospital Nacional de la Universidad de Taiwan (NTUH, siglas en inglés) uno de los centros médicos más prestigiosos de Taiwan. “El público y los sectores privados han aprendido mucho de la respuesta y esfuerzos de ayuda para el tsunami en el sur de Asia”, dice Chang.

Deng dice que el Gobierno debería ayudar a las organizaciones no gubernamentales a expandir sus contactos y redes en los países isleños del sur y oeste del Pacífico. Por una parte, la alianza médica de Deng está ahora trabajando en un programa para el control del tabaco en Cambodia, patrocinado por el DOH. Además, tanto Deng como el Ministro están de acuerdo en que los principales centros médicos de Taiwan tales como el NTUH y el Hospital General de Veteranos de Taipei, donde trabaja Deng, deberían ser animados a realizar intercambios internacionales para entrenamiento y brindar servicios caritativos en el extranjero. “Debemos mantenernos ocupados en cuanto a lo que acontece en el mundo”, dice Deng. “Una presencia más activa en la comunidad médica internacional daría a nuestro sector médico un nuevo ímpetu para el desarrollo”.

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Los miembros de la Alianza Médica Internacional de Taiwan dialogaron con los parlamentarios europeos a principios de este año.

Hasta el momento, el status quo entre Taiwan y China, con Pekín insistiendo inexorablemente en su política de “Una China”, no ha permitido que Taiwan asuma un papel legítimo en el ámbito mundial. “La calidad de observador en la AMS no tiene nada que ver con la soberanía nacional”, dice Deng. “El derecho básico de tener acceso al mejor sistema de salud disponible debería tratarse dejando a un lado los factores políticos”, Hou, osteópata, indica que un médico jura servir a toda la gente sin importar su raza o nivel. “La situación a través del Estrecho no debe comprometer estos principios”, dice.

La meta de Taiwan de alcanzar la calidad de observador es un objetivo de mediano a largo plazo que necesita de constante esfuerzo. “China ha sugerido que nos unamos a su equipo”, dice Yang, del MOFA. “Pero no queremos trabajar con una sociedad que no es democrática”. En vista de la rápidamente cambiante situación geopolítica, ella dice que tenemos razón para seguir optimistas sobre la futura participación de Taiwan en la OMS.

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