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El pueblo del loto

01/02/2005
Sillas con el tema del loto fueron una novedad en el festival del año pasado.

En la cultura china, la flor del loto que brota del barro simboliza la pureza en medio de la adversidad. Los residentes de Baihe, un pequeño pueblo en el distrito de Tainan, al tener que encarar la depreciación del producto que le producía ingresos, enfocaron esa cualidad y su belleza poética para reinventar su comunidad.

Por más de dos décadas, Lai Wu-tung había estado esperando ansioso el retorno a su pueblo natal, Baihe, después de jubilarse de una compañía de electricidad estatal. En 1998, Lai, de 50 años en ese entonces, jubilado después de trabajar por 26 años, regresó a casa para hallar su pueblo en medio de un mar de cambios.

En ese momento, el gobierno local estaba promoviendo el principal producto de la comunidad con un festival anual del loto, que comenzó en junio de 1996. El festival se había convertido en una importante atracción, y más de aproximadamente 500.000 visitantes venían y creaban oportunidades comerciales por un valor de NT$200 millones (US$6 millones) al año.

Lai heredó una casa de su padre rodeada de extensos campos de loto, y después de mudarse allí se dio cuenta que, a menudo tarde en la noche, personas desconocidas tocaban su puerta y le preguntaban si tenía habitaciones disponibles para pasar una noche.

Esto, y el impulso del Consejo de Baihe para que los residentes locales construyeran posadas para que los visitantes pudieran quedarse más tiempo, hicieron que Lai considerara abrir este tipo de negocio. En 1999, utilizó sus ahorros, un total de NT$12 millones (US$370.000), y los invirtió en la construcción de una posada que llamó, “La casa de la abuela”. La posada de Lai tiene 10 habitaciones, que ya estaban reservadas incluso antes de terminar de construirlas.

“Pensaba que después de mi jubilación, me levantaría tarde, leería periódicos, tomaría té y charlaría con mis vecinos, sin hacer nada...”, dice. “Nunca pensé que estaría tan ocupado. Pero es una sorpresa a la que le doy la bienvenida. Ahora siento que estoy haciendo algo útil con mi vida”.

Los deberes como guía turístico de Lai no le dejan mucho tiempo libre. Sus huéspedes se registran generalmente alrededor de las 4 de la tarde. Después de esto, él los lleva en una gira en bicicleta por las estructuras históricas, los lugares culturales y paisajísticos del pueblo, después del cual, vuelven para cenar y participar en una sesión nocturna de artesanía. Y a las 6:30 de la próxima mañana, Lai y sus huéspedes montan otra vez sus bicicletas, y pasean por los campos de loto antes de marcharse alrededor del mediodía.

“Espero que mis huéspedes se vayan de Baihe con una mejor comprensión del pasado del pueblo y del papel del loto en nuestra comunidad”, dice Lai, quien agrega que el turismo es el futuro de Baihe.

No hace mucho tiempo, los residentes de Baihe tenían poco optimismo sobre lo que les depararía el futuro. Por una parte, las ventas de loto, que solían ser las que ponían el pan sobre la mesa de los pueblerinos, estaban sufriendo un declive continuo con el paso de los años, resultado de la escasez de agua, una población senescente, y las pestes. Sin embargo, la mayoría de los residentes están de acuerdo en que el factor que más contribuyó a los problemas del pueblo fue la inundación de productos importados después de la entrada de Taiwan a la Organización Mundial del Comercio en enero de 2002.

“En su momento más próspero (en 2000), las plantaciones de loto en nuestro pueblo totalizaban 450 hectáreas, pero disminuyeron a alrededor de 100 hectáreas este año”, dice Wu Chung-ming, secretario general de la Oficina del Pueblo de Baihe. “En particular, las importaciones de loto de China, Tailandia y Vietnam cuestan NT$80 (US$2,4) por kilógramo, solamente la mitad del producto local. Los agricultores de Taiwan no pueden competir”.

Muchos agricultores de Baihe volvieron a cultivar arroz o frutas, ya que ninguno de los dos necesitan tanta mano de obra intensiva como el loto.

Al mismo tiempo, los fondos del Gobierno del Distrito de Tainan que recibía la Oficina del Pueblo de Baihe por organizar el festival del loto se redujeron de NT$5 millones (US$150.000) en 1996 a NT$500.000 (US$15.000) el año pasado. El presupuesto reducido, dice Wu, hace difícil para su oficina la promoción del festival.

“Baihe tendrá que cambiar si desea sobrevivir”, dice Wu. “En vista de los recursos gubernamentales limitados, el sector privado tendrá que tomar la iniciativa. Si el sector privado toma medidas, Baihe prosperará”. Wu dice que él ya ha visto que el sector privado ha comenzado a participar en los proyectos locales.

“Recientemente, varios artistas, asociaciones de desarrollo comunitario, fundaciones culturales y educativas, y empresas comerciales, han iniciado varios proyectos y están recaudando fondos también”, dice.

Chen Hsih-shien, calígrafo y líder comunitario, ha decidido que una de las mejores maneras de mantener en lo alto las fortunas de Baihe es convenciendo a los turistas locales que Baihe es el lugar para ir en búsqueda de arte y cultura. El dice que el festival anual del loto debe promover algo más que la planta del loto.

“Estamos tratando de transmitir el mensaje sobre cuándo es la mejor época para ver el loto en flor”, dice Chen. “Pero también estamos animando a los turistas a visitar las granjas locales para que puedan tener una idea de cómo es la vida rural”.

El Consejo para los Asuntos Culturales ha promovido el establecimiento de museos culturales locales por toda la isla. A principios del año pasado, Chen presentó una propuesta y le fue otorgada una concesión de NT$6 millones (US$180.000) para establecer un museo cultural al aire libre, el primero de su tipo en la isla.

El museo al aire libre de Chen es un lugar para exhibiciones de arte y actuaciones culturales, está ubicado cerca de una carretera que está alineada por dos filas de árboles de mango verdes y frondosos, y rodeado de extensos campos de loto.

Para el festival del loto del año pasado, Chen invitó a ocho artistas locales y extranjeros para crear sillas con el tema del loto para colocarlas a lo largo de la hilera de árboles de mango, un lugar perfecto, dice Chen, para que los visitantes vean trabajar a los agricultores del loto.

“La cantidad de turistas que podemos atraer a nuestro pueblo, el tamaño de los campos para cultivar loto, o el monto de fondos gubernamentales que recibimos no son los asuntos por los que debemos verdaderamente estar preocupados”, dice Chen. “Lo que es importante es si cada residente local puede o no hacer su trabajo bien y contribuir con la comunidad. Estos esfuerzos formarán la columna vertebral del progreso del pueblo”.

Chen y Lai no son los únicos que están trabajando por devolver las fortunas al pueblo de Baihe. La gigante de los alimentos, la empresa local Uni-President Group, también ha desempeñado un papel importante con su ayuda para que el festival del loto de Baihe se haya convertido en un éxito.

Tsai Chao-yi, gerente de Parabola Creative Inc., del Uni-President Group, dice que como la sede de esta empresa está en el distrito de Tainan, se siente obligado a contribuir a la regeneración de la comunidad.

A medida que la industria del loto de Baihe fue decayendo, Uni-President decidió que era hora de impulsar el festival del pueblo. La compañía donó NT$10 millones (US$290.000) para que los organizadores del festival pudieran añadir más atracciones al festival.

El festival de este año contó con paseos en carros con bueyes por los campos de loto, clases de cerámica, una competencia de dibujo, y hasta un desfile de moda.

Tsai espera que estas actividades y eventos sirvan para resaltar la abundancia de las artes, cultura, historia y la naturaleza del pueblo, además de su preciado cultivo, el loto, y produzcan un efecto más influyente y duradero.

Lin Wen-yueh, un artista que se especializa en cerámica y teñido, dice que el dinero no es el factor clave que determina la prosperidad de una comunidad.

“El logro más significativo del festival anual del loto durante los últimos años es la formación gradual de la conciencia comunitaria y cultural entre los residentes locales”, dice Lin. “Su mayor participación en los asuntos públicos es el motor para el desarrollo del pueblo”.

Lin está poniendo sus ideas en práctica. El abre su estudio al público para que los visitantes puedan experimentar con sus propias manos la cerámica y el teñido, y puedan ver el arte local o un video sobre la historia y cultura de Baihe.

“Aunque las importaciones han provocado cierto daño en la industria del loto de Baihe, tengo optimismo en el futuro de nuestro pueblo”, dice. “Las semillas del loto pueden ser importadas, pero la cultura y la tierra no. Aún tenemos la tierra y la gente aquí, por eso no hay nada que temer si continuamos tratando de construir Baihe mediante la promoción combinada del agroturismo y las industrias culturales y creativas”.

A pesar de este optimismo, los agricultores de Baihe no pueden sobrevivir con turismo únicamente. Por lo que la Asociación de Agricultores de Baihe está esforzándose en ayudar a que los agricultores locales sigan de pie, y ofrecen asistencia para mejorar las variedades de cultivo, técnicas de procesamiento, establecimiento de marcas, mercadeo, empaque, así como también subsidios para fertilizante orgánico y maquinaria.

Shih Shun-tan, director general de la asociación, dice que a pesar de sus altos precios, el loto producido localmente es mucho mejor que sus competidores, y puede ser procesado y convertido en productos, tales como postres, cosméticos, perfumes y artículos para el cuidado de la piel.

La asociación ha estado animando a los agricultores locales para desarrollar sus propias marcas comerciales a fin de diferenciar sus productos de los importados, lo que a su vez ayuda a que los agricultores vendan sus productos en los supermercados locales, empresas comerciales y agencias gubernamentales.

Shih dice que la asociación está también estimulando a los agricultores locales a transformar sus operaciones en agricultura recreativa a través del cultivo de especies que florezcan todo el año.

El valor económico creado por el agroturismo es algo que no puede eliminarse, o digamos, reemplazarse por las importaciones, y por ello merece mayor promoción, dice él, y agrega que su asociación ofrece asesoramiento y ayuda técnica sobre las operaciones y administración de granjas recreativas.

Wu Wen-yi, quien ha administrado una panadería por más de 40 años, ha decidido formar parte de la renovación de Baihe al cambiar su inventario. La asociación de agricultores local ha asistido la panadería desde que Wu comenzó a centrarse en pastelillos hechos de loto, en vez de los tradicionales panes horneados.

Wu dice que cuando las multitudes de personas llegaron a Baihe hace cuatro años para el festival del loto, él comenzó a pensar en cómo sacar provecho del festival para ganar dinero.

Los pastelillos de loto de Wu se vendieron muy bien, y él invirtió sus ganancias en comprar mejor equipo y expandir su línea de productos. “Si no hubiese cambiado mi estilo o línea de productos, hubiese quedado fuera del negocio hace mucho tiempo”, dice.

La tienda de pasteles de Wu no es la más grande del pueblo, y él se siente feliz con la venta de sus productos, Wu también contribuye para que los agricultores se ganen la vida, lo que para él es la clave de la supervivencia del pueblo.

“El loto es el emblema de Baihe. Debemos mantenerlo vivo”.

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