04/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Oriente se encuentra con Occidente

01/08/2004
Los doctores chinos tradicionales hacen el diagnóstico médico mediante la medición del pulso de los pacientes.

En lo que se ha convertido en un rito semanal, Jiang Huei-rong está en el Hospital General de Veteranos de Taipei para recibir el tratamiento de acupuntura en su espalda. Fue sometida a una cirugía de vértebra lumbar hace más de una década, pero el dolor volvió mucho más fuerte después de levantar objetos pesados en su casa hace un año. Ella ha recurrido a una mezcla de medicina occidental y china en busca de alivio. “La medicina occidental mejora mi dolor”, dice, “pero la medicina china parece que realmente llega profundo hasta el nervio y el tejido muscular”.

Jiang es sólo una de tantos taiwaneses que se están alejando de la medicina occidental exclusivamente, y buscan alivio en una mezcla de los tratamientos médicos modernos y chinos tradicionales. De hecho, hasta el Gobierno está ajustando esta tendencia al incluir la medicina china tradicional en su programa del Seguro Nacional de Salud. Según las estadísticas de este programa, alrededor del 30 por ciento de los 23 millones de habitantes se han beneficiado de alguna manera de este desarrollo desde 1995. Al igual que Jiang, no reciben necesariamente tratamiento en alguno de los 2.500 hospitales y clínicas de medicina china de la isla.

De los aproximadamente 4.000 doctores de medicina china que tienen licencia en Taiwan, un pequeño pero cada vez más numeroso grupo trabaja en instituciones establecidas para ofrecer cuidado médico occidental. Cuatro de los seis doctores en el Centro de Medicina Tradicional del Hospital de Veteranos de Taipei, por ejemplo, recibieron entrenamiento en medicina china. Un pionero en la convergencia de las dos tradiciones médicas, el Centro para Medicina Tradicional del hospital de veteranos, era antiguamente una sala destinada para la acupuntura. Sin embargo, en 1990 se convirtió en un centro de medicina tradicional completo, a la cabeza de lo que hoy es una tendencia que no muestra signos de disminuir. Hoy, alrededor de uno de cada diez de los más de 640 hospitales de medicina occidental de la isla cuenta con un departamento especializado en medicina china, y entre los hospitales de nivel nacional con instalaciones para enseñanza, tales como el hospital de veteranos, la cifra casi alcanza el 60 por ciento.

Entre tanto, más de 2.000 doctores en el sistema médico taiwanés poseen ahora certificados tanto en medicina occidental y china, la mayoría de ellos graduados de la Universidad de Medicina China (CMU, siglas en inglés), que fue establecida en 1958. Durante cuatro décadas, CMU, en la ciudad central de Taichung, ofreció los únicos cursos de pregrado en medicina china en Taiwan. Pero en 1998 la Universidad Chang Gung se incorporó en el distrito norteño de Taoyuan, y los estudiantes formados en ambas tradiciones tuvieron la opción de recibir el certificado como médico occidental o chino tradicional.

Para atraer más estudiantes de medicina occidental, CMU estableció el Instituto de Postgrado para la Integración de las Medicinas China y Occidental en 1998. Su filosofía guía era que todas las tradiciones son históricamente el producto de la asimilación.

“Cada uno de los dos sistemas fue en sí mismo el resultado de la asimilación de tradiciones diferentes -en el caso de la medicina china, la medicina persa fue una influencia”, dice Lin Kuo-juei, cirujano pediatra y presidente del Instituto. “Ambas tienen dificultades que hay que superar, así como méritos”, indica sobre las medicinas china y occidental.

Lin señala que las tradiciones médicas y herbarias chinas ofrecen algunas veces mejores remedios para enfermedades crónicas tales como hepatitis, ciática, diabetes, y problemas femeninos como la menopausia. Sin embargo, a pesar de esto, hasta que el Instituto del CMU fue fundado, muy pocas escuelas en Taiwan permitían a los estudiantes que estudiaran conjuntamente medicina china y occidental. (Una excepción fue la Universidad Nacional Yang Ming de Taipei, que estableció un Instituto de Medicina Tradicional con metas similares a aquellas de CMU en 1991). No obstante, en el 2000, la situación estaba mejorando, y se unió a CMU y Yang Ming, el Instituto de Medicina China Tradicional de Chang Gung, que extendió ampliamente la base estudiantil potencial de la isla, así como las posibilidades de investigación para la medicina china.

Para Chen Fang-pey, directora del centro médico del Hospital General de Veteranos de Taipei, el momento ya había llegado para que Taiwan uniera la brecha que separaba la medicina china y la occidental, aún si las oportunidades para esta última fueran mucho más que para la primera. Después de todo, la esperanza para el futuro dependía de la atención internacional que las terapias internacionales estaban atrayendo.

Por ejemplo, en CMU, los planes están en marcha para comenzar a reclutar a estudiantes extranjeros. No ha escapado la atención de los doctores taiwaneses que en 2003, Estados Unidos dispuso de US$113 millones para la investigación de la medicina china y terapias alternativas. Entre tanto, en 2002, los doctores locales recibieron estímulos de lo que Lin llama “un informe que hace época” de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que insta a la incorporación de los remedios tradicionales a la medicina principal en 180 países del mundo para el año 2005. La “región del Pacífico occidental”, calcula la OMS, tenía la capacidad de producir productos de medicina herbaria con un valor global de US$60.000 millones.

Son cifras como ésta que han animado al Gobierno a promover la medicina tradicional. Con la vista puesta en lo que sería un mercado enorme, las medicinas herbarias chinas forman ahora una parte importante de los proyectos de desarrollo sobre biotecnología del Gobierno. Según Chang Yung-hsien, vicepresidente de CMU, quien está encargado de las pruebas de posibles medicinas herbarias para mercados masivos, los dividendos pueden ganarse con una inversión relativamente baja.

“Los esfuerzos farmacéuticos consumen generalmente presupuestos astronómicos”, dice, e indica que este no es el caso con los tratamientos herbarios tradicionales.

Lin I-hsin, jefe del Comité sobre Medicina y Farmacia China (CCMP, siglas en inglés) del Departamento de Salud, de nivel de Gabinete, va mucho más allá, afirmando que Taiwan tiene uno de los programas de medicina herbaria china más efectivamente administrados en el mundo, debido al sistema de supervisión vigente desde hace dos décadas y media. Para mediados del 2005, dice él, cada uno de los más de 200 fabricantes de medicinas herbarias de Taiwan necesitará aprobar un estándar de “buena práctica de fabricación”, que comenzó a exigirse en el 2002 por el Departamento de Salud en colaboración con el Ministerio de Asuntos Económicos.

“Colocar la medicina china tradicional en un contexto social moderno es la mejor manera de garantizar la integración de las medicinas china y occidental”, comenta Chang respecto al programa y las reglas que están siendo puestas en lugar.

Mientras tanto, el CCMP ha subsidiado nueve hospitales de enseñanza para realizar pruebas clínicas de medicina china, o en otras palabras, para lograr que en las instalaciones que se practica la medicina occidental se prueben los tratamientos chinos. Esto, dice Lin, es un paso crucial para garantizar la integración efectiva de los sistemas chino y occidental en cualquier hospital. Al mismo tiempo, muchos hospitales con departamentos de medicina china están también llevando a cabo programas conjuntos para los doctores de otros departamentos.

Sin embargo, como lo expresa Lin Kuo-juei, hay dificultades para unir las dos tradiciones diferentes. Una es que mientras los doctores occidentales tratan los síntomas como una señal de la enfermedad, los doctores de medicina china suelen examinar los síntomas como las condiciones cambiantes en el contexto de los factores personales y ambientales, tales como tiempo, edad y clima.

Además, a diferencia de las prácticas clínicas, una amplia brecha existe entre las tradiciones médicas occidentales y chinas en términos de cómo evoluciona su teoría, dice Chen Fang-pey, quien enseña acupuntura en la Universidad Yang Ming.

“Un estudiante de medicina china aún lee libros escritos hace 2.000 años”, dice. “Pero el conocimiento médico occidental ha sido revisado infinitas veces desde su expresión original en la antigua Grecia”.

Esto, dice ella, hace que la tradición china sea con frecuencia opaca, y difícil de analizar. Sus razones para realizarse de cierta manera, y hacer lo que hace, son con frecuencia poco claras. Si los conceptos básicos de medicina china, tales como los canales de energía vital del cuerpo, o chi, resisten la explicación simple y precisa, ella pregunta, ¿cómo podemos esperar lograr la comunicación efectiva con la tradición positivista de la ciencia médica occidental?

“Parece que la medicina china sobresale por mantener ciertos conceptos misteriosos e inexplicables”, dice, “y de este modo, se convierte en una autoridad en sí misma”.

Podría ser así, pero no ha evitado que los doctores sueñen con lograr efectivamente un puente entre la medicina oriental y la occidental.

“Ahora, los sistemas médicos occidentales y chinos de Taiwan operan de manera separada”, escribió alguna vez Du Cong-ming (1893-1986), quien en 1922 se convirtió en el primer taiwanés en obtener un título de doctorado en ciencia médica. “Pero creo que la verdad se encuentra en algún lugar entre medio”.

Los pacientes como Jiang Huei-rong están totalmente de acuerdo.

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