29/04/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

Agua en problemas

01/07/2000
Los filtros de arena construidos río arriba reducen la acumulación de sedimentos alrededor de la Represa Junghua, al norte de Taiwan. Estos filtros mantienen limpia el agua del embalse; sin embargo, causan estragos al medio ambiente.

En cierta época, en Taiwan, ir de pesca durante una tarde de vacaciones no sólo era un privilegio de los habitantes del campo. Muchas personas de mediana edad en Taipei recuerdan aquellos días cuando podían hacer un corto paseo a las, en ese entonces, atractivas riberas del Arroyo Hsintien, que divide la ciudad desde Yungho, distrito de Taipei. Toda la familia iba con frecuencia a pasar allí la tarde juntos —padres y abuelos se dedicaban a pescar, mientras que las madres ayudaban a los niños a atrapar pequeños cangrejos o camarones entre las piedras musgosas. Luego, al atardecer, la familia regresaba a casa con una buena pesca para la cena.

Algunas personas que de niños pescaban en los ríos, todavía disfrutan hoy en día de este pasatiempo, pero para ello, necesitan llevar a su familia a una considerable distancia. Ya no quedan peces en el arroyo que sus padres conocían tan bien, y es necesario viajar grandes distancias río arriba para poder hallar peces y respirar aire sin malos olores. En la actualidad, se suele decir como chiste que, si alguien decide suicidarse arrojándose al Arroyo Hsintien, el mal olor le mataría antes de llegar a tocar el agua.

La causa del deterioro de esta parte del arroyo que recorre la región sureña de Taipei es muy obvia: la contaminación. En Taiwan, se ha completado solamente el 5 por ciento del sistema de alcantarillado, por este motivo, las aguas residuales de las viviendas, fábricas y agricultura, fluyen libremente hacia los ríos de la isla. “Los ríos son como arterias que llevan energía y nutrición a las partes de la isla, y los sistemas de alcantarillado deberían actuar como venas para eliminar los desechos”, dice James Wang, profesor del Instituto de Posgrado de Educación Medioambiental de la Universidad Normal Nacional de Taiwan. “El problema es que cuando no hay suficientes venas, la gente usa las arterias para arrojar cualquier desperdicio”.

Alguien podría decir que el Gobierno tenía que haber previsto el problema de la contaminación, y haberlo corregido hace años, pero simplemente no ha logrado hacerlo. En Taiwan, hoy día, el número de funcionarios de alto nivel que se dedican a conservar los hábitats marinos, es de aproximadamente una docena en la sección de conservación del Departamento de Silvicultura del Consejo de Agricultura (COA, siglas en inglés). Y, ¿con qué frecuencia los miembros de esta sección se reúnen con el jefe del consejo? No con mucha frecuencia. En la mayoría de los casos en que la conservación se contrapone al desarrollo económico, el jefe de la sección apenas tiene la oportunidad de dialogar con los funcionarios competentes, citemos por ejemplo, el Ministro de Asuntos Económicos.

El problema no se limita a la administración central. La mayoría de los gobiernos locales no tienen, o apenas tienen la mitad de los empleados necesarios para gestionar los asuntos de la conservación, y éstos están totalmente cargados de trabajo. “Mucha gente se pregunta si hay equilibrio entre la conservación y el desarrollo económico”, dice Lin Yao-sung, profesor en el Departamento de Zoología de la Universidad Nacional de Taiwan, y presidente de la Sociedad de Arroyos, una organización sin fines de lucro que se dedica a la protección de los ríos. “Compare el número de personas que el Gobierno coloca para gestionar la conservación con el que se encarga del desarrollo económico, y allí encontrará la respuesta”.

Hay leyes que castigan el desecho de toxinas en los ríos; sin embargo, parece que fueran más efectivas como generadoras de ingresos para el Gobierno que un verdadero impedimento. El Acta para el Control de la Contaminación del Agua, de 1991, manifiesta que los infractores de la ley podrán ser multados entre NT$3.000 (US$97) y NT$600.000 (US$19.355), recibir una pena de prisión de hasta siete años, y sufrir la revocación de las licencias de sus fábricas. El año pasado, el Gobierno recolectó más de NT$200 millones (US$6,5 millones) en multas. Según el Ministerio de Justicia, durante la primera mitad de 1999, veintitrés personas fueron condenadas de dos a doce meses en prisión, por contaminar vías fluviales. Wang agrega que, aún cuando el Gobierno ha promulgado leyes para controlar la contaminación del agua, éstas no protegen a muchas especies que son vulnerables a los cambios en la temperatura del agua causados por los desechos industriales.

Los contaminantes y la falta de coordinación e impulso por parte del Gobierno, son sólo algunos de los muchos enemigos de los hábitats de agua dulce de Taiwan. Asimismo, las canteras de arena son otro gran problema. Para almacenar arena, los arroyos tienen que ser bloqueados a lo largo de una orilla. En consecuencia, las especies que viven en ese río, mueren a medida que el agua se va filtrando. “En ciertas ocasiones, un lugar que es ideal para realizar un estudio de campo, desaparece tan pronto el agua es represada”, dice Lee Teh-wang, investigador asistente en la División de Zoología del Instituto de Investigaciones de Especies Endémicas (TESRI, siglas en inglés). “Cuando el cauce de un río cambia, ocurre lo mismo con su caudal y el equilibrio biológico a su alrededor”.

Es practicamente imposible que un pez sobreviva en las aguas cercanas a los centros urbanos de Taiwan, y se está volviendo difícil tambien en las partes altas de los ríos. Se culpa a los filtros que no permiten que la arena llegue hasta los embalses, así como al cultivo de los bosques y laderas.

Lin estima que hay entre 5.000 y 6.000 diques con filtros de arena en las regiones altas de los 3.800 kilómetros de río de Taiwan. Estos ayudan a retardar la acumulación de sedimentos de las cuarenta represas de Taiwan, pero también interfieren con la migración de peces y otras especies de agua dulce. “La función que cumplen los diques es equivalente a los enlaces entre un chorizo y otro”, dice Wang. “El ecosistema de un río queda dividido en secciones independientes”. Los peces quedan atrapados en una especie de alberca, donde después de constante endogamia, la diversidad genética de las especies se va reduciendo, haciéndolas frágiles.

La deforestación de los bosques adyacentes con fines agrícolas y recreativos también tiene un efecto negativo en los ríos. Los bosques contribuyen a la conservación del suelo y el agua, pero si son eliminados para dar paso, con fines comerciales, a árboles frutales y campos de golf, sus beneficios pronto desaparecerán. En 1994, el Gobierno aprobó el Acta para la Valoración del Impacto sobre el Medio Ambiente, que estipula realizar evaluaciones antes de comenzar cualquier proyecto de construcción que pueda tener un impacto negativo en el medio ambiente. Sin embargo, a pesar de existir esta reglamentación, los conservacionistas parecen estar perdiendo la mayoría de las batallas contra la deforestación.

“Cualquier proyecto de desarrollo tendrá un impacto negativo en el medio ambiente”, dice Lin Yao-sung, de la NTU. “Pero en la práctica, cuando la gente tiene que elegir entre los intereses comerciales y la vida de los peces, estos últimos son los que resultan perdiendo”. Lee, del TESRI, confirma ésto, indicando que mientras los grandes proyectos de construcción, tales como represas y autopistas, implican evaluaciones del medio ambiente, no sucede lo mismo con los proyectos menores, a pesar del hecho de que también contribuyen a la destrucción.

Asimismo, un desastre natural, en algunos casos, puede intensificar el daño a los ríos, como ocurrió en Taiwan con el terremoto del 21 de septiembre del año pasado. El terremoto, en sí mismo, fue un fenómeno natural que la mayoría de los peces pudo haber resistido, sin embargo, lo que no pudieron tolerar fueron las rocas y el pantano, que tapearon los caminos, y que la gente arrojó a los ríos. “Los caminos fueron despejados, pero el ‘camino’ de los peces fue bloqueado”, dice Wang. “Fue simplemente otro caso más de gente usando los ríos como un lugar para arrojar sus desechos”.

Según el COA, en estos “lugares de arrojar desechos” habitan 177 tipos de peces de agua dulce, aunque los investigadores han concluido que muchas de las especies registradas ya están extintas. Dos especies acuáticas que aún sobreviven, son el salmón de tierra cercada formosano y el Varicorhinus alticorpus, un pececillo de agua dulce de la familia Cyprinidae. Ambos están clasificados como raros y valiosos en la Ley de Preservación de la Herencia Cultural. La Ley de Conservación de la Vida Salvaje incorporó otros cuatro peces de agua dulce a la lista: la anguila de pantano; Hemimyzon taitungensis y Sinogastromyzon puliensis, dos tipos de lochas; y el pez paraíso.

En Taiwan, no se prestó mucha atención a la subsistencia de los peces hasta mediados de los años ochenta. Wang cree que generalmente la conciencia conservacionista de la gente aumenta más lentamente que la medioambiental, porque la contaminación generalmente tiene un efecto más rápido y más directo sobre las personas. Comparado con los esfuerzos conservacionistas prodigados a las áreas terrestres y océanos, a las especies de agua dulce apenas se les toma en cuenta. Cuando en Taiwan se comenzó a tomar interés en los peces de agua dulce, ya éstos estaban en serios problemas. El propio currículo de Lin refleja esta historia. Tras recibir un doctorado de la Universidad Cornell, regresó a Taiwan en 1975, y se encontró en una situación difícil. “Era el primero en Taiwan en lograr un doctorado en peces de agua dulce, pero mi primer proyecto de investigación fue sobre el cultivo de ostras”, dice. “Ninguna agencia ni instituto quería financiar una investigación sobre las llamadas especies no fructíferas. De hecho, en ese entonces, a nadie le importaban los peces de los arroyos y ríos de Taiwan.

No fue sino hasta 1985, que finalmente Lin tuvo la oportunidad de hacer lo que deseaba: un proyecto de investigación sobre el salmón de tierra cercada, financiado por el COA. También conocida como la trucha de Taiwan, esta especie es uno de los peces más raros del mundo y una reliquia de la Era Glacial. Durante los años siguientes, el COA y luego el Parque Nacional Shei-pa, continuaron financiando proyectos de investigación sobre esta especie, y dos documentales sobre este pez llamaron la atención de la gente de toda la isla. “Desde el punto de vista académico, el salmón de tierra cercada ha sido el centro de atención de los investigadores de peces de agua dulce de Taiwan”, dice Lin. “Pero lo que es aún más importante, es ir más allá de los estudios académicos y enfocar la atención del ciudadano común en la vida de nuestros ríos y arroyos”.

Sin embargo, por desgracia, ésto resultó ser un poco peligroso. Wang recuerda la buena voluntad de ciertos grupos religiosos y conservacionistas que liberaron una variedad de criaturas en los arroyos, con el objetivo de repoblarlos, aparentemente, bajo el criterio de “cuanto más, mejor”. “El resultado ha sido que, en un solo río, tenemos tortugas de Brasil, camarones de EE UU, tilapia de Africa, carpas ornamentales de Japón, y diversas especies de peces de todo el mundo”, dice. “El ecosistema original de ese río ya no existe, porque lo hemos convertido en unas Naciones Unidas”.

A pesar de los errores, han habido algunos puntos positivos, quizás el mejor ejemplo sea, el poblado Sanmin, en el distrito de Kaohsiung. Este poblado está ubicado cerca de las zonas altas del Arroyo Nantzuhsien, donde habitan diez de los peces de agua dulce de Taiwan, dos de los cuales son raros y se hallan en peligro. El escaso transporte hacia esa área impidió el paso de visitantes por muchos años, pero las mejoras de los caminos en 1983 atrajeron turistas, contaminación, y pescadores armados con veneno, instrumentos eléctricos, y otros métodos ilegales para atrapar peces. Poco tiempo después, los peces se hallaban en peligro.

Afortunadamente, los residentes del pueblo decidieron que no querían que los peces desaparecieran, y además, se pusieron manos a la obra. Por eso, en 1990, organizaron un equipo para cerrar el arroyo e impedir que la gente pescara allí. Poco tiempo después, sus esfuerzos obtuvieron el respaldo del Gobierno y, tres años más tarde, el área fue designada por el gobierno del distrito de Kaohsiung como el primer refugio de Taiwan para peces de agua dulce. La pesca en ese lugar se permite sólo de noviembre a junio, y se controla el tamaño y las especies que se pescan.

Siguiendo el modelo del Arroyo Nantzuhsien, otras dos áreas han sido designadas reservas para peces de agua dulce. El Arroyo Chichiawan, donde habita el salmón de tierra cercada fue, en 1997, clasificado como refugio por el gobierno del distrito de Taichung; y asimismo, en 1998, el Arroyo Hsinwulu, que alberga otras tres especies en peligro y raras, también lo fue por el gobierno del distrito de Taitung.

Ahora que la gente tiene mayor conciencia sobre el medio ambiente, y se han creado más reservas naturales, los investigadores se preguntan si los arroyos de Taiwan se han deteriorado hasta el punto de no tener recuperación. Un estudio realizado, en 1999, mostró que quedaban solamente unos 500 salmones de tierra cercada, casi el mismo número que cuando el COA comenzó a financiar la investigación hace quince años. “Los investigadores van allí y se dan cuenta de la crisis, pero eso es todo”, dice Lin. “No tenemos ni el poder ni los medios para resolver el problema”.

Infelizmente, estos sentimientos de impotencia tienen una base científica. Desde el punto de vista académico, toda la conservación, preservación y restauración comienza con el establecimiento de una base de datos ecológica. Taiwan no tiene una. TESRI ha estado tratando de crear una base de datos completa desde 1992, y sus investigadores ya han documentado los ríos del distrito de Nantou, donde está ubicada la sede del instituto. Ahora, se están enfocando otras partes de la isla, pero se necesita, por lo menos, un año para hacer el reconocimiento de un distrito, no se puede esperar, realísticamente, que en Taiwan exista una base de datos adecuada en los próximos quince años. “Para la época en que hayan terminado con el último río, el informe sobre el primero ya tendrá quince años”, dice Lin. “La población de especies puede cambiar debido a muchas razones y en un corto tiempo, por ello, un reconocimiento de más de una década no podría ser muy útil”.

Lo que empeora el asunto, es que a menos que TESRI u otras instituciones ambientalistas encuentren los recursos financieros y humanos para establecer, y luego, actualizar esta base de datos, la isla nunca podrá restaurar sus ríos y arroyos, ni siquiera parcialmente. El complejo proceso de crear una base de datos completa se inicia con la investigación de un solo animal, luego de un grupo de especies, después se amplía para abarcar especies relacionadas, y finalmente el ecosistema entero. Hoy día, la mayoría de los investigadores están todavía en la etapa de concentrarse en un solo animal.

De hecho, como lo indica Lin, aproximadamente el 90 por ciento de los recursos financieros y humanos destinados para estudiar las especies de agua dulce ha sido canalizado en la investigación del salmón de tierra cercada. “Ud. debe comenzar haciendo bicicletas, luego motocicletas, carros, aviones, hasta llegar a hacer naves espaciales”, dice. “En la actualidad, nuestro conocimiento sobre los peces de agua dulce está todavía en el nivel de bicicleta o motocicleta, y falta mucho para llegar al de nave espacial”.

¿Qué puede hacerse en Taiwan para asegurar que las futuras generaciones podrán algún día llevar a sus hijos, los domingos por la tarde, a los ríos y arroyos de los alrededores de Taipei? Según Lin, las vías fluviales de la isla son como pacientes en las últimas etapas de cáncer. “Se le puede prolongar la agonía con drogas, pero no se pueden curar verdaderamente”, dice. “La muerte es sólo cuestión de tiempo”. Bueno, los milagros ocurren a veces, y se sabe de pacientes con cáncer que han logrado recuperarse totalmente. Por ello, este tipo de milagro es, precisamente, lo que se necesita en Taiwan para salvar los hábitats únicos de las vías fluviales y sus alrededores.

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