04/05/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

El pueblo del tofu

01/05/2002
Por generaciones, los miembros de la familia Chen han producido el tofu crudo que ha hecho famoso a este pueblo. La receta especial se caracteriza por su sabor ahumado.

A primera vista el pueblo de Shenkeng, ubicado al sur de la ciudad de Taipei y al este del suburbio de Mucha, parece otra más de las pequeñas comunidades en el distrito de Taipei. Las calles no tienen nada especial, con la excepción de una en particular que tiene doscientos años de antigüedad. Los dos árboles viejos en uno de los extremos de la Calle Shenkeng que han caracterizado el lugar por muchos años no son nada impresionantes, y el arroyo Chingmei que cruza el pueblo no tiene gran atractivo. Sin embargo, algo ha salvado al pueblo de Shenkeng de caer en el olvido la gran popularidad del tipo único de tofu que se produce allí.

Poca gente se hubiera imaginado que este pequeño pueblo de 50.000 habitantes, que dependía en épocas anteriores de la mina y las plantaciones de té, podría transformarse en un importante lugar turístico gracias a la variedad de bocadillos a base de tofu que se preparan allí. Según Lin Wang, historiador local, muchos de los residentes de Shenkeng son descendientes de inmigrantes de Anxi en la Provincia de Fukien, y fue un miembro de la familia Chen procedente de esta región quien confeccionaba el tofu típico de esta zona durante el siglo diecinueve.

Chou Po-hsien, gerente de un restaurante local, cuenta que la familia Chen usaba más soya y menos yeso (sulfato de calcio o sal de calcio, una substancia blanquecina usada para coagular la leche de soya). La receta resultó en un residuo de tofu que quedaba siempre en el fondo de las ollas, creando un sabor ahumado único. Este tofu tiene un color más amarillento en comparación con la variedad más pálida y común. Hoy, sólo los descendientes de la familia Chen producen este tipo especial de tofu, pero los residentes de Shenkeng han establecido la reputación del pueblo, vendiendo una variedad de platos preparados con tofu. El comercio es tan lucrativo que una familia en el vecino pueblo de Shihting ha comenzado a producir su versión de esta especialidad para sacar provecho de su popularidad.

Indicar el momento exacto en que el tofu hizo su debut en la dieta china es difícil. La leyenda más escuchada es la de Liu An, nieto de Liu Pang, el primer emperador de la dinastía Han Occidental (206 B.C. -- 8 A. D.). Un día, la madre de Liu An se enfermó y cayó en cama. Aunque a su madre le gustaba comer frijoles de soya, Liu An pensó que éstos causaban indigestión, entonces para alimentar a su madre, los molió hasta convertirlos en polvo, luego les agregó agua y sal. De pronto, la mezcla comenzó a cuajarse. A Liu An se le despertó la curiosidad y comenzó a experimentar con diferentes ingredientes. Luego, descubrió que el yeso podía cambiar la leche de soya en cuajada, y que ésta a su vez podía emplearse para crear platillos deliciosos.

La historia de cómo Shenkeng comenzó a asociarse con el tofu se remonta a hace cuarenta y cuatro años cuando una familia, de apellido Wang, comenzó a vender este tofu de sabor único producido por la familia Chen. La familia Wang transformó su pequeño negocio en un restaurante más grande a mediados de los ochenta cuando la popularidad de sus platos se había diseminado. Al ver la excelente oportunidad de hacer negocios, otros restaurantes en la zona comenzaron a servir la especialidad local. “No todo el mundo considera que el tofu de Shenkeng es delicioso, pero su sabor único ha llamado gradualmente la atención de los buscadores de curiosidades”, dice Lin Wang. Algunas calles recién construidas que conectan el pueblo con otras comunidades también han contribuido a la atracción de turistas, así como la inauguración del Parque Zoológico de Taipei en 1987 en Mucha, un suburbio cercano. Hoy, los restaurantes y puestos de comida que venden platillos a base de tofu están alineados en un callejón antiguo de 230 metros de longitud, donde también se pueden encontrar otros bocadillos taiwaneses, tales como los pastelillos de arroz glutinoso.

“Se puede hallar tofu en casi cualquier lugar en Taiwan, pero en Shenkeng hay una mayor selección de platos al vapor, asados, guisados, y fritos”, dice Lin Chin-ming, un turista procedente del distrito de Taipei, cuando explica por qué le impresiona tanto esta vieja calle. El tofu es popular porque no es caro y se considera un alimento saludable por su alto nivel proteínico y bajo colesterol. “El tofu de Shenkeng es especialmente beneficioso para la gente que sufre de cálculos porque contiene menos yeso, el cual es rico en calcio”, dice Chou Po-hsien.

Otra razón por la que el tofu de Shenkeng ha ganado tan buena reputación en los últimos años ha sido el esfuerzo del Gobierno por promover la cultura local. Los medios de comunicación han hecho mucho por dar a conocer el color local de las comunidades de la isla, y están dispuestos a resaltar las características distintivas de cada área. “He conversado con muchos reporteros”, dice Chen Li-hua, vendedor ambulante en la Calle Shenkeng. “He sido entrevistado por gente de Hong Kong y Japón”. Chen comenzó hace dos años vendiendo brochetas de tofu asado en la vieja calle, y la popularidad de su producto ha provocado muchas imitaciones. “El secreto de mi éxito está en la salsa (que se unta a las brochetas), y no voy a revelar sus ingredientes”, dice con una sonrisa. “Otros tratan de copiarla, pero mi salsa es diferente de la de ellos”.

El enorme potencial de hacer negocio hizo que Chu Jung-liang abriera su restaurante hace tres años. Entre sus clientes no sólo se hayan turistas taiwaneses, sino también muchos del extranjero, especialmente de Hong Kong. El dice que por lo menos un itinerario de viaje para los turistas de Hong Kong incluye una visita a las viejas calles en el norte de Taiwan, incluyendo aquéllas en Sanhsia y Tamsui. La Calle Shenkeng es ahora un lugar “que no se puede dejar de ver” en la gira. “El negocio es por lo general próspero. Pero cuando hay mal tiempo, hasta en los días feriados, es normal que el negocio no vaya tan bien”, agrega.

Chou Po-hsien dice que hay que darle crédito a los medios de comunicación por el impulso que le han dado a Shenkeng. Cuando el Gobierno del Distrito de Taipei celebró el Festival del Tofu de Shenkeng el 3 de noviembre de 2001, el pequeño pueblo se transformó en el centro de los reportajes de los medios de comunicación. Con un presupuesto de NT$4,5 millones (US$130.000) para este evento, el Gobierno quería darle una imagen favorable a Shenkeng como parte de sus esfuerzos de hacer propaganda a los lugares típicos en el Distrito de Taipei. Entre 30.000 y 40.000 visitantes fueron al pequeño pueblo durante el festival, según el Gobierno del Distrito de Taipei. Algunos de los eventos más llamativos fueron la creación de un bloque de tofu de dos metros por dos metros, un récord mundial no oficial, así como la exhibición de algunas creaciones culinarias a base de tofu. Las recetas de estos platillos fueron publicadas en folletos y distribuidas dos semanas después en una feria culinaria realizada por el gobierno local.

A hora que las multitudes se aglomeran en las calles de Shenkeng durante los fines de semana y los días feriados, en búsqueda del tofu, los funcionarios locales esperan que los visitantes tengan tiempo y hagan el esfuerzo de buscar otros lugares interesantes, tales como la Antigua Casa Yung An, el único edificio del pueblo que ha sido designado un sitio histórico. La residencia de ochenta y siete años de antigüedad fue construida por la familia Huang, los residentes más ricos de Shenkeng en ese entonces. La vivienda aún se encuentra habitada por los descendientes de los propietarios originales y representa una de las mejores obras arquitectónicas del período. No queda duda de que si la gente ve más allá de la especialidad local, podría aprender algo de la historia de la zona y tendría una experiencia más significativa, indica Lu Yu-huan, jefa del pueblo de Shenkeng.

“Espero que el festival de tofu llame la atención del Gobierno hacia el pueblo. Si queremos atraer grandes cantidades de visitantes, necesitamos solicitar del Gobierno Central más presupuesto para el desarrollo”, dice Lu. Ella ha solicitado que se extienda el Sistema de Tránsito Rápido desde Mucha hasta Shenkeng para ofrecer un acceso más fácil y conveniente para los turistas. Lu está planeando construir un museo del tofu donde se registre la historia del pueblo, y que sirva para atraer a más visitantes.

Un asunto más urgente es el destino de la vieja calle. En 1989, el Gobierno del Distrito de Taipei emprendió un plan para solicitar la demolición de los edificios de la calle a fin de ampliar la vía de comunicación. Desde entonces, el Gobierno ha completado el proceso de adquisición de terreno. Pero con el reciente aumento del turismo, el plan ha sido criticado. “Antes, la vieja calle no tenía tantos visitantes, por lo que nunca hubo ese problema”, indica Chu Jung-liang. “Pero ahora a los residentes les preocupa que la vieja calle sea ampliada, ya que perderá su ambiente original, y junto a éste, las oportunidades de hacer negocio. La gente parece disfrutar más la angosta calle la aglomeración de gente, el sinfín de actividades, y la facilidad de comprar en ambos lados de la calle”.

La líder del pueblo, Lu Yu-huan, también prefiere dejar la calle intacta. “Este tipo de calle se ve muy raramente en Taiwan”, dice. “Asimismo, el sustento de muchos residentes depende de aquélla”. En vista del mayor énfasis en el “nativismo” cultural de Taiwan y la presión de los comerciantes locales, cambiar la decisión anterior parece ser una posibilidad. De hecho, el Gobierno del Distrito de Taipei ha decidido reconsiderar la situación y estudiar opciones para preservar la calle. Si desapareciera, Shenkeng podría quedar sin ningún atractivo especial que lo diferencie de otros pueblos. Pero por ahora, el tofu viene a la mente cuando la gente habla de Shenkeng, y nadie, así parece, puede separar el pueblo de la calle ni del platillo local.

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