08/05/2024

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Taiwán Hoy

Por las aves

01/05/2002
Muchos ornitólogos vienen al Parque Natural Kuandu atraídos por la variedad de aves que se encuentran allí, así como por su fácil acceso desde la ciudad de Taipei.

sólo una caminata de quince minutos desde la Estación Kuandu del Sistema de Tránsito Rápido de Taipei se encuentra el Parque Natural Kuandu, descrito por su directora Lingi Wu como “un terreno abierto donde la vida salvaje y las plantas están bien protegidas, y los senderos y las instalaciones de información están apropiadamente organizadas”. La actividad principal aquí es la observación de aves. Los estudiantes de primaria pasan horas tratando de ver por un instante la cerceta de alas verdes, que se menciona en sus libros de texto, mientras que los ornitólogos dedicados pasan días completos registrando cada movimiento de los correlimos o los gorriones de monte que visitan con regularidad el parque durante los meses invernales.

El fácil acceso a Kuandu, a diez kilómetros de la desembocadura del río Tamsui, le convirtió en una de las primeras áreas cultivadas en la cuenca de Taipei. Los agricultores y pescadores chinos Han se establecieron en la región hace 300 años. En 1966, el Gobierno de la Ciudad de Taipei construyó un dique a lo largo de la ribera del río para proteger de las inundaciones a los residentes y arrozales. La zona exterior al terraplén se convirtió en una vía acuática, y en 1996 fue designada conforme a la Ley para la Preservación de la Herencia Cultural, una reserva natural de manglar. Una gran extensión de los arrozales dentro del dique dejaron de servir para el cultivo debido al terreno salado, y pronto se fueron convirtiendo gradualmente en pantanos.

Por las aves

Bandas de golondrinas de mar aliblancas (Sterna leucoptera) vuelan con frecuencia en las áreas costeras de Taiwan en primavera y otoño, cuando hacen una parada durante su ciclo migratorio.

Situada en la confluencia de los ríos Tamsui y Keelung, esta área pantanosa ha desarrollado un ecosistema complejo. Allí habitan 175 especies de plantas, catorce tipos de cangrejo, 450 insectos diferentes, y diversos reptiles, mamíferos, anfibios y peces, brindando una rica fuente de alimento para las aves migratorias y residentes de la zona. Desde que la ornitología fue dada a conocer en Taiwan a principios de los años setenta, Kuandu ha sido el lugar ideal para esta actividad. Hasta ahora, más de 300 especies de aves han sido registradas en el área de Kuandu.

En 1973, varios ornitólogos se reunieron para establecer el primer grupo ambiental de Taiwan, centrándose en la protección de las aves salvajes y su hábitat. Los miembros del Observador de Aves Salvajes de Taipei, conocido también como la Sociedad de Aves Salvajes de Taipei (WBST, siglas en inglés), hicieron una propuesta al gobierno de la ciudad para que la zona pantanosa de Kuandu fuera designada una reserva de aves acuáticas. El Gobierno aceptó la idea en 1985 y llevó a cabo la designación, pero en ese entonces el terreno era de propiedad privada, por lo que la decisión no tenía base legal. Las autoridades de la ciudad se ofrecieron a comprar el terreno, pero los propietarios se negaron porque querían que su propiedad fuera desarrollada con un fin más provechoso, ya fuera comercial, residencial o industrial.

La batalla entre los conservacionistas y los propietarios tardó años. Para promover su causa, la WBST celebró festivales de aves acuáticas, organizó campañas para recolectar firmas, recurrió a funcionarios del Gobierno, y trató de convencer a los concejales de la ciudad. Durante las elecciones para alcalde de Taipei de 1994, la Sociedad invitó a los tres candidatos a su festival de aves acuáticas y logró que prometieran apoyar su causa de salvar el último pedazo de pantano de la capital. Tras su triunfo, Chen Shui-bian cumplió su promesa. En 1996, el concejo de la ciudad aprobó el presupuesto de NT$15.300 millones (US$437 millones) para comprar el terreno.

Por las aves

La cerceta común (Anas crecca) es una ave migrante que llega a Taiwan en septiembre y se queda durante el invierno antes de regresar en abril a su hogar de verano.

La adquisición del terreno se completó al año siguiente, y el Departamento de Desarrollo Económico de la ciudad comenzó la planificación y construcción de las instalaciones del parque, que se concluyeron a mediados de 2001. Las principales instalaciones están limitadas a una área de 5,5 hectáreas e incluyen un centro natural de tres niveles. Ventanas francesas en la pared sur del primer y segundo piso del centro ofrecen a los visitantes una vista panorámica del pantano. Una presentación de multimedios en el primer piso informa a los visitantes sobre el complejo sistema ecológico del parque. Otro observatorio y una zona para observar aves, dotados de telescopios, están ubicados en el segundo piso.

Los visitantes también pueden salir del centro natural para contemplar las aves desde una de las cabinas de observación de aves, o apreciar los diferentes ecosistemas en la laguna biológica de agua dulce, el área biológica de ribera, el área de bosque costero, el área de bosque de elevación mediana del norte de Taiwan, y el área ecológica de arroyo. “La zona parece que no fuera más que un pedazo de tierra baldía”, dice Víctor Yu, jefe ejecutivo de la WBST. “El establecimiento del parque servirá para educar al público sobre el valor de esta extensión de terreno aparentemente inútil y le pondrá en contacto con el ambiente a través de la observación de aves”.

El parque natural fue establecido para proteger el hábitat y el ecosistema, por ello, se refuerzan varias reglas para disminuir la influencia humana. Atrapar aves, pescar, arrojar desperdicios, hacer mucho ruido, practicar deportes, y correr están estrictamente prohibidos. Las mascotas y los vehículos con neumáticos, tales como bicicletas y patinetas están prohibidos en el parque. Los visitantes pueden llevar agua, pero no alimentos. Lingi Wu indica que estas reglas marcan la diferencia entre éste y otros parques, donde la gente va a hacer picnic, pasear el perro o volar cometas. Los entusiastas de observar aves están dispuestos a respetar estas reglas, pero aún así en ocasiones, la casilla de vender boletos tiene que funcionar como retén de mascotas para aquéllos que no están al tanto de la prohibición de traer mascotas.

Por las aves

Al lado del parque se encuentra una reserva natural de cincuenta y cinco hectáreas de manglar, protegida del desarrollo desde 1996 conforme a la Ley de la Preservación de la Herencia Cultural.

arias décadas después de la primera propuesta, el Parque Natural Kuandu abrió por un período de prueba el pasado agosto bajo la administración del Gobierno de la Ciudad de Taipei, pero debido a consideraciones de recursos humanos, se decidió pronto transferir la administración a manos privadas. La WBST, por estar involucrada desde el principio en el proyecto, fue naturalmente la primera en la lista de posibles candidatos. El grupo de 2.000 miembros, la organización ornitóloga más grande de la isla, estuvo de acuerdo de inmediato en firmar el contrato de siete años para administrar la instalación. “Aunque no teníamos experiencia en administración de parques y estábamos al tanto de los riesgos operacionales, y las dificultades de la administración de hábitat, no podíamos echarnos a un lado después de haber hecho tantos esfuerzos en el proyecto”, dice Víctor Yu. “Nuestra decisión de aceptar el reto no fue tomada en base a nuestra confianza, sino por nuestro coraje”.

El parque volvió a abrir bajo la administración de la WBST el pasado diciembre como el primer parque natural de Taiwan bajo el modelo de Construir-Operar-Transferir. “La administración privada es más eficiente y flexible”, dice Lingi Wu. “Pero ser financieramente independiente es muy estresante. Sin ningún fondo gubernamental, tenemos que depender completamente de nosotros mismos”. Según Wu, los gastos mensuales del parque oscilan entre NT$1,3 millones a $1,4 millones (US$37.140 a $40.000). Actualmente, el ingreso obtenido de las ventas de boletos (NT$50 para adultos y NT$30 para los niños y miembros de grupo de por lo menos treinta personas) y de la pequeña tienda de souvenirs en el centro natural están muy lejos de ser suficientes para cubrir los gastos, y el parque depende en gran medida del apoyo financiero de la WBST. La sociedad de aves, una organización sin fines de lucro que opera a base de donaciones de los miembros y de corporaciones, se ha comprometido a administrar el parque hasta que sus fondos se lo permitan.

Otro reto que enfrenta el parque es la administración de hábitat. Tsai Jiin-wen, quien está a cargo de esta responsabilidad, indica que su trabajo se trata no sólo de permitir que la naturaleza siga su curso. “Por razones que son naturales o humanas, los pantanos pueden gradualmente secarse y dejar de ser un santuario para las aves”, explica. “La administración de hábitat requiere la restauración de la tierra a su estado original biodiversificado y la conservación de ese ecosistema único”.

Por las aves

La variedad diversificada de vida animal y vegetal en la zona ofrece una rica fuente de alimentación tanto para las aves migratorias como las residentes del Parque Natural Kuandu.

El éxito de la restauración se basa en la recolección detallada de datos a largo plazo sobre la flora y fauna de la zona, el análisis del agua y la tierra, y otras informaciones. En Kuandu, la WBST y otras organizaciones de investigación han realizado en el pasado recolección de datos y otras investigaciones; pero el valor de los resultados de las pruebas es limitado debido a la esporádica e incompleta recolección de datos. “No había administración de hábitat en Kuandu porque el terreno era de propiedad privada”, dice Víctor Yu. “Lo único que podíamos hacer era observar y registrar. No teníamos el derecho de cortar las hierbas o tomar medidas para conservar el pantano”. También han sido invitados expertos extranjeros en administración de hábitat para brindar orientación, pero su utilidad ha sido igualmente limitada. “Podemos usar la experiencia extranjera como referencia, pero no podemos copiarla porque cada pantano es único”, explica Yu.

Para la ciudad de Taipei, este pantano de cincuenta y siete hectáreas no es sólo único, sino también el único superviviente después de numerosas batallas entre el desarrollo urbano y la protección ambiental. No es sólo un refugio para las aves migratorias, sino también una ventana a través de la cual la gente pueden conocer y aprender sobre la naturaleza. Esos quince minutos llevan a la gente del más avanzado sistema de transporte de Taipei a su más diversificado ambiente ecológico.

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