27/04/2024

Taiwan Today

Taiwán Hoy

La historia en caricaturas

01/10/2003
El Fuerte Zeelandia, construido por los holandeses en la costa sudoccidental de Taiwan entre los años 1620 y 1630 y tanto. El tercer libro en la serie de diez volúmenes de Du Fu-an se titula Los holandeses y los españoles en Taiwan.

Los libros de caricaturas tienden a transportar a los lectores a mundos diferentes a través de la fantasía, ya se trate de ciencia-ficción, aventura y acción, o romance. Algunos caricaturistas inyectan elementos de historia para agregar dimensión a su contenido, pero un artista está usando el género popular de la caricatura para mostrar la historia de Taiwan con detalles vivos. “Entre todas las cosas en que he trabajado, ésta es la más difícil, y es el proyecto en el que he puesto más seriedad”, dice Du Fu-an, un caricaturista de 52 años que ha trabajado durante más de 20 años en la producción de caricaturas.

Du comenzó hace dos años a trabajar en la serie de historia de diez volúmenes. Los primeros tres volúmenes, publicados por Taiwan Interminds Publishing Inc., han sido titulados El nacimiento de la isla, que ilustra las antiguas historias de Taiwan, desde la formación de la isla hasta hace 2.000 años; Los grandes pueblos de la tierra, que se centra en diversas tribus aborígenes de la época prehistórica; y Los holandeses y los españoles en Taiwan.

La experiencia anterior de Du incluye su trabajo para Wang Film Productions Co., el estudio de producción de caricaturas más grande de Taiwan. Luego, como artista de libre dedicación, creó crónicas regulares en periódicos, así como en revistas infantiles. Hace ocho años, Du se inscribió en un curso de historia de Taiwan ofrecido por el Independent Evening News, un diario que quebró en 2001. Como recién llegado a esta área de estudio, Du quedó impresionado con las historias sobre Taiwan. Su recién descubierto interés le llevó a considerar la presentación de la historia de Taiwan vía imágenes de caricatura. Pero como estaba ocupado con otros proyectos en ese entonces, la idea fue puesta a un lado hasta 2001.

Varios meses después, comenzó a trabajar en la serie de historia. Du rechazó un trabajo lucrativo con una compañía de animación alemana, una decisión de la que no se arrepiente. Aunque el dibujo es una actividad agotadora y requiere de mucho esfuerzo, Du está mucho más interesado en crear caricaturas que en un trabajo en el mundo de la animación; además, halla más satisfacción en este tipo de trabajo. “Siento que he logrado algo al dibujar caricaturas porque es creación pura”, señala, refiriéndose al contraste entre trabajar con imágenes producidas por las compañías de animación extranjeras y las imágenes que él crea con su imaginación.

La serie de historia tiene un significado especial para el caricaturista por su tema, aunque ha resultado ser más desafiante que cualquier otra caricatura en la que haya trabajado. “La labor es más difícil de lo que esperaba”, dice. “A veces, es doloroso preparar estos libros”. A diferencia de otras tareas, ésta requiere de mucha lectura e investigación. Antes de que Du comenzara a trabajar en las series, el editor le recomendó a algunos intelectuales de la Academia Sínica especializados en las diferentes etapas de la historia de Taiwan. Cada uno de los asesores entregó al caricaturista una lista de los libros que debía leer. Durante esta fase de investigación, Du dejaba de dibujar a menudo para consultar a sus asesores sobre detalles más específicos de la vida cotidiana, por ejemplo, cómo la gente hacía sus vestidos, y cuáles eran las dimensiones de sus viviendas. Para estar conforme con la historia, Du ha visitado sitios históricos para experimentar los paisajes y escenarios usados en sus libros. “Espero que los lectores puedan hallar una representación realista y detallada de la historia en estas obras”, agrega.

La dedicación del caricaturista impresionó a Ang Kaim, un investigador asistente de la Academia Sínica, responsable de revisar el tercer libro de la serie. “A Du le preocupan los detalles. Por eso sus libros sobresalen por encima de otros de su tipo en la representación precisa de los objetos”. Los comentarios de Ang son estimulantes para un caricaturista cuya meta era recrear los detalles históricos, y Du da la bienvenida a las ideas de los intelectuales. “Antes de ser impresos, los manuscritos son examinados por los especialistas, quienes luego deben tratar de llegar a un consenso sobre cualquier discrepancia”, dice Du. “No se puede desviar demasiado de la realidad. Hago lo posible por no cometer errores; porque no sería justo para mis lectores”.

Como la historia visual de Taiwan está aún lejos de ser totalmente explorada, el reto de Du es formidable, observa Ang. “Los historiadores de Taiwan están aún en las primeras etapas de recolectar y crear datos visuales sobre su historia”, añade. “Es un trabajo más fácil para los historiadores occidentales porque las pinturas realistas del Occidente se remontan al período medieval, y son referencias convenientes para los que estudian la historia visual. En cambio, las pinturas abstractas en tinta fueron más comunes en China y Taiwan”.

El intento de construir un cuadro comparativamente completo conduce a Du a procurar los detalles que incluso los historiadores podrían ignorar. En una ocasión, él pasó días pensando en cómo representar la invasión española del norte de Taiwan en 1626, porque casi todos los documentos históricos hacían poca referencia a la llegada actual. “Por supuesto podía pasarla por alto, y nadie notaría que faltaba algo, pero yo deseaba mucho buscar una solución”. Finalmente, Du encontró una descripción de los eventos escrita en holandés y traducida por Tsao Yung-ho, el primer asesor del proyecto de historia. Según este relato, la invasión comenzó cuando los españoles bombardearon la Isla Hoping, ubicada cerca de la costa de Keelung, en un intento de intimidar a los indígenas residentes. Para agregar otros detalles del incidente, el caricaturista usó como referencia una pintura de conquistadores españoles arribando en México a principios del siglo XVI.

Du cree que, aparte de la investigación cuidadosa, la perspectiva histórica hace también que sus libros sean atractivos para los lectores. “Mis libros adoptan una perspectiva desde el punto de vista de Taiwan en sí mismo, para que pueda resistir el paso del tiempo”. Fue esta perspectiva lo que convenció a Wei Sue-jean, editor de Taiwan Interminds, de trabajar con él en el proyecto. “El trabajo de Du no trata sobre ninguno de los regímenes que han gobernado Taiwan”, dice Wei. “El presenta los hechos de manera objetiva y observa a Taiwan desde la perspectiva de la gente. Ningún gobierno puede permanecer en el poder para siempre, pero las personas son siempre los amos de la tierra”. El interés de Wei en publicar libros de caricatura sobre la historia de Taiwan fue estimulado en sus viajes a Japón, donde “la mayoría de las casas editoriales han publicado libros sobre historia japonesa, y muchas cuentan con versiones en caricatura sobre este tema”. Ella calcula que Taiwan Interminds gastará alrededor de NT$4 millones (US$116.000) en publicar la serie de diez volúmenes.

Un ejemplo de la “perspectiva de Taiwan” que le gustó a Wei se refiere al tratamiento que da Du a Cheng Cheng-kung, o Koxinga, un capitán que expulsó a los holandeses de Taiwan en 1662. El artista decidió no incluir demasiados detalles de las hazañas de Cheng en China; en su lugar, él prefirió centrarse en el régimen de Cheng en la isla y su interacción con los aborígenes. “No he creado una imagen heroica de Cheng, y tampoco lo haré con ningún otro personaje histórico en la serie”, dice Du. “Si se revisan cuidadosamente los documentos históricos, se tiene el sentido de que Cheng se comportó como un ser humano ordinario. Por ello, tiendo a representarlo como tal”.

Otra característica de la serie de libros de caricatura es que el caricaturista ha hecho esfuerzos por modernizar las observaciones mantenidas por mucho tiempo de la historia de Taiwan. Ang Kaim señala que Du ha incluido nuevas perspectivas aún cuando muchos historiadores preferirían ignorar esa información por temor de provocar las protestas de los tradicionalistas, que son firmes creyentes de las interpretaciones existentes de los eventos. Las nuevas observaciones están en su mayoría basadas en la evidencia recién hallada, aunque algunas derivan de “la imaginación razonable” en casos donde Du cree que los materiales históricos son irrazonablemente parcializados. “Tengo que basarme en mi juicio”, dice. “Después de todo, soy el autor de los libros”. Sin embargo, el espacio para usar su imaginación es limitado. Los historiadores han indicado rápidamente los errores de hecho creados por su imaginación. El antropólogo Liu Yi-chang, por ejemplo, descubrió errores en la descripción hecha por Du de un conflicto entre dos tribus aborígenes durante la era prehistórica, y el artista tuvo que volver a dibujar docenas de páginas.

Du cree que todo el esfuerzo valdrá la pena y sus libros de caricatura de alta calidad resultarán irremplazables. Algunos signos de éxito ya se vieron durante la Exhibición Internacional del Libro de Taipei en 2002, y también en la de 2003, donde se exhibieron sus libros, y se vendieron bien. “Muchos padres desean que sus hijos sepan más sobre la historia de Taiwan, y son ellos los que compran mis libros para sus niños”, dice Du. Lo mismo puede afirmarse sobre la venta de sus libros a principios de este año en el Museo Nacional del Palacio durante una exhibición sobre Taiwan en el siglo XVII. “Para promover los libros, tengo que hacer que el público comprenda que éstos son diferentes a lo que ven generalmente en el mercado”, dice Du. “Son libros de caricatura basados en conocimientos históricos verdaderos”.

Aunque pasarán algunos años antes de que el caricaturista pueda presentar un cuadro completo de la historia de Taiwan, Taiwan Interminds ya ha encontrado intelectuales para revisar sus próximos siete libros que tratan sobre la historia más reciente de Taiwan, tales como el gobierno de la Dinastía Ching en Taiwan, el período colonial japonés, y la democratización de la isla. Armado con su pasión e imaginación, Du dice que “estos no serán tan pesados en cuanto a su contenido político, y les agregaré algo más suave, tales como las historias de los artistas taiwaneses”. Si sus obras anteriores sirven de indicadores, los próximos volúmenes seguramente logren transportar a los lectores a épocas pasadas con su precisión y atención a los detalles.

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